SER LUZ DEL MUNDO
(Mateo 5:14-16)
Jesús en el Sermón del Monte diserta sobre ser la luz del mundo, esta reflexión la encontramos en el versículo bíblico de Mateo 5:14-16: "Vosotros sois la luz del mundo. Una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos."
Todos sabemos sobre la importancia de la luz para la vida y en el sentido espiritual lo que representa: la verdad, la bondad y la presencia de Dios. De ahí que, Jesús señala la importancia de ser la luz del mundo. Desde el punto de vista físico, la luz revela y guía. Y así como la luz física nos permite ver y evitar el peligro, la luz espiritual nos guía en la verdad y nos aleja del pecado. De tal modo, Jesús es la luz original (Juan 8:12) y nosotros reflejamos esa luz en nuestras vidas.
Bien podríamos preguntarnos: ¿Cómo ser la luz en la práctica? Para llegar a eso, es necesario vivir una vida ejemplar, es decir, vivir de manera que nuestras acciones reflejen los valores cristianos. Esto incluye ser honesto, amable, justo y compasivo. Por otro lado, implica impactar en la comunidad. Al igual que una ciudad sobre un monte, nuestras acciones deben ser visibles y beneficiar a aquellos que nos rodean. Participar en obras de caridad, ayudar a los necesitados y ser un ejemplo de integridad. Para ser una luz efectiva, debemos mantener una relación estrecha con Dios a través de la oración, la lectura de la Biblia y la comunión con otros creyentes. Debemos resistir a la oscuridad, no permitir que las dificultades, el pecado o la desesperación apaguen nuestra luz. Recordar que nuestra fortaleza proviene de Dios. Eso llevaría a mantener siempre nuestra luz brillante.
En este punto, el testimonio personal es muy importante. Implica dar razón de nuestra fe, compartir el evangelio con otros. No esconder nuestra fe, sino proclamarla con valentía. Debemos ser un ejemplo a seguir. Que nuestras vidas sean un testimonio viviente de la bondad de Dios, inspirando a otros a seguir a Cristo. Por eso, es necesario examinar nuestras vidas y considerar cómo podemos ser una luz más brillante en nuestras familias, comunidades y en el mundo. Recordar que, al vivir de acuerdo con los principios cristianos, glorificamos a Dios y ayudamos a llevar su luz a un mundo necesitado.
Qué el Señor nos dé la fuerza y la sabiduría para ser verdaderas luces en el mundo, que vive en tinieblas.
Rev. Lic. Jorge Bravo C.
Copyright © 2024 Rev. Lic. Jorge Bravo-Caballero. Todos los derechos reservados.