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Exposición de casos

 

Esta primer imagen llama la atención por la escena que representa: En una mesa de negocios, que, hemos de suponer, se lleva a cabo en una de las torres del World Trade Center, dos hombres –John y Steve– se encuentran uno frente al otro y Steve le dice a John:

–"¡hey, John!

¡Hay un avión detrás de ti!"

Ante lo cual John responde:

–"detrás de ti también Steve."

La imagen hace presente un dato importante: se trata de algo que tiene la estructura de un espejo. John y Steve se encuentran en una situación de simetría imaginaria. Esto suele suceder; en ocasiones pasa que decimos la misma palabra que otra persona, al mismo tiempo. Además, es común que, al caminar, lleguemos a cerrarnos el paso cuando quedamos frente a frente con otro sujeto. Si nos movemos a la izquierda, él lo hace también, a la derecha sucede lo mismo y durante un momento, mientras dura la captación imaginaria, no hay salida. De la misma forma, para John y para Steve parece no haber salida.

 

Una vez puestos sobre la pista de lo especular, nos parece tentador buscar sus huellas en algunas otras de las ocurrencias que pululan en Internet. Así, llegamos a encontrarnos con los siguientes casos:

 


Una falsa profecía de Nostradamus

 

El día de los hechos, de inmediato comenzó a circular en Internet una supuesta profecía de Nostradamus acerca de la caída de dos hermanos en la cual se vaticinaba la caída de las torres gemelas del World Trade Center.

 

"En la ciudad del dios habrá un gran trueno,

 

DOS HERMANOS rotos en dos por Chaos,

 

Mientras que la fortaleza aguanta, el gran líder sucumbirá.

 

La tercera guerra grande comenzará cuando la ciudad grande se está quemando"

 

En realidad, Nostradamus nunca escribió tal profecía. Su verdadero autor fue Neil Marshall, un estudiante de la Universidad de Brock, en Canadá y la publicó en 1997 en una página de Internet como parte un ensayo crítico. Lo que el autor se proponía demostrar es que una serie de frases vagas, arregladas para sonar como algo importante, se pueden aplicar a cualquier evento. Lamentablemente, alguien tomó por verdadero esta profecía y, no conforme, añadió la última línea: "La tercera guerra grande comenzará cuando la ciudad grande se está quemando".

 

El que una profecía sea falsa no reduce sus efectos sobre aquel que la recibe. Freud estudió dos casos de profecías que no se cumplieron y que sin embargo afectaron de gran manera a sus receptores.

 

Un joven alemán que había emprendido un tratamiento psicoanalítico con Freud visitó a una adivina de Munich, la cual tenía por método solicitar una fecha cualquiera (el natalicio de una persona determinada). Una vez provista de este dato y después de hacer ciertos cálculos, la adivina emitía una profecía sobre la persona en cuestión, aun sin saber de quién se trataba. El paciente de Freud le dio la fecha de nacimiento de su cuñado y recibió la siguiente profecía:

 

–"Esa persona morirá en Junio o Agosto luego de una intoxicación con cangrejos o con ostras."

 

Dado que la fecha de la predicción ya había pasado, Freud pregunta a su paciente qué es lo que encuentra de extraordinario en esa profecía. Ante lo cual el joven respondió:

 

–"Es cierto que no se realizó; pero lo curioso es que mi cuñado realmente gusta mucho de cangrejos, ostras y mariscos, y, en efecto, había sufrido en el mes de agosto anterior una intoxicación por cangrejos, de la cual estuvo a punto de morir."

 

Freud considera el caso de la siguiente manera:

 

1. Freud nos invita a tomar en serio la palabra de su paciente.

 

2. No se admite como posible adivinar la adivinación del futuro en base a una simple fecha de nacimiento.

 

3. No hay intención de engaño en la adivina.

 

4. El mecanismo que Freud describe para explicar los hechos es el de una transferencia: La adivina no podía tener conocimiento de la intoxicación por cangrejos ya sufrida por el sujeto nacido en determinada fecha ni pudo haberlo adquirido de sus tablas o de sus cálculos. En cambio, dicho conocimiento se encontraba en el consultante. La hipótesis de Freud es que dicho conocimiento se transfirió de él a ella, por un camino desconocido que excluye las formas de comunicación habituales.

 

El punto importante es que no es un conocimiento cualquiera el que se ha comunicado de un sujeto al otro. Se trata de un deseo extraordinariamente poderoso de una persona que guardaba con la conciencia de ésta una relación peculiar, el cual pudo alcanzar, con ayuda de una segunda persona, expresión conciente bajo un tenue disfraz. En efecto, durante su análisis el joven había mostrado indicios de guardar sentimientos hostiles contra el esposo de su hermana, por la cual sentía un desmedido afecto inconsciente.

 

El otro de los casos es el de una joven que se casó con un hombre del cual ella hacía el cálculo de que podría ayudar a su padre y salvarlo de la miseria. La joven se convierte en una esposa modelo, excepto que no llega a tener hijos. Más tarde se descubre que es el marido el que sufre de esterilidad, es en ese momento donde ya no puede, en la fantasía de la mujer, sustituir al padre de esta. Ante esta situación, la mujer presenta una neurosis.

 

Una vez que emprende el tratamiento psicoanalítico, le relata a Freud que durante un viaje de negocios al que acompañó a su esposo, consultó a un adivino que le dijo:

 

–"En el próximo tiempo usted se casará y a los treinta y dos años tendrá dos hijos."

 

Hacía ocho años de que la profecía no se había cumplido; pero la mujer se mostraba aún fascinada con el vaticinio. Freud nos consigna el significado del arbitrario número treinta y dos en la profecía. Se trata de la edad en que la madre de la joven se casó. De esta manera, dice Freud, la profecía se puede traducir así: "No te aflijas por tu actual infecundidad, que a tu edad tu madre ni siquiera estaba casada y, sin embargo tuvo dos hijos a los treinta y dos años."

 

En este mismo caso, Freud apunta la posibilidad de que entre los doce años que median entre la profecía y la narración que de ella hace su paciente, la joven halla creado una ilusión de la memoria, lo que quiere decir que, ante un vaticinio ambiguo e indeterminado, la mujer incluyera paulatinamente las cifras significativas tomándolas de su inconsciente.

 

Se desprende de estos dos casos que la profecía, ya sea por transferencia de pensamientos o por ilusión de la memoria, está siempre vinculada con el deseo de aquel a quien afecta subjetivamente.

 

El mecanismo que utiliza la mujer del caso presentado por Freud, por el cual incluyó en los términos de la profecía aquellas cifras significativas tomándolas de su inconsciente, lo podemos encontrar también en algunas versiones de las profecías de Nostradamus que han circulado desde el 11 de Septiembre. A la profecía que escribió Neil Marshal se le añadió una última frase, significativa para nosotros: "La tercer guerra grande comenzará cuando la ciudad grande se está quemando"

 

No hay que dejar pasar el hecho de que esta falsa profecía se refiere a dos hermanos, más adelante se verá cómo se ha jugado el papel de dicha línea en la configuración con que se han registrado los eventos.

 

El número que se repite

 

Uno de los casos más curiosos y, a primera vista, más sorprendentes es el que habla sobre la repetición del número 11:

 

La fecha del ataque: 9/11 - 9 + 1 + 1 = 11

 

Septiembre 11 es el día 254 del año: 2 + 5 + 4 = 11

 

Después de Septiembre 11 quedan 111 para que termine el año.

 

119 es el código de área para una llamada Iraq/Iran. 1 + 1 + 9 = 11

 

Las Torres Gemelas – erguidas lado a lado, pueden ser tomadas por el número 11

 

El primer avión que se estrello con las torres era el vuelo 11

 

El estado de New York fue el estado numero 11 en agregarse a la unión

 

New York City - 11 Letras

 

Afghanistan - 11 Letras

 

The Pentagon - 11 Letras

 

Ramzi Yousef - 11 Letras (convicto por orquestar el ataque en el World Trade Center en 1993)

 

Vuelo 11 - 92 a bordo - 9 + 2 = 11

 

· Vuelo 77 - 65 a bordo - 6 + 5 = 11

 

Esta repetición tiene su versión gemela, en donde el número que se repite es el 2.

 

· Fecha del ataque: 11/9 11 - 9 = 2

 

· Día del ataque: Septiembre 11 = 1 + 1 = 2

 

· Año del ataque: 2001 = 2 + (0*0*1) = 2 + 0 = 2

 

· Septiembre 11 es el día 254 del año: 2 + 5 + 4 = 11 = 1 + 1 = 2

 

· Código telefónico para Afganistán: 93   9 * 3 = 27 93 - 27 = 56 = 5 + 6 = 11 = 1 + 1 = 2

 

· World Trade Center: 2 Torres

 

· World Trade Center atacado por: 2 aviones

 

· Cada avión: 2 alas

 

· El primer avión en estrellarse contra las torres fue 11: 1 + 1 = 2

 

· New York = 2 palabras

 

· The Pentagon = 2 palabras

 

· Ramzi Yousef = 2 palabras.

 

Ya Freud nos decía que no es posible formular un número totalmente al azar. El psicoanálisis y su técnica guardan una relación radical con un cierto determinismo. Pero el verdadero sabor que estas repeticiones nos dejan en la boca es el de ¿y luego qué? ¿Cuál es el significado de estas reiteraciones?

 

No es necesario que estas cosas tengan un sentido claro para que nos parezcan significantes. Tomemos el caso de las palabras extranjeras, las reconocemos como significantes aún sin conocer su sentido. De hecho, la definición lacaniana del significante afirma que el significante no significa nada. No significa nada en tanto significante, pero como elemento de una red significante puede llegar a producir un efecto de sentido. No es importante determinar si hay o no intención en la repetición del 11 o del 2. El orden simbólico funciona de manera independiente, lo que de veras es interesante es el hecho de que lleguen a formar un síntoma para alguien.

 

 

 

Somos nosotros quienes aportamos el sentido en el orden simbólico, aunque esto no sea del todo riguroso. En psicoanálisis y cibernética, Lacan nos dice que la cadena simbólica puede ser estudiada como tal, independientemente de toda subjetividad. De hecho por eso las maquinas pueden jugar: porque se establecen las combinaciones posibles de un encuentro. En cierta medida, es el deseo humano el que aporta el sentido. Así que tomamos el 11 y el 2 no como una curiosa repetición que nos deja sorprendidos, sino como un dato clínico en la medida que hace síntoma para un sujeto.

 

 

 

Por otro lado, para Freud la repetición de números se encuentra incluida en el expediente de lo siniestro; por cierto que en un lugar cercano al del doble.

 

El software de edición de imágenes o Bin Laden en el espejo

  En estos casos, la edición de imágenes es quizá la forma de expresión más privilegiada. Bin Laden, como villano, es el blanco favorito. Se trata de ponerlo de la patada, según lo revelan algunas de las imágenes. Pero también se lo pone frente a un espejo, un tanto extraño.
 

 

 
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Las Profecías de Microsoft

 

Con el mismo signo de inédito llegaron a la red las siguientes instrucciones:

 

1. Abra el editor de texto Word o Word Pad.

 

2. Teclee QNYC (iniciales para Quenns New York City)

 

3. Aumente el tamaño de la fuente.

 

4. Cambie el texto a la fuente Windings.

 

Si todo sale bien, se obtendrá lo siguiente:

 

QNYC

 

Esta curiosidad tiene sus variantes, por ejemplo en lugar de teclear QNYC se indicaba Q33NY, se decía que esté era el número del primer en estrellarse contra las torres. Se obtiene lo siguiente:

 

Q33NY

 

Las cadenas de correo electrónico son, generalmente, de origen indeterminado; es decir que podemos saber quién nos envía una, pero no si dicha persona es el autor. Incluso se da el caso de que se hacen traducciones de las cadenas para todos los idiomas. Pero el origen de estas coincidencias no fue descubierto en Internet.

 

En 1992 el New York Post publicó un artículo donde se denunciaba que los programas de mayor venta en el mundo contenían un mensaje secreto antisemitista que alentaba la muerte de los judíos en New York. La empresa Microsoft llegó a publicar una declaración oficial donde se niegan las acusaciones y se muestran sorprendidos por los cargos.

 

Tal vez sea un abuso leer estás coincidencias como un par de textos gemelos.

 

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