Primeras
impresiones de Amor Real
por Maria
Elena Venant: Gran, único y tremendo error de Carla Estrada. El tema
musical. Será muy bonito pero No tiene nada que ver con una
novela de época. Como en el Manantial la entrada es deplorable
no por las imágenes que presenta sino por la musiquilla. Luego
esa primera escena en que viene el PapiFer a pleno galope en
un paisaje bañado por la luz del crepúsculo tocan una música
que parece un takeoff de los temas que Ennio Morricone hizo
para los Spaghetti Westerns, y que suena muy metálica y
moderna.
El Dr. Manuel sin apellido todavía llega a la Hacienda Santa
Rita propiedad de Don Joaquín Fuentes Guerra, el hombre que lo
engendró, pero no entra se queda en el establo esperando.
Magnificas expresiones faciales y se ve ya nada más guapo.
Corte arriba, Don Joaquín (Julio Alemán maquillado para verse
decrépito, tanto que lo confundí con Germán Robles) agoniza en
su lecho velado por Gastón Tusset (del que nunca llegamos a
saber que pito toca porque no dice una palabra), de un infiel
criado llamado Benigno (que después descubrimos es bien
maligno) y de Antonia (Chantal Andere). Antonia se acerca a la
ventana y observa a Manuel abajo. Se ve bellísima.
El cura párroco(Mauricio Herrera) le insiste a Don Joaquín, le
insta, lo amenaza, le suplica que firme un papel que
legitimiza a Manuel y lo convierte en su heredero. El viejo
finalmente lo hace. Antonia baja al patio. Una toma larga la
muestra corriendo con su falda escocesa en las manos para
llegar a donde Manuel. Un primer plano de su bello rostro
lleno de felicidad. “Señor Manuel” le dice y le anuncia que es
legitimo, que es un Fuentes Guerra, que es un millonario.
Mientras tanto en la ficticia Ciudad Trinidad, Matilde con un
vestido blanco un poco escotado en un kiosco florido esta
colgada del hocico de Adolfo (sin bigote y con uniforme).
Después de prometerse amor eterno. Ella (ahora con la cabeza
envuelta en una mantilla) corre a la iglesia a recoger a su
criada. Llegan muy apuradas a la Mansión Peñalvert donde se
cruzan con Humberto (Neto) que tiene puesto un sombrero de
chimenea sobre su larga cabellera. Solo le faltan las
antiparras azules para parecer Gary Oldman en Dracula.
Humberto hace un comentario burlón sobre como su hermanita
pierde el tiempo en la iglesia y le besa la mano con gesto
culebrino.
Adentro, el General Hilario Peñalvert (Ricardo Blume) duerme
el sueño de los benditos en un sillón, gracias a una buena
dosis de láudano. Augusta (Helena Rojo, guapisima parece
hermana de Adelita) y su hermana Ana Berta Espín) bordan y
platican. Aparece uno de los dos leitmotivs del capto, la
negativa de Matilde a contraer matrimonio. Entra Matilde
sofocada y dice que se atrasó en la iglesia.
Regresamos a la Hacienda Santa Rita. A Manuel se le permite
acceso a la recamara de su padre. El cura le pide que se
acerque. Manuel tiene un flashback a su infancia en que
Joaquín mandó a azotarlo) Se acerca, el vejete ya esta muerto.
Ha llegado el Alcalde del pueblo (Manuel “Flaco” Ibañez) un
individuo siniestro. Cuando se retira le dice a Antonia que de
dónde salió Manuel. Pregunta si es ilegitimo y añade
despectivo que Joaquín debe haberlo hecho “tumbando a alguna
india por ahí”. Antonia avergonzada nota que Manuel escucha
todo. Cuando se retira el alcalde, Manuel le dice que no se
sienta mal, que es verdad, él es el producto de una violación.
Antonia compasiva le pregunta si su madre vive. Manuel
responde que no lo sabe. Ella aprovecha de darle el pésame. El
le responde que no siente la muerte de Joaquín, que no lo
siente como padre, que no puede sentirlo ya que lo concibió
como quien toma un sorbo de aguardiente. SE acerca a Antonia y
le dice que el no es hipócrita, y que quiere que todos lo
sepan.
Ciudad Trinidad. Casino. Humberto juega y pierde. Lo observa
un corrillo formado por Fabián Lavalle, Carlos Cámara y otro
más. Un acierto de la novela es crear estos coros griegos que
nos informan y nos ilustran a través de pequeñas
conversaciones que no resultan forzadas. Comentan el vicio del
juego de Humberto, como el General nada sabe ya que Augusta
apaña a su hijo, y el segundo tema principal de la noche, la
precaria situación económica de los Peñalvert.
Día siguiente. Matilde ahora con un vestido blanco con mangas
cortas de campana y una capota haciendo juego, besa que te
besa con Adolfo. El le dice que tiene que partir con su
regimiento, una guerra es inminente. Ella le suplica que hable
con su padre y formalicen su compromiso. El le dice que debido
a su pobreza los Peñalvert no lo querrán
Hacienda Santa Rita: Manuel y su amigo Oscar Bonfiglio)
revisan los libros de la propiedad. Comentan que Don Joaquín
era muy rico, pero muy solo ya que su esposa e hijos murieron
en una epidemia de cólera. Sixto recuerda lo pobre que era
Manuel, que no tenía ni para pagar la renta. Manuel recuerda
que sus pacientes eran menesterosos que no le podían pagar sus
servicios. Manuel comenta que su gran sueño es tener una
familia, esposa e hijos. Manuel encuentra algunos desarreglos
en los libros y se los achaca a Don Ezequiel, encargado de
vender el ganado de Don Joaquín.
Sixto y Manuel parten a la ciudad a ver a Ezequiel. Sixto va
muy atildado, Manuel sigue vestido de vaquero envuelto en un
gran poncho con chambergo en la cabeza. Sixto le aconseja
comprarse ropa, vestirse de acuerdo a su fortuna. Al otro lado
de la plaza viene Humberto con su hermana. Adelita con una
falda color pergamino con alforzas azul celeste, y una
chaqueta azul celeste con cofia en los dos tonos. Manuel no
quiere arreglarse. Sixto le dice que si no lo hace no
conseguirá la esposa que desea. A un niño pobre se le cae el
cántaro que carga. Matilde corre a auxiliarlo atrayendo la
atención de Manuel. Sixto le comenta si no le gustaría una así
“para calentarle la cama”. Manuel y Sixto se burlan del
aspecto de Humberto y dicen que si Matilde anda con él por la
calle no le importa como se vea la gente
Los hermanos Peñalvert se separan. Matilde va a casa de Ramón
(Carlos Cámara)casado con su amiga Pilar (La Gina del Juego de
la Vida. Espectacular con peinado de época). Todas las amigas
de Matilde están casadas menos ella Matilde quiere que Pilar
le sirva de correo y reciba las cartas de Adolfo. Pilar,
después de un par de remilgos acepta.
Entretanto Humberto ha ido a ver al prestamista Ezequiel (el
mismo que se ocupa de las ventas de ganado de Santa Rita).
Manuel llega. Por su pobre aspecto es tratado muy mal tanto
por Ezequiel como por Humberto quien se marcha llamándolo
"“palurdo" y llevándose un nuevo préstamo para jugarlo. Manuel
interroga al usurero sobre las irregularidades en los libros y
sobre Humberto y quien él cree su esposa. Ezequiel feliz de
evitar hablar sobre el tema de los libros, le cuenta a Manuel
todo sobre Humberto, la ruina de los Peñalvert, y sobre
Matilde y los pretendientes que ha despreciado.
En un paseo por la casa que Joaquín dejase en la ciudad,
Manuel le cuenta Sixto de lo que se ha enterado. Su cínico
comenta que si Matilde es regodeona es porque no se le ha
presentado un partido con tanto dinero como Manuel.
Matilde regresa a su casa e interroga su madre sobre el estado
de finanzas de la familia. Augusta le dice que han tenido que
hipotecar la hacienda, que si la cosecha es mala la perderán y
le escupe que su única salida será que Matilde haga un
matrimonio ventajoso.
Esa noche Matilde y su tía en camisón habla de su sueño de
casarse por amor, mientras que Augusta hace otro tanto con su
esposo hablando de lo imperioso que es que Matilde se case y
se case bien. Escenas contrastantes llenas de detalles. Los
gorritos de dormir de las mujeres, La Tía y Augusta apagando
velas con un instrumento especial. Augusta aplicándose parches
de sebo en la frente para el dolor de cabeza.
Hacienda Santa Rita. Manuel recibe la visita del corrupto
alcalde. El Dr. Fuentes comenta que en los libros descubrió
que al alcalde se le pagaba un sueldo mensual para que
protegiese a la hacienda de bandidos. Supuestamente la defensa
es obligación de las autoridades que no deberían cobrar. El
alcalde le dice que el gobierno no le envía suficientes
fondos. Manuel sarcástico pregunta qué pasará si no paga “¿Le
caerán encima todos los bandidos de la región? Y termina
diciendo que se niega a pagar y correrá el riesgo. El alcalde
y Maligno están enfurecidos porque se les arruina l negociado
que tenían. El alcalde dice que esperen un tiempo y que luego
Benigno reúna a sus maleantes y le metan un susto al doctor.
Humberto juega nuevamente y nuevamente pierde.
Pasan tres meses. Matilde de blanco con corselete y faja a
cuadros rojos que le cruza el pecho lee una carta de Adolfo.
Humberto desesperado visita al usurero quien cansado que no le
paguen le pide las escrituras de la Mansión Peñalvert como
garantía de un nuevo préstamo. Humberto se va indignado
Manuel pasea en carruaje por la ciudad y divisa a Matilde
vestida de rosa viejo con parasol haciendo juego.
La Tía de Matilde le cuenta a Augusta que Joaquín murió y que
su único heredero es un hijo que nadie conocía. Al saber que
es joven, guapo y soltero a Augusta se le ocurre emparejarlo
con Matilde.
Matilde en casa de Pilar esperan carta de Adolfo. Matilde se
sorprende que Pilar (que tiene un hijo pequeño) se haya
adaptado tan bien a su matrimonio con un hombre mayor. Pilar
le dice que Ramón la cuida, la respeta y la mima. Despectiva,
Matilde comenta que eso hace un padre y habla de otro amor del
que “hace derretir la sangre”. Llega la criada triste. Otra
vez no hay carta.
A Humberto, un acreedor le da dos días para pagarle la deuda
sino lo acusara con el General
Augusta desea hacer una gran fiesta. Su esposo horrorizado le
recuerda su mal estado económico. Augusta le dice que es para
que Matilde conozca un buen partido: Manuel
Ahí quedó
Solo me resta decir que es una novela bellísima, como para
comérsela como un pastel de bodas, con diálogos y actuaciones
estupendos. Pero hasta ahora ningún personaje le gana a
Manuel. El es la historia como Juan del Diablo “ERA” Corazón
Salvaje.
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