CRONOLOGÍA
DE LA VIDA DE FRANCISCO G. PENZOTTI
(GRAN COLPORTOR METODISTA)
Por: Rev. Lic. Jorge Bravo C.
Esta página es
en homenaje a la vida de un siervo del Señor que dedicó su vida
a la difusión de la palabra de Dios en el continente americano. Su
testimonio de vida y consagración al ministerio de la
distribución de la Biblia y evangelización de nuevos creyentes,
nos sirva de ejemplo a todos los creyentes y de manera muy
especial a asumir la tarea que el Señor Jesucristo nos ha
encargado: “Id, y haced discípulos a todas las
naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo
estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”
(Mateo 28:19-20).
1851
26 de Setiembre,
nacimiento de Francisco G. Penzotti en la ciudad de Chiavenna,
Italia.
1864
Llega a la
ciudad de Montevideo, Uruguay, a la edad de trece años.
1870
Contrae
matrimonio con Josefa Joaquina Sagastibelza, nacida en Elduayen,
España. La ceremonia religiosa se realizó en la catedral de
Montevideo. Tienen ocho hijos: Adela, Francisco, Alberto, Elisa,
María Esther, Pablo, Pedro, Daniel.
1875
En los primeros
días del año conoce el Evangelio en Montevideo, Uruguay.
1876
Enero, se
produce su conversión, en el templo metodista de la calle
treinta y tres. A su cargo estaba el Rev. Dr. Thomas B. Wood,
quien hizo realidad su conversión.
1879
Marzo, Penzotti
es enviado por el Dr. Thomas B. Wood como evangelista a la Colonia Valdense
de Uruguay. Algunos valdenses se disgustaron por ser un
evangelista metodista.
1883
Penzotti se
dirige a Chile, cruzando los Andes y pasando por la ciudad de
Tacna, en la cual permanece un buen tiempo.
1887
La Sociedad
Misionera Metodista nombró a Penzotti como Agente de la Sociedad
Bíblica Americana, para actuar como colportor de biblias en la
costa del Pacífico.
05 de Diciembre,
Penzotti se embarcó, con su familia y el colportor J.B. Arancet,
rumbo al Perú. Hizo escala en Arica por seis meses debido a una
epidemia de fiebre amarilla.
1888
Febrero, pierde
a su hija
menor, de dos años, Elisa. A los siete días nacía su
hija María Esther.
Julio, llegan al
Callao procedente de Uruguay. Alquila un local y realiza el
primer servicio religioso, celebrado con la asistencia de la
familia de Penzotti y el matrimonio Noriega (Manuel y Teresa).
Octubre, la
asistencia llega a más de cincuenta personas y luego a
trescientas. Los ingleses ofrecieron su capilla, que permanecía
cerrada por falta de pastor.
Los enemigos de
Penzotti amenazaron volar la capilla con dinamita. Los ingleses
aterrorizados aconsejaron a Penzotti volver a su anterior local y
así lo hizo.
19 de Octubre,
entre la labor de colportaje y la tarea pastoral, Penzotti
administró su primer bautizo en la persona de una niña.
1889
Penzotti
organiza grupos de estudios, lo que trajo como consecuencia la
formación de una congregación metodista en el puerto del
Callao, la cual se constituyó el 10 de Enero, siendo la primera
iglesia evangélica que se fundó en el Perú, conocida como
Iglesia Metodista Episcopal del Callao. Penzotti fue su fundador
y primer pastor.
16 de Junio,
Penzotti realiza el primer matrimonio en la iglesia.
Agosto, la
congregación se trasladó de la calle Teatro a la calle Colón
214, que era una vieja bodega.
El cura Vidal y
Urias llegó a ensuciar las puertas del salón con excremento.
Puso candado a las puertas, dejando encerrada a la congregación,
pero el hermano Manuel Rubio, que había llegado tarde, pudo
abrir el candado con una llave.
1890
Enero, Penzotti
viaja al sur del país, dejando encargada la congregación a los
hermanos. Envió a Arancet e Illescas a Mollendo y él se fue a
Arequipa. Los dos colportores escaparon milagrosamente de morir
apedreados, mientras que a Penzotti lo llevaron a la cárcel, en
la cual permaneció diecinueve días y predicando el Evangelio a
los presos. Salió en libertad por orden del Presidente de la
República, Don Andrés Avelino Cáceres.
26 de Julio, a las 7.00 A.M., en pleno desayuno, se presentó un oficial con cuatro agentes para llevarlo detenido por el delito de haber violado el Artículo 4° de la Constitución. La acusación la hizo el sacerdote y abogado, José Manuel Castro ante la autoridad judicial, solicitando un año de prisión y su posterior expatriación.
Penzotti fue
conducido a la prisión, entre cuatro bayonetas, como un vulgar
criminal. Fue encerrado en Casas Matas, en un
calabozo del Castillo Real Felipe.
Penzotti en la
cárcel escribió el siguiente himno:
¿Qué me
importa del mundo las penas
Y doblada
tener la cerviz?
¿Qué me
importa que esté entre cadenas,
Si me espera
una patria feliz?
Resignado,
tranquilo y dichoso
De la aurora
me encuentra la luz,
Porque sé
que Jesús bondadoso
Por su pueblo
ha expirado en la cruz.
Los presos acogieron a Penzotti y él se
convirtió en el consuelo para ellos. Su esposa Josefa consiguió
que se le permitiera traer a su calabozo una cama y alguna otra
comodidad, así como la comida diaria, ya que Penzotti no podía
comer el arroz y los porotos medios crudos y mal condimentados,
que se servían diariamente a los presos.
El encierro de Penzotti dio lugar a una
manifestación del pueblo, tanto a favor como en contra. Los
comerciantes utilizaban el apellido Penzotti como señuelo de
propaganda para los artículos de su comercio. Hasta los
periódicos se interesaron por el asunto Penzotti.
La esposa de Penzotti,
Josefa, logró una entrevista
con el Ministro de Gracia y Justicia. De la cual el Ministro
comentó: "Es Ud. la primera esposa, que yo conozco,
capaz de defender a su marido con la valentía con que Ud. lo ha
hecho; y por ello la felicito." Y ante la negativa de la
señora de Penzotti de acceder a salir del país a cambio de la
libertad de su esposo, el ministro exclamó: "¡Pues,
Señor! ¡Jamás me vi en un trance igual! ¿Será que estos
tercos y audaces protestantes han conseguido resucitar a la mujer
espartana? Si no corto por lo sano, hubiera sido capaz de
convencerme de que no soy cristiano. Y en verdad, que no le falta
razón. ¡Cuán necesitados estamos en el Perú, de mujeres como
ésta! Pero el Catolicismo no crea tipos de ese temple"
Otra acusación es hecha contra Penzotti:
"seducción a los presos"; es decir, que intentó
regenerarlos; lo que se le achacaba como un crimen.
En la cárcel Penzotti logró convertir a
muchos presos, siendo luego miembros de la iglesia, al salir de
la cárcel.
La reacción nacional e internacional no se hizo esperar. Los liberales y las logias masónicas clamaron: "Porque el asunto Penzotti se ha convertido en cuestión nacional; puesto que, ante el mundo civilizado, ya no es Penzotti, sino la nación peruana, la que está presa bajo la odiosa tiranía clerical" Londres y Washington dieron instrucciones a sus representantes para que enviaran información y auxilien a Penzotti. Los abogados, Dr. José María Vivanco, Dr. José B. Ugarte, y Dr. Alberto Quimper, por encargo de la logia masónica, patrocinaban la defensa de Penzotti. El apoyo de la Masonería respondía a un movimiento encabezado por ilustres hermanos y dirigentes políticos liberales que tuvo como objetivo promover y lograr la derogación del Art. 4° de la Constitución de 1860 que prohibía la difusión de otra confesión que no fuese la católica.
Un ingeniero norteamericano y cristiano E.
E. Olcott, que recorría la región minera del Perú, lo visitó
y sacó las fotografías, con un artículo de lo sucedido a los
periódicos (New York Herald y otros) de los Estados Unidos de
Norteamérica y éste fue publicado.
Un día el hijo de Penzotti llegó a la
celda sin la cestita con los alimentos, ya que no había para
comer en casa. Él despidió a su hijo pidiéndole que en casa
estén en oración, que así también lo estaría él. Penzotti
con lágrimas gimió ante el Señor y solicitó su ayuda para dar
de comer a su familia.
Mientras tanto los presos al enterarse de la
situación del preso amigo, hicieron una colecta y se la dieron.
Sin embargo, él no la aceptó de inmediato, pidió que le dieran
un plazo de tres horas para recibir la ayuda de Dios, de lo
contrario la aceptaría. Al cabo de una hora, llegó su hijo
trayendo la correspondencia que acababa de llegar. Entre las
cartas encontró una que venía de los Estados Unidos de
Norteamérica y en el interior había una letra de cambio con una
cantidad respetable. Los presos no podían creer lo que estaban
viendo y se retiraron con la cabeza cabizbaja y sin pronunciar
palabra alguna.
1891
28 de Marzo, a las 5.00 P.M. Penzotti salía
de la cárcel en compañía de sus abogados en medio de aplausos,
vivas y vítores de la multitud. Al día siguiente, Domingo de
Ramos, la capilla se llenó de una concurrencia que quería
escuchar a su Pastor.
24 de Agosto, llegó el Rev. Dr. Thomas B.
Wood para ponerse al frente de la Obra. Penzotti tomó un
descanso y se fue a Santiago de Chile, donde tenía en un colegio
a sus dos hijas y de allí se marchó a Buenos Aires, Argentina,
para el enlace de su hija Adela. De Buenos Aires regresó al
Perú para continuar su labor.
1894
Enero, luego de un tiempo la Sociedad
Bíblica Americana solicitó a Penzotti hacer un viaje de
exploración a América Central.
1903
06 de Junio, en la Iglesia Metodista de
Nueva York, Estados Unidos de Norteamérica, fue consagrado
Penzotti, Diácono y Presbítero de la Iglesia Metodista
Episcopal. Regresó al Perú para ver a su familia y luego
partió a ocupar su nuevo puesto en América Central.
1906
La familia Penzotti se reúne con él,
dejando definitivamente el país.
1910
Penzotti visita el Perú en una gira al
continente sudamericano.
1925
24 de Julio, Penzotti fue llamado a la presencia del Señor, en la ciudad de Buenos Aires, Argentina.
Fuentes de Información:
·
Celada, Claudio, Un Apóstol Contemporáneo (La vida de F.G. Penzotti),
Editorial “La Aurora”, Buenos Aires, 1945.
·
Escobar, Samuel, “El proceso Judicial contra Francisco Penzotti”
(1890-1891), Revista Época, Archivo Histórico del Protestantismo, Lima,
Año 2, Nro. 3, julio-diciembre 1996, pp. 7-17.
·
Actas de la Iglesia Metodista del Callao, 1888-1925.
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