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Llovizna
fría
En
esté amanecer invernal,
la
llovizna fría
baila
en las aceras,...
dibujada
por las luces pálidas,
de
las farolas
de
las avenidas.
Los
primeros transeúntes,
aparecen
enfundados
en gabardinas,…
solapas
levantadas,...
paraguas,...
parecen
fantasmas
salidos
de la nada.
La
ciudad se pone en marcha.
Son
autómatas,...
que
se cruzan,...
se
chocan,...
no
se conocen,...
se
ignoran,...
no
se dicen nada,...
como
la fría mañana,...
que
nos presenta
el
nuevo día.
El
viento sopla fuerte,...
me
arrastra,...
me
empuja,...
la
llovizna me moja la cara,...
me
moja el alma.
El
aroma a café
recién
hecho me inflama,...
beberlo
sorbo a sorbo,
me
calienta el cuerpo,
mientras
mis ojos miran,...
tratando
de ver aparecer
su
figura amada.
Si
parece que hasta el cielo
llora
su ausencia,....
no
estás conmigo,...
pero
es solo un rato,
un
momento,...
y
estaremos juntos,...
mirándonos
a los ojos,...
y
yo acariciando
tus
manos fuertes pero cálidas,...
y
de mi boca saldrá
un
" te quiero",...
y
tú me dirás que me amas.
(Dulcedaniela
2001)
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