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EMBARAZO EN
ADOLESCENTES
DE LIMA

Olga M. Salaverry
Psicóloga

Los factores que determinan los embarazos en adolescentes pueden variar de acuerdo a las características socioculturales de las diversas poblaciones. Así, por ejemplo existen poblaciones en que el embarazo en adolescentes es culturalmente aceptado, y por el contrario su no ocurrencia es rechazada; esta situación que se observa con frecuencia en las poblaciones selváticas no van a incidir negativamente en aspectos tales como aumento en la tasa de abortos; sin embargo, el embarazo en adolescentes no es un patrón culturalmente aceptado en poblaciones como la de Lima, por su componente religioso y conservador, lo cual condiciona que las adolescentes que se embarazan traten de evitar el progreso del mismo a través de maniobras abortivas.

Por otro lado, existe una guía deficiente en lo referente a orientación en la educación sexual y en las condiciones para la planificación familiar.

Las causas que llevan a las adolescentes a embarazarse son problemas en la organización familiar; la excesiva información que va a fomentar la liberación sexual y la promiscuidad y por el deficiente manejo de esta información por parte de los medios de comunicación; el desinterés de los padres en lo referente a la vida social de sus hijos fuera del hogar, etc.

El período entre 11 y 19 años es de especial importancia y riesgo con respecto al desarrollo psicológico. Esta fase de la vida es caracterizada por un cambio rápido en el comportamiento del individuo y por flexibilidad de la estructura psíquica. Ambos son más pronunciadas que en las fases previas (durante la niñez) o en las fases posteriores (adulto). Esto condiciona a que la población adolescente sea susceptible a el inicio precoz de las relaciones sexuales .

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CAUSAS Y CONSECUENCIAS DE LOS EMBARAZOS EN ADOLESCENTES

 

El embarazo en la adolescente es una situación muy especial, pues se tratan de madres que por su configuración anatómica y psicológica aún no han alcanzado la madurez necesaria para cumplir el rol de madre. Esto trae como consecuencia el aumento poblacional, y la posibilidad de que esta madre tenga una familia numerosa lo cual repercutirá en el desarrollo futuro de sus hijos.

Desde el punto de vista social, el grupo de madres adolescentes es siempre dependiente y el embarazo profundiza la dependencia con los padres. En la región hispana de Latinoamérica los embarazos en adolescentes ocurren principalmente en las poblaciones de menor nivel socioeconómico.

En un estudio llevado a cabo en Chile se demuestra que el 86% de las adolescentes. embarazadas son de bajo nivel socioeconómico. En un estudio realizado en 2,037 escolares de Lima entre 11 y 18 años pertenecientes a estratos alto, medio y bajo se pudo demostrar que el 10% son nacidos de madres adolescentes, y que este porcentaje es mayor en la clase media y baja que en la clase alta; indicando que el problema del embarazo en adolescentes se acentúa en estratos más deprimidos.

Estudios realizados en la ciudad de Cerro de Pasco - Perú demuestran que la mujer adquiere a más temprana edad que el hombre, el estado conyugal de casada o conviviente. De 15 a 19 años el 24% de las mujeres tiene ya ese estado mientras que tan sólo el 3% de los hombres lo ha adquirido.

En nuestro país se ha demostrado que el mayor porcentaje de abortos sépticos que acuden a un hospital son de adolescentes, las que se practicaron estas maniobras ilegalmente.

Estudios realizados en la Maternidad de Lima, Perú; demuestra que el número de abortos en adolescentes que acuden a dicho centro está aumentando anualmente; así el 8.7% de los abortos en 1981 ocurrieron en niñas de 12 a 16 años, y que este valor se incrementó a 9.1% en 1982 y 10.9% en 1983 .

Aberastury y Knobel (1976) han descrito una serie de síntomas y características que se presentan en forma normativa a lo largo de esta etapa vital. Estas características que integran la adolescencia normal son las que siguen:

  • Búsqueda de sí mismo y de la identidad;

  • Tendencia a formar grupos;

  • Necesidad de intelectualizar y
    fantasear;
  • Crisis religiosa, que puede ir desde el
    ateísmo más intransigente hasta el
    misticismo más fervoroso;
  • Evolución sexual manifiesta que va
    desde el auto erotismo hasta la heterosexualidad genital adulta;
  • Actitud social reivindicadora ;
  • Contradicciones sucesivas en la
    conducta;
  • Separación progresiva de los padres;
  • Constantes fluctuaciones del humor y del
    estado de ánimo.

El adolescente joven a menudo se siente incómodo, molesto y demasiado inhibido; y esto lo torna torpe y mudo.

Cuando el adolescente se siente parte de un grupo, que sus integrantes lo quieren y estiman, se siente seguro y feliz. Sin embargo, si el tratamiento que le dispensan otras personas fuera tal que lo hiciera sentirse rechazado, pronto aparecerían sentimientos de inseguridad.

El individuo aprende que formas de conducta social son inaceptables y las descarta o las modifica, de modo que merezcan menor desaprobación de la sociedad; y también a aceptar nuevas formas de conducta que le serán muy útiles en un grupo social amplio y variado.

Su conducta se adapta al modelo establecido y aprobado por todos. En su forma de vestir y en las modas el adolescentes sigue a la mayoría. Los ideales, prototipos, principios y conceptos morales del grupo se convierten en los de cada uno de sus miembros.

Al igual que la conformidad social, la seguridad en sí mismo surge del deseo de obtener la aprobación del grupo. A medida que el adolescentes desarrolla mayor auto confianza, puede bastarse a sí mismo. Ya no siente la fuerte tendencia a depender de su grupo, ni esta dispuesto a anular su personalidad como lo hacía anteriormente. A medida que aumenta la confianza en sí mismo, aumenta también el deseo de reconocimiento; e incluso aveces sobrepasa al deseo de aprobación. El resultado de esto es que el adolescente está dispuesto a comportarse de alguna manera que desaprueban sus compañeros, con tal de que ello reporte la atención que el desea.

Gran parte del comportamiento agresivo y exhibicionista, que es tan común hacia el final de la adolescencia, proviene del deseo de infundirse confianza y lograr el reconocimiento que desea.

Meek,1940; sobre la aceptabilidad social afirma que de algún modo se debe pertenecer a un grupo y ser aceptado por este, debe tener por lo menos un amigo íntimo del mismo sexo y tener alguien que lo elija a uno por encima de todos los demás. Probablemente no exista ninguna otra etapa del desarrollo que consuma tanto tiempo, energía, e interés de los adolescentes de ambos sexos, como el establecimiento de estas intrincadas relaciones con sus compañeros.

Dentro de los factores que influyen notablemente en la aceptabilidad social del adolescente están las primeras impresiones que causa a los demás; el aspecto personal adquiere gran importancia; el concepto de sí mismo que tiene el adolescente; buena salud tanto física como mental; posición económica siendo más importante en los varones; la inteligencia para tomar iniciativa; posición de habilidades hacia las actividades que desarrolle el grupo.

Cuando los jóvenes alcanzan la madurez sexual se separan de los grupos a los que pertenecían y comienzan a participar en actividades con las muchachas. Y también muestran gran interés en el arreglo personal, pasan mayor parte del tiempo en actividades fuera del hogar que con los miembros de su familia. El adolescente se alejará de su familia, evitará las responsabilidades de su edad, e incluso descuidará sus estudios, para poder estar con sus compañeros y participar de sus actividades. Los cambios en la conducta social acompañan a las modificaciones orgánicas.

Para que exista una adaptación adecuada debe haber un número de personas del sexo opuesto que tengan la edad, el nivel intelectual y el ajuste de personalidad apropiado para brindar al adolescente una oportunidad de elegir compañeros compatibles y mantener con ellos contactos sociales agradables.

Un ambiente en el cuál se encuentren separados los sexos no solo aumentan la dificultad que experimenta el adolescente en sus contactos sociales con los miembros del sexo opuesto, sino que lo que es aún más grave, tiende a crear en el adolescente un sentimiento de incapacidad en las situaciones en que ellos participan. Segundo es la actitud favorable, simpática, y de ayuda tanto paterna como de los demás adultos. Si el adolescente tiene la convicción de que hay alguien a quien puede dirigirse en busca de ayuda consejo y estímulo, será más capaz de encarar los problemas que provoca la adaptación heterosexual. Desdichadamente, con mucha frecuencia los padres fomentan actitudes perjudiciales hacia los problemas heterosexuales, como medio para proteger a sus hijos.

Cuando el adolescente cuyo desarrollo físico es normal y pretende no tener ningún interés en los miembros del sexo opuesto ni en las actividades en que estos intervienen, es excluido de la mayoría de las actividades sociales de los de su edad, por que dichas actividades son planeadas para los miembros de ambos sexos. Si la adaptación insatisfactoria prosigue durante mucho tiempo, el resultado puede ser la aparición de una o más formas de aberración sexual. Una vez que tales aberraciones se han establecido es probable que se conviertan en parte de la estructura de la personalidad permanente del individuo, intensificando así su mala adaptación o llevándolo a la delincuencia sexual.

A pesar de las barreras sociales que se oponen a los matrimonios precoces, la sociedad presenta muchos estímulos que hacen surgir el impulso sexual. Las películas, revistas y libros de carácter romántico y erótico, la generalización de los conocimientos relativos a los métodos anticonceptivos, la tendencia a tener hogares más pequeños, con la necesidad de buscar la diversión fuera de casa, y el cambio de las costumbres sociales que eliminan la vigilancia estrecha en la conducta de los jóvenes, todos estos factores tienden a convertir el interés sexual en un interés importante en la vida de los adolescentes.

Problemas de las habilidades sociales, tales como bailar, actuar en juegos de sociedad y mantener una conversación. Problemas de etiqueta, de saber hacer lo que socialmente corresponde en una cita o en una fiesta en que intervienen personas de ambos sexos.

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EL ESTUDIO DE LAS ADOLESCENTES EMBARAZADAS

 

Un estudió realizados por Salaverry y col. (1993) encontró en adolescentes que se embarazaron a edades menores o iguales a 19 años; que las madres adolescentes tienen de 2 a más hijos; y que los abortos previos al primer embarazo en las madres adolescentes es de 11.6%.

La edad promedio de la primera relación sexual en las madres adolescentes es de 15 años

El intervalo entre la primera relación sexual y el primer embarazo en las madres adolescentes es de 7.12 meses.

El 75.2% de las madres adolescentes se embarazaron por descuido.

En la madre adolescente la primera experiencia sexual estuvo mayormente relacionada con la salida a un paseo .

El 45% de las madres adolescentes tuvieron su primera relación sexual dentro de los 12 meses de conocer al padre de su hijo.

En el 89% de los casos de las madres adolescentes, el embarazo se produce después de varias relaciones sexuales

El 63% de las madres adolescentes no recibieron ningún tipo de educación sexual.

La mayorías de las madres que recibieron educación sexual, la recibieron en el colegio.

El método más usado por la madre adolescente antes de su primer embarazo fue el método del ritmo (32.2%).

Dentro de las características familiares se observó en el estudio que el 64% de los padres de las madres adolescentes viven juntos; mientras que el 20% de los padres de la madre adolescente tuvo o tiene otra pareja; también encontramos que el 35.5% de las madres adolescentes pasaban solas la mayor parte del tiempo en casa antes del embarazo.

La madres adolescente después del embarazo siguen manteniendo la dependencia con la familia de ahí que más del 50% de los casos viven actualmente con sus padres o familiares.

Los padres de las madres adolescentes reaccionaban mayormente con castigo físico y/o psicológico después de las salidas de las hijas durante la adolescencia; y el 28% de las madres adolescentes se escapaban de su casa ante la negativa de los padres a sus salidas.

El 34.7% de las madres adolescentes tienen una actitud negativa sobre su embarazo; y el 44% de las madres adolescentes consideran que su embarazo frustró su desarrollo profesional; el 33% ve con pesimismo su vida futura y el 46% piensa que ellas no lograrán las metas que se habían propuesto en la vida .

Dentro de las características de su conducta social tenemos que el 92.6% de las madres adolescentes no pertenecían a ningún grupo juvenil.

El 30.6%, 22.3% y 10.7% de las madres adolescentes conocieron al padre de su hijo en la calle, las fiestas y el colegio respectivamente.

El 25.6% de las madres adolescentes bebe licor, el 20.7% lo hace con su pareja, y el 21.5% se ha embriagado en la adolescencia .

Concluimos que el embarazo en la adolescente trae un sin número de efectos adversos tanto a la madre como al niño, entre los que tenemos los riesgos de labor del parto prolongado, disfunción uterina, pelvis contraida y parto por cesárea a causa de la desproporción céfalo-pélvica debido a que el canal del parto es aún inmaduro.

Las adolescentes tienen quizá menos capacidad de tener hijos saludables y pueden sufrir más traumas durante el parto. Los hijos de las madres adolescentes tienden a tener mala salud pues éstas en su mayoría se hayan menos preparadas para buscar y recibir la atención prenatal adecuada y están menos aptas psicológicamente y materialmente para cuidar a sus hijos.

Casi la mitad de las madres adolescentes residen en pueblos jóvenes. La poblaciones de los Pueblos Jóvenes o Asentamientos Humanos se caracterizan por vivir en condiciones de bajo nivel socioeconómico, y si bien el vivir en este tipo de poblaciones es condicionante de embarazos en la adolescencia; también resulta en una consecuencia, pues las madres adolescentes de un nivel bajo van a tener menos acceso a la atención prenatal y van a ver frustradas sus ambiciones futuras y no van a encontrar muchas dificultades para salir de su nivel socioeconómico.

Cerca del 90% de las madres adolescentes permanecen solteras o son convivientes, no llegando a formalizar su unión a través del matrimonio.

Es generalmente aceptado que las madres adolescentes son en alto grado carentes de un nivel educacional adecuado; sin embargo nuestro estudio encuentra que el 97% de ellas tienen algún grado de educación. Esta situación es observada a pesar de que se ha estudiado a una población de nivel bajo socio economico que se atiende en la Maternidad de Lima, lugar donde previamente Loli realizó un estudio encontrando que tan sólo el 82% de las madres adolescentes tenían algún nivel del educación, y que el 66% de las madres adolescentes sólo tenían primaria. En nuestro estudio el 65% de las madres adolescentes tenían educación secundaria. De esto se deduce que si bien es cierto que el nivel educacional de las mujeres se ha incrementado en los últimos años, esto no ha producido una disminución de los embarazos en adolescentes.

Las madres adolescentes estudian mayormente en colegios estatales mixtos. Esto parece un factor importante puesto que 53% de las madres adolescentes estudiaron en colegios estatales mixtos. La discusión de este punto es controversial, pues existen muchas tendencias que apoyan la educación mixta; sin embargo queda por determinar en nuestras poblaciones al nivel de establecer una educación mixta en los colegios que aún .

El presente estudio también encontró que las madres adolescentes cuando estaban en el colegio se escapaban en horas de clase. Esto probablemente implique una característica de la personalidad y del entorno de la adolescente.

Actualmente se pretende dar pautas de educación sexual y se busca a nivel nacional llegar a la uniformidad de la educación; pero como ya hemos visto el problema de embarazos en adolescentes no solo es un problema social y educacional, sino también un problema de relación familiar y estructura familiar; por eso sugerimos abordar este problema desde la familia, por ser el eje primordial del desarrollo integral de los jóvenes.

 

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