Tus ojos,...

Tus ojos me dicen tanto,...

hablan en los prolongados silencios,

dejan entrever ternuras escondidas,

alegrias contenidas,...

tristezas lánguidas y frías.

Son las palabras no dichas,...

dibujan arrugas en la cara,

se humedecen de lágrimas

y buscan al enfrentarse,... 

el amor que se oculta en las miradas.

Los ojos son el espejo del alma,...

son los que no pueden mentirnos,

son los que nos dicen todo,...

 aún si no me amaras.

Son el desafio de las risas fingidas,

de soledades instaladas,

de angustias taciturnas

que muestran,...

las heridas que nos marcan.

Tus ojos despiden chispas,...

contienen picardias,

 me acarician sin tocarme

y al recorrerme me besan,...

 entre sonrisas.

Tus ojos,...

que me miran a veces indulgentes,...

que saben de perdones,

que fuerón siempre pacientes,

que sedan mis iras,

 porque tú me amas y me quieres.

Tus ojos,...

en los que me pierdo obnubilada,...

aplacan mi afiebrado cuerpo,

 con su simple mirada.

                                                            (Dulcedaniela 2002)