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   LA FE VIVA Y LA FE MUERTA

(Hebreos 11:1-3; Santiago 2:14-26)

Este pasaje aborda uno de los temas más importantes de la carta de Santiago: la relación entre la fe y las obras. Santiago argumenta que la fe sin obras es inútil y está muerta, destacando que la fe verdadera se demuestra a través de las acciones. Es una fe viva.

Si revisamos la carta a los Hebreos, en especial el capítulo once, podemos notar que ahí se describe qué es la fe y cómo se desarrolla. Todos los personajes que se citan en dicho capítulo practicaron una ve viva, activa. Las acciones o las obras que realizaron, fue producto de poner en práctica su fe en Dios.

Sería bueno, preguntarnos: ¿Por qué Santiago pregunta sobre las obras con relación a la fe? Sin duda que algo estaba sucediendo con respecto a la práctica de la fe. La fe se había convertido en una situación de pasividad, sin ninguna acción concreta. De ahí que él, comienza con una pregunta clave en el versículo 14: "¿De qué sirve, hermanos míos, si alguno dice que tiene fe, pero no tiene obras? ¿Acaso puede esa fe salvarle?". Santiago establece que no basta con decir que se tiene fe si esa fe no se traduce en actos de amor y justicia. Da ejemplos prácticos, como el de una persona necesitada de ropa y comida: si solo se le ofrecen palabras de consuelo sin atender sus necesidades físicas, eso no sirve de nada (versículos 15-16).

En los versículos 17-18, Santiago dice que la fe, por sí sola, si no tiene obras, está muerta. La fe genuina debe ir acompañada de acciones. También anticipa una objeción común: que algunas personas podrían decir que tienen fe y otras que tienen obras, pero Santiago responde que la fe sin obras no es visible ni tangible.

Los ejemplos de Abraham y Rahab (versículos 21-25) refuerzan el punto: ambos demostraron su fe a través de sus acciones. Abraham mostró su fe al estar dispuesto a sacrificar a su hijo Isaac, y Rahab al esconder a los espías y ayudarlos a escapar. Estas acciones fueron la evidencia de su fe. Es decir, la evidencia de una fe viva, activa.

Finalmente, en el versículo 26, Santiago concluye con una declaración contundente: "Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta". Esto significa que la fe, si no se manifiesta en obras, está vacía y carece de vida.

Este pasaje nos desafía a vivir una fe activa, que no se quede solo en palabras o creencias internas, sino que se refleje en nuestras acciones cotidianas. Lamentablemente, hoy en día hay muchas personas, incluso los creyentes, que dicen tener fe en Dios y predican sobre ella, pero viven una fe pasiva, sin ninguna acción con relación al prójimo. Sin duda que, este tipo de fe es una fe vacía, es una fe muerta-

Roguemos al Señor para que no nos quedemos solo en el conocimiento de la fe en Dios, sino que la pongamos en práctica todos los días de nuestras vidas. Amén.

Rev. Lic. Jorge Bravo C.

 

                                 


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