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EL PUEBLO INTERPRETA EL REINO DE DIOS

Estudio Bíblico basado en Mateo 25:31-46

Por Rev. Lic. Jorge Bravo C.

Generalmente este pasaje bíblico es utilizado en las prédicas o estudios bíblicos, comúnmente en el sector de clase media o alta, con el propósito de buscar una respuesta concreta hacia los pobres y marginados de nuestra sociedad.

 

En esta oportunidad es mi propósito compartir este mismo texto bíblico, pero desde una lectura popular de la Biblia, es decir, desde el pueblo pobre y marginado.

 

Comparto una experiencia que me tocó vivir cuando fui pastor de una iglesia ubicada en Pueblo Nuevo, Chincha, Perú; aquella iglesia está ubicada en una comunidad muy pobre, a 200 kilómetros al sur de Lima. En ese lugar se vive en condiciones no muy favorables y la mayoría de personas provienen de la zona andina. Hace más de treinta años llegaron los primeros pobladores a este lugar, el cual era un muladar y cementerio de la ciudad. Poco a poco estas personas con su propio esfuerzo han conquistado algunas mejoras sociales. Sin embargo, el nivel de vida de la mayoría es pobre y carente de fuente de trabajo. Hay muchos niños (casi 30,000) desnutridos, sin posibilidad de estudiar y sin seguridades para su subsistencia.

 

Es en este contexto social donde existía un Centro Parroquial de la Iglesia Metodista, que apoyaba a la comunidad a través del Programa denominado “Taza de Leche”, destinado a niños y niñas de 00 a 09 años de edad. La atención llegaba a casi 250 niños y niñas que no tienen la posibilidad de tomar una taza de leche y un pan durante el día. Este Programa era administrado por grupo de hermanas y hermanos de la iglesia; algunas madres de familia y niños de la comunidad apoyaban voluntariamente dicha actividad social.

 

Leer el pasaje bíblico de Mateo 25:31-46 junto con ellos y ellas, nos permitió conocer nuestras habilidades y destrezas para interpretar un texto bíblico y reflexionar sobre nuestras opciones en la vida cristiana. Veamos versículo por versículo este estudio.

 

25:31 Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria,

 

Este versículo nos confirma la venida triunfal del Señor Jesucristo con todo su poder, acompañado de sus ángeles para tomar posesión de Su reino establecido. Esta es nuestra esperanza en momentos en que hoy día existen muchos poderes que quieren gobernar y someter a todos los habitantes de la tierra. Existen potencias que se creen los amos del mundo y someten a los pueblos a sus antojos, sosteniendo que el mundo es su reino.

 

El hermano Macedonio refería que nuestros países latinoamericanos están gobernados por gobiernos que explotan al pueblo y no toman en cuenta para nada al pueblo. Se creen los dueños de nuestras vidas. Todos ellos ignoran que Dios es el Creador del Universo y olvidan que Él puso al hombre y a la mujer como sus administradores. De allí que el pueblo debe comprender que estos poderes terrenales son transitorios y que nuestra esperanza está en Jesucristo, Señor de señores, Rey de reyes, Señor de la historia y que a Él pertenece toda la Creación.

 

25:32 y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos.

 

Cristo con todo su poder hará reunir a todos los pueblos de la tierra y a todos los soberanos, para establecer una selección, un juicio entre los unos y los otros. El pastor es el único que reúne a su rebaño disperso y hace la distinción, de esa misma manera lo hará Cristo como Pastor (Cf. Jn. 10:1-16).

 

La hermana Petronila manifestaba que cuando venga el Señor Jesucristo, por fin muchas naciones poderosas y gobernantes tiranos tendrán que postrarse ante Él y someterse a su juicio divino. Sentirán que su poder no es eterno ni poderoso. Tendrán que rendir cuentas de sus actos cometidos en contra de la Creación de Dios (contaminación del medio ambiente, destrucción de los recursos naturales, apropiación indebida de las riquezas, quitar la vida a muchos inocentes, explotación de los pobres, violación de los derechos humanos, etc.). Por eso la Creación gime por su redención (Ro. 8:22).

 

En Pueblo Nuevo las autoridades hacen de la vista gorda ante tantas injusticias y atropellos en contra del pueblo, de parte de los dueños de las tierras, empresarios y comerciantes. Ellos creen que nadie los enjuiciará, que pueden seguir explotando al pueblo, no saben que Cristo vendrá pronto a juzgarlos pronto.

 

25:33 Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda.

 

Hecha la separación en Su rebaño, entre ovejas y cabritos, los unos y los otros, el juicio se va a dar inicio. Las ovejas, son los animales más valiosos, son los mansos del rebaño.

 

La hermana Florisa nos comentaba que esta separación tiene que hacerla el pastor, ya que si es verdad que tanto ovejas como cabritos pacen juntos durante el día, en la noche tienen que estar separados, porque los cabritos tienen que estar en lugares más calientes, pues el frío les hace mucho daño, no así a las ovejas, ya que el aire fresco de la noche les hace bien.

 

Así también será necesario separar a los pobres de los explotadores, para establecer el juicio a cada uno.

 

25:34-36 Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí.

 

Aquí comienza el juicio, primero sobre aquellos que han merecido heredad el reino de Dios preparado desde la Creación y son llamados los benditos de Dios. Este hecho implica el cumplimiento de la Promesa. Pero, ¿qué es lo que han hecho éstos, los favorecidos de Dios, para merecer la herencia del reino? La respuesta la da el mismo Rey:

 

·        Tuve hambre y me disteis de comer. En nuestra comunidad hay mucha gente con hambre, especialmente niños. Las autoridades, ni ninguna otra institución social, se preocupan por ellos. De pronto un grupo de hermanos y hermanas de la iglesia decidieron reunirse para dar una taza de leche con pan a todo niño o niña menor de siete años de edad, para de esa manera amenguar en algo el hambre. Esta experiencia fue reconocida por la comunidad y algunas madres de familia del vecindario nos ayudaron voluntariamente. Uno de los voluntarios nos contaba del gozo y la alegría que sentía -inclusive lo reflejaba en su rostro- al servir a esos pequeñitos y pequeñitas del Señor.

·        Tuve sed y me disteis de beber. Otro de los problemas que afronta la comunidad es la falta de agua, especialmente en los sectores más pobres. En este sector, por mucho tiempo no ha habido agua y esto motivó que el pueblo se organizara para exigir el líquido vital. Mientras tanto, mucha gente venía al pozo que existe en nuestro Centro Social y calmaba la sed.

·        Fui forastero y me recogisteis. A este lugar hay mucha gente que ha venido de otras partes del país, especialmente de la zona andina. Han encontrado un espacio para vivir y trabajar. A pesar de que la mayoría es gente pobre, siempre hay un sitio para recibir al forastero. La hermana Elizabeth comentaba que mucho le impresionó el afecto que fue objeto de parte de los vecinos a su llegada a este lugar. Actualmente hay casos en que la gente cruza las cordilleras andinas buscando refugio en esta zona, huyendo del terrorismo o del abuso de los militares. Felizmente que aún hay personas que les dan refugio y lo hacen por amor al prójimo.

·        Estuve desnudo y me cubristeis. Por mucho tiempo el Centro Social ha atendido a muchas personas carentes de abrigo o que están descalzos. Grupos de hermanos y hermanas recolectaban ropa usada y luego la donaban entre los más pobres, especialmente a madres abandonadas, niños y ancianos. Cuenta el hermano Pedro que él en muchas ocasiones ayudaba en la distribución de ropas y zapatos usados. Un vecino del barrio me comentaba que él también había ayudado en el servicio social de la iglesia y que estaba dispuesto a seguir apoyando junto con sus amigos del barrio.

·        Enfermo y me visitasteis. Cuánta gente sufre en su lecho de dolor y nadie se acuerda de ellos. Otros están en los hospitales abandonados a su suerte sin siquiera recibir una ayuda o una palabra de esperanza. Sin embargo, un grupo de alumnos del Colegio Daniel A. Carrión, tomó la iniciativa de visitar un hospital y llevar unos presentes (ropas y víveres) a madres gestantes, especialmente pobres, como muestra de su solidaridad cristiana.

·        En la cárcel y vinisteis a mí. En una oportunidad el Programa de “Taza de Leche” recibió un pedido de ayuda de parte de los reclusos de la cárcel de Chincha, consistente en una donación de 1000 tazas de leche. Un grupo de voluntarios inmediatamente se organizó y llevó más de 100 tazas de arroz con leche. Ellos compartieron con los reclusos este alimento y a cada uno de ellos se le dio un folleto de la palabra de Dios. Al respecto el hermano Renee comentaba que fue una grata experiencia compartir con los reclusos, pero también mucho dolor al escuchar a muchos que estaban enfermos y que necesitaban ayuda médica y querían doble ración de arroz con leche.

 

25:37-39 Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti?

 

En estos versículos encontramos una reacción ante el juicio del Señor; a los justos les causa sorpresa, porque ellos han vivido según la palabra de Dios y la han puesto en práctica, sin darse cuenta en los detalles de su quehacer.

 

25:40 Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.

 

La respuesta de esperanza y alegría la da el mismo Señor. Al respecto, podemos decir que existen muchas formas de hacer la voluntad de Dios, es decir, hacer realidad el evangelio del Reino. En muchos casos, la tarea es muy grande, que ni siquiera se puede hacer un alto para realizar un recuento de lo que se está haciendo a favor de los pobres y marginados de la sociedad, los hermanos más pequeños de Jesús.

 

Pero a veces –tal como le señala la hermana Berta- viene la frustración, la desesperanza, cuando se critica esta labor o cuando la gente no responde al apoyo oportunamente, o más grave, aun cuando se aprovecha de la tragedia del pobre para el beneficio personal. Pareciera que todo lo que se hace por los pobres es solamente una mera obra social y no una ferviente convicción del amor al prójimo, que nace de lo profundo de nuestra fe en Cristo, quien nos ha llamado a servirle y no a ser servidos.

 

Definitivamente, hacer la voluntad de Dios implica hacer obras de misericordia a favor del pobre, del oprimido, del marginado, de la mujer maltratada, de los niños abandonados, etc.; no importando de quien venga, lo importante es el amor por el menos favorecido y sufriente. Estas son las Buenas Nuevas para los pobres.

 

Es este amor al prójimo la medida del juicio que el Señor tendrá en cuenta. De allí que al cumplir con los mandamientos del Señor (Mt. 22:37-40) seremos merecedores de Su reino.

 

25:41 Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.

 

La segunda parte del juicio comienza contra aquellos que no han recibido la bendición de Dios y no merecen heredar el Reino, sino que serán echados al fuego eterno. Como en el caso anterior, vale la pena preguntarse: ¿qué han hecho estas personas para no merecer la bendición de Dios y la herencia del reino?

 

25:42-43 Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis.

 

El Señor mismo señala la situación de ellos y las causas que originan la condena:

 

·        No dar de comer al hambriento;

·        No dar de beber al sediento;

·        No dar refugio al forastero;

·        No cubrir al desnudo;

·        No visitar al enfermo;

·        No venir a ver al encarcelado.

 

Frente a este caso, la hermana Julia nos decía que mientras unos estamos ocupados en ayudar al prójimo y liberarlo de las condiciones adversas e infrahumanas en que vive; otros se dedican a: matar de hambre y sed a muchas personas, encarecer los alimentos; no dar trabajo; destruir los recursos naturales; echar al río o al mar el exceso de la cosecha o de la pesca; clausurar los comedores populares; perseguir al que defiende el derecho a tener un pan y una taza de leche.

 

No hace falta señalar que el pueblo muere cuando no se tiene agua, se contamina los ríos y las reservas de agua potable o se encarece los servicios básicos.

 

También el hermano Máximo nos contaba que él ha visto cómo se desprecia al que es perseguido, ya sea por sus ideales u otras causas; y en muchos casos no se le da refugio; se le delata para que sea eliminado. Comentaba que existen casos en que muchas personas no tienen donde vivir y tienen que invadir terrenos ajenos para vivir en condiciones precarias para luego ser desalojadas violentamente

 

Otro caso que señalaba la hermana Carmen, es cuando se ve a un mendigo falto de ropa, la gente se burla y no le cubre su desnudez. Otros prefieren guardar ropa o botar la ropa un poco usada, antes de darlas al que necesita abrigo.

 

Un vecino del lugar contaba que conocía a un señor que prefería guardar su dinero en el banco, antes que llevar a su esposa al hospital. No quería hacer caso de los consejos para llevarla a un médico en el hospital de la ciudad. Su esposa sufría intensamente de fuertes dolores hace dos meses y nadie la visitaba.

 

En la cárcel hay más de 100 reclusos, todos ellos abandonados a su suerte, están recluidos en condiciones infrahumanas; pocos son los que los visitan y los ayudan a reintegrarse a la sociedad. Un hermano comentaba que, al ir a ver a un preso, éste le comentó que estaba muy enfermo y no tenía para curarse. Este caso no era el único, había muchos más enfermos de tuberculosis.

 

25:44 Entonces también ellos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos?

 

Sin duda que hay una objeción contra la sentencia del juicio. Según ellos nunca vieron al Rey en una situación tan lamentable, como las que se señala. No se dan cuenta de lo que Jesús les está reprochando.

 

25:45 Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis.

 

La explicación que se les da es que la condena no es por grandes pecados que hayan cometido, sino por la falta de amor hacia el pobre, que significa falta de amor al Señor, porque el mismo se compara con los más pequeños (Cf. Mr. 9:37,41). Esta carencia de amor o negligencia de hacer el bien a los pobres o sufrientes, se convierte en la medida para la condenación eterna. Las excusas no valen para revocar el fallo del juicio final.

 

25:46 E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.

 

Este es el resultado final del juicio establecido por el Señor, los que hicieron obras de misericordia con los pobres y marginados tendrán la vida eterna, el galardón prometido; mientras que los que ignoraron a los pobres o los humillaron hasta la explotación, tendrán el castigo eterno, reservado para los malvados, explotadores y tiranos.

 

Como conclusión podemos decir que nadie podrá escapar del juicio que el Señor habrá de establecer en Su reino y que el amor al pobre, a la viuda, a las madres solteras, al forastero, al huérfano, al enfermo, al encarcelado y a los niños, es la medida de la salvación eterna, la corona de vida prometida por nuestro Señor Jesucristo.

    

                                         


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