HASTÍO Hastío
- pajarraco
de mis horas -. ¡Hastío!
Te ofrendo mi futuro. A
trueque de los ocios
turbios que me regalas,
mi porvenir es tuyo. No
aguzaré las ramas
de mi intelecto, grave.
No forzaré mis músculos. ¡Como
un dios, a la sombra
de mis actos - en germen,
sin realidad -, desnudo! ¡Como
un dios - indolencia
comprensiva -, en la cumbre
rosada de mi orgullo! ¡Como
un dios, solo y triste!
¡Como un dios, triste y solo!
¡Como un dios, solo y único! Señor,
¿por qué pesa mi alma?
Sus manos débiles, de niña,
¡no pueden jugar con mi alma!
La corporeidad de lo abstracto DISTANCIAS Distancias.
En la vida hay distancias. El
hombre emite su aliento,
el limpio cristal se empaña.
El hombre acerca sus labios
al espejo...,
pero se le hiela el alma. (Pero...
se le hiela el alma). Distancias.
En la vida hay distancias.
El tacto fervoroso DONCEL
PÓSTUMO Caliente
amarillo: luto
de la faz desencajada;
contraluz que es atributo
y auge de presunta nada,
muerte! Por la hundida ojera
se asoma la calavera,
ojo avizor de un secreto
que estudia bajo la piel
su salida de doncel
póstumo: don de esqueleto.
Margen En
los almendros precoces
un candoroso aleluya. Los
tomillos tienen flor
y olor de niña desnuda. Sólo
los chopos más verdes
huelen a verdes de luna. Los
vericuetos del monte
suben y quieren que suba. Como
las vides, mi agraz
siente promesas de azúcar. Los
tomillos tienen flor
y olor de niña desnuda. Sólo
los chopos más verdes
huelen a verde de luna.
Curso solar La
vida - ayer rozagante
y erguida -, bajo la angustia,
pende ya flácida y mustia,
como un despojo colgante.
Ya no es su porte arrogante
ni audaz su paso: inseguro
marcha el hombre hacia el futuro
que, a trueque del esqueleto,
le ha de entregar su secreto:
la luz del dominio oscuro.
Destierro
Venimos de la noche, de la sombra
polvorienta, del odio rescoldado
a fuego lento, por la lenta alfombra
de la ceniza -polvo, triturado
residuo de un pasado que se nombra
con un nombre pretérito y dejado
de Dios, y que, tendido, desescombra
la sombra de su sueño derrumbado.
Venimos de la muerte sobre un resto
de vida que aún arrastra en su caída
su dispensada voluntad sin puesto.
¡Polvo en el polvo del camino, huida
sin fin! Venimos de la muerte en esto
-polvo en el polvo- que llamamos vida.
Exul umbra
MAÑANA SERÁ DIOS
Esta yacija donde se desploma
noche a noche el despojo de mí mismo
no es cauce para el sueño, sino abismo
al que mi angustia de caer se asoma.
La sábana, que cubre y que no toma
la forma de mi cuerpo, en su mutismo,
sin un pliegue de amor, dice lo mismo
que mi despego y en el mismo idioma.
...Mañana será Dios, y su porfía
sacudirá, violenta, al mal dormido
con su irrupción de polvo o nuevo día.
Aquí no hay alta noche, y, tras la hora
más oscura de un cielo descendido,
se enciende el sol, de pronto, sin aurora.
La sombra desterrada
DOLOR HUMANO
Aquí en mi jaula estoy, con mi jauría
famélica. El escaso nutrimiento
de mi carne no sirve de sustento
a la voracidad en agonía
de este tropel devorador que ansía
mi cotidiano despedazamiento
y que ataraza, en busca de alimento,
mis huesos triturados, noche y día.
Pero no me lamento; no podría
dolerme yo, Señor, de mi tormento
junto a tu cruz, que blasfemar sería.
Múltiple fue tu compadecimiento
-por todos tu sufrir- ...y en mi agonía
no cabe más dolor que el que yo siento.
La sombra desterrada
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