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ACERCA DE LA EXISTENCIA DE DIOS

 

(Éxodo 3:1-22)

 

Leer una y otra vez el capítulo tres del libro del Éxodo, uno no se cansa de confirmar la existencia de Dios. Bien sabemos que toda la Biblia habla de la existencia de Dios y de sus prodigios, de los miles de testigos de esa presencia de Dios en sus vidas y en medio del pueblo, aun así, hoy mismo, existen millones de testimonios de su existencia; sin embargo, se sigue haciendo la pregunta: ¿Existe Dios?. Jesús mismo se encargó de demostrar la existencia de Dios a través de su persona, aun así no le creyeron. Los discípulos de Jesús se encargaron de predicar y dar testimonio de la existencia de Dios en la persona de Jesús, los Padres de la Iglesia, los Reformadores, los teólogos y muchos científicos han escrito y dado testimonios acerca de la presencia y acción de Dios en todo el universo. Sin embargo, la pregunta aún está vigente. Ahora bien, no solamente se han escrito miles de volúmenes acerca de Dios, sino que existen millones de experiencias de personas que han tenido un encuentro personal con Dios, transformando sus vidas. En resumen, podríamos decir que existen miles de escritos y vivencias acerca de la existencia de Dios que serían suficientes para dar por respondida la pregunta en mención. 
 

Bien, quisiera recurrir a la ciencia para intentar, una vez más, demostrar la existencia de Dios. Al respecto puedo decir lo siguiente, un científico en un documental televisivo expresó que había hecho una prueba a 2000 personas religiosas y no religiosas, con el fin de descubrir cómo Dios estaría en ellas. Descubrió que en la mayoría de las personas a quienes se les hizo la prueba, tenían algo diferencial en su cerebro que se atribuía a la espiritualidad, en otras palabras, la presencia de Dios en sus vidas. Sin duda a equivocarse decía que se trataría del gen de Dios y eso demostraría la existencia de Dios. Otro científico decía que las personas espirituales modificaban su ADN debido a la presencia de Dios. Otro manifestaba que el bosón de Higgs demostraba que los circuitos eléctricos del cerebro de las personas espirituales tenían algo diferenciado con el resto de personas, lo que implicaría la existencia de Dios.      

 

Otro aspecto a tener en cuenta, aparte del aporte científico, es la experiencia existencial personal con lo divino, es decir, con Dios. Si la ciencia sostiene que el ADN de las personas religiosas se modifica debido a la presencia de Dios, entonces la pregunta que debemos hacernos es: ¿Quién modifica el ADN? Y aquí es donde debemos apelar a lo que nos dice la Biblia acerca de la Creación, de la presencia del Espíritu Santo, del nuevo hombre, del nuevo nacimiento: "En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas." (Génesia 1:1-2); "Antes que naciesen los montes y formases la tierra y el mundo, desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios." (Salmo 90:2); "Lo que es nacido de la carne, carne es, y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es." (Juan 3:6); "De modo que, si alguno está en Cristo, nueva criatura {es}; las cosas viejas pasaron; he aquí, son hechas nuevas." (2 Corintios 5:17); "Y os habéis vestido del nuevo {hombre,} el cual se va renovando hacia un verdadero conocimiento, conforme a la imagen de aquel que lo creó." (Colosenses 3:10). Según estos versículos bíblicos, hay muchos más, el ser humano experimenta un cambio radical en su vida cuando permite que el Espíritu Santo penetre en él y lo transforma a la imagen de su Creador, Dios. Es una nueva criatura, un hombre nuevo. El Espíritu Santo al hacerse presente en la vida de la persona que se convierte a Cristo para su salvación, de alguna manera modifica su ADN de origen llegando a ser una nueva creación. Esta experiencia existencial personal de las personas espirituales revela la existencia de Dios en sus vidas, por lo tanto, Dios existe y habita en el universo.

 

Volvamos al principio de esta reflexión en la que decíamos que en el capítulo tres del libro del Éxodo se puede comprobar la existencia de Dios. A través del diálogo con Moisés, Dios le dice que Él era el Dios de su padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob; además, Dios se identificó: YO SOY EL QUE SOY. Sabemos la historia sobre este hecho y sus consecuencias. El pueblo de Israel fue liberado de la esclavitud de Egipto con la mano poderosa de Dios. Esta es una experiencia de tantas que se registran en la historia salvífica. Permítanme compartirles una experiencia sucedida en el siglo XVIII en la calle de Aldersgate, Londres. Un sacerdote de la Iglesia de Inglaterra, John Wesley, experimentó la presencia de Dios en su corazón a través de la acción del Espíritu Santo. Cuenta él, que en la noche del 24 de Mayo de 1778, a la edad de 34 años, sintió arder su corazón cuando escuchó el mensaje de cómo Dios genera un cambio y opera en el corazón de la persona por la fe en Cristo. Desde ese momento recibió la seguridad de su salvación. Este hecho marcó el inicio de una nueva relación con Dios y el desarrollo del movimiento metodista por todas partes del mundo.

 

Sin duda que existen miles de evidencias de la existencia de Dios. Sólo está en que el hombre crea y lo acepte en su corazón para ser transformado y convertirse en instrumento de salvación en el mundo. Oremos para que muchos puedan conocerle y crean en el Dios de la Creación a través de nuestros testimonios. Amén.

 

Rev. Lic. Jorge Bravo C.

                                 


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