Site hosted by Angelfire.com: Build your free website today!

Después de ti,...

¡Te he querido!... 
Tú me hacías reír 
y llorar, 
reñíamos 
y nos reconciliábamos, 
eras la bella mañana,
donde el rayo de sol 
entraba por mi ventana, 
iluminando la almohada, 
aún tibia de mi cama. 

¡Te he adorado!,... 
Veía por tus ojos,
sentía por el calor
de tú sentimiento, 
eras mí fuerza interior, 
él que me impulsaba a seguir,
él que me llenaba de alegrías, 
él que me hacía vibrar,... 
él que me daba
ese álito de vida. 

¡ Te he deseado!,... 
Eras la pasión 
que me corroía por dentro, 
donde mí cuerpo ardía, 
entre tus brazos hambrientos,
el sexo se humedecía
con tus besos 
y sólo tuya quería ser, 
para que me poseyeras
y piel contra piel, 
uno solo arder en el infierno. 

¡Te he amado!,... 
Eras el palpitar de mi corazón, 
mi mundo y mi universo, 
eras el cielo y la tierra, 
el aire que respiraba,
el mar que me lamía, 
como si siempre todo,
fuera eterno.

Después de ti,... 
no hay nada, 
sigues en mi viviendo, 
en mi espíritu acongojado,
en mi ser individual solitario, 
en mi piel marchita, 
por los años. 

Después de ti,... 
amor mío,
no hay nada,...
sólo un alma vacía, 
porque te he querido
y te he amado, 
como se ama, 
una sola vez en la vida, 
y jamás te he olvidado.

Dulcedaniela 2002