UN RUEGO ANGUSTIOSO DE JESÚS POR LA UNIDAD DE SUS DISCÍPULOS
(Juan 17)
Este capítulo del evangelio de Juan es el más estudiado y reflexionado por muchos estudiosos y pastores. Esta oración de Jesús por la unidad de sus discípulos es angustiosa; en una situación así Él levanta su rostro hacia el cielo, como buscando a su Padre para decirle que la hora ha llegado y debe ser glorificado. Todo el capítulo diecisiete menciona este hecho. De ahí que este capítulo podemos clasificarlo de la siguiente manera:
1. La oración de Jesús por sus discípulos.-
a) Recuento de la tarea realizada (17:1-8).
b) Oración por los actuales discípulos (17:9-19).
c) Oración por los futuros discípulos (17:20-21).
d) Resultado de la tarea: la unidad basada en el amor (17:22-26).
2. Textos bíblicos que hacen referencia a la unidad.-
Juan 10, 30: Yo y mi Padre uno somos.
Juan 17, 11b: Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros.
Juan 17, 21: Para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.
Hechos 2, 41-42: los que recibieron la palabra fueron bautizados y fueron como tres mil personas, y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, partiendo el pan y en las oraciones.
Hechos 2, 43-4; 4, 32-37: Todas las cosas las tenían en común. Estaban en plena comunión.
1 Corintios 1, 9: Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor.
1 Corintios 6, 17: Pero el que se une al Señor, un espíritu es con él.
Gálatas 3, 28: Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.
Efesios 4: La unidad del Espíritu, de la fe y en amor.
Filipenses 1, 5: Comunión en el evangelio.
1 Juan 1, 3: Comunión con nosotros; y comunión con el Padre y su Hijo Jesucristo.
1 Juan 6, 6-7: Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad; pero si andamos en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.
1 Juan 3, 1.11; 14-18: Somos hijos de Dios y que nos amemos unos a otros.
1 Juan 4, 7-21: Dios es amor y la comunión con nuestro hermano debe ser en amor.
3. La división: fruto del desamor.-
Nuestro Señor Jesucristo nos hace una advertencia sobre la división: "todo reino dividido contra sí mismo, es asolado, y una casa dividida contra sí misma, cae". (Lucas 11:17).
El apóstol Pablo ruega a los hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que hablen todos una misma cosa y que no haya divisiones entre ellos, sino que estén perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer. Finalmente pregunta: ¿acaso está dividido Cristo?. (1 Corintios 1:10,13).
En una ocasión, Pablo frente a los abusos en la Cena del Señor, señala que cuando se reúnen como iglesia, hay divisiones. (1 Corintios 11:18).
Ahora bien, ¿de dónde proviene la división? E profeta Isaías refiere que la división es producida por nuestras iniquidades y esta división entre nosotros y nuestro Dios, y que nuestros pecados han hecho ocultar de nosotros su rostro para no oír. (Isaías 59:2).
Por otro lado, Pablo en su epístola a los Romanos, en su despedida, ruega a los hermanos a que se fijen en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que han aprendido, y que se aparten de ellos. (Romanos 16:17).
Por último, ente las instrucciones que Pablo da a Tito, está aquella que "al hombre que cause divisiones, después de una y otra amonestación deséchalo, sabiendo que el tal se ha pervertido, y peca y está condenado por su propio juicio. (Tito 3:10-11).
Que esta reflexión nos ayude a aferrarnos cada vez más a la unidad entre nosotros los discípulos del Señor, que tanta falta hace en estos tiempos. Amén.
Rev. Lic. Jorge Bravo C.
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