No puedo pensar en ninguna palabra que describa la perdida de un amigo cercano. Vacío. Ira. Frustración. Amargura. Rabia. Todas esas aplican y cuando son combinadas, se aproximan a la manera de como se siente uno después de vivir tal evento -pero ninguna de esas descripciones pueden dar una descripción completa de este sentimiento. Si yo estuviera obligado a elegir solamente una palabra para describir como me sentía en los días que siguieron a la muerte de Waylan, esta seria enfurecido.
Era difícil no sentirse de otra manera. Estaba enojado con el mundo. Enojado y cansado. Se me había otorgado el sueño de mi vida -el convertirme en un piloto de combate- pero llego a tener un costo que me hizo preguntarme si realmente valía la pena. Había perdido tantos amigos cercanos, compañeros de escuadrón, y seres queridos en tan corto tiempo. Bill Brubaker, Dain Clements, Jin Takamura, Jacien Carr. Wise, Martin y Mitchell. Joe Burkett, Rebeca... y ahora Waylan. Estaba cansándome de ver los estantes vacíos en las barracas y las familias destruidas por esta terrible guerra y estaba enfurecido por mi incapacidad de poder hacer algo al respecto.
La muerte de Waylan fue particularmente difícil de tragar por que me di cuenta demasiado tarde que pude haber hecho algo para prevenirla. Había ignorado los signos de advertencia. Las premoniciones de Waylan, su intranquilidad antes de su ultimo vuelo y un escalofriante pasaje del "¡Samurai!" de Sakai. Una señal más clara, que la de Sakai, no era posible. Las circunstancias fueron diferentes, pero el resultado fue el mismo. Un hombre ala, inquieto de ser obligado a volar con alguien mas que con su líder habitual se había perdido para siempre. Honda y Green. Los dos, pilotos de combate, los dos muy hábiles y los dos con solamente 20 años de edad. Enviados a sus muertes por hombres que ignoraban las advertencias que ellos presentían, resultando en muertes que fueron trágicas, fútiles e innecesarias.
"Aquellos que ignoran la historia están destinados a repetirla." Mientras me sentaba cavilando, esas palabras hacían eco en mi cabeza, como una canción que no puedes dejar de cantar, y por mas que lo intentaba, no podía silenciarlas. En ese momento decidí que obtener una compensación por la muerte de Waylan había expirado hace mucho y empece a hacer algo sobre eso. Sabiendo que el, también, estaría ansioso de liquidar cuentas con nuestros amigos alienígenas, salí a buscar a Josh Kaufman.
Nosotros, por supuesto, necesitaríamos un plan -y el que tenia en mente funcionaria perfectamente.
Uno de los extraños y maravillosos agujeros en el voluminoso libro de procedimientos de operaciones de la RDFN fue creado específicamente para los aviadores. Cuando se hacen reparaciones a las naves, era un requerimiento hacer un vuelo de prueba a la nave antes de regresarla al estado de servicio activo. En tiempo de guerra, el procedimiento indicaba que el avión debía ser probado antes de cualquier acción de combate "si existen las condiciones para conducir un vuelo de prueba." Como uno puede imaginarse, aquellos pilotos con las más altas puntuaciones tienden a tener sus aviones bajo "reparación" de manera frecuente para explotar esta regla en particular.
Una rápida conversación con Philo resultó en un "problema" de transferencia de combustible que necesitaba revisarse. De manera extraña, una anomalía similar también le afecto a la ave de Josh Kaufman. Mientras Husky y yo fuimos a la sala para prepararnos para nuestro vuelo, nuestras cuadrillas cargaron a las dos naves con combustible y munición. Para propósitos de defensa, nuestros cazas eran cargados con seis Stilletos, tres colgados a cada lado en las dos lanzaderas dentro de la nave y una carga completa de metralla de 55mm para nuestros rifles GU-11.
Mi plan era simple. Nos dirigiríamos a la zona de practica antes de dirigirnos hacia la posición actual de la fuerza de batalla enemiga más cercana, manteniendo una posición estacionaria en órbita alrededor de la luna. Un barrido prolongado de radar serviría para seducir a los alienígenas a enviar un grupo de cazas para interceptarnos, y el juego empezaría. La misión también nos daría nuestra primera oportunidad de probar el último programa de Contramedidas Electrónicas (ECM). Nuestros amigos alienígenas habían retrabajado sus misiles para que fueran mas resistentes a nuestros distorsionadores, y por lo tanto, nuestras perdidas se habían elevado por mucho, comparado con las que habíamos tenido en las ultimas semanas.
Después de explicar mi pan con Josh, me prepare para nuestro vuelo. En los días cuando tenia tiempo para colocármelos, yo volaba con mis lentes de contacto puestos. Esto ya no era posible. Salir rápidamente de mi cuartel a la mitad de la noche y lanzándome salvajemente a mi nave, me dejaban poco tiempo para colocármelos, por lo que tuve que buscar otras ideas.
Los anteojos estaban bien hasta cierto punto, pero ellos presentaban también su juego de problemas. Los lentes convencionales con las aletas pegadas a la sien no eran muy cómodos debajo de un casco a la medida, y los sellos alrededor del casco presionarían las aletas a los lados de tu cabeza. Después de unas horas, un dolor de cabeza era inevitable y la concentración rápidamente sé hacia pedazos. Los tirantes, los cuales se amarraban alrededor, detrás de los oídos, eran mucho más cómodos y tenían el beneficio adicional de mantener los lentes en tu cara, previniendo que se deslizaran a tu nariz cuando jalando gravedad. Sin embargo, a diferencia de los lentes con aletas, donde el piloto se colocaba el casco y después deslizaba los lentes con facilidad, un piloto usando lentes con tirantes tenia que ponerse el casco después. Y muy a menudo, los sellos de los oídos, moverían uno o los dos cables de la sien y el proceso tenia que repetirse. Cuando los segundos cuentan, esta no era una situación atractiva.
Mis goggles deportivos, con su correa elástica, eran la cosa más cercana a una combinación de los dos - más fácil de colocar que los lentes de tirante y más cómodos que los de aletas- mientras la correa se mantuviera derecha en la nuca mientras se colocaba el casco sobre ellos. Desgraciadamente, a veces esto era algo problemático y hoy fue uno de esos días. Mis contactos me habían dado molestias toda la mañana y decidí salir sin ellos. Tres veces intente colocarme el casco sobre mis goggles, y las res veces la correa se torcía. Como usábamos mascaras que cubrían toda la cara, no había manera de colocarse los goggles alrededor del casco como los pilotos de combate de los 1940s y 50s. Estaba claro que necesitaba otra opción y mientras forcejeaba con los goggles por cuarta vez, jure que resolvería el problema de una vez por todas en cuanto regresara.
Josh había tenido sus propios problemas con el sello de la mascara, pero rápidamente los había enderezado y en la hermosa mañana del 25 de Mayo nos lanzamos en nuestra misión de venganza. El lanzamiento de catapulta y punto de reunión paso sin novedad y después de unas transmisiones cortas de radio recibimos nuestro espacio en el área de practicas. Con el SDF-1 encogiéndose detrás de mí, lleve mi caza hacia el área de practicas y procedí como estaba planeado. Con unas profundas aspiraciones empecé a mentalizarme en la tarea que tenia en mi mano. Encendiendo y apagando mis luces de posición cinco veces, le señale a Josh que cambiara a nuestra discreta frecuencia del Botón Cinco.
Presione el botón en mi palanca, espere cinco segundos y después llame a mi hombre ala. "Muy bien, Husky, estamos tu y yo solamente. Vamos a quemar a algunos de esos idiotas, ¿Tú que dices?"
"Entendido. Listo en cuanto tú lo estés, jefe."
"Muy bien, aquí vamos, llegando por la izquierda." Con la venganza en mi mente y el odio en mi corazón, moví ligeramente la palanca hacia la izquierda, llevándonos en dirección a la luna y al grupo de batalla Zentraedi en su punto más lejano.
"Aguila Veloz Dos Cero Nueve, Control Prometeus. Sé esta desviando de su plan de vuelo, por favor confirme."
Yo ya había previsto que no le tomaría mucho tiempo al SDF-1 darse cuenta de a donde nos dirigíamos y a que frecuencia habíamos cambiado. En este respecto el controlador me demostró que tenia razón. Así que decidí en intentar y detenerlos.
"Control Prometeus, Aguila Veloz Dos Cero Nueve. Nos dirigimos en esta dirección para una prueba de flujo de combustible a alta velocidad, cambio."
Una pausa. El controlador estaba dudando si hablar a un supervisor para averiguar que debería hacer. Después de un prolongado silencio, el continuo, "Muy bien, Dos Cero Nueve, entendido. Cambie a Botón Tres ahora, cambio."
Yo no conteste.
"Aguila Velos Dos Cero Nueve, este es Control Prometeus. Cambien a Botón Tres, cambio."
Espere en silencio.
"Dos Cero Nueve, Dos Cero Nueve, aquí Control Prometeus," el controlador llamo ansiosamente. "¿Me escucha?"
No deseando que el controlador enloqueciera y mandara cazas para rescatarnos, intente un truco tan viejo como la misma radio. "Cont-... Prome-...-us... -loz Dos Ce-...-ve... Ape-... ...-uedo escucharlo... -bio" Encendiendo y apagando el micrófono y silbando aquí y allá, esperaba que el controlador pensara que solamente tenia problemas de radio y me dejaría solo. Él hizo varias llamadas a Joshua y a mí antes de darse por vencido de pura frustración. Era el truco más viejo del libro pero -por ahora, cuando menos- estaba funcionando.
La superficie fría, craterienta, polvosa y gris de la luna avanzaba y pasaba firmemente debajo de nosotros, con ella iba nuestra protección de la flota alienígena. Localice el Mar de la Tranquilidad, el famoso punto donde los astronautas del Apolo 11, Neil Armstrong y "Buzz" Aldrin se convirtieron en los primeros hombres en caminar sobre la luna. Inconscientemente, me estire para buscar un rastro del Modulo de Excursión Lunar del Apolo 11 y la bandera Estadounidense erigida por los astronautas, sabiendo perfectamente bien que nunca podría verlas desde esta distancia -asumiendo que aun existieran.
Jalando el acelerador una pulgada y usando la fuerza gravitatoria de la Luna como catapulta, incremente nuestro acercamiento a la flota enemiga. Con el movimiento de un interruptor empece a barrer el área enfrente de nosotros con mi radar. No estaba preocupado en permanecer oculto, ya que la única manera de llamar a los Zentraedi a que pelearan sería asegurarnos que ellos supieran donde estabamos. La pantalla de detección de amenaza se encendió, dibujando sus bandas onduladas amarillas y rojas, mientras mi sistema electrónico de defensa empezaba a calcular la detectabilidad de mi caza a los radares de búsqueda Zentraedi. Mientras entrábamos en la banda amarilla, lo que indicaba que el enemigo tenia una oportunidad de 50/50 de encontrarnos, empece a sudar. Dentro de quince segundos no habría duda de que los Zentraedi nos tendrían en su radar y nos encontraríamos peleando por nuestras vidas en unos cuantos momentos.
Me robe una mirada sobre mi hombro derecho. Josh estaba justo detrás de mi ala derecha, firme y fiel como siempre. La feroz mirada en sus ojos antes de que partiéramos estaba incrustada en mi mente y elimino cualquier pensamiento de culpa al comprometerlo de esta manera. Estaba claro que su rabia era igual a la mía, y la única manera de suprimirla era derramando sangre.
"Muy bien, Husky. ¿Estás listo para la fiesta?" le pregunte.
"Listo cuando tú lo estés, Jake."
"Muy bien." Un tono se encendió en mi casco. "Radar del enemigo a la una. Nos tiene." el sistema de detección de amenazas se fue a rojo.
"Enterado. Ahora no tardaran mucho," él indico
"Controladores arriba, Dos," ordene.
Con la reacción instintiva desarrollada después de meses de combate, nuestros dedos enguantados alcanzaron nuestros interruptores maestros respectivos y los enfrentamos. La Pantalla del Sistema de Armamento de Josh y su HUD se encendió con información del estado de sus armas, así como el mío. El familiar ajetreo que venia después de cada enfrentamiento me golpeo con su habitual intensidad y me estremecí mientras un escalofrío recorrió mi espina. Algunas cosas nunca cambian.
Mientras nos embarrilábamos en el crucero de ataque Zentraedi más cercano -un Queadol Magdomilla, también conocido como "Queasy Maggie"- levante mis nudillos y me surgió un recuerdo de mi desaparecido amigo. Me encontré lleno de una oleada de ira que sin lugar a dudas bloqueo mi juicio. Un asalto a una flota Zentraedi con un par de cazas Veritech no era lo que una persona racional haría, pero los recuerdos de la muerte de Waylan me hacían imposible no comportarme de una manera racional.
Queadol Magdomilla, Zentradei Strike Cruiser
Sujete mi selector de blancos de la palanca y marque la nave enemiga. El halo rojo en el HUD me mostró que podía golpear el pesado crucero, aun a su extremo lejano, pero mis misiles no estaban dirigidos a ella - de cualquier manera, no podrían ocasionar ningún daño apreciable en la nave de 2 kilómetros y medio de largo. Tenia otros planes en los misiles que guardaba y para cualquier caza Zentraedi, lo suficientemente desafortunado para presentarse en este día. Con una determinación sombría, continuamos acercándonos al Queadol. Mientras nos movíamos para acercarnos a 700 millas de la nave, me preguntaba por que los Zentraedis no habían despegado para interceptarnos. A 200 millas, estaba completamente perplejo.
"¿Dónde están los interceptores, Husky?" llamé, sabiendo muy bien que Josh no tenía mas respuestas que yo.
"Creo que se acobardaron, jefe," contesto.
Me permití una rápida sonrisa. Sentía como si pudiera tomar a toda la flota Zentraedi yo solo, así que realmente no los podía culparlos por tener miedo de pelear.
"Muy bien. Cambio de planes. Quiero que tomes las torres de comunicaciones y radar de popa. Yo voy por los que se encuentran por delante. Esto nos dará algo de tiempo y dañaríamos su coordinación. Nos reuniremos detrás de ella, así que quiébrate a la derecha y te reúnes conmigo después de que los hayas golpeado. Yo voy a estar detrás de ti. Repito, punto de reunión en popa."
"Entendido," llamo Josh.
"Muy bien. Aquí vamos."
"Correcto."
"Uno esta dentro."
"Dos esta dentro."
Presione el botón de la palanca con mi pulgar y seleccione la red de radares y comunicaciones en la nariz de la gigantesca nave. Un gorgojeo en mi casco y un haz rojo en el HUD me mostraron que mis misiles habían localizado el blanco. Estaba acercándome al Queadol a mas de 20,000 pies por segundo, dándome como 25 segundos para asegurar el blanco y disparar. Presionando mi mandíbula, apreté el gatillo en la palanca dos veces y vi como un par de Stillettos se soltaron de sus rieles para alcanzar a su presa. Fue muy fácil. Muy fácil. Los misiles golpearon el conjunto delantero de radares y comunicaciones, convirtiendo el grupo de antenas localizadas ahí en polvo cósmico.
Una mirada al centro de mi pantalla EFIS me mostró una vista aumentada del crucero que se encuentra delante de mí. Un toque en el pedal de timón derecho llevó mi rifle a apuntar sobre una fila de sensores y antenas en la giba dorsal delantera. Presionando con mi pulgar el botón sobre la palanca libere una ráfaga de balas de 55 mm hacia la nave alienígena. Libere suavemente la palanca hacia atrás y barrí mi ráfaga de disparos a lo largo de la parte trasera de la nave enemiga verde oscuro. Los sensores se desintegraron en una nube de acero y blindaje que estallo del crucero, rasgando la red de sensores en trizas. Mientras miraba sobre la parte superior de la nave, esquive la joroba por unas cuantas pulgadas mientras los destrozos del crucero rebotaban de la nariz de mi caza.
"Revenge of the Two Picassos" by J.W. Smith
Quebrando mi caza hacia la derecha, jalando tan fuerte como me atrevía, le indique a Josh que estaba fuera del blanco. "Uno esta fuera."
Parecía que le tomo todo un día a Josh para responder. Finalmente él llamó, "dos esta fuera."
Use el sistema de puntería para localizar su caza, ahora arriba y a mi derecha, transportando su trasero tan lejos de la nave tan rápido como podía. La luz brillante que se reflejaba de la luna era hermosa, y mientras me acercaba al Valkyrie de Josh, la silueta de su caza sobre la superficie lunar pintaba una pintura surrealista -algo amenazante.
"Ahí vienen, Jake," Josh dijo.
Mi Radar de Peligro (RWR) sonó su alarma altamente aguda un segundo después, confirmando la llamada de Josh.
"Correcto. Tengo un radar de localización a las seis en punto," después otro tono. "¡Esta disparando! ¡Quiébrate a la derecha!"
El Valkyrie de Josh se quebró lejos, escasamente a la derecha mientras yo jalaba mi caza hacia la izquierda. Yo pude atascar los misiles que habían lanzados hacia mi justo antes de hacerlos tronar. Sus fusibles de proximidad hicieron que explotaran, pero yo estaba fuera de su esfera letal y evite daños. Una evaluación instantánea de la situación me mostró a una docena de Regults de distintos tipos y seis Raulon'ves.
Mientras el trío de Raulon'ves apareció enfrente de mi nariz, dispare tres de los cuatro Stillettos que me quedaban y vi como golpeaban los interceptores Zentraedi. Como un cronometro, Josh destruyo los otros tres en una serie staccato de explosiones y relampaguearon a mi derecha mientras pasaba.
"Muy bien, Josh, vamos a tomarlos por arriba."
"Correcto."
En unísono, ejecutamos una media vuelta, girando hacia afuera en un pase por arriba de los Regults que estaban siguiendo a los Raulon'ves que acabábamos de destruir. Mi RWR estaba todavía levantando un infierno y mi sistema de blancos no le tomo mucho localizar la fuente del radar.
"Josh, hay un Radar Regult... ugh" empece, antes de jalar mi caza para esquivar los disparos lanzados por la manada de Regults que ahora estaban muy cerca, casi para tocarlos. Mientras la metralla relampagueaba debajo de la nariz de mi caza, eso me recordó de la regla que indicaba que la metralla que se aproximaba tenia el derecho de paso. Presionando con mi pulgar el botón de la palanca, libere una ráfaga de balas hacia los Battlepods, dispersándolos en todas direcciones. "Josh, cúbreme, voy a ir por ese Battlepod Radar. Si podemos eliminarlo va a arruinar su rastreo y miras y así podremos largarnos de este infierno.
"Correcto, estas cubierto. Adelante."
Zentraedi Recon Scout Regult
Me acerque rápidamente al Battlepod. El haz en el HUD se convirtió de amarillo a rojo y apreté el gatillo. El último Stilletto dejo el riel y se lanzo detrás del Regult de Exploración y Reconocimiento, siguiendo las emisiones de su radar. Como estaba anunciado, el misil golpeó en el punto muerto del centro, destruyéndolo con una bola de fuego breve. Con la nave radar ahora destruida, el tono de mi RWR se volvió silencioso, Josh y yo dirigimos nuestra atención hacia los Regults que estaban detrás de nosotros.
Cambiando a modo Guardián, cargamos hacia ellos, las armas flameando. Como posesionados por demonios, peleamos con ellos por diez minutos, Josh anotando siete mientras yo me hice cargo de los otros cinco. Con el cielo vacío alrededor de nosotros -y sintiendo que la discreción era la mejor parte del valor- partimos hacia casa. Llevando una apresurada retirada hacia la cara oculta de la luna, nos mantuvimos alertas por la presencia de cazas enemigos. No encontramos ninguno y mientras nos acercamos a la seguridad del único satélite natural de La Tierra, empece a relajarme. Con el sistema de radar del Queadol fuera de funciones no había mucha oportunidad de que nos encontraran y una vez que llegamos al lado lejano de la luna, seriamos intocables.
"Vaya, eso fue extraordinario, Josh," sonreí, mirando hacia mi hombre ala.
"Y que lo digas. Creo que necesito cambiar mis cajones," entono.
Yo reí. La adrenalina que vino de la pelea se estaba terminando ahora y mis manos empezaron a temblar. Todavía no había registrado la magnitud de lo que habíamos hecho, pero habíamos salido exitosamente de una proeza increíble. Dos cazas atacando y deshabilitando un Queadol Magdomilla sin ojivas nucleares era un logro sin precedentes y si no terminábamos en una audiencia de una corte marcial por nuestra pequeña acrobacia seguramente terminaríamos con una medalla.
En ese momento y por razones que no puedo explicar, el cabello en la parte de atrás de mi cuello se levanto. Asomándome sobre mi hombro localice un Battlepod Glaug de Oficial rugiendo hacia nosotros.
"¡Cielos, quiébrate!" grité, jalando mi caza en la vuelta mas violenta que jamas haya intentado.
Zentraedi Glaug Officer's Pod
Mientras la fuerza de jale me presionaban sobre mi asiento, me estire por un vistazo del caza alienígena. El Glaug se pego conmigo, vuelta tras vuelta mientras jalaba mi caza hacia atrás y adelante en un intento desesperado para mantenerme fuera de su fuego. El Battlepod Oficial tenia la ventaja adicional de tener una extremadamente amplia área de tiro. Su rayo de partículas y sus cañones múltiples pueden ser apuntados en casi cualquier dirección, convirtiéndolo en un caza muy difícil de esquivar. Yo solamente me había enfrentado con un Glaug en toda mi carrera y salí de la experiencia con un avión lleno de agujeros. Solamente la Intervención Divina me había auxiliado en esa tarde y me encontré esperando que hoy también me salvara la Intervención Divina.
"¡Josh, quítame a este idiota de mí!" grité casi llegando al pánico. Para todos es imposible permanecer tranquilo cuando hay gente disparándote y yo no era la excepción en este caso.
El Glaug estaba pegándose a mí como pegamento y nada de lo que hiciera podía quitármelo de mí. Giré hacia la izquierda y jalando bruscamente sobre la palanca, haciendo lo todo lo posible para estar debajo de él. Mientras Josh se acercaba detrás de él, el Glaug soltó un torrente de fuego. Mi ala derecha desapareció en un relámpago de luz y me encontré pensando que finalmente había encontrado mi fin. "Bueno, esta es," me dije a mí mismo, esperando por la siguiente descarga que convirtieran mi plan en trizas. Por suerte, estaba prematuramente prediciendo mi defunción, ya que Josh llego al rescate y exitosamente dirigió hacia fuera al atacante alienígena.
Cambiando a modo Guardián me lance hacia el Glaug mientras el se quebraba hacia afuera, deseando que hubiera guardado mi ultimo Stilletto para el viaje a casa. Con mi propulsor casi cerca del alto, no me estaba acercando al Battlepod muy rápidamente. De hecho, me preguntaba si me estaba acercando a él. El haz en el HUD rodeaba el evasivo caza Zentraedi con su anillo amarillo, y esperaba impacientemente a que cambiara a rojo. Repentinamente -y con una exactitud que no pudiera ser pero- la computadora me alertó de mi nivel de combustible con su calma, hecha así, "Bingo. Combustible, Doce Punto Cero.
"Oh, diablos," murmure, mirando hacia mis medidores de combustible.
"Estoy Bingo, Jake," llamo Josh.
"Entendido."
Yo no podría culparlo si se regresara a la seguridad de la nave, pero no lo hizo. Josh nunca ha sido una persona que me cuestione sobre nada y si yo iba a perseguir a esta nave hasta el sol con un tanque de combustible, él me hubiera seguido todo el camino en formación perfecta. Yo continué con la persecución de la nave alienígena, la distancia entre nosotros -y el combustible en mis tanques- reduciéndose continuamente. Fue cuando recordé que la ultima vez que vimos a Waylan estaba persiguiendo un Glaug no diferente a este.
"Hijo de perra," alcance a decir entre dientes.
Los Glaug estaban entre los más raros de los mecha Zentraedi. Y como tales, era muy probable que este bastardo -que estuvo cerca de matarme hace unos momentos antes- había tenido éxito en eliminar a Waylan Green. Estaba ansioso de regresar el favor.
Ignorando el hecho de que estabamos alejándonos de casa una vez mas, empuje el propulsor hacia adelante como media pulgada e incremente mi rango de acercamiento sobre el caza enemigo. Ahora era una carrera entre mi medidor de combustible y el haz en el HUD. No me tomo mucho tiempo darme cuenta que el medidor de combustible estaba ganando.
Con un inconfundible tono de preocupación, Josh trajo nuestros problemas de combustible una vez más. "Jake, necesitamos regresar ahora o nosotros..."
"Lo sé. Lo sé." Conteste chasqueando, cortando su transmisión.
Maldije nuestra mala suerte. El gusano de sangre verde se iba a escapar. Frustrado y enojado, libere una ráfaga de mi rifle a máximo alcance antes de interrumpir de mala gana mi persecución. Dirigiéndome a casa, maldije dentro de mi máscara en frustración. La venganza tendría que esperar por otro día.
Fue solamente la gracia de Dios lo que hizo que regresáramos a la nave. El empuje requerido para alterar nuestra órbita tres veces fue suficiente para secar el combustible de nuestros tanques. Josh aterrizó sobre la nave con el último pedazo de masa reactiva expulsada por sus turbinas y tuvo que ser arrastrado hacia el hangar. Las turbinas de mi Valkyrie se apagaron en la carrilera, y como me había pasado en mi primera misión, aterrice en el punto muerto de la nave. Ningún piloto de combate en la historia de la RDF había aterrizado en una nave espacial en el punto muerto dos veces y la gente se empezaba a preguntar cuanto tiempo se mantendría mi suerte.
Nueve muertes. Ahora mi total estaba en 146. Sin lugar a dudas debería estar enorgullecido del éxito de nuestra salida, pero no lo estaba. Una vez mas había bajado mi guardia en un momento critico y ese hecho casi me había costado mi vida. Descendí de mi caza y caminé alrededor hacia donde la ala derecha debería de estar. En su lugar estaba una sección de metal achicharrado que se extendía desde la facia de raíz de la ala como dos pies hacia afuera, evidencia lúgubre del desastre que estuvo cerca de ocurrirme a mí. Todo lo que podía hacer era mover mi cabeza y patear la rueda principal derecha mientras me condenaba a mí mismo.
El daño por si mismo no era particularmente critico en tiempo. Como muchos de los viejos Veritechs del SDF-1, mi caza estaba programado para pasar a volver a ser equipado lo que lo acomodaría dentro del estándar de VF-1J y ajustes y accesorios para el paquete de armaduras del Super VF. Mientras estaban haciéndole la actualización, la ala dañada estaría reemplazada y la tendría de regreso como nueva dentro de una semana. Este hecho hizo poco para liberar la rabia que sentía al no poder ajustar cuentas con el Glaug, por lo tanto, fui directamente a mis cuarteles echando humo.
Camine dentro de mi cuarto y azoté la puerta, después camine lentamente hacia mi escritorio. Una pequeña caja negra de medallas y una carta de un burócrata anónimo de alto rango estaba descansando junto a mi lámpara. Abrí la caja y en ella estaba un Cruz de la RDF con una estrella de plata al valor. Sabia que no estaba dirigida a mí y después de leer la carta, me demostró que estaba en lo correcto.
La medalla de Waylan por fin había llegado. Cuando él llegó a la marca de las 200, él había sido recomendado por el bien merecido reconocimiento. La carta reconocía su servicio superior a su nación y a su mundo. Detallaba las acciones del 3 de Mayo cuando Waylan, "mientras dirigía a sus cazas contra fuerzas inmensamente superiores," había "exitosamente destruido un crucero enemigo" y "[desbandado] tres divisiones completas de Battlepods invasores antes de lanzarse en una segunda misión y atacar una cuarta división de Battlepods." La carta, pulcra y llena de elogios, cerraba citando, "Usted ejemplifica los más altos estándares de coraje y disciplina y deseamos un éxito continuo en misiones futuras." El aparato burocrático había fallado una vez mas y una medalla estaba siendo otorgada a un hombre que estaba muerto -reconocido como si el se fuera a levantar y volar una misión la siguiente mañana. Me resistí a la urgencia de buscar el Capitán anónimo que había compuesto esta nota y estrangularlo. ¿Realmente los militares habrán apreciado su sacrificio si no pudieron ver que él ya se había ido?
Sentí como la ira se empezaba a construir y luche para contenerlo. La rabia no lo traería de regreso, me dije a mí mismo repetidamente. Mientras me senté a ver las fotografías en mis repisas, empece a contar las caras dentro de los marcos y encontré mas muertos que vivos. La fotografía de Waylan Green fue la que me golpeo mas duro. Él había sido tan buen amigo y él estaba muerto ahora porque había fallado en ver las señales de aviso.
"Aquellos que ignoran la historia están destinados a repetirla." "Nosotros deseamos su éxito continuo en misiones futuras." Las palabras hacían eco en mi cabeza una y otra vez. Me exaspere tanto por ellas que momentáneamente perdí control de mí mismo.
"¡¡Hijos de perra!!" rugí, a lo mas que podían mis pulmones, lanzando mi escritorio a un lado antes de voltearlo y lanzando un puñetazo a través de la ventana de vidrio en mi cuarto. El vidrio roto me abrió un par de cortes de cinco pulgadas a lo largo de la parte superior de mi mano y la sangre salía a chorros como un irrigador de un jardín. No pudo haberme importado. Empece a lanzar libros, diagramas, sillas -todo lo que pudiera tomar con mis manos- por la ventana, aplastando y destruyendo todo lo que estaba a la vista. Probablemente hubiera continuado hasta que me desangrara completamente si Josh, Sprabary y Plog no hubieran irrumpido dentro de mi cuarto y detenido.
El Tte. Sprabary fue el primero en intentarlo y en sujetarme. En mi rabia, lance al piloto de combate de 150 kilos sobre mi espalda y empezó a saltar alrededor del cuarto maldiciendo y gritando como un duende satánico. Josh y el Tte. Plog embistieron contra me, cada uno agarrándome de un brazo. Forceje hasta que, con la ayuda de Sprabary, los dos pilotos me lanzaron contra el suelo, boca abajo. Aun rugiendo de ira, pelee para quitármelos de encima, pero era inútil. Claramente no era competencia para un combinado de 350 kilos de peso y simplemente me di por vencido, reducido a sollozar como un niño. Una multitud se había congregado en la puerta, mientras mis compañeros de escuadrón, alertados por mis gritos, corrieron para averiguar que estaba pasando. Plog los ahuyento con una orden precisa y ellos se dispersaron, mientras Sprabary corría por el corredor buscando un botiquín de primeros auxilios.
Mi mano estaba sangrando profusamente y mi cuarto era un matadero. La sangre estaba regada sobre el piso, paredes, ventanas y muebles. Papeles y libros estaban esparcidos por todos lados. Sin lugar a dudas, mis compañeros de escuadrón estaban pensando que había perdido la razón -y ellos pudieron haber estado correctos en su evaluación. Mientras el Tte. Plog trabajaba en mi mano lastimada, sollocé con los ojos cerrados. No podía hacer nada mas que sentir que la muerte de Waylan era mi culpa. Como la muerte del Tte. Carr antes que la de él, había fallado en responder apropiadamente y el resultado fue un amigo muerto. Para hacer las cosas peores, mi arrebato casi había arruinado mis oportunidades de convertirme en el Oficial Ejecutivo de un escuadrón. -destrozados como la ventana manchada de sangre de mi habitación. Cualquier intento de buscar una mayor retribución por la muerte de Waylan seria una perdida de tiempo, ahora, como si fuera lo suficientemente afortunado de poner el pie dentro de una cabina de un caza otra vez.
El Tte. Plog le ordeno a mis compañeros de escuadrón que limpiaran el desorden que yo había hecho antes de acompañarme a la enfermería. Mientras caminábamos del jeep del Teniente, pase mis dedos por mi cabello en exasperación. El cirujano de vuelo me castigaría indefinitivamente cuando descubriera la razón por mi mano derecha masticada. Durante el viaje a la enfermería, vacile entre arrepentimiento y resignación. Por un lado, yo, avergonzado, lamente mi comportamiento, pero por el otro lado, no me importaba mucho. Estaba luchando para poner una defensa mental por lo que había hecho, porque -piloto de combate as o no- no había manera de ignorar mis acciones y por lo que se veía, mis días de volar estaban acabados.
Caminamos dentro de la enfermería y fuimos escoltados por un corredor hasta llegar con una hermosa enfermera rubia. Ella me indicó con una mano, hacia una puerta de una sala de examinación blanco añejo. Tome asiento en la mesa, preguntando que pensaría el cirujano de vuelo cuando él viera mi mano.
"¿Qué tenemos aquí?" preguntó el canoso Teniente Comandante, estrechando sus ojos mientras él enfocaba en mi mano magullada.
Durante el viaje a la enfermería, había intentado preparar una respuesta que sonara razonable, pero no pude pensar en una. Por lo que parecía una eternidad mi mente se revolvió por una respuesta apropiada a la pregunta que sabia que el Comandante preguntaría, todo fue en vano. Compasivamente, el Tte. Plog me ahorro la indignidad de contestar y al mismo tiempo, probablemente me salvo mi carrera.
"Estabamos haciendo una... practica de combate mano a mano, Comandante. Fue mi culpa. Yo, bueno, lo lance contra una ventana."
Los ojos del Comandante se estrecharon mas y podría decir que el no se trago la explicación. Pero no prosiguió con el interrogatorio mas allá y después de 27 puntadas en tres lugares distintos, fui enviado a casa con un una nota de "Deberes Ligeros" para siete días. Fui afortunado. Todos los tendones en mi mano, sorpresivamente no fueron tocados y volvería a la normalidad en poco tiempo. Mientras tanto, la nota de deberes ligeros del doctor indicaba que no podría estar en una cabina en cuando menos una semana y que probablemente pasaría mi tiempo ordenando papeles o escribiendo reportes con una mano.
Mientras regresábamos a las barracas el Tte. Plog me pidió que lo acompañara a su habitación. Descendí del jeep e intente prepararme para la masticada que sin lugar a dudas iba a recibir. Para mi sorpresa, el Teniente tenia mas que oferecerme que un mero escarmiento.
"Escúchame, Jake, entiendo lo que estas sintiendo ahora. Créeme, lo sé. Pero esto," dijo, señalando hacia mi mano vendada, "no es la respuesta."
Yo fruncí mis labios involuntariamente ante el comentario del Tte. Plog. "Señor, no creo que usted posiblemente pueda entender como me siento," mi voz temblaba mientras luchaba contra la rabia que sentía por dentro.
"¿Qué quiere decir, Teniente? ¿Cómo puede decir que yo no entiendo? ¿Cómo puede decir que yo no entiendo? ¿Usted piensa que no sé lo que se siente enviar hombres a enfrentar a la muerte? ¿Eh? Mire a lo que tengo que hacer todos los días. ¿Usted cree que no se lo que se siente perder amigos?" preguntó, su voz alzándose ligeramente. "Fokker, Carr, Ordorica, Van Wielink. He perdido muchos amigos, Sr. Framton y no lo disfruto mas que usted. El Tte. Carr era mas como un hermano para mí y si usted piensa que yo no camino con un agujero en mi corazón todos los días porque el se fue, entonces usted esta terriblemente equivocado. Usted no tiene un monopolio en perder gente que es cercana a usted, señor."
Me tomo por sorpresa su brusquedad, pero la tenia merecida. "Si, señor," alcance a decir, repentinamente avergonzado por cuestionar a un hombre como el Tte. Plog.
"Usted quiere convertirse en un líder, ¿No es así? Usted ya tiene su barra de plata brillante en su alzacuello y algún día usted estará preparándose para dirigir un escuadrón propio, ¿correcto? Bien, entonces es mejor que usted se acostumbre a algo y hágalo rápido. Uno de los inconvenientes de sobrevivir es que tiene que vivir las muertes de los otros. Cuando usted envíe hombres a pelear, ellos no siempre regresaran. Usted perderá mas amigos a lo largo del camino, Teniente, y si usted vive lo suficiente, le pasara otra vez y otra vez y otra vez -y cada vez que pase, lo lastimara mas que la vez anterior. Créeme, hijo, si tu recurres a golpear ventanas cada vez que te pase a ti, te quedaras sin sangre mucho antes de que te haga algún bien. Te lo puedo asegurar, Sr. Framton," dijo, dando un pase hacia mí con su dedo índice apuntándome. "¡Se lo puedo asegurar!"
Asentí silenciosamente.
"Pasa que creo que usted es un buen líder y un demonio como piloto de combate, Tte. Framton. Si no creyera que usted fuera digno, le hubiera dicho la verdad al cirujano de vuelo la verdad sobre usted. Dios sabe cual hubiera sido la consecuencia de esto," él dijo con un semblante conocedor. "Ahora... he puesto mi cuello en el bloque de corte, joven, y voy a tener que escribir una docena de reportes para cubrir tu trasero en esta hazaña que hay que cerrar. No me enrolles. No mas arrebatos como ese. Si sacas un espectáculo como ese otra vez, sin importar cuanto este de acuerdo con tus sentimientos, yo mismo me encargare de hundirte. ¿Entendido?"
"Si, señor," indique con una firmeza renovada.
"Muy bien. Disfruta tu tiempo fuera de la montura. Espero resultados cuando regreses a estado activo. Se puede retirar."
Salude a mi C.O. e hice una rápida salida.
"A propósito, buen trabajo en ese Queasy Maggie de hoy. Eso fue algo muy osado de ustedes dos."
"Gracias, señor."
"Largo," dijo con un a sonrisa.
"Si, señor. Y gracias otra vez."
"Cuando quiera, Teniente."
Salí del cuartel de Plog para dirigirme al mío. El consejo de mi C.O. alivió mi rabia, pero solo momentáneamente. A pesar de sus palabras empece a enfurecerme una vez mas y necesitaba dejarla salir. Retribución estaba todavía en mi mente y estaba determinado de emparejar el marcador. De alguna manera.
A pesar de mi ansiedad, la venganza tendría que esperar. Mi mano estaba tan tiesa como una tabla y dolía como infierno puro. Además, tenia otras cosas que atender, las cuales eran más importantes que la noción anticuada que podría desquitar la muerte de Waylan matando Zentraedi. El hecho simple era que nunca podría igualar el marcador -un trillón de muertes no lo traerían de regreso. En la parte de atrás de mi mente sabia que si no me detenía pronto me convertiría obsesionado con emparejar un marcador que no se podía emparejar. Con cada muerte que hiciera -y con cada muerte que fallara- me consumiría de odio hasta que terminara muerto o completamente loco. Por varias horas luche contra las fuerzas que tiraban dentro de mi corazón -un lado buscando venganza y el otro suplicando por razón. Era suficiente para hacerme enfermar.
Regrese a mi cuarto, el cual, con la excepción de la ventana rota, se veía tan imperturbable como estaba antes de mi arrebato. La medalla de Waylan estaba sobre mi escritorio, junto con la carta, ambas un símbolo -de alguna manera mas de uno- de lo que se trataba esta guerra. Las alcance y cerré la caja, colocándola en uno de los bolsillos de mi camisa, después me voltee y salí.
Con la esperanza de que se aclarara mi cabeza, decidí intentar resolver las dificultades que tenia de colocarme los lentes debajo de mi casco. Durante una visita rápida a mi optometrista, le dije de los problemas que tenia y le ofrecí una solución potencial. El casco de vuelo estándar tiene aditamentos para cuatro visores no correctivos: un visor anti-destellos nucleares, un visor estándar ahumado, un visor teñido de verde y un visor claro. Le pregunte al doctor si creía posible crear un visor claro de prescripción y colocarlo en lugar del visor verde de mi casco. Después de unos cuantos minutos de juguetear con el casco, concluyó que sí era posible hacerlo.
"Lo tendré listo en dos días, ¿Está bien?"
"Excelente. Gracias doc." contesté, mirando a mi reloj antes de voltearme para salir. Aun tenia otros asuntos que atender y esos no podían esperar.
"No hay problema," grito, mientras caminaba, saliendo por la puerta.
Eran las 1453 y tenia que reunirme con Josh, su novia de todo el tiempo, Kristy Ann Harris -"Harriska," como la llamábamos- y Lisa Green. Desde el momento que había conocido a Kristy Harris por primera vez, había estado extasiado ante la hermosa morena. Sus pómulos altos, sus brillantes ojos verdes y una sonrisa radiante que traería a la vida, aun al cuarto más tedioso. A pesar de que Josh nunca lo había mencionado, yo podía decir que los dos habían llegado a algo serio en su relación y no tomaba mucho esfuerzo ver que él había encontrado a una verdadera chica maravillosa. Nuestra nueva hija era quizás la más grande beneficiaria del descubrimiento de Josh.
Una joven dama con un gran corazón, Kristy tomo un papel muy activo en el cuidado de Lisa Ann, mimando a la pequeña niña como sí fuera de ella. Para asegurarnos que tuviera suficiente tiempo con su ahora familia extendida, habíamos trabajado para que cuando menos uno de nosotros estuviera con ella en nuestros periodos de licencia. Esa tarde de Mayo se convirtió en la primera oportunidad para que los tres de nosotros pasáramos el tiempo con la hija de Waylan y si no me apuraba, yo llegaría tarde.
Me apure a la casa de mamá y papá y recogí a Casey, después me dirigí al Parque de Ciudad Macross. La pequeña Casey ya se estaba convirtiendo en una rompecorazones y mientras me abría camino hacia el parque, fui detenido varias veces por algunas de las mujeres más hermosas que jamas haya visto.
"Así es como conoces a las mujeres," bromee con Casey, haciendo cosquillas en su vientre. Ella respondió con una enorme sonrisa que ilumino completamente su cara.
Encontré a Josh jugueteando con Lisa, mientras Kristy se sentaba y observaba desde la sombra de un gran roble. Camine hacia ella y cortésmente le pregunte si podía sentarme con ella en el mantel de día de campo que había extendido en el suelo.
"¡Seguro! Ven aquí, caramelo," dijo, alcanzando a Casey. Yo se la pase. "Oh, que linda eres."
Yo sonreí tan orgullosamente como cualquier padre lo haría. "Esta Lisa si que tiene arrojo, ¿No es así?" Le pregunte, viendo a Josh y Lisa mientras ellos hacían payasadas.
"Ella es un huesito duro de roer. Todo esto que ha pasado debe ser muy duro para ella," observo Kristy.
Asentí silenciosamente, observando como los dos jugaban alcánzame en el pasto frondoso que había sobrevivido el rudo trato que había recibido durante las numerosas y devastantes transformaciones de la nave. En poco tiempo, los dos se cansaron del juego y la pequeña extendió su mano para tomar la de Josh.
"¡Vamos, tío Josh! Vamos ahora hacia allá," ella dijo, apuntando hacia los columpios.
"Oh, cielos, cariño, tu tío Josh esta a punto de tener un paro cardiaco." resopló. "¿Por qué no le pides al tío Jake si él va contigo?"
So volteo hacia mí y con una mirada de sorpresa exclamo, "¡¡Tío Jake!! ¡¡Tío Jake!!"
"Ahí esta mi llamada. Nos vemos al rato, Harriska," dije, antes de levantarme y de moverme para saludar a Lisa, quien ahora estaba corriendo a toda velocidad hacia mí. "Hola pequeña pilluela"
"¡Tío Jake! ¡Tío Jake!"
"Ven aquí pequeña" grite, alcanzándola y levantando a la niña en un cálido abrazo. "¿Qué tal un beso para tu tío Jake, Ehh?"
Ella me besuqueó en la mejilla y después se volteo y apunto hacia los columpios. "¡Quiero subirme al columpio!"
"¡Jajaja! Muy bien chica," reí. "Al columpio. ¡Zuuuuuuum!" la levanté y la deje que pretendiera que estaba volando.
La amarre en el columpio de pequeños y la empece a columpiar, hacia delante y hacia atrás. Mientras ella reía y gritaba, "¡Uiiiiiiiii!" Mire alrededor. Josh, Kristy y Casey estaban sobre el mantel disfrutando de la atmósfera y por primera vez, me encontré sintiendo como un papá. No solo un padre, pero un papá. La felicidad de Lisa me entristecía ya que Waylan no estaba aquí para verla, pero sentía como mi interior cosquilleaba mientras el proceso de recuperación empezaba.
Busque la medalla que estaba en mi bolsa y me asegure que estuviera ahí. Waylan se había ido, pero su memoria viviría en el interior de esta niña. Mientras observaba como mi familia extendida disfrutaba de la apacible tarde decidí una vez mas asegurar que tanto Lisa como Casey estuvieran seguras de cualquier daño, sin importar cual fuera el precio.
por Jason W. Smith
Julio 1995
traducción
Gerardo Campos De León
Julio 1998
Copyright © 1995-98 by Jason W. Smith
(Nota del autor: Este es un trabajo de ficción. Cualquier similaridad a eventos, personas, etc. actuales es pura coincidencia --aun si fue intencional)
Basado en los personajes y situaciones de
Robotech, © 1985 Harmony Gold, USA, Inc.
Robotech ® es propiedad de Harmony Gold. Este documento de ninguna manera tiene la intención de violar sus derechos
Última Fecha de Revisión: 24 de Mayo de 2000