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Estas reflexiones han surgido en mi diario caminar por la vida. Para lograr cada reflexión, he tenido que hacer, muchas veces, un alto en el camino para comprender lo maravilloso y limitado que es el ser humano, como creación de Dios. Todas estas reflexiones decidí ponerlas por escrito, como testimonio de vida y para dar gracias a Dios por sus múltiples maravillas, concedidas a mi persona y a mi familia. Es mi propósito, ayudar a muchas personas que aún no saben el por qué están en el mundo y no saben cómo salir del pozo de la desesperación y de la muerte. Al mismo tiempo, quisiera que, al leerlas, puedan creer y confiar en Jesucristo como el único Salvador. Es mi mayor deseo, que cada reflexión toque el corazón del más duro e indiferente ser. Finalmente, que juntos, podamos comprender y aceptar que el ser humano es lo más valioso del universo y que sólo por la fe en Jesucristo, se podrá vivir una vida en plenitud, en paz y de prosperidad, aquí, en este mundo y en la vida eterna. Amén. |
De vez en cuando nuestras ilusiones salen veloces como el rayo, pero, éstas pronto se convierten en tortugas al llegar a la meta, y esto, debido a nuestra negligencia.
Yo reconozco que divertirse es lo más aconsejable en esta vida. Pero, ¿quién reconoce nuestros actos cuando estamos pendiendo de una rama del árbol del infortunio?
Lo que yo pienso nadie puede conocerlo, ni verlo, ni desaparecerlo, excepto Dios. ¡Y esa es mi jactancia!
Llevad siempre el cuerpo, allí donde la mente quiere ir.
Gracias Padre, porque hasta aquí he sido un hombre puesto a cualquier tipo de pruebas y las he vencido. Ahora soy un verdadero hombre forjado en mil y un combate.
En esta época hay muchos hijos cuyo padre es Dios; sin embargo, ninguno es siervo de Él, más bien, quieren que Dios sea el siervo de ellos.
Muchos querrán que ponga palabras a mis actos, mas no será así, ya que ellos se forjaron en el silencio de la vida.
Más vale morir todos los días, que esperar morir al final.
¿De qué valdrá vivir el futuro hoy, sin querer vivir el presente ahora?
Ya no hay tiempo para llorar ni reír, sino el tiempo que queda es para actuar pronto.
Si yo pudiera, quebraría todo aquello que hace imposible una disciplina y una seguridad en las cosas de Dios; pero, hay tantas vallas que saltar para lograrlo. Sólo con la ayuda de Dios lo podré lograr.
Todos tenemos la potencia de ser líderes. Esto comienza a accionar en uno, cuando se descubre un compromiso en medio de una realidad concreta.
Hoy, al hacer un alto en mi camino, comprobé que Dios existe en la mente de las personas, mas no en sus corazones.
Si se te ha presentado la oportunidad de afrontar responsabilidades mayores, no dudes y aprovéchala; porque ninguna persona con auténtico empuje y talento se siente verdaderamente satisfecha hasta que no haya puesto a prueba toda su capacidad soterrada en su ser.
Al final de todo, siempre tendremos que sacrificarnos para algo mejor.
Lo más importante de la vida es mantener viva y ardiente la esperanza de algo mejor, en el corazón y en la mente.
He descubierto como actúa el diablo: comienza por llevarnos a la mente una serie de dudas y conflictos; luego nos infunde una desesperación que no nos permite razonar, ni orar. Toda esta situación adversa nos lleva a una situación de crisis que nos automatiza y nos hace presa de él. ¡Sólo el poder de Dios nos podrá liberar de esa esclavitud!
Cuidemos siempre que nuestros errores no sean mayores que nuestras palabras; porque al final del camino, ellas mismas nos pueden traicionar.
¿Cuánto tiempo he de durar yo? Quizás olvide contarlos cuando pase Abril y llegue Mayo.
El cristiano es la experiencia personal, viva, santa y solidaria de Cristo.
¡Cuán grandes son nuestras palabras y cuán pocos nuestros hechos!
Una cosa es imaginarse que Dios no existe y otra cosa es imaginarse que Dios si existe; pero, experimentar la presencia de Dios en nuestras vidas, eso sí que es otra cosa.
Ver pasar las nubes es ver pasar nuestro tiempo.
El espíritu de la persona mala es como una fiera salvaje que sale de su guarida para devorar las más bellas flores del campo y todo lo que encuentre a su paso; satisfecho luego, regresa a su guarida a descansar.
El amor es para compartirlo y no para obsequiarlo.
Nosotros solemos siempre pedir a Dios un sinnúmero de cosas en forma desesperada; pero, cuando llega el momento en que Dios nos da en abundancia no sabemos qué hacer. De ahí que será bueno, antes de pedir, dar una ojeada a nuestra canasta de la vida, para recibir sólo lo necesario.
Dios siempre se vale de un hecho histórico para acercarse a la humanidad y mostrar su amor, su poder y su gloria. Es la salvación a nuestro alcance.
Toda existencia tiene su razón de ser en la soledad o en la compañía; la elección de una de ellas, dejará su huella en la personalidad.
Vivir en soledad es una experiencia que necesita coraje; a veces, por cobardía optamos por cualquier compañía, que a la larga nos lleva a nuestra propia desgracia.
La causa principal de la soledad está en el completo abandono del yo espiritual, dando lugar al desarrollo incontrolado del yo material.
A veces, uno mismo se hace responsable de su propia soledad, ya sea por negligencia o por orgullo propio.
Jamás podré predicar, defender o difundir un evangelio alienante, opresor y egoísta; ni un evangelio materialista. El evangelio que he predicar y defender ha de ser el Evangelio de Jesucristo, que en su práctica se traduce en amor y perdón; sacrificio y acción; liberación y paz.
La fama de la persona es como la pompa de jabón, sube y sube hasta reventar.
En una persona donde no hay verdad, honradez, ni amor; de nada valen sus palabras.
Cuando un rival nos enfrenta, intenta liquidarnos sin piedad; lo aconsejable en estos casos será neutralizar el ataque y desviarlo a otro campo que no conoce y humillarlo por su osadía.
La Iglesia en cada atardecer, deja su tarea inconclusa, como muestra de que no es una institución de superdotados.
La mirada fija es la acusación silenciosa y eterna.
Todas nuestras palabras deberán pasar por el fuego de la experiencia, para que así puedan darle el sabor a la vida.
Siempre a la mitad del camino nos acordamos de las cosas que olvidamos realizar a su tiempo y como locos queremos regresar, lo único que lograremos es que nos echen a patadas.
Si uno no quiere errar; mejor será atarse las manos, vendarse los ojos y taparse la boca. Sólo el que construye algo mejor tiene el derecho a errar.
Las grandes cosas, las grandes revoluciones y los héroes surgen en medio de la rutina. En la decadencia de las cosas y de los valores, está su fuente.
Al amar damos hermosas flores y cuándo odiamos, ¿qué?.
Siempre nos preguntamos: ¿Quién soy yo y adónde voy? Casi nunca nos preguntamos: ¿Qué puedo hacer a favor de otras personas?
La tentación es una prueba sobrehumana, más allá de nuestras fuerzas, difícil de resistir ante su poder, nos acosa justo por nuestro flanco débil, la carne. En cada lucha templamos nuestro espíritu. Mas en cada victoria conseguida, parte de nuestra vida hemos dejado en el campo de batalla.
El cristianismo es amor, servicio, paz y esperanza; también es oración, ayuno, alegría y perdón. En esto se resume la presencia histórica del cristiano en el mundo.
La persona que no perdona, no puede pedir perdón.
El que sabe caminar, en lo mejor del camino va recogiendo hermosas flores.
El que llora de amor, el jardín de sus ilusiones riega.
El servir a los demás es una vocación de por vida y no una hermosa conclusión mental. Se demuestra negándose uno mismo y rescatando al que está en desgracia.
Atrévete a amar y te perderás en la inmensidad del amor.
No importa si has caído, levántate y sigue caminando.
En el pueblo está mi complacencia y misión.
Señor, dame todas las riquezas del mundo, la fama, la gloria y el poder, no para mi beneficio personal, sino para ponerlos al servicio de los pobres.
El tiempo de Dios no se mide con relojes de arena, sino con el reloj del espíritu.
Señor, hoy no tengo palabras ni lágrimas para agradecerte por lo mucho que has hecho por mí; pero sí tengo dos manos para servirte.
Señor, que mi vida entera sea una ofrenda viva a la humanidad.
El mejor recuerdo para un ser querido, es haberlo amado en vida.
La mejor tumba para un ser querido, es el recuerdo eterno en nuestro corazón.
Así como al científico le es necesario la experiencia para dar validez a una teoría o demostración de un hecho; de igual manera, el cristiano necesita tener experiencias de fe para dar validez a su testimonio, predicación o cualquier otra demostración de un hecho religioso. De lo contrario, un científico sin ese requisito experimental será un vulgar charlatán; lo mismo, para un cristiano sin experiencias de fe, no será más que un fanfarrón.
Entre la corrupción capitalista y el totalitarismo materialista, ¿cuál debería ser nuestra alternativa existencial? Si optara por la primera, me degradaría socialmente y si la segunda fuera la opción, sería un estúpido. Entonces, ¿cuál es la opción? Pienso que la mejor opción existencial para el hombre es la Ética Cristiana.
El secreto para una vida en paz, es saber hallar a Dios en medio de un mundo convulsionado.
La felicidad sólo puede ser sentida y entendida a partir de una experiencia existencial, fuera de ella es imposible sentir el gozo de disfrutarla.
La puntualidad es señal de respeto y cortesía para con el prójimo.
Muchas veces somos cobardes a tiempo y héroes a destiempo.
El único apoyo concreto que tienen los pobres y oprimidos del mundo, son los cristianos comprometidos con ellos.
Una cosa es la defensa asalariada del pobre y otra es la defensa del pobre por vocación.
De mi experiencia en la Iglesia Católica y en la Iglesia Protestante he podido realizar una síntesis, que es una nueva experiencia: ser un cristiano que sólo sigue a Cristo y sirve al prójimo en amor, sin estar sujeto a tradición, dogma o estructura alguna.
Una misma fe, una misma esperanza y un mismo Señor, nos unen en una misma lucha por la transformación de nuestra patria.
Renovaos siempre por medio de la palabra de Dios y en el servicio al prójimo.
Donde hay movimiento, hay vida; donde hay vida, hay esperanza; y donde hay esperanza, vale la pena vivir.
La esperanza es como la ola del mar que viene a nuestras playas, trayendo las buenas nuevas de un horizonte que aún no conocemos.
En lo fundamental, intransigente; en lo secundario, tolerante.
Nuestros sentimientos son como las estaciones del año: las lágrimas, son como las lluvias que riegan nuestro ser seco y atribulado. Es nuestro invierno. La tristeza, es como un día oscuro y gris, con un cielo lleno de nubarrones. Es nuestro otoño. La alegría, viene a ser como las aves que adornan y embellecen nuestra vida. Es nuestra primavera. La esperanza, es como la ola del mar, que nos trae las buenas nuevas de un horizonte no muy lejano. Es nuestro verano.
Todo acontecimiento en una realidad determinada, se convierte en el núcleo de la misma. De ahí que para su análisis y estudio no se puede estar en un punto equidistante del mismo, sino en su mismo centro.
Para iniciar una lucha contra la miseria, la explotación y la reconstrucción de nuestro pueblo, es necesario asirse del pasado, tener la mirada hacia delante y afirmar nuestros pies en la presente realidad.
La fe es un don de Dios que nos permite conocer a Jesucristo como Salvador, nos libera de toda esclavitud personal y social del pecado, y finalmente es un instrumento de transformación de la realidad a través de su praxis.
La realidad es el crisol de la fe y en ella se forjan la esperanza y la salvación.
Todo creyente no puede dejar de hablar de Dios sin mencionar las cosas que preocupan al hombre; ni tampoco se puede hablar de aquellas cosas sin dejar de mencionar a Dios.
El odio carcome el cerebro; la envidia corroe el alma; los celos aniquilan el corazón.
Donde no hay amor, las palabras sobran.
El amor de Dios hacia nosotros hace imperativo nuestro amor hacia los demás.
Abrid las válvulas de vuestro corazón para que salgan los odios, rencores y maldades acumuladas por tanto tiempo; ¡llenadlo de nuevo con el Gran Amor!
El éxito siempre exige de nosotros un mínimo de hipocresía.
Así como las gotas de agua perforan la roca, así también, los golpes de la vida calan en lo profundo del alma.
Hay hermosos recuerdos que guardamos como preciosos capullos en el corazón, pero siempre hay otros que quedan expuestos al asecho de los lobos.
La iglesia es un ejército de creyentes en Dios, cuya fuerza está en la fe y en su testimonio en el servicio amoroso por los demás.
La iglesia de hoy, es una comunidad de fe, organizada de tal manera que ningún error o indisciplina debe afectar el cumplimiento y desarrollo de su misión.
Cada uno se hace prisionero de sus propias especulaciones.
Muchas de las desgracias humanas se gestan en el seno del hogar.
Antes de intentar decir una mentira, más vale morderse la lengua.
La conciencia es la voz de Dios que pone al descubierto nuestras faltas, provocando un arrepentimiento, para luego otorgarnos el perdón y la paz interior en nuestro ser.
Las palabras y las circunstancias adversas no deben destruir jamás nuestra paz interior.
Cada día es una nueva ola que viene a nuestras playas.
En el mundo caminamos por el desierto entre oasis y arenales; así de esa manera es nuestro caminar por la vida cristiana.
Quien ha optado por servir a los demás, es un verdadero discípulo de Cristo.
El núcleo de la teología metodista es la obra redentora de Cristo y la praxis de la fe.
La batalla contra el mal no es una batalla parcial, sino una guerra total. La victoria es de aquel que ha resistido el desgaste de la misma.
Ante la falta de provisiones para nuestras necesidades básicas, no debemos temer. Dios siempre proveerá lo necesario.
La Biblia es un libro tangible y su contenido: la fe, es intangible, ella no tiene lugar en el espacio como otros elementos físicos.
Si el mundo es nuestra parroquia, esto implica que somos el ejemplo del mundo.
Si tu pareja ya no es la compañera idónea en tu vida, no te queda más que dos alternativas a elegir: aguantar hasta lo sumo todas sus locuras o esperar que las circunstancias te liberen de ella.
Los cristianos somos pequeños manantiales diseminados en el mundo, con el único propósito de regarlo con el agua viva que es Cristo.
La improvisación mata el futuro.
La felicidad no se encuentra en las grandes cosas, sino en las pequeñas cosas de la vida.
El mundo es el crisol de la fe.
Nunca debemos olvidar que detrás de los nubarrones siempre está el sol.
Los hijos son las mejores joyas que Dios nos pueda regalar.
El secreto de la paz interior está en hacer el bien; sólo así estarás en paz con tu prójimo y con Dios.
La historia salvífica tiene dos dimensiones: la primera, en los proyectos del hombre no hay lugar para Dios; la segunda, en los proyectos de Dios siempre hay lugar para el hombre.
Cuando la serpiente lanza su veneno, sálvese quien pueda.
La vida es el gran teatro del mundo. Todos, sin excepción alguna, estamos obligados a ponernos la careta para actuar.
Para que la luna brille es necesario que el sol se oculte; de la misma manera, el mal brilla porque el bien se ha ocultado.
Cada criatura es ante Dios como un metal precioso, que por los avatares de la vida se va llenando de escoria hasta perder su brillo; felizmente, por la gracia de Dios, esa escoria es quitada al pasar por el crisol de la fe. Mediante la purificación del amor de Cristo toda persona vuelve a recobrar su brillo.
Si la fe y la razón no nos llevan a tener paz con Dios y con nuestro prójimo, vana es su existencia.
La realidad es como un río caudaloso; quien no sabe nadar, en las profundidades de sus aguas se ahoga.
Si pude descubrir un nuevo horizonte y alcanzarlo en la vida, es porque fui capaz de sacar la cabeza de en medio de la mediocridad.
Nuestras ideas deben ser como las aguas del río que siempre se renuevan.
Cuando uno toma conciencia de una realidad injusta y decide transformarla, se ha iniciado ya la revolución.
Un collar es hermoso y valioso por la calidad de las perlas que lo conforman. De igual manera, la amistad es hermosa y valiosa por la calidad de los amigos que la conforman.
El futuro de la Iglesia no depende de sus estructuras o doctrinas, depende de la misericordia de Dios y de la calidad de vida de cada uno de sus integrantes.
Las utopías son proyecciones de nuestras ilusiones o aspiraciones que se tiran al vacío. Hacerlas realidad, dependerá del puente que podamos construir con nuestras propias manos.
La envidia es el sabor amargo de la frustración.
La defensa de la dignidad humana es una alternativa solidaria ante la nueva propuesta de un sistema de vida digitada.
Dios es tan grande y sabio que ha dotado al ser humano la capacidad de desarrollar mecanismos de defensa para conservarlo y protegerlo ante cualquier adversidad.
No hay Navidad si Jesús no nace en nuestro corazón.
Si alguien me preguntara: ¿Quién soy yo?, respondería sin vacilar: ¡Yo soy obra de la misericordia de Dios!
Estar en la orilla del mar y ver el inmenso horizonte azul, significa que hay un camino largo que se ha recorrido y que ahora se presenta una nueva oportunidad de seguir caminando hacia un futuro nuevo.
Estoy convencido de que Dios me creó para hacer grandes cosas y trascendentes en este mundo; los dones y talentos recibidos de Él, a su tiempo plasmarán dicha obra.
Toda persona ante Dios opta por una de estas actitudes: ser religioso, fanático, creyente o ateo. De la decisión que tome depende el grado de su espiritualidad y compromiso con Él.
El buen testimonio es inherente al ejercicio de la autoridad; sin él se pierde toda autoridad.
La experiencia es el cincel que moldea nuestra vida.
La excelencia es un don que Dios nos ha dado para hacer más agradable y llevadera nuestra vida. No hacer uso de este don es vivir una vida de sufrimiento, de lágrimas y de dolor.
En mi experiencia con Dios surgieron estos poemas:
¡ABRID, PUERTAS DEL CIELO! Señor, Creador de los cielos y la tierra, Abrid las puertas de la bóveda celeste. Que lluvias de bendición caigan sin fin, A mis huesos que se secan día tras día. Como árbol plantado en el desierto gris, Aún estoy de pie esperando la lluvia, Que ha de refrescar mis sedientas raíces. Ya todo mi ser ansía beber de Tu pozo. Mira mis hojas, una a una, se secaron, Al pasar cada ventarrón con fuerza cruel, Sacudiendo toda mi vida y mis ilusiones. Sólo Tú, oh Dios, puedes hacerme retoñar. Abre ya, oh Señor, las puertas celestiales, Refresca mi sedienta alma de tu amor, Que al retoñar vuelva a dar bellos frutos, Como maná para todo el que no te conoce.
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¡VENGAN TODOS! Vengan, vengan pronto todos, hoy A escuchar una noticia grata Que ocurrió en lo profundo de mi ser. Solo y desesperado me encontraba Perdido en el mundo y en tinieblas, Sin ninguna luz que guiara mis pasos. Fue un día, ese gran día en mi vida, Que mi mente y corazón cambiaron, Cuando conocí al Señor Todopoderoso. Hoy, que en mi vida hay paz y amor, Te puedo decir que Jesús es el Salvador, Nadie más te salvará, sólo Él lo hará. Mira mis heridas, cicatrices son ya, El amor de Dios restauró todo mi ser, Una vasija nueva soy en sus manos. Pon también tu confianza sólo en Él, Y verás que el Señor hará maravillas, En tu vida quebrada y atormentada. Recuerda, no hay vida plena sin Él, No hay justicia y paz sin Su amor, Acéptale ahora, no mañana, sólo hoy.
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AL BORDE DEL ABISMO ¡Me salvaste Señor, una vez más del abismo! Mi corazón se regocija y mi alma se alegra. Todo mi ser vibra de emoción por tu bondad, Nadie podrá callar mi canto y grito de alegría. Como antes en el pasado libraste a tu siervo Noé, De las frías y tormentosas aguas del diluvio. Con mano poderosa salvaste a tu hijo Moisés, Cuando al borde del abismo Faraón venía por él. El fuego y leones feroces amenazaban a Daniel, Tú viniste en su pronto auxilio para liberarlo. Tu siervo y rey David sufrió horrible persecución, Pero tú acudiste en su rescate con mano poderosa. Ahora yo soy uno más en esa lista de salvación, Muchos otros también tuvieron ese privilegio. Gracias Señor por concederme sentir tus brazos, Y saber que tu eres mi refugio y salvación eterna.
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Los principios y valores se defienden con la vida y no sólo con palabras o gestos.
La excelencia en la vida cristiana es el tope de toda existencia humana; sin embargo, mucha gente prefiere vivir el estándar promedio de la vida, en mediocridad o pecado.
Las decisiones que se toman en cualquier circunstancia de la vida, se hacen en función a principios y valores supremos, y no en función a intereses personales o grupales.
Nuestra vida es como un árbol, cuyas raíces representan nuestro pasado, el tronco es el presente, y el futuro son los frutos que hemos de dar. De las buenas raíces y de lo fuerte que sea el tronco, dependerán los frutos a obtener.
En algún momento de la vida confío llegar a la siguiente conclusión: "Soy la felicidad hecha realidad"
Nunca las lágrimas y el sufrimiento por algo mejor, serán en vano.
Si quieres tener éxito en la vida, ten en cuenta estos tres aspectos: pon todo lo que quieras realizar en manos de Dios; realiza todo con excelencia; revisa todo lo que has hecho y mira siempre hacia el futuro.
Muchos pueden tener fe y esperanza, pero pocos son los que han experimentado una fe verdadera y una esperanza viva en Dios.
La verdadera vida cristiana es una vida de fe, de santidad, de prosperidad y de servicio.
La vida cristiana implica vivir una fe original y no pretender ser copia alguna de algún personaje. La originalidad en la fe es el requisito indispensable para la salvación.
Para ingresar a la dimensión espiritual de Dios es necesario ser usuario del reino de Dios y tener un password. En este caso el usuario es nuestro nombre y el password es: fe.
Un corazón es capaz de recibir un gran flujo de sangre; también suele recibir alegrías y tristezas; pero lo mejor que podría recibir es una verdadera amistad.
Los principios éticos no pueden ceder ante cualquier necesidad, circunstancia o corrupción. Ellos son la garantía de nuestra existencia.
Tres son las evidencias de una verdadera vida cristiana: santidad, bendición y gozo.
Las bendiciones, grandes o pequeñas, son de la misma esencia de Dios y tienen la misma finalidad: la felicidad de las personas.
El presente es el fin del ayer y el comienzo del mañana. De ahí que el presente es el vestíbulo de nuestra felicidad.
Sin santidad de vida, no hay bendición de Dios, y sin bendición no hay plenitud de vida.
En tiempos difíciles, hay que saber vivir la vida en plenitud, sin miedo y sin temor, sabiendo que Dios ha de proveer lo necesario en el momento oportuno.
Un metodista es un cristiano de alta calidad, consagrado al servicio del prójimo.
En estos tiempos, la Iglesia está llamada, no sólo a evangelizar, sino hacer más humanas a las personas a través de la palabra de Dios.
Ante la pregunta de que, si la virtud es necesaria para este mundo postmoderno, yo respondo que sí; ya que ésta establece la diferencia entre la excelencia y la mediocridad en todo el quehacer de la vida del ser humano.
En mi constante relación con Dios en oración, he descubierto que siempre Él responde de manera sobrenatural. Las señales pueden ser: un par de palomas en nuestro caminar; una mariposa revoloteando sobre nuestra cabeza; una niña que se acerca para darnos un pañuelo para enjugar nuestras lágrimas; la mano de un amigo que nos levanta del suelo; sueños premonitorios; un texto bíblico para leer en una situación difícil; un cheque inesperado que llega a nuestras manos; un mar que se abre de par en par; un maná que cae del cielo; murallas que caen al sonar de las trompetas; un viento recio que sopla; una voz que se escucha en medio de la soledad. Son todas esas cosas, códigos sobrenaturales que sólo se pueden descifrar en comunión plena con el Señor.
Nuestras palabras son como cápsulas que encierran nuestros sentimientos y pensamientos; ellas revelan quiénes somos.
El quehacer cotidiano de todo creyente que tiene a Dios en su corazón es la transformación espiritual y social de toda persona.
La fe en Dios es una fe ilimitada que nos permite aventurarnos a ver más allá de lo evidente y a realizar proezas increíbles.
El que no arriesga en la vida, jamás podrá tener lo que quiso tener, ver lo que quiso ver, lograr lo que quiso lograr. Arriesgar es una aventura de fe y no un salto al vacío.
Si por cumplir con el supremo deber, perdemos otras oportunidades para triunfar, eso no importará si es que al final nos sentimos satisfechos de haberlo cumplido.
El silencio es una pausa en la vida, es el gran momento existencial para reflexionar y evaluar todo lo actuado y lo que se ha de realizar; a la vez, sirve para esperar la voluntad de Dios.
Nunca es tarde para conocer a Dios, como tampoco es tarde para recibir sus bendiciones.
En el cumplimiento de la Misión, lo más importante es tener en fe en ella y seguir avanzando, jamás retroceder.
Cuando en medio de nuestro entorno social las cosas se complican y pareciera que ya no hay salida, entonces lo único que nos queda hacer es empujar más allá la línea de nuestro horizonte para encontrar nuevas alternativas.
La humanidad y la espiritualidad del ser humano son de una misma esencia que provienen de un solo Creador; lo que varía y hace la diferencia son sus formas externas de expresión y de relación con su entorno social.
La excelencia es la suma de pequeñas y grandes cosas bien hechas. No hay otra fórmula para triunfar en la vida.
La Iglesia de Cristo es más que una empresa, pero no menos que una empresa.
En la iglesia cristiana no se puede ser fariseo y pastor a la vez, solo cabe ser como Jesús, el buen pastor.
Los principios y valores universales del cristianismo están dados en las enseñanzas de Jesucristo, las cuales se encuentran en las Sagradas Escrituras; ni los dogmas ni las doctrinas tienen lugar en la verdadera esencia de la Iglesia.
Siempre en toda reunión se presenta el dilema de ubicar en el lugar correcto a la autoridad, generalmente se decide a que sea en la cabecera. Sin embargo, considero que el orden de los lugares no altera la función.
Cuando se lucha por alguna causa justa, cualquier excusa para no hacerla, está demás.
Para que el pueblo pueda comprender el mensaje de las Sagradas Escrituras es necesario decodificar el lenguaje bíblico a los códigos del lenguaje secular.
La igualdad ante Dios y la Ley es el requisito fundamental para vivir en plena libertad, ahora y siempre.
La Iglesia de Jesucristo está llamada a ser la reserva moral y espiritual de la humanidad.
Existen dos tipos de paz: una es la paz externa o social y la otra es la paz interna o espiritual. La primera, es una aspiración humana de lograr el bien común para todos, pero que es violentada por los problemas sociales, resultado de la injusticia. La segunda, es aquella armonía entre lo divino y el ser humano, que solo puede ser dada por la presencia de Cristo en el ser humano. Esta paz espiritual es la que permite resistir a la violencia social y generar las condiciones para lograr la paz real.
Todo camino o sendero nos conduce siempre a un destino. De igual manera, la Biblia es el único camino que nos conduce a la salvación eterna.
La palabra de Dios es única y vivencial. Los seres humanos la encapsulan en sus ideas, contextos, costumbres, ritos y experiencias propias, generando con ello las sectas o denominaciones religiosas. El reto será desencapsularla y vivenciarla.
La iglesia es el taller de Dios, él como artesano restaura vidas quebradas, perfecciona vidas, sana cuerpos y espíritus enfermos, consuela a los afligidos, alienta a los que se sienten derrotados. Para poder realizar tal tarea, Dios cuenta con herramientas y operarios; las herramientas son: la Biblia, la oración, la exhortación, y el perdón. Y sus operarios, son todos los que han sido restaurados por Él.
En la aldea global, la única condición para pertenecer a ella, es la de ser criatura de Dios, el creador del Universo.
La santidad es un eje transversal que debe pasar por todos los niveles de nuestra vida: personal, social e institucional. Y los cristianos metodistas estamos llamados a demostrarlo.
Tener paciencia es saber esperar con sabiduría.
La lealtad es por principios y no por personas.
Cuando hay una meta, hay un camino que recorrer. Si queremos llegar a ella tenemos que atrevernos a recorrer el camino por más difícil que sea.
Cuando seguimos a Jesucristo con el propósito de convertirnos en instrumentos del amor de Dios en el mundo, nuestras vidas adquieren propósito. Ya no podemos conformarnos con un cambio personal. A medida que crecemos en una relación de santidad con Dios nuestro cambio también tiene que afectar al mundo que nos rodea.
Un nuevo amanecer es una nueva oportunidad, una nueva esperanza, una nueva alegría de vivir y una nueva manera de hacer las cosas bien. ¡Todo esto gracias a Dios!
Al ver caer las hojas marchitas del árbol y nacer nuevas hojas verdes, comprendí que así también pasa con nosotros, que es necesario arrancar todo aquello que se ha marchitado y que ya no tiene lugar o perturba nuestro ser, para dar lugar a aquello nuevo que adornará nuestra vida y dará sentido a nuestro ser. Si no caen nuestras hojas marchitas no habrá lugar a nuevas hojas verdes.
La familia bien constituida, una escuela basada en principios y valores y una iglesia que predique y practique la sana doctrina, constituyen el trípode que toda nación necesita para la formación de una nueva generación que sea digna de su tiempo y esté al servicio de los demás.
Siempre es bueno mirar el horizonte, porque de ahí siempre vienen las buenas nuevas de Dios.
Por mucho tiempo los cristianos han pretendido cambiar la sociedad queriendo destruir las estructuras existentes; lo que no se ha sabido hacer es crear un nuevo sistema social donde la fe, el amor, la justicia, la verdad y la paz, sean valores irrenunciables.
Cuando un líder se colude con un grupo y no hace la voluntad de su pueblo, ya perdió autoridad para gobernar.
Toda reforma empieza en la persona y luego trasciende a su entorno social.
Cuando una nave cambia de rumbo inesperado hay que cambiar al capitán y ajustar las velas.
Hay gente que cree que nuestro corazón es un depósito y tira toda la basura de su corazón al nuestro.
Si Dios nos perdona y olvida nuestros pecados, nadie tiene por qué hacernos recuerdo de ellos. ¡Somos perdonados por Su gracia!
Revisando el Diario de John Wesley encontré que después de su experiencia de conversión del 24 de mayo de 1738 en Aldersgate, empezó a predicar con fuerza la palabra de Dios, habló en lenguas, sanó enfermos, formó discípulos, fue solidario con los pobres, generó una educación integral, incorporó a las mujeres en el ministerio pastoral; sin embargo, no era pentecostal, ni neo pentecostal, ni carismático, ni liberal, ni de izquierda, ni católico. ¡Era un cristiano metodista!
Al empezar el año, siempre hay muchos caminos ya hechos para andar rutinariamente y que no siempre nos llevan a la felicidad. Será un desafío hacer nuevos caminos para andar y dejar huellas.
La Iglesia del siglo XXI está llamada a ser una comunidad terapéutica, donde el amor de Dios y el de sus discípulos sean una realidad y no meras palabras en discursos.
Mientras la Iglesia esté en el mundo no escapará de los problemas de su entorno social y para que no caiga enredada en ellos, deberá estar vigilante y en oración permanente.
El soñador crea futuro; el mediocre, es su asesino.
Los mediocres, según la historia bíblica, sacrificaron la excelencia, la bondad, los sueños, la decisión de reorganización de todo Israel, el contrarrestar los privilegios, decir la verdad, no coludirse con corruptos e hipócritas, defender los valores del Reino, que Jesús quería establecer. Pareciera que esta historia se repite cada vez en nuestro mundo y en la Iglesia. La mediocridad y la inmoralidad pretenden derrotar los ideales emanados del Evangelio.
La palabra de Dios, que es espiritual y creativa, dio origen al mundo natural. Entonces, el mundo natural se rige por las leyes de su Creador y no por dogmas, teorías o filosofías.
Si Jesús resucitó y vive en nosotros, entonces debemos vivir con alegría y esperanza, avizorando un nuevo horizonte, a pesar de las tormentas que puedan venir.
El camino a la santidad es la excelencia de vida en Cristo y su contraparte es el vivir en pecado y en mediocridad.
Una fórmula para practicar: fe+praxis+excelencia.
Las turbulencias de la vida nos generan miedo, pero la fe en Jesús nos da la paz necesaria. ¡Esa es nuestra victoria!
A veces pienso que los pastores y laicos creen que la iglesia o institución, son sus chacras y ejercen una administración sin el sello de la excelencia, generando con ello la mediocridad y el caos en dichas instituciones.
Hoy más que nunca estoy convencido que los problemas y las dificultades en una institución no están en las estructuras, ni en la organización, el gran problema son las personas mediocres que están en ella.
Un árbol es señal de vida y nosotros somos como él. Debemos siempre dar frutos, soportar las inclemencias del tiempo, pasar las estaciones del año y estar siempre firmes en nuestro puesto o lugar. ¡El árbol no se corre o huye!
Hoy, después de leer muchos libros, ver los testimonios de los falsos cristianos, siento que es hora de revisar la Reforma y el Avivamiento del siglo XVIII (Movimiento Metodista), De ahí que estoy convencido de que el Movimiento del Discipulado es la nueva alternativa para el crecimiento, desarrollo y testimonio de la Iglesia.
Después de 275 años de la experiencia de Aldersgate, el metodismo ya no es una mera tradición, sino una experiencia de vida en santidad constante, transformadora y cotidiana.
He comprobado una triste realidad: cuando alguien empieza a cumplir la Gran Comisión del Señor y la Obra comienza a crecer, a renovarse y a hacer misión, inmediatamente aparecen los fariseos, los hipócritas, los Judas, los envidiosos, y los falsos hermanos, y sólo para destruir la Obra. Lo bueno es que el pueblo los conoce a todos ellos y nos los tendrá en cuenta para nada.
Cada vez que veo crecer una planta y ver en ella una flor, pienso y digo: ¡Aún hay vida, vale la pena vivirla con alegría y gozo!
Después de recordar Pentecostés y Aldersgate considero obligado volver a releer el Libro de los Hechos de los Apóstoles. Quién no lo haga se queda solo con lo recordatorio y no con la experiencia de la presencia del Espíritu Santo en la comunidad de fe.
El odio, las palabras infraternas y la envidia, podrán matar nuestra alegría, pero nunca nuestros sueños e ideales.
Toda iglesia tiene el fin supremo de transformar personas y su entorno social, con la palabra de Dios, para que vivan en santidad.
La fórmula que ha sido puesta en práctica para recibir un milagro o una bendición de Dios es: oración + ayuno + santidad.
Creo firmemente que la razón no debe anular al espíritu, ni el espíritu anular a la razón. Ambos son creación de Dios para un fin determinado. Por lo tanto, la razón y el espíritu deben generar una vida de calidad y de excelencia en todas las personas.
Revisando la historia sobre la acción libertaria de los libertadores Don José de San Martín y Don Simón Bolívar, en la que supieron convocar ejércitos de Argentina, Chile, Perú, Colombia, Ecuador y otros, para derrotar al enemigo y opresor de nuestros pueblos, pienso si no será necesario recurrir a nuestros ejércitos de liberación que están al interior de nuestras iglesias latinoamericanas para derrotar al gran enemigo de nuestros pueblos.
La Iglesia no debe contentarse en sólo transformar personas, sino que también debe transformar su entorno social y lograr que todos vivan en santidad. Sólo así podrá decir: ¡Tarea cumplida!
Hoy he tomado nota que el tema de la guerra espiritual no es un asunto intelectual, doctrinal, teológico, ni pasajero; es un tema permanente y que se debe tomarlo muy en serio en nuestro diario caminar. Pablo lo tuvo muy en cuenta (Efesios 6:10-18); Pedro también (1Pedro 5:8); John Wesley lo mismo. ¿Por qué hay cosas que suceden en nuestras vidas, en nuestras casas, en nuestras iglesias y en nuestra sociedad que nos destruyen y derriban y no podemos vencerlas con nuestras armas naturales? Hay un enemigo sobrenatural que hay que vencerlo con las armas espirituales que Dios nos ha dado.
El mayor desafío para los pastores y pastoras del siglo XXI es llevar el Evangelio de Cristo a los que no quieren creer en Él y lograr que le acepten.
Si una persona vive con el odio a cuestas y no perdona, difícil que le brote un retoño de amor.
Después de revisar las enseñanzas de Jesús, leer varios libros sobre el discipulado y ver su práctica, he llegado a la siguiente conclusión: si el discipulado no está comprometido con la transformación de las personas y su entorno social, entonces éste no es el que nos ha enseñado el Señor Jesús, será un discipulado barato, sin compromiso.
Cuando Jesús nos dice: "Ven, sígueme y déjalo todo", ¿no nos estará diciendo?: "Ven, sal de la mediocridad y sígueme, para que vivas una viva en excelencia"
Si afirmamos que Cristo lleva nuestras cargas, entonces nosotros que somos sus discípulos deberíamos llevar también las cargas de nuestro prójimo. En eso consiste llevar la cruz.
Según Bonhoeffer, la práctica de la gracia barata está generando un precio a pagar, que es el hundimiento de las Iglesias organizadas. La gracia barata no ha tenido compasión con nuestra Iglesia evangélica. Tampoco lo ha tenido de nosotros desde un punto de vista personal. No nos ha abierto el camino que lleva a Cristo; nos lo ha cerrado. No nos ha llamado al seguimiento, sino que nos ha endurecido en la desobediencia. De ahí que vale la pena tener en cuenta a Lutero, a Wesley y a Bonhoeffer en sus concepciones sobre el discipulado. Ellos reafirman lo que ya Jesús dijo, que el seguimiento tiene un precio.
Al recordar el Día de la Reforma, habrá que preguntarse: ¿Por qué razón, Lutero dejó el mundo, para ir a un convento, y por qué, después, decidió salir del convento, para ir otra vez, al mundo? ¿Tiene un significado esta decisión? Lo mismo le pasó a John Wesley. Estaba angustiado por su salvación personal, y decidió entrar a una pequeña capilla para encontrar paz, y la encontró en esa memorable noche de Aldersgate, Londres. Sin embargo, no se quedó con esa experiencia personal, decidió salir al mundo a predicar del amor de Dios a los pobres, marginados y leprosos sociales. Lutero, transformó la Iglesia Católica y su sociedad. Wesley, hizo también lo mismo. ¿No será que el Señor nos estará hablando, en este Día de la Reforma, para generar una nueva reforma?
Al releer a Bonhoeffer me impresiona su afirmación de que Lutero al entrar al convento, dejó todo, menos su "yo" piadoso. Tuvo que dejar el convento y volver al mundo, al comprobar que el convento no era más que el mundo. El hecho de que Lutero salga del convento para volver al mundo, representa el ataque más duro dirigido contra el mundo desde el cristianismo primitivo. No fue la justificación del pecado, sino la del pecador, la que condujo a Lutero a salir del convento. La gracia cara fue la que se concedió a Lutero. Él sabía que esta gracia le había costado toda una vida y que seguía exigiendo su precio diariamente. Es bueno tener en cuenta todos los protestantes esta actitud de Lutero al no caer en la gracia barata, sino optar por la gracia cara. Esta es la herencia de Lutero.
Reflexionando sobre el por qué Dios llama a sus siervos/as del mundo para entrar a un lugar sagrado, tener un tiempo de experiencia con él, para luego volverlos a enviar al mundo, renovados, es para transformar a las personas y a la sociedad de su mediocridad, para que viva una vida en excelencia a través de la Palabra. Me vino a la memoria el caso de Moisés que fue llamado de su lugar (mundo) a la montaña (lugar santo) para después de un buen tiempo, enviarlo a Egipto para que libere a su Pueblo con señales y prodigios y hasta por la fuerza. ¡Y así fue! También llama la atención el hecho que Isaías viniera del mundo y entrara al templo, lugar santo, y ahí vio la gloria de Dios. En el templo tuvo su experiencia personal con Dios. Luego el Señor lo envió al mundo para que predicara su Palabra y anunciara la buena nueva: la venida del Mesías, Jesús el Señor. ¡Y así fue! ¿Nos dice algo estos hechos salvíficos en medio de un mundo turbulento y lejos de la voluntad de Dios, hoy en día? Si Lutero definió a la Iglesia como la comunidad de los que son perseguidos y martirizados a causa del Evangelio, entonces, ¿por qué ha cambiado la concepción de ser Iglesia hoy? ¿No será porque la Iglesia se ha acomodado a los placeres y propuestas del mundo, en vez de transformar el mundo con el Evangelio?
He llegado a una conclusión: cuando uno ama de verdad al Señor y a Su iglesia, no importa la tarea a realizar, sea ésta desde limpiar el piso del templo hasta ser un pastor u obispo.
Siempre el horizonte de nuestras vidas tiene nuevas metas, solo falta aventurarse a alcanzarlas, no importando la edad o condición social.
Nuestras lágrimas son sagradas y son nuestras y de nadie más. Al final, sólo ellas riegan nuestra alma.
Qué raro es encontrar la mañana fresca, la mente limpia, pero el corazón vacío. ¡Qué raro es!
Si en cada semilla se gesta un árbol, y en cada embrión se gesta un ciudadano, dependerá entonces cuánto cuidemos de ellos para que logren ser excelentes árboles o excelentes ciudadanos.
Me preocupa que desde hace mucho tiempo los enemigos de Dios han estado contentos de que los cristianos permanezcan sentados en sus templos, sin participar activamente en los debates de los grandes temas sociales y políticos. Hoy quieren poner de rodillas a la Iglesia y que calle frente a esos mismos temas. ¿Dónde está la iglesia militante y profética?
El crecimiento en la iglesia es muy importante como resultado del discipulado. El asunto es que el crecimiento debe darse en cantidad y en calidad. Además, todo crecimiento es para servir y no solo para llenar templos.
Un valor se logra cuando lo practicamos en todo momento.
El trabajo hecho con pasión, no necesita ser controlado.
Las pruebas y tentaciones son momentos que ponen a prueba nuestra fe y cuánto podemos aplicar las enseñanzas de la palabra de Dios.
Después de haber cumplido con una misión dada por Dios, lo único que se espera es que Él, la historia y el pueblo juzguen dicha labor.
Hoy desperté teniendo la sensación de ser una barca en medio del mar, cuya vela era soplada por el Espíritu de Dios hacia un nuevo horizonte.
En la Biblia encontramos estas dos citas: "Pero tienes que esforzarte y ser muy valiente. Pon mucho cuidado y actúa de acuerdo con las leyes que te dio mi siervo Moisés. Nunca te apartes de ellas, ni a la derecha ni a la izquierda, y así tendrás éxito en todo lo que emprendas." (Josué 1:7) y "Entonces oirán ustedes decir a sus espaldas estas palabras: 'Éste es el camino; vayan por él. No se desvíen a la derecha ni a la izquierda.'' (Isaías 30:21). Esta advertencia de Dios debe ser tenida muy en cuenta siempre en todo lo que decidamos y hagamos. La centralidad de las cosas es la mejor opción a tener en consideración y no caer en la tentación de apartarnos a la izquierda o la derecha.
Sueño con ser parte de una Iglesia, santa, evangelizadora, discipuladora, profética, justa, solidaria y terapéutica.
Si no nos atrevemos a alcanzar el horizonte, jamás sabremos lo que hay en él.
La alegría que proviene de Dios reanima nuestros huesos, células, tuétanos, músculos, nervios, cerebro y espíritu; es decir, todo nuestro ser. ¡Es la medicina divina!
Hay hombres que hacen un círculo para vivir y se quedan en él: su esposa y sus hijos; otros lo hacen con sus familiares; otros lo hacen con sus prójimos cercanos; pero hay otros que lo hacen con toda la humanidad. ¿Cuál es nuestro círculo?
Al soñar somos verdaderamente libres.
Pienso, luego escribo.
Cuando no podemos ver bien y las cosas se ven borrosas, acudimos al oftalmólogo para que nos recete unos buenos lentes para ver mejor; pero cuando no vemos la realidad que nos rodea, ¿a quién acudimos?
Todo pueblo, persona o institución que no conoce su historia, su presente y futuro es incierto.
¿Por qué será que cuando queremos ser felices siempre se nos clava una espina? ¿Por qué será? ¡Yo no lo sé!
Cada paso que demos, significa que avanzamos hacia la meta y que cuando lleguemos no importará los pasos que hayamos dado, sino que se logró llegar.
Hay que vivir la vida hoy, porque la vida es corta y la muerte es eterna.
Qué alegría y qué gozo causa el vivir en excelencia, pero que tristeza se siente el ser testigo de la mediocridad por doquier.
Es muy cierto que el ayer ya fue y nunca más volverá; el mañana es una propuesta futura que tal vez llegue o no; lo cierto es que el hoy sí lo tengo a la mano y lo puedo disfrutar como yo quiera, con gozo y alegría, sabiendo que Dios está con nosotros siempre.
Recuerdo que al terminar mis estudios universitarios me propuse seguir tres pasos para lograr el éxito: explorar todas las posibilidades y oportunidades que se me presenten; poner por escrito mi proyecto de vida; ser agradecido a Dios por todos los logros obtenidos.
Toda persona que tiene el coraje de mirar más allá de sus narices, caminar hacia la meta y lograr buenos resultados, es digna de ser imitada.
Acerca del diezmo: es importante reflexionar que el tema del diezmo es una obligación de la ley mosaica que regía hasta la venida de Jesús. Con la llegada de Jesús, muchas prácticas de la ley mosaica se cambiaron por otras prácticas. Por ejemplo: la poligamia por la monogamia; la circuncisión por el bautismo; la Pascua por la Santa Cena o Eucaristía; los diez mandamientos por dos mandamientos; la sola salvación de los judíos por la salvación de los gentiles también; el día sábado por el día domingo como día de guardar; el diezmo por el dar con alegría; el pueblo de Israel por la Iglesia; el fariseísmo por el discipulado; la ley por la gracia; el templo y sinagoga por las comunidades de fe en las casas; la exclusión de la mujer en la obra salvífica por su inclusión en la vida del pueblo de Dios; etc. Otro ejemplo de la no práctica del diezmo, es la experiencia de la primera comunidad cristiana, donde todas las cosas las tenían en común; y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno (Hechos 2:44b-45); y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común. Así que no había entre ellos ningún necesitado; porque todos los que poseían heredades o casas, las vendían, y traían el precio de lo vendido, y lo ponían a los pies de los apóstoles; y se repartía a cada uno según su necesidad (Hechos 4:32.34-35). Jesús mismo no toca el tema del diezmo como obligación, sino el de dar a Dios lo que es de Dios. También es bueno tener en cuenta que John Wesley no hace referencia a este tema del diezmo como obligación para los cristianos, hijos del nuevo pacto; más bien expresa: "Gana todo lo que puedas, ahorra todo lo que puedas y da todo lo que puedas". El dar a Dios es más que el diezmo como obligación. Las primeras comunidades cristianas no practicaban el dar el diezmo, simplemente lo daban todo por amor al Señor y a los demás. Como dice el apóstol Pablo: "Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre". (2 Corintios 9:7).
Nuestra verdadera identidad es el resultado del equilibrio de nuestra imagen corporativa con nuestra identidad corporativa.
La angustia suele carcomer el espíritu y lo destruye, quitando toda alternativa de esperanza y alegría; mientras que una palabra de aliento, de alegría, de esperanza, anima a volver a creer, a confiar, a aventurarse a lo nuevo. La fe revitaliza y alegra nuestros huesos y tuétanos.
El perfeccionamiento real solo se logra poniendo en práctica la palabra de Dios.
Cuando invaden tu privacidad, se acabó tu libertad.
Podrán desterrarnos, marginarnos, ignorarnos, traicionarnos, aún matar nuestros cuerpos; pero lo que no podrán matar, son nuestros ideales y nuestros pensamientos por algo mejor; los cuales perdurarán a través del tiempo y en el espacio.
Tener paciencia es saber esperar sin perder la esperanza por algo mejor.
Consolar es dar ánimo y esperanza a quien sufre.
Qué tristeza y soledad se siente en el cumplimiento de la misión, cuando las personas que se prometieron estar a tu lado e involucrarse en el proyecto, no están.
La vida cristiana es la vivencia cristiana de la fe, en todo tiempo y lugar. Las experiencias obtenidas serán el testimonio de esa vivencia.
Resumiendo, la teología de John Wesley, podemos decir que su teología tuvo que ver con la religiosidad popular de su tiempo y él quiso llegar a su pueblo a través de un movimiento popular religioso, llamado Metodismo, tomando distancia de la teología y de la estructura de la iglesia oficial.
Podemos predicar la palabra de Dios en forma erudita, cantar himnos y alabanzas, tener un excelente conjunto musical, tener jornadas de evangelización, talleres de capacitación, convertir el templo en un gimnasio, realizar actividades sociales, hacer piruetas o chistes para llamar la atención, disfrazarnos o hacer mimos en el culto; pero si no hay santidad de vida, renovación, sanidad, misericordia, solidaridad con los más necesitados y milagros; entonces algo anda mal.
Ahora, es hoy mismo, no después.
Algunos piensan o anhelan ser felices algún día, sin darse cuenta que la felicidad empieza a gestarse desde el momento en que hacemos todo lo imposible por lograrla.
Nunca es tarde para ser salvo; nunca es tarde para recibir bendición de Dios; nunca es tarde para perdonar y pedir perdón; nunca es tarde para volver a empezar; nunca es tarde para ser feliz.
Dios nos permite construir nuestro propio destino y nuestra propia felicidad, con su ayuda o sin ella. De la decisión que tomemos dependerán los resultados.
Estoy más que convencido que para servir al Señor no se ruega; para asistir a la Iglesia no se obliga; y que para seguirle no se empuja a hacerlo. El amor al Señor es sin fingimiento y sin obligación.
El propósito de las bendiciones de Dios no es solo para uno mismo, sino que sean también para otros y le puedan conocer.
¡Todos los días amanece el sol! ¡Todos los días renace también nuestra esperanza por algo mejor!
Si la sana convivencia no empieza en casa, difícil que se dé en otros espacios.
Los hijos son la extensión de nuestro ser y ellos reproducirán todo lo que está en sus ADNs que les generamos. ¿Por qué entonces algunos padres y madres los abandonan, los desprecian, o los matan antes de nacer?
Muchos no saben el propósito de la Biblia, pero
sí de otras cosas. Vale la pena tenerlo en cuenta:
1) Nos da a conocer quién es Dios y cómo actúa.
2) Procura nuestra salvación.
3) Nos señala el camino para vivir en santidad y ser felices.
4) Nos da a conocer cuáles son las consecuencias de la obediencia a Dios y
cuáles son las consecuencias de la desobediencia a Dios.
5) Nos demanda a servir a Dios a través del servicio a los demás.
Muchos hoy en día ignoran las consecuencias de obedecer a Dios y también las consecuencias de no obedecerle. Por eso, la Biblia fue escrita para conocerle y saber de sus bendiciones.
Llegar a la vejez es lograr el desafío de valerse por sí mismo sin la ayuda de nadie.
Cuando uno es perdonado y a la vez perdona, se produce un equilibrio existencial, generando una verdadera paz interior en nuestro ser.
La iglesia está para ser las manos de Dios y extenderlas a quien las necesite.
Si nos detenemos a recordar el pasado solamente, ya perdimos tiempo precioso del presente que ya no lo podremos recuperar. El presente es para vivirlo hoy y no ayer o mañana.
El oro probado: Cierta vez un minero tomó un trozo de metal que era oro, lo lavó y lo llevó a un orfebre para que hiciera una joya. El orfebre tomó el oro y lo puso en el fuego. De pronto una voz se escuchó: "¡soy oro y no necesito pasar por este fuego! ¡soy oro!". El orfebre le respondió: "ya sé que eres oro, el metal precioso, pero, así como estás no vales nada. Es necesario que seas limpiado y probado. Solo así serás el metal precioso". Eso mismo nos pasa con nuestra fe. Necesita ser probada para llegar a ser una fe verdadera.
Debemos aprender a tener paciencia y a esforzarnos para conseguir nuestros objetivos, así como el caracol que tiene paciencia y se esfuerza por llegar a la meta.
El mediocre jamás acepta caminar al lado de un sabio para no ser opacado; sin embargo, un sabio si acepta caminar con él para ayudarle a brillar. ¡Qué ironía!
¿Por qué se sigue practicando el re-bautizo? ¿Acaso Dios autorizó a alguien anular un bautizo hecho en Su nombre, en Su Hijo y el Espíritu Santo? Es una herejía anularlo. Así como hay una sola circuncisión como señal del antiguo Pacto, así también hay un solo bautismo como señal del nuevo Pacto en Jesucristo.
¡Levántate cada vez que puedas hasta que el sol deje de brillar!
Cuando admiramos las maravillas del mundo, las grandes obras de la humanidad, ¿qué admiramos? ¿Lo portentoso de las obras o la cantidad de miles de esclavos que derramaron su sangre o sacrificaron sus vidas para lograr tal fin?
Hoy en día ha cambiado el rol de profesor/a. Ahora un profesor/a debe ser un profesor/a - papá/mamá. A suplir lo que los padres no hacen en casa. Los colegios son ahora guarderías inteligentes.
La grandeza y honor de toda persona está en su fuerza moral y espiritual.
Dios sufre mucho ante el dolor humano y cómo se está degradando Su creación, pero sufre más al ver que Su pueblo no es su mano extendida para aliviar el dolor y evitar tal degradación.
Los 500 años de la Reforma Protestante nos debe servir para evaluar si la misión actual de la Iglesia, cuán cerca o distante se encuentra de ella.
Hoy en estos tiempos de inmoralidad, paganismo, ideologización, ateismo, se hace más real y muy próximo que los verdaderos/as cristianos/as tengamos que pasar de discípulos/as a mártires de la Iglesia de Cristo.
TESTIMONIO
Recuerdo cuando el Señor me llamó de la Universidad a Su iglesia, por el año 1970, fue con el propósito de:
- Conocerle y aceptarle como mi Señor y Salvador.
- Perdonar todos mis pecados y errores.
- Vivir una vida en santidad.
- Alabarle y glorificarle en todo tiempo y lugar.
- Predicar y enseñar Su palabra.
- Ser su discípulo y siervo, como agente de transformación.
- Ser Pastor y Obispo de Su rebaño para saberlo guiar y administrar.
No fue para:
- Pertenecer a un club
religioso.
- Ser parte de una estructura eclesiástica.
- Estar siempre sentado en una banca para escuchar Su palabra sin
ponerla en práctica.
- Asumir roles y tareas sólo para lograr un mejor status religioso y
social.
- Llenarme de títulos académicos sólo para colgarlos en una pared.
¡Gracias Señor por haberme elegido y bendecir mi pastorado, mi familia y mi trabajo!
Hoy en día la rutina es como una fuerza centrípeta que nos ahoga y no nos deja ver un nuevo horizonte. Para salir de esa situación hay que tomar ánimo y aferrarnos a la fuerza centrífuga que genera el espíritu, ávido de nuevos horizontes.
Cuando recibimos una mala noticia inesperada y de repente, nuestra alma convulsiona grandemente y se turba dentro de nuestro ser. Sólo queda esperar en Dios y recibir su justicia y bendición.
He visto como la mediocridad carcome el presente y el futuro de las personas, de las instituciones seculares e iglesias. Parece que la mayoría vive muy cómoda siendo mediocre y no se desafía a vivir en excelencia. Es terrible el mundo de la mediocridad, pero cuán hermoso es el mundo de la excelencia. La Biblia habla de estas cosas también.
Sólo tres cosas le pido a Dios: perdón, misericordia y bendición.
La etiqueta o marca de un producto es como la identidad de la persona. El buen nombre, el prestigio, la trayectoria y la calidad de un buen producto, lo hace que sea considerado y solicitado por la mayoría de las personas. De tal manera, el buen nombre y prestigio de una persona debe convertirse en la etiqueta o marca que todos quisieran tener en cuenta.
Es increíble ver cómo el pecado se infiltra hasta en las "santas" instituciones. Satanás se mimetiza para parecer un santo. Hay que descubrirlo y echarlo a patadas junto con sus compinches.
Lograr salir del pozo de la desesperación con la ayuda de Dios y ser puesto sobre una peña firme, es la acción salvífica más contundente del Señor.
Una idea es como un globo lanzado al aire, quien lo tome lo hará suyo.
Toda persona tiene que saber convivir con la alegría, el gozo, la emoción, la felicidad, los sueños, la buena amistad y el éxito; pero también con la tristeza, el dolor, el sufrimiento, la adversidad, el infortunio, la desilusión, la traición y la muerte. Sólo así podrá ser como el hierro forjado en el fuego.
Muchas veces hacemos inventario de nuestras cosas. ¿Hacemos también inventario de las bendiciones recibidas y oraciones contestadas por Dios?
Lo peor que puede pasarle a una persona sabia es que le intenten colocar una mordaza para que no diga la verdad.
Albert Einstein, ilustre científico del siglo XX, afirmó que no existe un dios personal, sino un dios metafísico. Ante esas afirmaciones puedo decir que sí existe un Dios personal con nombre propio y que se manifiesta en forma personal a cada ser humano, no importando su condición, su propósito es restaurarlo de toda atadura. La experiencia personal cotidiana con Él confirma su existencia. Pero también debemos decir que Dios es comunitario. Él camina con el pueblo, habla al pueblo y lo libera de su opresión. La historia tiene muchos ejemplos. Finalmente, sí existe un Dios trascendente, metafísico u omnipresente. Su existencia está más allá de nuestra razón, del conocimiento humano o teología. El universo es su morada y él cuenta de su gloria y existencia. Mayor información la podemos encontrar en las Sagradas Escrituras y en la Historia de la Salvación.
Cuando llega la tormenta hay que orar y esperar que Dios la desaparezca pronto. Es un tiempo de prueba para saber cómo está nuestra barca. Luego vendrá la paz.
Estar en el mar en una balsa en medio de la tormenta, es el resultado de un naufragio. Solo queda esperar el pronto auxilio de Dios para nuestro rescate y que nos lleve a buen puerto.
Si queremos que Dios nos saque de la cueva en que estamos muriendo, es necesario dejar que Él retire la piedra u obstáculo que nos separa de su presencia, para recibir Su bendición.
Más vale morir dignamente a tiempo que morir en desgracia.
Para tener la llenura del Espíritu Santo es necesario vivir en santidad de vida, no hay otra manera.
Cuando todo esté en calma, en paz, en bendición y en prosperidad, hay que estar preparado para afrontar tiempos turbulentos y al ataque del enemigo.
La Iglesia tiene muchos espacios formativos que muchas veces no los sabe aprovechar en la educación integral de sus fieles. Estos espacios son: el hogar, la escuela dominical, el kindergarten, la escuela primaria, la escuela superior y la universidad.
Todo barco para avanzar debe abrir surco en el mar y dejar una estela como señal de su paso; así también, todo liderazgo debe hacer lo mismo.
Cada nuevo amanecer es una nueva oportunidad para empezar de nuevo, aunque el atardecer nos diga que ya todo se acabó.
La familia cristiana debe ser un espacio de verdadero amor, de paz, de fidelidad, de reconciliación, de solidaridad, de servicio. Debe dar testimonio del verdadero amor de Cristo a la sociedad. La familia debe ser la cantera de los valores.
Qué alegría y qué gozo se siente cuando el Señor nos revela que ya no somos solamente pastores de una iglesia local o de una denominación eclesial, sino que ahora somos pastores de Su Reino. ¡El mundo es nuestra parroquia!
En el mar de la mediocridad, quien no tenga el salvavidas de la excelencia, se ahoga.
Si nuestra fuerza está en el corazón y en la mente, y no solo en los puños, entonces jamás seremos vencidos.
Hace más de dos mil años, la palabra de Dios estaba contaminada con doctrinas y estructuras humanas. Con Jesucristo, esta Palabra fue liberada de toda atadura humana. Quinientos años atrás, Lutero reformó la Iglesia y liberó la palabra de Dios de doctrinas y estructuras humanas. Hoy en día, sigue siendo necesario la liberación de la palabra de Dios de ataduras y estructuras humanas.
Cuando todos te pongan al frente para condenarte por tus errores, pídeles que se miren primero en un espejo, luego que hagan lo que quieran con tu vida.
El presente es la superación del pasado y la proyección del futuro.
El presente es el fin de un futuro y el comienzo de otro.
Cuando un líder recibe el cariño, el afecto y el reconocimiento del pueblo, significa que se hizo bien la tarea.
Si en una barca los remeros están cansados, sin ánimo, o con los remos quebrados, de hecho, que la barca nunca llegará a puerto.
Un barco sin ancla, viene la tormenta y se hunde. De la misma manera, el cristiano que no tiene a Dios como su ancla, viene la tormenta y se hunde.
Si quieres soñar y ser feliz, no permitas que el mundo exterior arruine tu mundo interior.
Cuando Dios elige un líder para Su pueblo, no se fija en la apariencia externa, sino en lo que hay en su corazón.
El mayor fruto de la santidad de vida es recibir las bendiciones de Dios.
La autoridad no se negocia, ésta viene de Dios y se da a través del pueblo.
Hoy en día, una persona importante en la sociedad, no lo es por el dinero, grados académicos o prestigio, sino por la información que tenga para resolver cualquier problema o por dar una opinión acertada.
Cuando creas que todo está perdido, confía en Dios y vuelve a empezar.
Cuando la iglesia se construye sobre la arena y no sobre la Roca, sin duda que caerá.
Qué difícil es caminar entre mediocres. O te adelantas unos pasos más que ellos o terminas mimetizándote. Pablo, dice que no debemos conformarnos con este siglo y que debemos renovar nuestra mente (Rom. 12:1-2). ¡A correr, a correr, a correr, para no ser alcanzado por la mediocridad!
El mejor regalo de Dios, es su perdón y bendición.
Para servir al Señor no se necesita tener un nombramiento, cargo o poder dentro de la Iglesia; basta responder a su llamado, obedecerle y cumplir la misión, con los dones que el Espíritu Santo nos dé y en dónde nos encontremos.
Al leer la prédica y práctica de Jesús, la vida de los primeros cristianos y el surgimiento del movimiento metodista, sin duda que somos la negación histórica de todo ello, al existir tanta pobreza, miseria e injusticia en nuestras iglesias y en nuestra sociedad.
A veces creemos saber y conocer las cosas de Dios, hasta pretendemos manipularlas a nuestro antojo, olvidando que Él está más allá de nosotros y es quien nos revela su voluntad.
Hoy comprendí que la justicia de Dios está más allá que cualquier acto o pensamiento humano.
Parábola de los remeros: "Había un capitán que recibió el encargo de llevar la barca a una misión importante. Para ello convocó a todos los remeros experimentados para enrumbar la partida. Era la hora de partir y nadie venía; de pronto unos empezaron a venir sin sus remos; otros venían con los remos quebrados; otros se excusaron por tener muchas cosas que realizar primero. Al final, aparecieron unos voluntarios que no tenían experiencia en la navegación, pero querían ayudar al capitán, entonces él les consiguió remos y partieron rumbo a la misión. En el muelle la gente se preguntaba ¿y dónde están los remeros?"
Ya no tengo un rebaño a mi cargo, pero ahora soy pastor de un rebaño virtual en el cyber espacio. Ahora el mundo es mi parroquia.
Muchas veces pensamos que el cruce del Mar Rojo por Moisés y su pueblo fue un hecho histórico del poder y la acción de Dios, nada más. No tenemos conciencia que todos los días el Señor nos permite cruzar el Mar Rojo de nuestras circunstancias. El poder de Dios y su salvación es todos los días y no de vez en cuando. Yo he cruzado el Mar Rojo en pleno siglo XXI. ¡Alabado sea el Señor!
Sin el pasado no hay presente ni futuro.
Celebrar el Pentecostés primitivo es recordar que el Espíritu Santo descendió sobre cada creyente de la comunidad de fe y generó un gran cambio personal y comunitario. John Wesley, el fundador del Metodismo, tuvo esta experiencia. Si esto no se da hoy en día, en vano es celebrar este gran acontecimiento.
Cuando la iglesia se dedica a atender más los asuntos externos en vez de atender los asuntos internos, significa que perdió el sentido y el centro de su misión.
A veces cuesta beber el agua de nuestro propio pozo.
El autoritarismo, el nepotismo, el abuso de autoridad y la injusticia, no son herencia metodista.
Es terrible escuchar a falsos profetas y falsos pastores, predicar lo que la sociedad actual quiere escuchar y no lo que la Escritura dice acerca del pecado, la corrupción, la homosexualidad, la hipocresía, la violencia, la injusticia, del abuso de autoridad, etc.
La santidad restaura nuestra vida para vivirla llena de gozo y de alegría con Dios y con el prójimo.
Si una herida no se cierra, no hay sanidad. La cicatriz es señal de que la herida ha sido restaurada.
Un embrión es el origen de la vida. La interrupción de su desarrollo es la eliminación de dicha vida.
Si la Iglesia es una comunidad terapéutica cristiana, ¿por qué hay tantos enfermos espiritualmente en su seno? La Iglesia está llamada a sanar a las personas, a las familias, a las instituciones, a la sociedad y a la nación. ¿Cómo ejercer el ministerio de sanidad en medio de tanta enfermedad?
Una joven de una iglesia me preguntó: ¿por qué hay ovejas que se pasan a
otro rebaño?
Le respondí: "Sencillamente porque los pastores/as no llegan a ellas,
no las alimentan con la Palabra fresca, no las consuelan, no lloran con
ellas, ni se alegran en sus momentos felices. No realizan un pastoreo
personalizado, no huelen a ovejas, huelen solo a libros. Son meros
profesionales y teólogos."
De ahí que la alternativa para tener un rebaño feliz, que ama su rebaño
y comparte con otras ovejas el alimento espiritual, es el discipulado en
células o pequeños grupos.
Revisando la teología de John Wesley, se puede saber que él quería que los clérigos predicaran las tres grandes doctrinas bíblicas: el pecado original, la justificación por la fe y la santidad. Preocupa que hoy en día no se hace énfasis en estas tres doctrinas bíblicas, en la mayoría de las prédicas.
Mantener el equilibrio entre la espiritualidad y lo racional, la fe y la acción, son desafíos que todo creyente cristiano debe procurar. Los extremos, los excesos, lo emocional, solo llevan a la confusión, al caos, con relación a la santidad que Dios quiere de cada uno de nosotros. Es bueno recordar el consejo que Dios le dio a Josué: "no te apartes ni a la derecha ni a la izquierda" (Josué 1:7). ¡Equilibrio!
Si Arquímedes pidió al rey un punto de apoyo para mover el mundo, ¿Qué le pediríamos a nuestro Dios para transformar y mover este mundo, como cristianos?
Hoy más que nunca estoy convencido que Dios puede pulverizar cualquier tumor maligno o mal alguno en nuestro cuerpo. Para lograrlo, Él ejercerá su poder sanador, y nosotros debemos acudir a Él en oración permanente.
Si al estar en la línea de partida para empezar una carrera, se nos viene el temor, la angustia o la duda, de seguro que nunca ganaremos la carrera. ¡Animo, a ganar se ha dicho!
Una mascota puede escucharnos, aunque no entienda nuestro lenguaje, te da su patita, te lame, salta para hacerte feliz y decirte que te ha extrañado mucho, llora cuando estás triste y sufre cuando te sientes mal. ¡Cuánto amor expresado!
Revisando nuestra historia me encontré con un hecho que me preocupa
mucho: Bolívar al ver que su ejército no tenía posibilidades de ganar a
los españoles, ordenó la retirada. Sin embargo, Rázuri cambió la orden
por: ¡al ataque! El resultado fue que el ejército patriota venció a
punta de sable y sin ningún disparo al ejército realista. Esto sucedió
en la batalla de Junín.
Ante esta situación me pregunto, ¿Qué hacer cuando hay órdenes que no
llevan al triunfo o al éxito? ¿Qué hacer cuando las estructuras no
generan cambios ni éxitos? ¿Cuándo se obedece o se desacata una orden? ¿Hay
otros ejemplos?
Toda persona al nacer se moverá dentro de un cuadrilátero: Dios, salud, dinero y amor. Es el cuadrilátero de la vida.
Si los primeros cristianos del siglo I pudieron enfrentarse a un Imperio, si la Reforma del siglo XVI pudo transformar un continente, si el movimiento metodista del siglo XVIII pudo cambiar una nación, ¿Por qué nosotros, herederos de esta tradición, no podemos cambiar nuestra nación en pleno siglo XXI? ¿Qué nos impide hacerlo?
Cuando el Evangelio de Jesucristo se mezcla con la Ley, se ha corrompido el Evangelio.
La corrupción no es un delito nuevo, desde el Virreinato existió. Millones tras millones han sido robados y los ricos aumentaron. En el imperio inca, no existía la corrupción. Con sus tres lemas: Ama Sua (No seas ladrón), Ama Llulla (No seas mentiroso), Ama Quella (No seas flojo), gobernaron el Tawantisuyo.
Estar en la cima de la montaña, meditando a solas, es como estar cerca a la gloria de Dios y poder escuchar su voz.
El bien y el mal no existen como fenómenos, ellos son la consecuencia de la presencia o de la ausencia de Dios en los corazones de las personas.
Cuando en una comunidad de fe, las personas se reúnen por costumbre, cantan y alaban a Dios por tradición, oran solo por necesidad, ofrendan o diezman por obligación, ayudan al prójimo para satisfacer su ego, y sus testimonios de vida no concuerdan con la palabra de Dios; entonces, dicha comunidad de fe se ha convertido en un mero club religioso.
Muchas veces cometemos el error de hacer anacronismo con un texto bíblico. Queremos aplicarlo a nosotros, sin considerar que fue dicho o escrito para un personaje o situación de ese momento.
La pobreza en el mundo es el resultado de la acumulación indebida de la riqueza de parte de no cristianos y cristianos.
¿En qué lugar de la Biblia está que un pastor jubilado, ya no ejerce función pastoral, no es convocado a reuniones pastorales, no es considerado para una tarea pastoral o pueda emitir alguna opinión teológica y/o pastoral? Abraham fue llamado por Dios a los 70 años para una gran tarea. Sara de edad avanzada fue bendecida para dar a luz a Isaac. Moisés a los 80 años fue llamado por Dios para liberar a su pueblo de la esclavitud de Egipto. Juan a edad muy avanzada siguió escribiendo las revelaciones del Señor.
Las iglesias jóvenes han superado en membresía a las iglesias históricas.
Actualmente, la grey prefiere reunirse en casas o en grupos para orar y compartir la vida cristiana, que asistir a los templos, al no encontrar el calor de la hermandad. Los problemas internos de cada congregación han alejado cada vez más a la feligresía. No hay una atención pastoral personalizada. Los grupos de pacto o discipulado se han convertido en una gran alternativa de crecimiento y desarrollo.
Hoy en día tenemos un mosaico diverso de teologías, de doctrinas, de liturgias, de estructuras eclesiales, de interpretación de la realidad social, así como la comprensión del compromiso social y político.
Todos los días el pobre sufre su pobreza, todos los días el rico goza de su riqueza, mientras tanto, todos los días la justicia, la solidaridad y la misericordia flotan en el espacio.
Qué difícil es cerrar una herida, peor si ésta se ha hecho una brecha; ni el amor, ni el perdón, ni la misericordia, la pueden cerrar.
Ya no a la circuncisión, al shabat o sábado, a los sacrificios, al lugar santísimo, a los diezmos, al candelabro en el altar, a las vestimentas sacerdotales, y a otras cosas más. ¡Somos libres de la ley judía! Nuestra libertad está en la sola gracia de Dios y en la salvación que nos da Jesucristo.
Construyendo, en mis sueños, una balsa, con el propósito de ir en busca de nuevos horizontes; una forma de huir de la triste realidad.
Cuando aceptemos que las imágenes y las estatuas, no tienen vida, ni poder, ni hacen milagros; ese día, habremos dado un gran salto en nuestra espiritualidad.
En un ambiente de violencia, odio, maldad, humillación, palabras soeces y desprecio, cuánto se hacen extrañar los gestos y las palabras de amor y de paz.
En cada amanecer y en cada atardecer, un ciclo de vida ha acontecido, y en él, la bondad y la maldad se han dado la cara, dejando sus semillas en el camino.
No siempre todo está perdido. Dios siempre nos da una nueva oportunidad para seguir sobreviviendo.
En el dolor, la consolación es la medicina eficaz.
Cuando la iglesia es gobernada por mediocres, todo es posible, menos, la voluntad de Dios.
Las pruebas y experiencias del hoy, serán las pepitas de oro del mañana.
Hoy más que nunca se hace realidad las palabras de John Wesley: "El mundo es mi parroquia" Templos cerrados, reuniones prohibidas, encierro domiciliario. La Iglesia somos cada uno de nosotros, donde estemos y por donde caminemos, llevando la palabra de Dios a toda criatura.
La gran amenaza de la fe cristiana es creer que Dios es un mero concepto y no una realidad existencial cotidiana; que la Biblia es un gran libro, pero no como una norma de vida; que la fe es un concepto racional, pero no una vivencia existencial cotidiana; que la iglesia es una institución social y no la reunión de los creyentes en Dios que lo alaban y le sirven; que el diezmo es un instrumento financiero de la iglesia y no la experiencia de dar con gozo y alegría; que el discipulado y ministerio pastoral es una opción laboral y no una opción vocacional que tiene un costo.
Cuando una madre o padre siembra odio en el corazón de un hijo o hija, contra su padre o madre, es como inyectarle veneno de por vida.
Cuando nuestro espíritu está enclaustrado o encarcelado, saca fuerzas, para trascender las barreras del odio, la maldad, el deprecio, la envidia, la humillación y la indiferencia, para viajar por el espacio, en busca de la paz soterrada en él.
He sacado de mi ser toda cosa negativa y la he enviado a la atmósfera para que se destruya, y he dejado en mi corazón todo aquello que es bueno para que viva por siempre.
Hoy en día, hay padres y madres, ya sea por vocación, u obligación o por adopción. ¡Padres y madres son!
Hoy más que nunca se necesita escuchar la voz profética de la Iglesia. Lamentablemente, la Iglesia está en silencio. Se espera que la Iglesia denuncie la corrupción y la inmoralidad. Que proponga una alternativa de paz y de esperanza, de acuerdo a la voluntad de Dios. Pero, la Iglesia, al no decir nada sobre lo que está sucediendo en nuestra patria, se hace cómplice de la situación. Algo similar pasaba en los tiempos de Jesús. La jerarquía israelita, no decía nada frente a la explotación y esclavitud de los romanos, estaba en silencio, se hacían de la vista gorda. Hasta que Jesús tuvo que denunciar tales injusticias y empezar a sanar y redimir al pueblo que sufría. Bueno, ya sabemos el costo que representó para Jesús dicha acción. Esa es la realidad de nuestra situación. Nadie sale al frente a denunciar las injusticias, corrupción y aprovechamiento personal. La gente se muere de hambre, del COVID-19, no hay trabajo, se trafica con los medicamentos, los ricos se enriquecen más, etc., etc. No queda otra cosa que orar y clamar a Dios para que haga su justicia y sancione a los corruptos. Clamar al Dios vivo para que detenga esta pandemia y consuele a nuestro pueblo sufriente, del cual somos parte.
La fe, el amor, la alegría y la vida saludable, ayudan contra cualquier pandemia.
En el transcurso de la vida, delante de nosotros, tenemos tres botones de colores. Uno rojo, otro verde y uno azul. El rojo, representa el ayer, el verde, el hoy, y el azul, el mañana. Hoy, toca el verde, no el rojo, porque ya está clausurado, ni tampoco el azul, porque aún está cerrado. Por lo tanto, vive el hoy, no el ayer, ni el mañana.
De nada vale saber mucho acerca de Dios, si no estamos dispuestos a vivir en amor y en plena comunión con Él y con el prójimo.
Viajar a la eternidad, lo es con nuestra mente y con nuestro espíritu, no solo con la muerte.
Tengo la certeza de que Dios nos ha convocado como Iglesia para transformar nuestro país. Somos el movimiento metodista del siglo XXI.
En el largo caminar de la vida, lo mejor que le puede pasar a uno, es volver a los lugares donde se fue feliz.
Es increíble, cómo el odio, el rencor, y la falta de perdón, generan la estrechez de mente y de corazón.
Las personas, hoy más que nunca, necesitan de una pastoral de acompañamiento y de consolación, más que celebraciones cúlticas.
Una historia para tenerla en cuenta. Dos siglos antes de que viniera Jesús, los griegos invadieron Israel y convirtieron los lugares sagrados en gimnasios. Ante ello, Dios levantó a Matatías y Judas Macabeo para pelear contra ellos y recuperar los lugares sagrados. (1 Macabeos Caps. 1, 2, 3). Lamentablemente, hoy en día, hay la tentación de convertir los lugares sagrados, los santuarios, en residencias y edificios profanos, con la ilusión de recibir riquezas a cambio. Se olvida que lo que fue consagrado a Dios, sagrado es. Los empresarios usureros no pueden disponer de esos lugares para lucrar. Dios hará caer su juicio a su tiempo. ¡Aleluya!
Las palabras de afecto son pepitas de oro para la vida.
Ceder ante la tentación, es muy fácil; aceptar sus consecuencias, es lo más difícil.
Es sorprendente, cómo Dios sigue llamando, hoy en día, para una misión. No importando la edad, la condición sexual, el estatus laboral, activo o jubilado, ni nuestra condición espiritual. Hoy el Señor me ha llamado para una nueva misión. Se repite la historia: Jeremías fue llamado desde el vientre de su madre, Samuel siendo un niño, Abraham siendo de 75 años, Moisés teniendo 80 años, David siendo un joven, Isaías era de labios impuros, Amós era un campesino, María siendo una jovencita, María Magdalena una pecadora, Pablo un asesino, etc., etc., etc. ¡Dios sigue llamando a sus siervos y siervas, para una misión, en tiempos de pandemia! ¡Alabado sea el Señor! ¡Estemos listos y preparados, para ponernos al servicio de Él, no importando nuestra situación y edad!. Amén.
Qué difícil es vivir en soledad, en pleno barullo.
Así como el infinito es inmensurable, así también lo es el pensamiento.
Hoy, haciendo un recuento existencial sobre el por qué estamos en el mundo y por qué suceden algunas cosas, llegué a la siguiente conclusión:
- Si estamos en el mundo y vivimos en este país, llamado Perú, es porque Dios quiere que seamos copartícipes de su Creación en este lugar y no en otro.
- Si somos personas con talentos y dones, es porque Dios nos ha dado dichos recursos y para que lo usemos en favor de su Creación y lo pongamos al servicio de los demás.
- Si hemos elegido nuestra pareja, es porque Dios nos la ha puesto según su voluntad y para un fin: ser nuestra compañía para siempre, y para servirle a Él y cuidar su Creación. Juntos ser mayordomos de este mundo.
- Si tenemos hijos/as, ellos/as son una bendición de Dios y nuestras joyas, producto del amor. Ellos/as son nuestra compañía y alegría cotidiana.
- Si estamos en un puesto de trabajo, no es casualidad que estemos ahí, es la voluntad de Dios el ponernos en ese puesto, sea cual sea, con el fin de dar testimonio de nuestra mayordomía.
- Si congregamos en una Iglesia, tampoco es casualidad; estamos ahí porque Dios nos ha llamado a servirle en esa comunidad de fe y quiere que vivamos una vida en santidad, en compañía de otros, para transformar nuestra realidad circundante y dar testimonio del gran amor de Dios.
Si quieres vivir en paz, no discutas sobre política, religión y fútbol.
Todo cambio o innovación, es bueno, pero sin perder la identidad.
Siento que nuestra actual generación metodista, generación del cincuentenario de la autonomía, no conoce la historia de la Iglesia a nivel local y mundial, ni la doctrina y los principios sociales, menos nuestra Constitución y Reglamento; en esa situación cumplimos la Misión rodeados de una nebulosa de ignorancia que no nos permite avizorar un futuro diferente como iglesia y como ciudadanos de nuestro país. Pidamos a Dios que podamos superar esta realidad.
Hoy más que nunca es necesario establecer una iglesia donde haya predicación y enseñanza de la Palabra, santidad, sanidad y prosperidad.
Esta Navidad será muy diferente, pero muy diferente, a otras navidades. Pero aún así, no cambiará el espíritu y el amor por nuestros seres queridos y amigos.
Si quieres lograr algo en la vida, no esperes a que te empujen para lograrlo, atrévete a conseguirlo.
Hay un orden natural creado por Dios, con sus propias leyes y beneficios. Alterar dicho orden, tiene sus consecuencias desastrosas. Esto es válido para todo lo que existe en el universo.
Si no se encuentra la felicidad y la alegría aquí en la tierra, habrá que buscarlas más allá de las estrellas.
Si pudiéramos ver o tocar a Dios, no requeriríamos de alguna fe. Pero, Dios quiere que tengamos fe.
Si nuestra fe está puesta en un Dios invencible, entonces, nuestra fe es invencible.
El proceso de todo cambio, empieza en la niñez, en el hogar.
Al levantarme y ver el cielo azul, el sol brillar, escuchar el canto de las aves y apreciar el verdor de la naturaleza, reconozco que soy lo que soy, por la gracia de Dios.
La Iglesia ha perdido su rumbo, porque ha dejado de lado la brújula, que es la Biblia.
El problema de la Iglesia, hoy en día, es que pretende realizar la misión, con estrategias humanas caducas, y no con las del Espíritu, que son dinámicas y efectivas.
Si tenemos en nuestro interior: fe, amor, paz, alegría, comprensión, tolerancia, bondad, eso, saldrá de nosotros, cuando la vida nos exprima.
Todo cambio en la vida es dinámico y no estático; de ahí que, vivir diariamente, es ya una aventura.
No seamos esclavos del pasado, sino libres, para gozar del presente y del futuro.
La mediocridad es un cáncer que carcome la vida, el alma, la salud, la mente, el presente y el futuro. Dios nos ha creado para vivir con excelencia y no en la mediocridad. Es vivir en perfección y en santidad de vida.
El perdón de Dios es absoluto (perdona y nunca más se acuerda de nuestros errores). El perdón del ser humano es relativo (perdona, pero nunca olvida los errores).
Es increíble aceptar que hay hermanos/as que tienen ojos para ver y no quieren ver la realidad de la Iglesia; tienen oídos para oír y no quieren escuchar el clamor por la justicia, la libertad y la fraternidad; tienen pies para avanzar, pero prefieren quedarse dónde están. Razón tuvo Jesús al decirles a los fariseos lo mismo (Mateo 13:9-15).
Enseñar es una forma de servir al prójimo.
El engaño, la mentira, la traición y la corrupción, han destruido vidas, proyectos, sociedades y países, a lo largo de la historia humana.
Ante una dificultad, problema, enfermedad, o circunstancia adversa, hay que utilizar nuestros recursos naturales y espirituales, para salir airosos.
Cuando somos jóvenes, estamos con la cabeza llena de ilusiones y con el corazón lleno de amor. Al pasar el tiempo, muchas veces, nuestra cabeza se llena de frustraciones y el corazón se llena de tristeza. Procuremos que ambas cosas no invadan nuestro ser, para poder vivir una vida en plenitud.
Dios quiere que caminemos por el camino recto y no nos desviemos a la izquierda o la derecha, para tener éxito. Así lo dijo a Josué (Josué 1:7) y a su Pueblo (Isaías 30:21).
La vida es un caminar por un tiempo determinado en el mundo. La muerte es un sueño eterno hacia la eternidad.
Rev. Lic. Jorge Bravo
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