VIVIENDO EN LA DIÁSPORA
(Ester 3:8; Juan 7:32-35)
La diáspora es la dispersión de una persona o grupos humanos que abandonan su lugar de origen, debido a circunstancias geográficas, sociales, religiosas, ideológicas, políticas o existenciales. Desde los comienzos de la humanidad, el vivir en la diáspora o dispersión ha sido una alternativa frente a los peligros que amenazan con la existencia de la persona o de los grupos. Ejemplos hay muchos en la Biblia sobre esta actitud, que puede ser voluntaria u obligada. Es el caso de Abraham, quien fue llamado por Dios para que saliera de su tierra natal y fuera a vivir a otra tierra muy lejana y desconocida. Él salió con toda su familia hacia el Canaan. Abraham inició la dispersión de su familia para salir de una tierra donde se practicaba la idolatría y muchas prácticas religiosas paganas. El libro de Ester nos habla de que su pueblo estaba viviendo en la diáspora, lejos de su lugar de origen, debido al cautiverio que los persas les habían impuesto por las armas. No es el único caso, en otros tiempos Israel tuvo que vivir en la diáspora, tal el caso de la opresión por más de cuatrocientos años en Egipto, el Éxodo dio inicio a la liberación. David muchas veces tuvo que huir de su lugar para refugiarse en las cuevas, debido a la persecución del rey Saúl. Desde la diáspora, David organizó el plan para enfrentar a Saúl. Otro ejemplo lo representa la huida de José con su familia a Egipto por un buen tiempo, debido a la persecución de Herodes.
Hoy en día, hay personas que deciden salir del centro del poder, de la corrupción, de la maldad, de la mentira, del engaño, del abuso del poder, para organizar una resistencia que acabe con dicha situación injusta. La diáspora es una toma de distancia para reflexionar, meditar y planear una acción tendiente a superar todo peligro en contra de una persona o grupo. El evangelio de Juan nos da cuenta que los fariseos intentan arrestar a Jesús, y en el intento, él les dice que pronto se irá y no será encontrado, entonces los judíos entienden que Jesús está haciendo mención a los otros judíos que viven en la dispersión o diáspora y que ahí se va a encontrar con ellos, más aún, va a enseñar a los paganos. En este relato, ya hay referencia de que hay judíos que han salido de Jerusalén y se ha ido lejos de ella, debido a las persecuciones religiosas, políticas y sociales.
A través de la historia, muchas vivencias en la diáspora se han suscitado, debido a las persecuciones de todo tipo. En la iglesia también se han tenido vivencias similares. Muchos líderes tuvieron que huir fuera de sus lugares, debido a disputas de carácter religioso, teológico o espiritual. Un ejemplo muy evidente, lo representan los esenios, quienes eran un movimiento o secta judía, establecida cerca del siglo II a. C., que prefirieron salir de Jerusalén para irse a vivir a Qumrán, con la convicción de que ya no podían vivir más en la ciudad santa, debido a que ésta estaba corrompida, se habían convertido en los hijos de las tinieblas. Los esenios por su parte, se consideraban los hijos de la luz, eran los santos del Señor. Por más de tres siglos, vivieron en la diáspora, esperando la venida del Mesías y lograr conquistar a la Jerusalén de David. En la historia secular y religiosa, muchos tuvieron que recurrir a esta experiencia de la diáspora para evitar los estragos de la corrupción, de la maldad, de la mentira, del engaño, del abuso del poder, para organizar luego, una resistencia que acabe con dicha situación injusta. Ahora bien, no es fácil tomar una actitud similar, dado que significa huir de toda injusticia, persecución física, teológica o ideológica. Implica dejarlo todo, salir con la familia a otro lugar distante. Es una actitud heroica. En la Iglesia cristiana, existen muchos casos sobre este asunto. Los primeros cristianos tuvieron que alejarse de la tiranía y de las persecuciones; algunos Padres de la Iglesia tuvieron que ser exiliados; los reformadores se alejaron de la autoridad papal para refugiarse en otros lugares. Hoy en día, muchos cristianos son perseguidos por autoridades eclesiásticas prepotentes y abusivas, que no aceptan ningún tipo de crítica, observación u opinión contraria. Ellos cansados de luchar desde dentro del poder, prefieren vivir en la diáspora para tomar distancia de dichas autoridades y generar un cambio en la vida de la Iglesia.
Roguemos al Señor para que exista en el seno de la sociedad e iglesia, la tolerancia y la justicia. Que el Señor acompañe y guíe a aquellos que han preferido vivir en la diáspora en busca de un mundo mejor. Amén.
Rev. Lic. Jorge Bravo C.
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