LA ORACIÓN DE INTERCESIÓN
(Hebreos 7:25)
La oración de intercesión es la actitud de rogar o mediar ante Dios por otra persona, para conseguirle algo que necesita o desea. En realidad, es una oración de petición. En Jesús tenemos el modelo de la oración de intercesión, él es único intercesor ante el Padre, en favor de todas las personas (1 Timoteo 2:5). Podemos ver algunos ejemplos de Jesús como mediador: intercedió por los niños, por los enfermos (Marcos 2:11); por sus discípulos a quienes había de elegir (Lucas 6:1-132); por Pedro, después de negarlo (Lucas 22:32); por su amigo Lázaro, para que vuelva a la vida (Juan 11: 41-42); por sus discípulos (Juan 17:9-19); por los que han de creer por medio de la predicación de los discípulos (Juan 17:20). En su ministerio terrenal, Jesús se la pasó intercediendo ante tantas necesidades; aún desde la cruz, intercedió por toda la humanidad (Lucas 23:34). Hoy en día, él desde su trono de Gracia, sigue abogando por nosotros ante el Padre (1 Juan 2:1b). De ahí que, en la intercesión, el que ora busca, no su propio bien, sino el de los demás (Filipenses 2:2:4). Eso debe estar bien claro.
Otros ejemplos de oración de intercesión, lo encontramos en las primeras comunidades: Pedro estaba preso en la cárcel, mientras la iglesia oraba insistentemente por él a Dios (Hechos 12:5); Pablo al despedirse de los hermanos, a los que ya no vería más, les dice que los encomienda a Dios (Hechos 20:32); Así mismo, en su carta a los colosenses les dice que no se cesa de orar por ellos (Colosenses 1:9). Como podemos ver, la oración de intercesión no tiene límites, es por todas las personas, con poder o sin ello, para que todos sean salvos (1 Timoteo 2:1-4); también por los perseguidores (Romanos 12:14); por la salvación de los que rechazaron el Evangelio (Romanos 10:1).
Ahora bien, en el Antiguo Testamento, también tenemos modelos de oración de intercesión. Citaremos a dos intercesores: Abraham y Moisés. Abraham, quien era un hombre de fe y con un corazón generoso, se conmueve por el pueblo de Sodoma, que ha de perecer, por culpa de sus propios pecados, e intercede a Dios por ellos, y pide su perdón (Génesis 18:32). Moisés es otro ejemplo. Él no pide para sí mismo, sino para el Pueblo que Dios le ha encomendado. Intercede durante el combate con los amalecitas (Éxodo 17:8-16 ss); Intercede cuando su pueblo tiene sed (Éxodo 15:23-24); cuando el pueblo tiene hambre (Éxodo 16); para obtener la curación de Myriam (Números 12:13-14). En todos esos casos, Moisés intercede por su pueblo, porque estaba convencido de que Dios es amor y que no puede abandonar a Su pueblo.
La oración de intercesión, agrada a Dios y bendice al pueblo. Él necesita un ejército de intercesores para acercar su compasión al mundo. El mundo está yendo a su destrucción, producto de vivir en pecado. Se necesita clamar a Dios para que dejen de pecar y obtengan su salvación. Esta es la tarea de la Iglesia, el gran ejército de redimidos por la gracia de Dios. Para ello, es necesario conformar equipos o ministerios de Intercesión. Estas personas deben sentir el llamado de Dios para esta tarea. Deben tener experiencia en el ministerio de la oración de intercesión. Deben estar llenas de amor, de compasión, tener el don del discernimiento y sentido común. En verdad, todos estamos llamados a interceder por otros, que necesitan nuestro amor y ayuda, al igual que Jesús. Tengamos la confianza de que, si oramos en el nombre de Jesús, él hará (Juan 14:13). Finalmente, oremos en el Espíritu, ya que Él también intercede por nosotros con gemidos indecibles (Romanos 8:26).
Qué el Señor nos ayude en el Ministerio de la Oración de la Intercesión para alcanzar a muchos que aún no conocen del amor de Dios. Amén.
Rev. Lic. Jorge Bravo C.
Copyright © 2023 Rev. Lic. Jorge Bravo-Caballero. Todos los derechos reservados.