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Estamos frente una crisis de la democracia

Estamos viviendo una crisi en la democracia



Se están sucediendo una serie de acontecimientos que pronto la sociología y después la historiografía tendrán que explicar. Yo he decidido tomar la delantera. Somos pocos los que vemos el problema real que hay debajo de esta sublevación popular.

El español tiene mentalidad conservadora, le cuesta cambiar el voto y cuando lo hace, lo hace poco a poco como si necesitara asimilar el cambio. Ya sucedió como si necesitara asimilar el cambio. Ya sucedió con los escándalos del PSOE, fue como el título de aquel libro –“El saqueo de España”-. Pero no fue sólo un saqueo de la administración pública, el PSOE hizo un referéndum para saber la opinión del pueblo sobre la posible adhesión de España a la OTAN.

Toda la vida se pasaron luchando contra la Organización del Tratado del Atlántico Norte. El referéndum debió de ser simplemente eso, un sondeo de opinión porque se comportaron como si así fuera. España entró en la odiada organización con más del 70% de la población en contra. Aquello fue una puñalada en el corazón de la incipiente democracia española, una verdadero desprecio a ella. Pero no sería ni mucho menos la única. Para rematar el asunto Javier Solana, eminente miembro del Partido Socialista Obrero Español se convirtió en líder de esta.

Aún los españoles no hemos entendido bien las ventajas de formar parte de una organización militar dirigida por un país al que los españoles nunca han considerado un amigo del mundo. Algunos pensaban que ayudaría a proteger Ceuta y Melilla de un posible ataque marroquí, pero la reciente “crisis de Perejil” ha descubierto la vergonzosa firma del PSOE que ni se preocupó por proteger los territorios más delicados de la geografía española.

Entonces ¿por qué se firmó esa tomadura de pelo?, alguna voz podría señalar que para hacer obras humanitarias pero....¡para eso no es necesario formar parte de una organización militar!.

La pregunta sigue en el aire.

El Prestige

El Prestige no es una catástrofe cualquiera, es un símbolo. Ya ha habido otras mareas negras similares pero en esta ocasión la gente reaccionó de forma diferente, ¿por qué?.

Parece que esto nadie se lo pregunta pero la situación vivida, ¿por qué la gente nada más saber la noticia va espontáneamente a ayudar unos desconocidos que en muchos casos vivían en la otra esquina del país?. Ni los propios españoles analizan lo que les sucede. Tal vez porque están acostumbrados a que esas preguntas las haga y las responda la prensa en quien parece que hayamos puesto nuestras conciencias y la base de nuestra democracia; una puesta peligrosa ya que los medios de comunicación tienen unos dueños y no siempre obedecen a intereses visibles a simple vista.

Lo cierto es que miles de personas fueron a jugarse literalmente la vida por ayudar a los damnificados, (el fuel era altamente cancerígeno). Los voluntarios se organizaron a través de ONGs, las cuales se han multiplicado desde los años 90, facultades y otros lugares donde el ciudadano podía moverse sin que el grueso del estado interviniera.

El hecho de que esto no hubiera ocurrido con anterioridad hace que esta catástrofe sea “especial”.

Los voluntarios no iban allí por una motivación simplemente altruista, o al menos la cosa no era tan simple. Fueron allí a ayudar a otros ciudadanos porque ya sabemos todos que la administración pública es, con suerte si hace algo, lenta; que para los políticos es un problema circunstancial y numérico pero no piensan en el problema humano, familiar, que eso supone. Los voluntarios fueron porque sabían que las familias gallegas viven completamente del mar y son pobres. Los voluntarios fueron allí para evitar dejar a los afectados a merced del gobierno (sea cual sea el partido que gobierne). El hecho de que los centros de “reclutamiento” de voluntarios fueran, más o menos, ajenos al estado refuerza esa hipótesis. Ya había habido muchas experiencias por el estilo, las víctimas del aceite de colza, sin justicia aún, las de la presa de Tous, lo mismo, los damnificados del petrolero Mar Egeo, sin cobrar ni un duro del estado.

El gobierno no se percibe sólo como un órgano que dirige sino también que reparte justicia cuando es necesario, es su obligación. Es un concepto de democracia, muy correcto en mi opinión, que está arraigado más en el subconsciente que en el consciente de los españoles.

La imagen del político despreocupado volvió a materializarse. Manuel Fraga durante días desapareció (después dijo que estaba cazando). Aznar dejó todo en manos de Rajoy, el cual se dedicó a mentir cuando todos veíamos por la televisión que la situación no era ni mucho menos parecida a la versión oficial.

Volvió a materializarse la imagen del político mentiroso. Pero claro está que la oposición como si de corderitos inocentes se trataran sacaron un término del nacionalismo gallego -“nunca mais”- cada uno lo tomó como más le convenía unos inocentemente y otros de forma no tan inocente; tanto en unos como en otros había un significado común –no más mentiras, no más accidentes- . Y un término más empleado derivado del gallego -“chapapote”-. Y se creó el sustantivo perfecto para el político, el “político chapapote”, pegajoso, asqueroso, apestoso, embustero, sin vergüenza... en resumen ,venía a sustituir a la tradicional –“mierda”-.

Y para el remate: Irak

El gobierno del Partido Popular ha tenido muy mala suerte, se le juntó “El Prestige” con la crisis de Irak.

Aznar vulneró desde un principio la Constitución española en el asunto de Irak desde un principio. Trabajó a favor de la invasión con un fervor que sorprendió a propios y extraños. La gente corriente sencillamente no entendía porqué al mismo país al que le habíamos enviado ayuda humanitaria ahora íbamos a declararles la guerra.

Una declaración de guerra horroriza a una sociedad que no vivía una desde la guerra civil. Pero lo peor de todo no era eso, lo peor era ver y oír cómo el ejecutivo español intentaba sin éxito tomar el pelo a sus ciudadanos como si estos fueran idiotas.

Afortunadamente lo que la mayoría de los ciudadanos desconocen es que el apoyo de Aznar a Bush es muy anterior a la crisis de Irak. Casi dos años antes, España convenció a la Unión Europea de que los soldados estadounidenses que hubieran cometido crímenes contra la humanidad debían ser juzgados en los USA. Gracias a nuestro gobierno, el de estados Unidos tiene un privilegio único: tienen una inmunidad casi absoluta en territorio comunitario, imposible, por otra parte sin la ayuda de José María Aznar. Eso lo decía “La Razón”, periódico afín al gobierno (y a los servicios de espionaje, tristemente).

El tono en le que “hablaba” Ana de Palacio “crispó”, por decirlo de una manera suave, a todo español que contemplaba aterrado su interlocución. Al final los noticiarios decidieron poner la parte más “calmada” de su discurso.

Las manifestaciones contra la guerra no las iniciaron los políticos, sino los actores en los premios Goya. La polémica saltó a la calle en el momento que medios de comunicación de derechas empezaron a desprestigiar a los artistas. Javier Barden estuvo liderando al día siguiente, frente al congreso una pequeña manifestación contra la guerra y exclamaba, -esto nos pasa por un gobierno facha-, lo decía con tanto ímpetu que en seguida empezaron las movilizaciones masivas contra al guerra. Unas movilizaciones que no se veían desde la época franquista. No importaba quien la organizase ni bajo que bandera, la gente acudía en masa. Los políticos de la oposición se sumaron a conveniencia de los votos. Pero las manifestaciones las empezaron liderando gente cuya imagen no está asociada a la política, ahí está la clave.

Los diputados del Congreso preguntaban insistentemente al gobierno si España entraría en guerra si la ONU no daba el permiso, es decir, si violaríamos las leyes internacionales. El gobierno decía que trabajarían por la ONU sin responder a la pregunta. Cuando no tenía artillería contra la que descargar abría el escabroso tema de la intervención en Kosovo cosa irritaba cada día más a la oposición. Para colmo se mueren dos periodistas, uno de ellos responsabilidad directa de los americanos.

Cuando el gobierno apoyó a Estados Unidos sin conseguir ni siquiera los nueve votos de la “dignidad” para conseguir una nueva resolución que avalara la guerra. Aun así el Partido Popular dio un ejemplo de disciplina de partido nunca visto anteriomente en este país. Tan sólo Pimentel dimitió.

La guerra empezó y los problemas internos se agudizaron. Las manifestaciones se volvieron más violentas y comenzaron las agresiones a las sedes del PP y hacia sus ministros, delegados, concejales... Un anciano que luchó en la guerra civil me dijo que la situación era mucho peor que en el año 1936 y que era más que suficiente para que el ejército se sublevara. Lo que el hombre no sabía es que también había oficiales del ejército entre las primeras manifestaciones contra la guerra.

La población estaba al frente del alzamiento, sin control, era un muchedumbre enfurecida de tantas mentiras.

El problema es que muy pocos somos los que vemos la situación tal y como es: ¿al borde del alzamiento por una guerra en un país árabe lejano?- evidentemente la situación no era tan simple.

La crisis en la democracia lleva mucho tiempo en gestación.

¿Cuántos de nosotros hemos oído decir: -todos los políticos son iguales... los políticos dicen una cosa y luego hacen otra...- son frases que hasta yo misma he repetido y las llevo escuchando desde que era pequeña. Esas frases están mostrando una crisis en el sistema; hemos pasado de decirlas sin pasión a tomarlas como una realidad verdadera y totalmente evidente. Es la “rabiosa realidad”.

Cuando éramos pequeños nos decían –la democracia es el menos malo de los sistemas... la democracia representa al pueblo... la democracia es hacer lo que diga el pueblo-. Estas dos últimas han demostrado ser totalmente falsas.

¿Por qué no sucedió lo mismo cuando el gobierno del PSOE entró en la OTAN en contra de la resolución del referéndum?

Pues porque estaba la otra alternativa, el Partido Popular. Aún había esperanza de cambiar las cosas. Ahora no, conocemos cómo son las dos alternativas que hay. Todos son iguales.

Sucede otra cosa, el ciudadano español no acostumbra a salir a manifestarse porque se siente manipulado, aún así, en los últimos tres años la gente estaba cogiendo práctica en eso de manifestarse; la LOU, el “decretazo” y por último “el Prestige”. Suficiente partir de una base caldeada, especialmente en la juventud, ya que la LOU y el decretazo les afectaba de manera directa. El hecho de que las manifestaciones contra la guerra la iniciaran los actores (gente que la mayoría considera respetable), hizo que la gente no temiera a que sus opiniones fueran utilizada a conveniencia de otros, en resumen el pueblo se tiró a la calle.

No es que los españoles hayan dejado de ser demócratas, al contrario, lo son más que nunca. Son manifestaciones de demócratas que quieren que se les de una definición de democracia más coherente y más realista.

¿Qué han demostrado estas elecciones?, nada, que no hay opciones. Simplemente que al crisis está servida y sólo hace falta una crisis económica para que el panorama estalle con consecuencias impredecibles; porque la gente no tolerará una dictadura fascista y los grupos comunistas no tienen prestigio para encabezar una revolución socialista.

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