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CAMBIANDO LA TRISTEZA POR EL GOZO DE DIOS

 

(Salmo 30:11-12)

 

El Salmo 30 es un salmo de acción de gracias por haber sido librado de la muerte, compuesto por el rey David. Sin duda que, la alegría y el gozo de David por ser sanado y librado de una muerte segura, es de gran satisfacción. Seguramente, que la angustia, el temor, la enfermedad, y la burla de sus enemigos, hicieron estragos en su vida. En medio de la enfermedad, David sintió que su alma había descendido al Seol y que su vida de apagaba. Sin embargo, Dios escuchó su clamor y lo sanó. El testimonio de David es muy importante tenerlo en cuenta, en este tiempo de pandemia. Su alegría de haber sido sanado por la mano poderosa de Dios, hace que él pueda expresar que Dios ha cambiado su lamento en baile; quitó su ropa de luto y lo vistió de alegría y en gozo. Por tanto, su canto será siempre una expresión de gratitud. Muchas veces, a nosotros mismos, nos suele suceder lo mismo. Hay momentos, en que pasamos situaciones de angustia, de tristeza, de temor, de tribulación, de dolor, de enfermedad, o de burla de parte de nuestros enemigos. Sentimos como que la muerte está rondándonos para llevarnos. La desesperación cunde por todo nuestro ser. Es en ese momento, que nuestra fe en Dios se pone a prueba. Eso mismo le pasó a David.      

 

Otro salmo que escribió el rey David, es el Salmo 40. En ese salmo, él da testimonio de cómo Dios lo sacó del pozo de la desesperación, del lodo de la muerte. Él espero pacientemente a Dios, puso su confianza en Él, y Dios se inclinó para escuchar su clamor. Una vez más, el canto será su muestra de gratitud. La fe de David en Dios, hace que él pueda decir que Dios ha aumentado sus maravillas, que no es posible contarlas, y que, si él las anunciara y hablara de ellas, no podrían ser enumeradas (Salmo 40:1-5). Esta experiencia de David, nos debe llevar a reflexión en los momentos difíciles que solemos pasar. Muchas veces, nos desesperamos, si Dios no responde a nuestro clamor a tiempo. Queremos que las cosas se hagan según nuestra voluntad, y no, según la voluntad de Dios. David, en su momento de desesperación, de angustia, puso su confianza en Dios y esperó su respuesta. La respuesta no se hizo esperar. Dios se inclinó a él, para escuchar su clamor. Este gesto de Dios, reafirma su promesa, de que nunca nos dejará y nos desamparará. Nos estamos solos, Él está atento a nuestro clamor (Deuteronomio 31:8). En todo momento, debemos dar gracias a Dios y cantarle cantos de gratitud, como testimonio de su amor y protección. David, es un gran ejemplo, al respecto.             

 

Ahora bien, toda la Escritura habla de las maravillas de Dios. Son innumerables, se han dado en todo tiempo y lugar. Hoy nosotros, también somos testigos de dichas maravillas. Lamentablemente, la mayoría de personas, no conocen del amor de Dios y de su poder. Cuando están pasando momentos de tristeza, de dolor, de enfermedad, de luto, de tribulación, de dificultades, no saben a quién recurrir. La desesperación se apodera de ellas, están atribuladas, se consumen en el dolor y en la tristeza. Hay mucha gente que pasa por esta situación, y no son felices, hay tristeza y dolor, en sus vidas. En la desesperación recurren a personas que prometen sacarlas de dicha situación, siendo engañadas vilmente. Otros, recurren a ritos o costumbres paganas, creyendo que, de esa manera, saldrán de su situación. Ignoran que solo el poder de Dios podrá liberarlas de toda angustia, dolor, enfermedad, tribulación, o desgracia.                   

 

He ahí, la importancia del testimonio de los cristianos, de la Iglesia, en dar a conocer la palabra de Dios y sus maravillas, en todo tiempo y lugar. Esta tarea es constante. Jesús ha dado una misión a la Iglesia, que no puede ser dejada de lado: "Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo" (Mateo 28:19-20). ¡Cuántas almas pueden ser salvadas, hoy en día! Actualmente, existen muchos medios de comunicación social, bien se podría utilizarlos para dar a conocer las Buenas Nuevas del Señor, pero, la mayoría, se dedican a comunicar cosas sin importancia. Gracias a Dios, hay medios cristianos que están en las redes sociales y comunican las Buenas del Señor.

 

Tener la experiencia de cambiar nuestro llanto, nuestro lamento, nuestro dolor, nuestra tribulación, nuestra tristeza, nuestra desesperación, en alegría, y gozo, en el Señor, es sin duda una gran bendición, que genera en nuestro ser una grata emoción de satisfacción. Así como el rey David, no deberíamos cesar de cantar, cantos de alabanza, de gratitud a nuestro Dios, por todas sus maravillas recibidas. El mundo necesita, escuchar nuestros testimonios, nuestras voces de gratitud, ver nuestra alegría, para que puedan saber que Dios también puede bendecirlos, si se acercan a Él, se arrepienten, y aceptan a Jesús, como su Señor y Salvador. Existen muchos casos, en que muchas personas al escuchar la palabra de Dios, decidieron seguirle, y han cambiaron su tristeza en gozo. Hoy, podemos decir, que nosotros también, somos una de esas personas que decidimos cambiar nuestra tristeza, nuestro dolor, nuestra angustia, nuestra tribulación, nuestro lamento, nuestra enfermedad, nuestra desgracia, por el gozo de Dios.    

 

Oremos para que muchos puedan conocer las maravillas de Dios y puedan cambiar la tristeza, el dolor, la tribulación, la enfermedad, en alegría y en gozo, en el Señor, en este tiempo de pandemia. Amén.

 

Rev. Lic. Jorge Bravo C.

 

                                 


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