Por Dr. James Dobson No creo que mi marido entienda los problemas que experimento
No habiendo tenido nunca experiencia de la dificultad que pasa la mujer durante este periodo es difícil comprender que todo este malhumor, toda esta actitud irritable y las indirectas y acusaciones procedan de una causa física. Esto me recuerda un incidente que me contó un amigo, el doctor David Hernández, un obstetra y ginecólogo. No puedo garantizar su veracidad, pero no tengo inconveniente en aceptarlo como verdadero. En un experimento farmacéutico realizado en un pequeño pueblo de pescadores, una Compañía estaba investigando la píldora. Se suministraron píldoras a cada mujer del pueblo durante un período de tres semanas, terminadas las cuales no se dieron más píldoras para que viniera la menstruación. Esto sucedió a todas las mujeres al mismo tiempo. Los hombres tuvieron que meterse en los barcos y dirigirse a alta mar hasta donde la atmósfera no estaba tan enrarecida. Esto se repitió cada mes, hasta que terminó el experimento. El que el marido vaya a pescar no es la respuesta ideal para la tensión mensual fisiológica de la mujer. Es necesario que el marido aprenda a anticipar el periodo, reconociendo los cambios emocionales que probablemente lo acompariarán. De particular importancia es la necesidad de afecto, aunque ella no esté muy agradable que digamos. Nada de discusiones sobre dinero; tranquilidad sobre todo. El marido puede incluso hacer el discursito sugerido antes. Hay muchas cosas que puede hacer el marido para aliviar la tensión y para que no se cargue más de electricidad la atmósfera. Puede comer fuera, puede Ilevarse los niíios, o a todos. Puede dejar a la mujer que descanse, puede ser carinoso, afectuoso, no insistir en eratificación sexual porque el deseo de la esposa está a un mínimo, hacerle saber que es tan atractiva como siempre, etc. En resumen, el marido debe ser tierno, delicado y amable. Este es un memento de apoyar a la esposa de todas las formas posibles. |