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    SALVACIÓN Y ALGO MÁS

 

(Hechos 16:31-34; Filipenses 4:19)

 

Muchas veces escuchamos preguntar a la gente qué debe hacer para ser salvo. Sin duda que la respuesta es la misma que utilizaron Pablo y Silas con el carcelero de Filipos: "Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa" (Hechos 16:31). Entonces, a partir de esa respuesta se produce el convencimiento en la persona y la aceptación de Jesús como Señor y Salvador, produciéndose, de hecho, la salvación. Pero, sucede que, la salvación es considerada sólo desde el punto de vista de la necesidad espiritual, sin considerar la integralidad de la misma. Es decir, no se tiene en cuenta las necesidades económicas y otras. Se pasan pruebas de carácter económico y se considera que en este asunto no hay que molestar al Señor. Una vez más, la salvación está vinculada a la necesidad espiritual solamente. Se obvia el hecho de que la salvación, que viene del Señor, es la salud integral del ser, que implica el espíritu, el cuerpo y la mente. La salvación es un paquete integral.

 

Para comprender mejor este tema, quisiera compartir un ejemplo. Es como cuando una persona después de haber ahorrado su dinero, decide viajar en un tour y compra su boleto. Llegado el día, aborda el crucero y sale rumbo a disfrutar el tour. Durante el viaje, avisan que el almuerzo está servido y que hay que acercarse a la mesa para comer. Pero, esta persona, decide quedarse en su camarote y come de unos panecillos que había traído. Esto es, porque considera que dicho almuerzo es muy caro y no tiene para pagarlo. Así, se la pasó las dos semanas que duró el tour. Lo que no sabía, esta persona, que los alimentos estaban incluidos en el precio del boleto. Bueno, esto mismo puede pasar con la salvación, creer que sólo es para la vida espiritual, ignorando que la salvación es para toda la realidad del ser. De ahí que, Pablo nos dice que Dios suplirá todo lo que nos falte conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús (Filipenses 4:19).

 

Dios, en el momento de nuestra salvación, nos otorga muchos dones para utilizarlos en favor nuestro y de otros. En el proceso de la salvación, Él suplirá toda necesidad, sea de orden espiritual, económico, material o de salud. Todo esto es parte de la bendición de Dios para con sus hijos e hijas en la fe. La salvación incluye las bendiciones del Señor. Jesús murió en la cruz para nuestra salvación y para suplir toda necesidad. Lamentablemente, muchos, en el proceso de santificación, sufren muchas penalidades y pasan por necesidades urgentes de atender, quedando con la duda de que Dios está con ellos en esos momentos. No saben que, cuando el Señor nos otorga su salvación, nos otorga también sus bendiciones, éstas no tienen precio adicional alguno. Están incluidas en el paquete salvífico. 

 

Este ejemplo turístico, del boleto que incluye los alimentos sin ningún costo adicional, nos debe servir para no dejar de hacer uso de las bendiciones que el Señor tiene preparadas para nuestra vida de santidad. Debemos dar gracias al Señor, por tan bondadoso regalo, que fue dado a través de la sangre de Jesucristo, su Hijo. Amén.

 

Rev. Lic. Jorge Bravo C.

                                 


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