(Juan 11:1-45)
Este extenso relato tiene que ver con el hecho milagroso de la resurrección de Lázaro, amigo de Jesús. Aquí se nos da toda una explicación de cómo y en qué contexto sucede este milagro hecho por Jesús. Hay personajes, preguntas, cuestionamientos, afirmaciones de fe, admiración, y conversión.
El relato empieza señalando que Lázaro está enfermo, luego se muere, para después indicar que ya está enterrado en una cueva, y finalmente se describe su resurrección. El propósito de este relato es hacer ver que la resurrección no es un acto mágico, sino que es un proceso milagroso, que solo puede hacerlo Jesús, el Hijo de Dios. Sin duda que este proceso pasa por varios momentos y por preguntas y cuestionamientos a Jesús de parte de las hermanas de Lázaro. La gran lección es: Jesús puede sacarnos de la muerte para vivir una vida abundante.
El pasaje bíblico comienza señalando que Lázaro está enfermo y sus hermanas María y Marta envían emisarios a Jesús para decirle que su amigo Lázaro está enfermo. Jesús al oír la noticia les dice a sus discípulos que la enfermedad no es para muerte sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella. En esas circunstancias Jesús decide regresar a Judea, lugar que anteriormente le había sido hostil y hasta habían querido apedrearlo, para ir a ver a Lázaro. Sin embargo, Jesús les dice a sus discípulos que Lázaro ya ha muerto y que ahora verán el milagro a realizarse. Ya en Betania, Jesús toma nota que Lázaro ya había muerto hace cuatro días y que estaba en el sepulcro. Vio que muchos judíos habían venido a consolar a las hermanas de Lázaro. De pronto Marta oyó que Jesús venía a verlas y decide salir a su encuentro, dejando a su hermana María en casa. Lo primero que Marta le recrimina a Jesús es el no haber estado a tiempo para que su hermano no muriese. La actitud de Marta nos hace recordar que muchas veces nosotros también solemos hacer. Le recriminamos al Señor por qué no nos escuchó, por qué no nos ayudó, por qué no nos sanó, por qué se murió un familiar, etc. Ante esta situación, Jesús consuela a Marta diciéndole que su hermano resucitará. En ese encuentro personal, Marta le dice a Jesús que ella sabe que su hermano resucitará en el día postrero, pero Jesús le va a decir, que no es en el futuro, sino que es ahora. Sus palabras son contundentes: "Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente." A la pregunta ¿Crees esto?, ella responde: "Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo." Un encuentro personal de afirmación de fe, muy similar al encuentro con la mujer samaritana.
Ahora le toca el turno a María, encontrarse con Jesús. Marta llama a María, su hermana, para que hable con Jesús. María al saber que Jesús la ha llamado, sale corriendo al encuentro con Jesús. Al verle, se postra a sus pies y le recrimina el por qué no estuvo a tiempo para que su hermano no muriese. Sin duda que el dolor y la angustia de las hermanas de Lázaro y de sus amigos los judíos, conmovieron a Jesús de tal manera que él también lloró. Al ver esto los judíos se admiraron del amor que Jesús tenía por Lázaro. Jesús se solidariza con el dolor humano, no es ajeno al sufrimiento. Él siempre está a nuestro lado en los momentos más difíciles de la vida, llora también con nosotros en los momentos de sufrimiento. Él es nuestro amigo fiel. En medio de esos momentos de dolor, Jesús pide ir al sepulcro, que era una cueva, la cual estaba sellada por una piedra. Jesús da la orden de que quiten la piedra, pero Marta le objeta, diciéndole que ya huele mal porque ya tiene cuatro días. Jesús le responde: "¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?."
Estamos ante el gran milagro que Jesús va a realizar. Al ser quitada la piedra, Jesús hace una oración de gratitud para con su Padre ante la multitud que lo rodeaba. Luego de esa oración clamó a gran voz: "¡Lázaro, ven fuera! Y Lázaro resucitó. Muchos de los judíos al ver esto creyeron en Jesús. Lázaro salió de la muerte para vivir una vida en plenitud. Dejó las tinieblas para venir a la luz admirable de Jesús. Lo imposible se hizo posible. La muerte fue vencida desde lo profundo. La vida es un don de Dios. No nos imaginamos la alegría y gozo que experimentaron María y Marta al ver a su hermano salir de la oscuridad de la tumba. La resurrección ofrece esperanza ante la muerte. La muerte no es la última palabra, es el camino hacia la vida eterna.
Muchas veces nosotros nos encontramos en situaciones de muerte, no sabemos cómo salir de esa situación. Vivimos en medio de las tinieblas y sucumbimos ante ellas. Pareciera que ya no hay esperanza, que estamos muertos en vida. Es como si tuviéramos una piedra delante de nosotros que nos impide disfrutar de la vida y nos sepulta al igual que Lázaro. Sin embargo, hoy Jesús nos dice a través de este relato bíblico: "¡Ven fuera!" "¡Sal de esa situación de muerte y ven a la vida!" "¡Yo soy la resurrección y la vida, cree en mí, aunque estés muerto vivirás!". Si estás pasando una situación de muerte, de enfermedad, de dudas, de dolor, de angustia, de desesperación, y ya no sabes a dónde recurrir, hoy es el momento para que vengas a Jesús y pongas en sus manos todo eso y Él quitará esa piedra delante de ti para recibir el milagro de la vida. Jesús nos sacará del valle de huesos secos a una vida en plenitud. ¡Créelo ahora!
Que podamos siempre confiar en nuestro Señor y anunciemos Su palabra a muchos que viven en situaciones de muerte, en medio de un valle de huesos secos, sin vida, para que Su espíritu les infunda vida. Amén.
Rev. Lic. Jorge Bravo C.
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