En esta oportunidad reflexionaremos acerca de las críticas, desde cómo dar críticas de manera constructiva, hasta cómo recibirlas con humildad y sabiduría. Sobre este asunto podemos decir que diversas posiciones al respecto, aquellas críticas que son positivas, como aquellas que son negativas. Por ejemplo, hay críticas sobre el por qué se realiza algo, y hay las que se critica del por qué no se hace nada. El texto en mención nos dice: "El oído que escucha la reprensión de vida morará entre los sabios. El que tiene en poco la disciplina menosprecia su alma, pero el que escucha la corrección adquiere entendimiento." (Proverbios 15:31-32). Las Escrituras nos enseñan a tener en cuenta a saber escuchar y aceptar las correcciones, con humildad y con mente abierta.

Para empezar, daremos una definición sobre qué es una crítica. Una crítica es un análisis o evaluación de una obra, acción, idea o comportamiento, que puede ser positivo o negativo. Se basa en un examen cuidadoso de los aspectos positivos y negativos del objeto en cuestión, y se expresa a través de un juicio fundamentado. Las críticas se encuentran en diversos campos, como el arte, la literatura, el cine, la política, la gastronomía, la tarea pastoral, entre otros. Existen diferentes tipos de crítica, como la crítica constructiva, que busca ayudar a mejorar, y la crítica destructiva, que simplemente resalta los aspectos negativos sin intención de aportar soluciones.

Todos de alguna manera, en algún momento de la vida, recibimos o damos críticas. En las Escrituras encontramos momentos de críticas a diversos personajes. Tal vez las más resaltantes son las que le hicieron a Jesús los fariseos y maestros de la Ley. A Él le criticaron duramente por haber dicho que era el Hijo de Dios y que había venido para salvar al mundo. En ningún momento, reconocieron la labor que Jesús hacía en bien de la gente, en especial a los pobres, pecadores, enfermos y marginados de su tiempo.

En cuanto a las críticas, debemos darles la importancia en nuestra vida. Pueden ayudarnos en nuestro crecimiento personal. Las críticas, cuando se reciben con el corazón y la mente abierta, nos ayudan a ver nuestras fallas y áreas de mejora. Proverbios 27:17 dice: "El hierro se afila con hierro, y el hombre con el trato con el hombre. En cuanto a nuestro crecimiento espiritual, las Escrituras nos enseñan que la corrección es una forma de amor. Dios nos corrige porque nos ama y desea lo mejor para nosotros (Hebreos 12:5-6).

Ahora bien, es importante nuestra actitud que tomemos en cuanto a las críticas. Hay que saber hacerlas con amor y gracia. Colosenses 4:6 nos dice: "Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno." Ser constructivos, no destructivos. La crítica debe edificar, no destruir. Efesios 4:29 dice: "Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes." Hay que ser claros y específicos. No debemos generalizar ni atacar a la persona, sino enfocarnos en el comportamiento o acción que necesita corregirse.

En cuanto al cómo recibir críticas, debemos escuchar con el corazón abierto. No ser rápidos para defendernos o justificarnos. Santiago 1:19 nos aconseja ser "prontos para oír, tardos para hablar, tardos para airarse." Saber examinar la crítica. Preguntarnos si hay verdad en lo que se dice. Aunque la crítica venga de una mala actitud, puede haber algo de verdad que te ayude a mejorar. Por último, agradecer la corrección. Mostrar gratitud, incluso por las críticas difíciles, demostrar madurez y humildad. Proverbios 9:8 dice: "Corrige al sabio, y te amará."

Es bueno preguntarnos: ¿Cuál es el valor de las criticas? Al respecto podemos decir, que las críticas recibidas y manejadas correctamente pueden llevarnos a la transformación personal, acercándonos más a la imagen de Cristo. Cuando damos y recibimos críticas con amor y humildad, fortalecemos nuestras relaciones con los demás. Es por eso que es muy importante reflexionar sobre cómo se manejan las críticas en nuestra vida.

Que el Señor nos de sabiduría para dar y recibir críticas con el espíritu correcto. Amén.