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    CONDUCTAS PELIGROSAS

 

(2 Timoteo 3:1-6)

 

En estos tiempos muchos se preguntan por qué existe tanta maldad, guerras, matanzas, violadores, explotadores, gente perversa, etc., etc. Pareciera que estas conductas humanas de estos tiempos se han agudizado de tal manera, que hacen, que hoy en día, vivamos tiempos muy peligrosos. En todo el mundo, estas conductas se están haciendo manifiestas, sin ninguna restricción. La policía y las autoridades que tienen que ver con la seguridad ciudadana, ya no tienen control sobre las personas que practican este tipo de conductas indeseables. Hoy en día, se vive tal inseguridad que ya da miedo transitar por las calles. Ya no hay un lugar seguro, todo lugar ahora es peligroso, donde la vida corre peligro. En esta situación de peligro, vale la pena tomar en cuenta lo que el apóstol Pablo advierte a su discípulo Timoteo, después de darle unos consejos sobre la fe y el testimonio a dar como cristiano, de los peligros que tendrá que afrontar. Ya Pablo avizoraba que el carácter de las personas de malas conductas cada día irá de mal en peor. Lo que estamos experimentando, nosotros, los de este siglo, es la degeneración de la maldad, como consecuencia de dar las espaldas a Dios. A través de los siglos, Dios ha sido testigo cómo el ser humano se ha ido degradando al no querer reconocer su soberanía, y más bien dar riendas sueltas a sus instintos pecaminosos. Cuando Dios envió a su Hijo Jesucristo al mundo, lo hizo para que todas las personas dejaran de hacer lo malo, se arrepintieran, tengan vida eterna y no se pierdan. Lamentablemente, la soberbia traspasa el carácter amoroso de Dios. En consecuencia, lo que estamos viviendo es el resultado de la degeneración humana, producto del pecado.              

 

Al analizar las advertencias del apóstol Pablo, vemos que él hace un listado de las malas conductas de su tiempo, que, sin lugar a duda, son las mismas de hoy. Empieza diciendo que habrá hombres egoístas, amantes del dinero, orgullosos y vanidosos. Hablarán en contra de Dios, desobedecerán a sus padres, serán ingratos e impíos. No tendrán cariño ni compasión, andarán con chismes, no podrán dominar sus pasiones, serán crueles y enemigos de todo lo bueno. Serán traidores y atrevidos, estarán llenos de vanidad y buscarán sus propios placeres en vez de buscar a Dios. Aparentarán piedad, pero con sus conductas demostrarán lo contrario. Luego, viene el consejo de que no se haga amigo de tales personas, porque tienen la mala costumbre de meterse en cualquier casa, para engañar a mujeres pecadoras, que son incapaces de dominar sus malos deseos. Esta descripción hecha hace más de dos mil años, no estaba equivocada. Pablo no se equivocó al describir el futuro de la gente que se aparta de Dios y vive la vida como le da la gana, perjudicando a muchas personas con sus acciones. El celo de Pablo por el testimonio de Timoteo le lleva a decirle que no se haga amigo de tales personas, porque de lo contrario, se verá envuelto en problemas. Consejo vigente para todo cristiano y cristiana, hoy en día.

 

Decíamos al comienzo de esta reflexión, que en estos tiempos muchos se preguntan por qué existe tanta maldad, guerras, matanzas, violadores, explotadores, gente perversa, etc., etc. Sin duda que la respuesta es porque el ser humano se ha apartado de Dios y no quiere estar bajo su soberanía. Los salmos 14 y 53 de David describen cómo los malos rechazan a Dios; "Dice el necio en su corazón: 'No hay Dios' Se han corrompido, hacen obras abominables; no hay quien haga el bien" (Salmo 14:1; 53:1). Esto implica que existe una necedad moral, es decir, hay gente sin moralidad. La gente pecadora no cree en Dios. Es gente que tiene un estilo de vida perverso. Aquí está el meollo del problema. La gente rechaza la creencia en Dios, debido a un deseo de vivir libres de restricciones morales que Él requiere, y escapar de la culpa que acompaña la violación de sus estatutos. Pablo señala que "La ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad, porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto… de modo que no tienen excusa. …se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios… Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira" (Romanos 1:18-25).
 

Entonces, no nos debe extrañar por qué hay tanta maldad y depravación universal de la humanidad. De ahí que, debemos tener en cuenta que existen conductas peligrosas que ponen en riesgo la paz y la justicia social. Estas personas están por todo lado de nuestra sociedad, a nivel local como a nivel mundial. Su propósito es aniquilar todo lo bueno que exista y a todo aquél que lo practique. Gracias a Dios, existen cristianos y cristianas que aman a Dios y practican lo bueno en favor de aquellos que viven en situaciones críticas y de peligro. De ahí que, la gente malvada quiere desaparecer a todo creyente en Dios. Para esta gente, la Iglesia es un peligro. No debe existir, ni menos enseñar las cosas de Dios. Sin embargo, existen muchos cristianos y cristianas, que junto con personas que practican el bien en favor de los demás, están constantemente predicando del amor de Dios, luchando en favor de la vida, de la paz y de la solidaridad universal. Esta es una lucha constante. De ahí que, la Iglesia no debe cesar de predicar del amor de Dios, que por amor envío a su Hijo Jesucristo, para que todo aquel que crea en Él, no se pierda, sino tenga vida eterna.  

 

Sigamos en actitud de oración para que gente malvada se convierta a Jesucristo, puedan ser salvos y practiquen el bien, en obediencia a los estatutos de Dios. Amén.

 

Rev. Lic. Jorge Bravo C.

 

                                 


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