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Parte III: Tomen Vuelo y Despeguen

Capítulo 17 - Complicaciones

La perdida de Max Sterling ocasiono un severo golpe a la moral de la comunidad de pilotos del SDF-1 --particularmente al primer crucero de pilotos. Tanto nos concernía que Max era el pilar sobre el que cada travesía descansaba, y era la escala con la que todo se media. De todos los pilotos a bordo de la nave -sin desacreditar al legendario Roy Fokker- Max no era solamente él más hábil, pero también él mas querido y respetado. Su perdida fue sentida por todos, y nosotros empezamos a preguntarnos si nuestros números subirían antes de llegar a casa. Después de todo, si Max Sterling -"Iglú," "El Genio Volador," "El Demonio Azul"- podía morder el polvo, ¿qué nos impedía a nosotros de hacer lo mismo? Esto no parecería mantener el estereotipo del piloto macho, pero era una actitud penetrante a bordo de la nave y demostraba no solamente que tan importante era Max, sino que tan profundo había bajado moral en las ultimas semanas

Estaba terriblemente perturbado por la perdida de Max. Era un extraño sentimiento al ascender por el elevador hasta la cubierta de vuelo en mi primera misión después de su desaparición. Los equipo Veritech fueron lanzados en Orden Anillo -esto es, los cazas del Anillo BARCAP 1 despegaron primero, después el anillo 2 y finalmente BARCAP 3. La mayor parte del tiempo llegaría a la cubierta de despegue casi al mismo tiempo que el Equipo Bermellón de Max eran asegurados en sus catapultas. Buscando por el familiar Valkyrie con vivos azules, vi en su lugar un VF-1A color café. La realidad finalmente tomó su lugar. Max Sterling se había ido.

Llege a estar furioso, repetidamente golpeando mi puño derecho contra la cabina de mi Veritech, maldiciendo dentro de mí mascara. Jure aquí y allá hacer algo para vengar la muerte de Max. Esos bastardos Zentraedi pagarían caro. Mandarlos a todos ellos al Infierno.


Mientras me volcaba de furia, mi oportunidad de venganza tendría que esperar por varios días. El intervalo en los ataques Zentraedi continuaron sin interrupción, y aunque continuaba en estar frustrado ante mis intentos de romper mi racha sin impactos, no podía haber pedido un mejor momento para unas vacaciones. La usualmente confiable Ojo de Gato tuvo una racha de inexplicables problemas electrónicos resultando en algunos enormes agujeros en las pantallas de nuestro radar. Cada punto ciego en la red del radar era cubierto a toda hora por dos escuadrones de Veritech operando en turnos de seis horas. Los tiempos de cambio de guardia estaban arreglados de tal manera que cada tres horas un escuadrón en cada sector era relevado, y todos los escuadrones cambiaban turnos cada doce horas. Operando con menos de seis horas de sueño entre cada misión, no tomaría mucho antes de que los nervios empezaran a estar tensos.

El cese al fuego Zentraedi duro hasta la mañana del 26 de Junio. El turno de mi escuadrón esta a punto de terminar, y después de casi seis horas de escudriñar la oscuridad mis ojos empezaban a desvariar, volteando hacia La Tierra. Como el doble de mi pulgar, era de un hermoso color azul con nubes arremolinadas por todos lados. Tenia una urgencia de dirigir mi caza en esa dirección y solo hacer una rápida zambullida. Empece a calcular la distancia en mi cabeza. Si aceleraba podía alcanzarla en solamente...

Un punto negro parpadeó enfrente del planeta y desapareció. Después llegaron dos más. Me volví a acomodar en mi asiento.

"Lider Aguila Rápida desde Dos Cero Nueve, tres boogies acaban de parpadear a las diez en punto."

Despues de una rápida búsqueda en el área "Nueve desde Uno, no juegues. Fuera. Líder Metralleta este es Líder Aguila Rápida, tengo tres boogies dirigiéndose hacia ti, cambio," dijo Carr.

"Aguila Rápida Uno desde Metralleta Uno, entendido."

Me recargue sobre mi hombro izquierdo y revise la oscuridad. No vi nada. Nuestros radares sondearon el área enfrente de nosotros, pero no nos devolvieron ninguna señal. Otra mirada en dirección a La Tierra y vi mas puntos. Dirigí una mirada a la pantalla en mi panel de instrumento. Normalmente nosotros volaríamos con nuestros radares en estado de espera para reducir las oportunidades de ser detectados por el enemigo, confiando en un enlace desde el radar del SDF-1 para detectar enemigos. Pero debido a los agujeros en la pantalla del radar, nos veíamos obligados a volar con nuestros radares activamente sondeando por actividad enemiga. Esto principalmente incrementaba nuestra detectabilidad al enemigo -ellos sabían donde estabamos al sentir nuestras emisiones de radar y si ellos querían, podían simplemente darnos la vuelta. Mi pantalla estaba en blanco. Estabamos siendo interferidos.

"Uno desde nueve, tengo boogies, diez en punto. Ocultos enfrente de la Tierra," llame excitadamente.

"Tallyho, los tengo. Aguilas Rápidas, a la izquierda a cero-tres-cero. Fuera. Ataque, este es Aguila Rápida Dos Cero Uno, tengo boogies a las tres-tres-cero radial, cuatro-cinco-cero millas, dirigiéndose uno-ocho-cero, cambio."

Sin cobertura de radar en nuestra área era poco lo que el controlador de defensa podía hacer, excepto tratar de llenar el agujero con mas cazas. Las naves en alerta estaban sin lugar a dudas despegando y por la nave, el personal estaba manejando artillería antiaérea y baterías de misiles.

Mientras nos dirigíamos hacia La Tierra, mas espectros pasaban enfrente de ella. Finalmente, mi radar empezó a regresar algunas señales intermitentes. Seis puntos aparecieron, identificados como Pods de Combate Raulon've, seguidos muy de cerca por dos docenas mas de varios tipos.

Zentraedi Raulon've Fighter Pod

"Aguilas Rápidas Noventa y nueve, revisen todos los sistemas"

Empece por toda la rutina de asegurarme que todo estaba "caliente" y preparado para la batalla que se avecindaba. Pase por mi lista tres veces para estar seguro, verificando que todo estaba listo. Brazo maestro... encendido. Bombas de combustible... encendidas. ECM... activo. Arneses... asegurados. Estos elementos, entre otras cosas, eran parte de la letanía que hacia mucho tiempo había aprendido, al derecho, al revés y a los lados.

El surgimiento de adrenalina estaba otra vez presente, y me estremecí mientras recorría mis venas. Una vez mas el juego estaba a punto de ser una realidad. Mientras nos acercábamos a los bandidos mi HUD se encendió y me casco empezó a dar los tonos y rugidos mientras mis misiles aseguraban sus blancos.

"Muy bien Aguilas Rápidas, vamos a hacerlo. Manténganse unidos todo lo que puedan. Disparen a voluntad, caballeros," ordeno el Tte. Carr.

Nos acercamos rápidamente a la formación enemiga. El cono letal del Stiletto se expandía hasta sesenta millas en el espacio -casi el doble que su contraparte alienígena- lo que significaba que la probabilidad de un contacto, no importaba lo que hiciera el enemigo para evadirlo, era casi 99%. Mientras los puntos de mi HUD cambiaban de amarillo a rojo, dispare tres Stilettos hacia la formación Zentraedi. Mientras los misiles se dirigían hacia adelante, el grupo de cerca de ochenta Raulon'ves y Regults, formaron una V invertida de deltas de tres naves, dividiéndose -la mitad dirigiéndose hacia el SDF-1 y la otra mitad permaneciendo para pelear con nosotros.

Los misiles encontraron su marca y relámpagos brillantes -como fuegos artificiales- iluminaron el cielo oscuro. Grite a través de la formación con mis compañeros mientras piezas de chatarra rebotaban en mis alas y cabina. Escuche al Tte. Carr llamar al Líder Metralleta con la esperanza de que él pudiera interceptar el grupo de Battlepods que nos habían pasado y que se dirigían hacia el SDF-1. Jale la palanca siguiendo al Tte. Sprabary arriba y sobre la formación Zentraedi y me preguntaba cuantos había alcanzado a ver sin ser advertido antes de que yo los hubiera localizado.

Mientras miraba a través de la cubierta de mi cabina me encontré aliviado de estar luchando con Raulon'ves. Aunque estaban fuertemente armados y extremadamente rápidos -en una línea recta- ellos tenían una armadura ligera y eran tan maniobrables como el edificio Empire State. No tomo demasiadas cargas para convertirlo en una Candela Romana, y si un piloto de Valkyrie obligaba a un Raulon've a luchar en forma circular, sus oportunidades de éxito se incrementaban exponencialmente.

Mientras nosotros nos zambullíamos con los cazas enemigos, ellos se separaban en todas direcciones y el Tte. Sprabary llamaba a nuestro equipo a que se separara. Cambiando a modo Guardián, formamos un triángulo traslapado con nuestras armas, cubriendo los traseros de los demás lo mejor que podíamos, hasta que el enorme número de cazas enemigos nos forzó a pelear por nosotros mismos. Mientras los amenazantes Battlepods verdes nos pasaban rápidamente por todos lados, brillantes relámpagos amarillos de fuego láser iluminaron el cielo estrellado como si fuera un sádico vídeo juego. Jalando hacia atrás y hacia delante en un esfuerzo desesperado para evitar una colisión, pero el esfuerzo fue miserablemente inútil. Era como esquivar gotas de lluvia y sabia que solamente era cuestión de segundos antes de que me convirtiera en dueño de un enfrentamiento con un caza Raulon've.

El sudor irrito mis ojos y se empaño contra mí mascara, pero no podía tomarme el lujo de soltar los controles para limpiarlos, tampoco. Dispare un par de misiles, cerrando un ojo, luego el otro para poder ver. Un enorme relámpago enfrente de mi marco el final de un par de Battlepods. Alrededor de mi, Raulon'ves y Veritechs revoloteaban en una macabra danza mortal. Todavía no podía ver muy bien, y simplemente tire de la palanca para no ser un blanco estacionario.

Mientras giraba hacia la izquierda, un grupo de Raulon'ves cargaron hacia mí, pasando sobre mi cabeza, pistolas estallando. En ese momento pense que moriría -cegado por el sudor que estaba expirando dentro de mi casco- pero estaba equivocado. El Valkyrie del Tte. Sprabary paso sobre mí llegando por la izquierda, el monton de Battlepods desintegrándose en su estela. Su ataque brillante y oportuno me dieron el respiro que necesitaba tomar. Empujando el acelerador salí del área de combate a máxima aceleración. Después de limpiar mi cola, rápidamente sacudí todo el liquido salada de mis ojos antes de hacer otra vuelta dentro de la bola de estambre de la que había salido hace unos momentos.

Cambiando a modo de caza, gire mi Valkyrie para volver a enfrentar a las naves agresoras. Llegando por detrás de un par de ellos, dispare una descarga de mi arma GU-11. Los Raulon'ves se desintegraron bajo la tormenta de balas de 55 mm. Mientras volaba a través de los restos, observe sobre mi hombro y vislumbre a mis seis en punto y vi un Raulon've soltar un paquete de misiles hacia mí. Unos cuantos de ellos explotaron cuando golpearon los restos del primer par de Battlepods pero el resto estaban firmemente comprometidos a alcanzarme. Mi casco estaba gritando un aviso mientras mis sensores rastreaban los misiles. Cambie otra vez a modo Guardián rapidamente y lanzando bengalas por todo lo que valía. Mientras las piernas se columpiaron hacia delante, mi señal de temperatura disminuyendo grandemente, por lo tanto, aumentando la probabilidad de que las bengalas distraerían a los misiles.

Continuando maniobrando mi caza hacia delante y hacia atrás, un relámpago brillante se reflejo en los espejos de mi cabina cuando los misiles detonaban contra las bengalas, inmediatamente voltee mi Valkyrie hacia la izquierda, pisando en el pedal derecho para hacer que diera la vuelta a la derecha. Mientras la GU-11 alcanzo a apuntar al caza enemigo, dispare una ráfaga de medio segundo. Era todo lo que se requería. El Battlepod exploto en medio millón de partes, restos volando en todas direcciones.

Empuje el acelerador a máximo poder, reconfigurando a Battloid mientras el fuego del cañón recorría el cielo que acababa de ocupar hace unos cuantos segundos. Un Raulon've aparecí debajo de los pies de mi Battloid, lo suficientemente cerca como para tocarlo, mientras un grupo de tres Battlepods aparecieron desde la derecha. Rotando hacia atrás en un medio brinco, grite para salir del peligro, mientras disparaba entre las piernas del Valkyrie hacia el primer Battloid. Las balas golpearon el blanco, dejando una línea de agujeros en la cabina del caza, el cual se desintegro con un haz de luz. No tenia tiempo para disfrutar la victoria, ya que un segundo grupo de Battlepods llegó atacando para enviarme al infierno. Cerca del pánico, cerré mis ojos y descargue los siete misiles que me quedaban. Una enorme explosión surgió, envolviendo mi Valkyrie en una bola de fuego efímera, piezas de acero retirándose de mi caza.

Despues de eso, se acabo. Los tres Battlepods no eran nada, mas que bolas de metal retorcido, mientras giraba mi Battloid alrededor para verificar la situación, me encontré completamente y totalmente solo. Era increíble que rápidamente puede uno salir de una pelea. Un momento te encuentras completamente rodeado, a un instante de la muerte, y al siguiente te encuentras con nada, excepto una calma surrealista. Sin luces de aviso que requirieran mi atención, sin rechinidos de una parte que estuviera a su limite máximo, sin gruñidos de los misiles demandando a ser apuntados a un blanco sospechoso. Solo un silencio preocupante.

"Noventa y nueve Aguilas Rápidas, repórtense," vino la orden de Carr.

"Dos." Ese era el Tte. Plog

"Tres." Segundo Teniente Ray.

"Cuatro." El Tte. Sprabary.

"Seis." 1 Sargento Tarango, ahora Líder del segundo Equipo de Ataque del Escuadrón Uno.

"Siete." GYSGT White -"Gunny Honky," lidereando al resto del Escuadrón Dos.

"Ocho," aviso SSGT Mitchel, el número dos de Tarango.

"Nueve," respondí.

"Diez," vino la llamada de Josh. Estaba contento que había pasado son problemas.

"Once." Para mi alivio, Waylan estaba bien.

"Doce." LCPL James "Beowulf" Andersen.

"Catorce." Sgt. Thomas "Notso" Wise.

Los números que faltaban -5, 13 y 15- eran los miembros de nuestro escuadrón que ya habían partido -Sherman, Clements, Takamura.

"Noventa y Nueve Aguilas Rápidas, formación. Estoy en la tres-cinco-cero, uno-cero radial, cuatro-cero-cinco millas."

Volte mi Valkyrie y me dirigí en dirección de la posición de Carr. No me había dado cuenta que tan lejos había volado durante mi corta pelea, y cinco minutos pasaron antes de que pudiera ver los otros ocho cazas del escuadrón, formados pulcramente en un escalón descendiente derecho. Deslizándome detrás de ellos, me coloque en posición entre Sprabary y Josh.

"Muy bien Aguilas Rápidas, vamos a ejecutar las revisiones," nos llamo Carr. "Repórtenme cualquier daño inmediatamente."

Como fue ordenado, di una revisión rápida de mi estatus. Combustible y municiones estaban bien, pero mi turbina numero dos estaba calentándose un poco. Escogí permanecer callado, una decisión tonta. Afortunadamente, mi orgullo no me dañaría en esta ocasión.

Continuamos patrullando sin ningún incidente hasta que el escuadrón del Tte. Brubaker llego como nuestro relevo. Después de intercambiar los acostumbrados saludos, Carr nos llamo a que rompiéramos la guardia y regresamos al Prometeus para recuperarnos.


Mientras salía de mi Veritech y observaba el número de marcas de muertes a lo largo del alféizar de mi cabina. Ahí había veintinueve de ellas, alineadas en dos filas de diez y una de nueve. Era una vista embriagadora.

"¿Cuántos logro anotar esta vez, jefe?" pregunto Philo.

"No lo sé," dije dándole mi casco con un guiño. "Tengo mala suerte a la hora de contarlos."


Oficialmente me fueron acreditados ocho muertes -mi total mas alto desde la chiripa de mi primera misión. Claramente esta no era una venganza apropiada por la perdida de Max Sterling, pero al menos pude extraer alguna retribución por su muerte.

Mi total ahora estaba en treinta y siete.


Mientras me dirigía a mi habitación, exhausto. Rebeca me había dejado un mensaje para que la llamara cuando regresara. Estaba rendido, con apenas suficiente energía para marcar su numero. Ella estaba feliz de que había regresado a casa sano y salvo.

"Voy a ver al doctor mañana. Hora de revisión," me tanteo. Podía escuchar la sonrisa en su cara.

"Ah, yo un papi. Tu una mami. Extraño, ¿no?" dije sonriendo.

"Seguro que lo es. Oh, te amo tanto," ella dijo.

"Y yo te amo a ti, también, nena."

"Nos vemos mañana," dijo.

"Ya dijiste. Buenas noches mi amor," le dije.

"Buenas noches."

Coloque el teléfono en su lugar y ya estaba dormido antes de que llegara a la almohada.


La siguiente mañana, llegue a la sala de juntas para la junta matutina y me encontré que Waylan, Josh y yo habíamos sido recomendados para una promoción.

"Me servirá el aumento," le dije a Josh, irónicamente.

"Si, pero me tendrás que llamarme 'Señor,' mugroso" dijo, encajando un dedo en mi pecho.

"Actualmente, yo seré un Senior, pedazo de lombriz. ¿Cuándo es tu cumpleaños?"

"El 9 de Septiembre," dijo.

"¡¡Ja!! 2 de Abril. Voy a ser Senior, cabeza hueca. ¿Cuándo es tu cumpleaños, Donny?" le pregunte.

"El 5 de Julio," contesto Waylan.

Rei estruendosamente. "Par de perdedores, es mejor que esperen que ellos pierdan mis papeles o ustedes estarán trabajando para mí." Dije, tomando una pose Napoleónica.

"Nunca mientras vivas, tarado," dijo Waylan, mientras estallábamos en risas.

"Atencion Señores," vino la llamada de la parte de atrás de la Sala de Juntas. Todos nos formamos en atención mientras el Tte. Carr marchaba hacia el pasillo que dividía las dos secciones de las butacas de auditorio.

"Empecemos, caballeros," dijo.

Con esas palabras, la junta empezó.


La misión paso sin ningún evento. Después de seis horas de estar sentado en la cabina del Valkyrie, mi parte trasera se sentía como plomo, estaba ansioso para salir de ahí. Después de desabrocharme los cinturones de seguridad, le pase mi casco a Philo, que había trepado por la escalera de abordaje de la cabina.

"Jefe, el Capellán quiere hablar contigo de inmediato," dijo.

"¿El Capellán?" Le pregunte algo sorprendido. "¿Qué desea?"

"No lo sé, Cabo. El solo dijo que necesita hablar contigo de inmediato."

"Muy bien Philo. Gracias," dije, una sensación de temor cubriéndome.

Despues de descender de la cabina, me dirigí hacia el Capellán y lo salude. "Comandante," dije.

"Por favor, descanse," dijo, regresándome mi saludo. "Tengo unas noticias muy serias para ti, hijo. Tu esposa esta en cirugía -ha habido un problema. Estoy para escoltarte al hospital de inmediato. No te preocupes en cambiarte tu traje de vuelo, salimos inmediatamente. El Tte. Carr será informado del motivo de tu ausencia."

Mi sangre se volvió fría, drenándose de mi cara, mientras las lagrimas se acumulaban en mis ojos. Casi me desvanezco ahí en la cubierta del hangar, pero invocando a la fortaleza llegue al jeep del Capellán.

Nos dirigimos rápidamente al hospital.


Cuando llegamos a la sala de emergencias los doctores me informaron de la situación. Durante la revisión matutina de Rebeca, su actividad sanguínea se volvió anormal. Exámenes revelaron cáncer cervical y de ovarios de una naturaleza agresiva -una rareza astronómica para alguien de la naturaleza de Beki- requiriendo cirugía de emergencia e inmediata. En las palabras del doctor era "un milagro que ella concibiera." Dos horas después de entrar a la oficina del doctor para una revisión de rutina, mi amada Beki estaba bajo un cuchillo.

Espere por mas de cinco horas en la sala de espera, a que despertara de la cirugía, pero la hora de junta se estaba acercando y no podía esperar más. Mientras la besaba en su frente observe su cara. No podía soportar la idea de seguir mi vida sin ella, y llegue a un punto de sollozos y lagrimas. Sentía que todo lo que había llegado a ser en este momento era por ella. Ella me había apoyado, alentado... creído en mi, cuando ni yo creía en mi... y la vida sin ella seria demasiado para soportar. Toque su mano, y dirigí mis pasos fuera del hospital, completamente mareado.

La vida, repentinamente, había perdido mucho de su valor.


Capítulo 18 - Tristes Despedidas

La hospitalización de Rebeca no pudo haber llegado en un momento tan terrible. Los Zentraedi una vez mas realizaron sus asaltos al SDF-1, y mientras más nos acercábamos a la Tierra, mas determinados parecían estar en evitar a que llegáramos ahí. Día tras día los ataques incrementaron en intensidad y frecuencia y nuestros pilotos ya gastados rápidamente se encontraron a sus limites. La defensa de la nave estaba a un alto costo, y cuando el 4 de Julio llegó, había muy pocos motivos de celebración entre el contingente norteamericano de pilotos.

Nuestras reducidas defensas nos permitieron muy poco más que volar y pelear. Todos los pilotos estabamos en un estatus de alerta de 24 horas así que no tenia tiempo libre para atender a mi hermosa esposa. Pase cada hora que podía en el hospital, acompañándola todos los días que siguieron a la cirugía, dormitando en una silla a un lado de su cama, traje de vuelo sucio, y su condición no parecía mejorar.

Se descubrió que la cirugía inicial de Beki no fue lo suficientemente extensa. Mas exámenes mostraron que el cáncer, alimentado por las hormonas producidas por el joven cuerpo de Rebeca, ya se habían propagado y atacado su otro órgano reproductor antes de que se intentara la primera operación. El mal estaba tan avanzado que los doctores garantizaban que las siguientes operaciones serian exitosas solamente si el cáncer no se había propagado por su cuerpo. Así que no había opción mas que retirar el sistema reproductivo infectado de Rebeca y perderíamos al bebe. Era un triste día para ambos -aunque estaba mas preocupado por la salud de mi querida Beki -y ella recibió las noticias muy acongojada.

"Oh, Jake," lloro. "Yo quería tanto darte hermosos niños, Lo siento mucho."

La sostuve y trate de asegurarle que estaba bien, pero ella estaba mas allá de ser ella misma. Sus ojos, una vez del más hermoso color azul, se habían tornado del color de una nube de tormenta invernal, y podía sentir el deseo de la vida resbalar de ella.

"Beki, por favor. Mantén las fuerzas. Tienes que pelear esta batalla, cariño. Por favor pelea." La sostuve mientras sus lagrimas continuaban saliendo. Había muy poco que hacer para mí y en ese momento acaricie el pensamiento de mi propia muerte. Una vez mas, la vida había tomado un camino hacia lo peor.


El único punto brillante en una mes que era terrible fue el regreso de Max Sterling y compañía. Que ellos hayan logrado regresar a casa -sin mencionar con vida- era por sí solo un hecho de intervención divina.

El día del regreso de Max, el Equipo Ogro estaba volando como parte del Anillo BARCAP 1. Una enorme lucha había aparecido a nuestra derecha y mientras nos preparábamos a ser enviados a esa dirección, un haz de luz llamo mi atención. Se estaba moviendo muy rápido -en la dirección incorrecta- para ser un Veritech.

"Ogro Uno desde Dos, tengo un boogie a las 5 en punto, dirección uno nueve cero, contacto," llame, mientras dirigía mi caza hacia la nave enemiga. Un piloto que llama contacto indica que debe maniobrar inmediatamente para mantener contacto visual, así las otras naves en la formación saben a donde dirigirse.

"Dos desde uno, no hay juego. Es toda tuya," vino la respuesta de Sprabary.

Perdi el contacto visual con la nave, cambie mi vista a la pantalla del radar en mi consola. El radar no pudo identificar el boogie, y después se volvió en un tipo de maquina Zentraedi jamas vista -el Queadlann-Rau. Mientras lo observaba, el blanco apareció en mi pantalla en un patrón de zigzag, después desapareció fuera de rango.

Zentraedi Queadlann-Rau Powered Armor Suit

Sprabary hizo una llamada al Equipo Skull, ya comprometido en otra pelea. Mientras en nuevo caza se acercaba hacia el SDF-1 mientras dejaba un sendero de destrucción en su camino. La reacción al nuevo caza puede ser mejor expresada por nuestro Comandante de Ala Senior, LCDR Roy Fokker, que exclamo, "¿Qué diablos fue eso?"

Nadie sabia.

La batalla fue muy breve pero feroz, y como más tarde se descubriría, estaba diseñada para distraer las defensas lo suficiente para introducir tres espías Zentraedi -llamados Rico, Bron y Konda- a bordo de la nave. Fue brillante y mientras el último caza Zentraedi desaparecía del área, rápidamente nos dimos cuenta del alto costo de este enfrentamiento. Tan lejos como podía ver, el cielo estaba lleno de muerte y desechos -los restos de Battloids y Battlepods dañados.

De regreso al Prometeus, mi caza fue golpeado por miles de pedazos de basura, y nuestro lugar en el patrón de aterrizaje era continuamente atrasado mientras cazas hacían aterrizajes de emergencia sobre la nave. Observando a los cazas mientras aterrizaban, estaba extasiado ante la belleza de todos. Luces de navegación centelleaban como luciérnagas y las piezas rotantes de los restos reflejaban la luz del sol en ritmos armónicos. El que la muerte se reflejara tan increíble era tan irónico que nunca había visto algo así.

Habiendo llegado al ultimo al área de combate, teníamos mas combustible y fuimos colocados al final de la línea. El tanque de emergencia estaba orbitando cerca, y observe a un par de Valkyries conectarse antes de aproximarse a la nave. Después de orbitar en el patrón Marshall por casi media hora, finalmente tuve oportunidad de llegar a la nave, y mi aterrizaje fue sorpresivamente sin novedades -un aterrizaje en cable tres de libro de texto.

Despues de asegurar mi caza en la cubierta del hangar, me retire mi casco y observe mi panel de instrumentos. Estaba mareado ante las ironías que continuaban apareciendo ante mí. Mi aterrizaje fue perfecto, y mi puntería no pudo haber sido mejor (cuatro muertes con solamente 47 tiros) aun así, mi vida se estaba convirtiendo en una tragedia griega y no podía comprender porque. Pensando en mi amada esposa, muriendo en el hospital, me desconecte de la realidad por varios minutos hasta que Philo me sacudió el hombro.

"¿Jefe? ¿Se encuentra bien?"

"¿Qué?" mire a mí alrededor, confundido.

"¿Esta usted bien, Cabo?" me pregunto otra vez.

"¿Huh? Oh... Oh, si. Si, estoy bien, Philo."

Estaba determinado a aparentar estar compuesto, aunque una mirada a mis ojos mostrarían que podía demostrar cualquier cosa pero estar compuesto.

"Acabo de escuchar algunas buenas noticias que tal vez estaría interesado, Cabo," dijo.

Por un breve instante jugué con el pensamiento de que podría ser Beki, pero estaba equivocado.

"El Comandante Fokker y su equipo acaban de capturar un Battlepod Regult Zentraedi," dijo. "Y usted nunca adivinara que encontraron dentro."

"Si, me doy. ¿Qué encontraron?" Difícilmente podría estar interesado en otra cosa mas que mis propios problemas, pero me imagine que Philo esta haciendo todo lo posible para animarme, así que pretendí que me interesaba.

"Ellos encontraron a Max Sterling y su pandilla," dijo con una sonrisa.

"¿Ellos que?" exclame.

"Sip, encontraron a Max. Esta de regreso"

Me abalance sobre un teléfono e hice una llamada al puente. Con confianza de que Fokker había encontrado a Max Sterling. El Demonio Azul estaba de regreso.


La condición de Beki continuo deteriorándose mientras el SDF-1 se aproximaba a la Tierra. Aunque los tratamientos contra el cáncer habían evolucionado con los años, eran cualquier cosa menos una ciencia exacta, y aun lo más moderno en tratamientos de radiación no podían garantizar una cura. Aun así, estabamos a tres días de la Tierra y había esperanza de que una vez que aterrizara el SDF-1, Rebeca podía ser trasladada a la Unidad de Cáncer en el Hospital San Francis en Salt Lake City, el principal centro de tratamiento contra el cáncer. Era su única y verdadera oportunidad.

Como iba, mi vigilia constante estaba acompañada de visitas de Waylan, Max, Josh, el Tte. Brubaker y otros. Mi familia, junto con la de Beki, me aseguraron que ella nunca estaría sola.

Entre los amigos, al Tte. Brubaker parecía llegarle al corazón la condición de Rebeca mas que a ninguno. Estoy seguro que nos vio a los dos con una mirada de padre, y ver a cualquiera de los dos en dolor o peligro le desconcertaba sin lugar a dudas. Mientras le decía adiós a Beki en la mañana del 11 de Julio, ella no tenia razón para creer que era la ultima vez que lo vería. Desde este punto de vista, era probablemente lo mejor.


Las altas perdidas sufridas durante las ultimas semanas, aunado al inoperable sistema de radar, nos obligo a eliminar el anillo BARCAP externo. Simplemente no había suficientes pilotos para cubrir todos los agujeros, así que no tuvimos otra opción mas que mover todo en una recorte. Esto no hizo sentir bien a los pilotos, viendo como se perdía el poco apoyo que nos ofrecía el anillo exterior. Aunque no era muy efectivo para realizar intercepciónes sin la guía del radar, el tiempo que nos ofrecía al tener el primer anillo era mejor que no tener nada.

La historia familiar de un ataque de fuerzas superiores se repitió el 11. Con el Tte. Brubaker guiando el BARCAP vespertino, y los equipos VF peleando una gran lucha. No tomo mucho tiempo, antes de que las embestidas diezmaran los rangos de los ojerosos pilotos Veritech, mientras caían ante las armas Zentraedi.

Apenas había alcanzado el hospital después de mi patrullaje cuando llego la alerta. Hice una salida rápida del hospital, esquivando camillas cargadas de pacientes en camino a la sala de operaciones. Disparado hacia mi jeep -el cual amablemente me lo había prestado el Tte. Carr- derrape saliendo del estacionamiento dirigiéndome al Prometeus.

Dejando el jeep en una esquina del hangar, llegue a la cubierta corriendo y alcance a mi caza. Con mi puño derecho golpee el "Botón de Arranque" se guardo la escalera de abordaje, mientras me ajustaba mi arnés y mi traje, el Valkyrie iniciaría su secuencia de auto arranque. Para el momento que alcance la cabina, todos los sistemas estaban en línea y listos para partir.

Despues de montar y abrocharme, Philo me alcanzo el director de vuelo y procedí hacia la cubierta de despegue. Los cazas eran lanzados hacia la vasta oscuridad mientras me colocaba en posición detrás de uno de los puertos de las catapultas. En la distancia, brillantes emisiones de luz, llenaban de puntos el cielo estrellado.

La catapulta me envío fuera de la cubierta e inmediatamente gire para librar la punta final del portaaviones. Me alcanzo otro piloto de un escuadrón SDF-1 y juntos llegamos al área de combate. Después de una rápida apreciación de la situación, nos zambullimos dentro de la pelea.

Battlepods y Valkyries se perseguían unos a otros, en un intento de salir victorioso. Los dos cambiamos a modo de Battloid y no perdimos tiempo en disparar a todo lo que pasaba enfrente de nosotros. Era la pelea más intensa en la que jamas haya estado, y en ningún momento mi cabeza, ojos o manos dejaron de moverse. Bailamos por todo el cielo relampagueante, disparando Battlepods, esquivando disparos de cañón y evitando colisiones en nuestros esfuerzos de protegernos unos a otros

Durante la salvaje refriega, dispare a todo lo que se movía, dispare un trío de misiles hacia un grupo de cuatro Regults, destruyendo los cuatro. Girando a la izquierda para evitar un disparo de láser, dispare dos mas a otro grupo entonces brinque hacia delante y destruí otro Battlepod con mi GU-11. Pise el pedal derecho, luego el izquierdo, jalando hacia atrás y hacia delante. Lanza Misiles. Rifle. Jala. Lanza Misiles, Rifle, Jala. Dos misiles mas, dos impactos más. Una serie de descargas con el rifle destruyeron varios cazas Zentraedi, y como Moisés partiendo el Mar Rojo, el área estaba momentáneamente libre.

Me quedaban once cargas.

"Sand Pebble Dos desde uno, Winchester." Para esta misión había escogido "Sand Pebble" como mi identificador, estaba adoptando a mi hombre ala adoptivo que me había quedado sin municiones.

"Correcto, uno. Regresamos a tu discreción," dijo.

Clave el acelerador a máxima potencia y salí del área de combate en dirección al SDF-1, el otro piloto cubriendo mi cola. Tenía que abordar el Prometeus para rearmarnos lo más rápido posible.

Las cosas estaban en un completo desorden y sentía que no tenía el suficiente tiempo de pasar por el calvario de un patrón de aterrizaje. Todavía en modo Battloid, me acerque al SDF-1 por la parte baja para no cruzarme con ningún caza que pudiera estar en el patrón, y llegue a una de las bahías de maquinas en el estribor del SDF-1, justo cuando estaba a punto de vomitar otro par de cazas.

Con mi intrépido acompañante a remolque, llegue a la bahía del hangar del SDF-1 y tome un par de GU-11 de un casillero de armas. Pasándole uno a mi ala, tome el otro y cargamos fuera de la bahía del hangar, dirigiéndome en dirección de la pelea que acababa de dejar.

Cuando llegamos a escena, la batalla había terminado, movido o dividido, así que fuimos por mas juego -el cual encontramos en forma de un enorme grupo de Regults retirándose del SDF-1. Envalentado por éxitos pasados, otra vez nos clavamos dentro de la formación Zentraedi, desviando Battlepods en todas direcciones. Empleando los mismos métodos que antes, nosotros dos nos apropiamos de una área particular del cielo y golpeábamos a todo lo que entrara ahí. No paso mucho tiempo antes de que los Zentraedis se fueran buscando una victima más fácil.

Mientras nos dirigíamos en busca de mas blancos, el director del SDF-1 nos indico que rompiéramos nuestros ataques y que regresáramos a la base. Mi hombre ala había trabajado increíblemente bien, y mientras entrábamos al patrón Marshall hacia el Prometeus me hizo la seña del pulgar, después rompió la formación, dirigiéndose al patrón de aterrizaje del SDF-1. No tenía idea de quien era el piloto en el Veritech con marcas doradas, pero era un guerrero endemoniado.


Mi actuación alcanzo un nuevo tope. Oficialmente me acreditaron con un sobresaliente 21 en mis dos salidas ese día -12 de ellos con la GU-11- llevando mi total a 62. En mi corazón sabía que la cuota era mucho mayor -quizás tanto como una docena. Estaba en un modo que no había experimentado antes, y la ironía era inconfundible.

Cualquier placer que haya sentido estaba templado, aun así, al descubrir que mi amigo y mentor, Tte. William Brubaker, había fallado al regresar del combate del día. Era una aturdidora realidad que había encontrado imposible de creer. Nadie vio que lo golpearan. Nadie lo vio en problemas. El simplemente se desvaneció.

Segundo detrás de Roy Fokker en victorias, el Tte. Brubaker estaba entre la elite de pilotos de combate de toda la historia, y su perdida fue un gran impacto entre mis compañeros pilotos de combate, provocando una gigantesca sombra ante nuestro inminente regreso a la Tierra. La historia detrás de la desaparición del Tte. Brubaker tendría que esperar cinco años para ser resuelta, y sería causa de una sombra mayor sobre los supervivientes del fallido viaje del SDF-1.

Estaba inconsolable. Mi esposa estaba muriendo, nuestro bebe se había ido y ahora el hombre que pavimento el camino para que mi sueño se convirtiera en realidad estaba perdido y presumiblemente muerto. Era casi demasiado. Fui a mi cuarto y llore por mas de una hora -quería sacarlo de mi sistema para que Beki no supiera que estaba mintiendo cuando le dijera que el Tte. Brubaker estaba muy ocupado para una visita.

Sin mas lagrimas que verter, me arregle lo mejor que pude y me dirigí al hospital. Mientras viajaba en el elevador hacia el piso donde Rebeca estaba permaneciendo, un sentimiento debil de terror me alcanzo. Las puertas se abrieron y camine por el corredor hacia la habitación de Beki. Cuando di vuelta en la esquina fui recibido por la cara preocupada del doctor de Beki, y podía saber por su expresión que las cosas no estaban bien.

Rebeca Jane Casey-Framton, la hermosa y adorable niña que había conocido ese día infernal del 2009, cayo en coma y falleció a las 3:44 P.M, el 11 de Julio de 2010. Ella tenia 18 años de edad.

Las noticias me golpearon como un tren de carga. Me sentía como si estuviera en el centro de una explosión nuclear -sintiendo calor, dolor. Las paredes se cerraron y encontré que me era imposible respirar, como si un oso gigante estuviera aplastando mis pulmones. Con un corazón pesado, me dirigí a mi habitación, asegure la puerta y procedí a llorar como un bebe -solo en mi angustia. Era mejor de esta manera...



por Jason W. Smith
Julio 1995

traducción Gerardo Campos De León
Julio 1998

Copyright © 1995-98 by Jason W. Smith

(Nota del autor: Este es un trabajo de ficción. Cualquier similaridad a eventos, personas, etc. actuales es pura coincidencia --aun si fue intencional)

Basado en los personajes y situaciones de
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Última Fecha de Revisión: 2 de Enero de 1999