Chocó 7 días
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El Chocó en el ojo de un turbión Jesús Dante Mosquera O. Las circunstancias envolventes en que se debate y se ha debatido el Chocó son producto de las circunstancias históricas del comportamiento de sus propios hijos. Por ello no nos referimos a la problemática de violencia armada que nos tiene sitiados, por cuanto este es un problema que golpea al país en general. Para este análisis partimos del principio hipotético de que es el hombre quien construye su propia historia y con esta contribuye a construir la de sus pueblos. Si miramos la dimensión de los acontecimientos encontramos un departamento heredero de la inviabilidad por los manejos y conducta reprochable de sus hijos: volvimos a perder el año en la parte docente (somos los peores estudiantes del país); las altas tasas de morbi-mortalidad son alarmantes y los recursos para cubrir las deudas a sus servidores, es intolerable; todos los municipios carecen de los más mínimos servicios y de infraestructura; los ceses de actividades así como los reclamos se convirtieron en "pan de cada día". Nuestra clase congresional (ahora con mayor ascendencia) lucha pero no alcanza (rezagos históricas); el deterioro moral nos llevó a convertirnos en pueblo sin estructura social generando un relativismo cultural que a todos nos sindica, la juventud (llamada a ser clase emergente), no siente compromiso con su pueblo y a gritos reclama su parte de botín sin pena ni gloria y con frases desobligantes. El deporte que otrora nos llenó de glorias, hoy nos inunda de fracasos y la justicia, como la iglesia, al decir de muchos perdieron su ética y el rumbo; las administraciones, el periodismo y la radio son cuestionados. Si buscamos a quien responsabilizar de estas circuntancias, tendríamos que inferir que son tres los factores incidenciales de esta patología: En primera instancia debemos señalar al hombre de la región (al chocoano mismo), pues ha vivido y vive adormecido en la apatía y desinterés por lo propio como si el problema no fuera suyo. En segunda instancia a la clase política, pues ha sido incompetente para encarar con seriedad su responsabilidad, llevando al colmo de la esquilma de los recursos obtenidos en vez de ser defensor y vocero de los intereses del Chocó. En última instancia se debe responsabilizar al Estado colombiano, pues ha mantenido al Chocó en el olvido y la marginalidad discriminatoria. Nadie justifica que departamentos tan jóvenes como los de los antiguos territorios nacionales (Arauca, Casanare, Meta, Vichada, Amazonas, Caquetá, Guaviare, Guainía, Vaupés y Putumayo), aventajen hoy al Chocó, que tiene más de medio siglo de vida departamental, amén de sus incomparables recursos. Como el mismo hombre de la región que está por encima de la tan cacareada biodiversidad, toda clase de riquezas y costa en ambos mares. Como colofón podemos afirmar que aquí pecamos todos contra el Chocó: unos por omisión, otros por acción y otros por discriminación. |
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