CUANDO LA BELLEZA ESTÁ AL SERVICIO DEL REINO DE DIOS
(1 Samuel 9:2; 1 Samuel 16:12; Ester 2:7; Judit 8:7)
Tocar este tema, pareciera ocioso, ya que se estaría resaltando o dando demasiada importancia a un aspecto corporal, en especial a la belleza de la mujer en su aporte al reino de Dios. Sin embargo, considero que este asunto no es una exclusividad femenina, la Biblia nos habla de personajes masculinos de gran belleza que aportaron, también, al reino de Dios. Veamos algunos ejemplos. Saúl (1 Samuel 9:2), David (1 Samuel 16:12), Ester (Ester 2:7), Judit (Judit 8:7).
En estos ejemplos de personajes, masculinos y femeninos, un aspecto importante sobre la persona, en la descripción, es la belleza. En el primer ejemplo, Saúl llegó a ser el primer rey de Israel, era de bello parecer y de buena estatura. Dios lo eligió para ponerlo al servicio de Su pueblo. Con él se inicia la monarquía y todo el proceso del nuevo sistema monárquico. En verdad, no fue lo que Dios había querido de él, pero de alguna manera cumplió un rol importante en la defensa de su pueblo. Como rey, su tarea era saber gobernar con justicia y fidelidad a Dios. Lamentablemente, el poder le quedó muy grande y cayó en tentación, apartándose de los propósitos de Dios. En conclusión, podemos decir que en un primer momento, la belleza y el buen parecer de Saúl prevaleció para elegirlo rey de Israel.
Un segundo ejemplo, lo constituye la persona de David. Él era también un personaje de buen parecer, pero tenía algo más en su persona, era fiel a Dios. En este caso, Dios no se fija tanto en la belleza física de David, sino en la belleza de su corazón. David, llega a ser el sucesor de Saúl. Dios lo eligió para gobernar a Israel y defenderlo de sus enemigos. Al igual que Saúl, su tarea era saber gobernar con justicia y fidelidad a Dios. David, como rey de Israel, hizo grandes proezas, logró extender los dominios de su territorio, defendió sin vacilar a su pueblo de los enemigos, supo agradar a Dios en muchos momentos de su vida. El auge de Israel se hizo notorio y el nombre de Dios se dio a conocer a otros pueblos. Logró escribir muchos salmos para dar a conocer la bondad y misericordia de Dios y para alabarlo, con ellos, en cada momento de la vida. Lamentablemente, al igual que Saúl, cayó en pecado y asesinato, cometiendo adulterio con Betsabé, esposa de uno de sus soldados. A pesar de esa situación de pecado, Dios lo perdonó, y renovó su pacto con él y su familia. De su descendencia vendría el Mesías, Jesús. Este es el aporte valioso de la persona de David en la historia salvífica y en el reino de Dios.
Un tercer ejemplo, es la persona de Ester. Aquí su belleza juega un papel muy importante en la salvación de Israel. Cuenta la historia bíblica, que el rey Asuero, rey de Persia y de Media, convocó a un concurso de belleza para elegir a la mujer más bella, para que reemplace a la reina Vasti. Mardoqueo, tenía una prima llamada Ester, que era muy bella y de hermoso porte. Él anima a su prima Ester para que participe de dicho concurso, lo gane y llegue a ser la nueva reina del imperio. La Biblia relata, además del proceso por el que pasa Ester para llegar a ser reina, el valor y la fe que tiene en Yahveh, al querer salvar a su pueblo judío, a pesar de sacrificar su posición como reina, e incluso sacrificar su amor por su propia vida y su esposo. Ester aparece en la Biblia como una mujer que se caracteriza por su fe, valentía, preocupación por su pueblo, prudencia, autodominio, sumisión, sabiduría y determinación. Ella es leal y obediente a su primo Mardoqueo, y se apresta a cumplir su deber de representar al pueblo judío y alcanzar la salvación. En la tradición judía se la ve como un instrumento de la voluntad de Dios para evitar la destrucción del pueblo judío, para proteger y garantizar la paz durante el exilio. Ester utilizó su belleza para salvar a su pueblo y contribuir en la extensión del reino de Dios.
Otro ejemplo, lo representa Judit, que lamentablemente, no está considerada, oficialmente, en la historia salvífica. El libro de Judit es parte los libros deuterocanónicos, que es el nombre que se da a aquellos libros, o parte de libros de la Biblia, que desde su origen no fueron considerados como inspirados por todos, y que hoy son rechazados del canon de la Sagrada Escritura por los judíos y protestantes. La Iglesia católica, sin embargo, los considera como verdadera y auténtica palabra de Dios. A pesar de esta dificultad, es bueno tener en cuenta la persona y el aporte de Judit en la salvación de Israel. Una vez más, la belleza de ella va a jugar un papel muy importante en la salvación de su pueblo. Pero, Judit, no solamente era muy bonita y de bello aspecto, además, era inteligente, mujer viuda, ayunaba todos los días, era muy respetuosa con Dios y de buen testimonio entre la población. Judit se enteró que el jefe Ozías y demás ancianos, habían decidido entregar la ciudad a los enemigos del Señor. Ella los recriminó por esa actitud y les comunica que ella tiene un plan preparado para derrotar a los enemigos de Dios. Luego de ponerse en oración se dirige al campamento asirio, en busca del general Holofernes, que estaba al frente del ejército asirio. Judit, hace valer su belleza, apreciada por todos y en especial por Holofernes. Ella logra que él le dé lugar en el campamento y se le permita tener sus momentos de oración. Al cuarto día, Holofernes dio un banquete e invita a Judit a ser parte del banquete. Ella se vistió con un vestido elegante, se puso todos sus adornos femeninos, logrando que Holofernes sintiera una gran pasión por ella y un gran deseo de poseerla. Holofernes se quedó muy impresionado por la belleza de Judit que bebió demasiado vino, más del que nunca en toda su vida había tenido en un solo día. En esas condiciones, Holofernes completamente borracho, Judit se quedó sola con él en la tienda. Luego de orar a Dios para pedirle fuerzas, descolgó la espada y le cortó la cabeza. De inmediato, tomó la cabeza y la metió en un costal, salió junto con su criada, rumbo a su ciudad. Todo el pueblo al saber lo que había hecho Judit y luego de ver la cabeza cortada de Holofernes, dieron gracias a Dios y lo alabaron. Es bueno tomar nota de lo que expresó Judit al pueblo: "¡Y juro por la vida del Señor que él me protegió en todo lo que hice! Mi belleza fue una trampa que le causó la perdición, pero él no cometió conmigo ningún pecado que me hubiera traído mancha o deshonra." (Judit 13:16). ¡Qué podemos decir de todo esto!
De todo lo que hemos podido analizar, podemos decir, que de alguna manera estos personajes, y seguramente otros, utilizaron su belleza y otras dotes al servicio del reino de Dios. Este es un aspecto particular, pero no significa que Dios solo utiliza la belleza para un fin, sino que Él en su infinita voluntad, utiliza otros aspectos de las personas, para el servicio de Su reino. Que el Señor nos tenga preparados ante su llamado, sea cual sea nuestra condición. Amén.
Rev. Lic. Jorge Bravo C.
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