Capitulo 41. Dos Bodas/Dos Cartas
Por: Maria
Elena Venant
SAN CAYETANO Manuel le dice a Antonia que no cree que ella pueda
sola con la Administración de las haciendas y el manejo de la
casa. Ella insiste que si, pero él le dice que tendrán que
contratar a otra persona
“Haría cualquier cosa por usted” dice Antonia mirándolo con
adoración
“Ya, Ya sé” le responde impaciente su patrón
Manuel se queda a solas y piensa en su esposa “¿Por qué no
fuiste Matilde? Te hubiera perdonado”
En la cocina, Damiana les comenta a las criadas que la Sra.
Matilde no volverá y quien manda ahora es Antonia. Les pregunta
si Rosario alguna vez les comentó haber sido amigas de la madre
de Manuel. Entra Silvano y la Nana se retira. Silvano se acerca
a Jacinta y le dice que “no haga migas con esta zopilote” y
cuando la cocinera lo interroga sobre la amistad de las Rosarios
responde “No hay nadie que sepa más de la mamacita de Manuel que
Rosario”
MANSION PEÑALVER. Esa noche Rosario le dicta a Prudencia una
carta para el Padre Urbano. Con el mismo sigilo, Matilde le
escribe a su esposo. Por separado, Prudencia y su sobrina le
piden a Ignacia que lleve las cartas al correo
BARRANQUILAS Manuel visita a su padrino quien le pide pormenores
de la muerte del General. Manuel cuenta como al exaltarse causó
la muerte de su suegro y como Matilde lo culpa También le cuenta
que Matilde no acudió a su cita
“Es tu esposa. Debiste buscarla”
“Tal vez más adelante” dice desganado Manuel
“Cometes una gran injusticia con esa muchacha y esa criatura y
Dios se cobra las deudas”
“Ya se las cobró por anticipado” dice Manuel
Antes de salir le pregunta al Padre Urbano por qué nunca le
contó que Rosario era amiga de su madre. Ahora el sacerdote
queda mudo
SAN CAYETANO Damiana regaña a su “reinita”
“Si hubieras dormido con él ahora nadie cuestionaría tu
autoridad”
“Me alegro que no sucediera” dice Antonia “Hubiese sido un
arrebato de borracho y no quiero que sea así”
“Por algo se empieza
Toñita se empluma y le pide a su nana que no le meta ideas en la
cabeza. La Urraca jura que todo lo hace por su bien
“Tenemos maneras diferentes de actuar” le dice su “reinita”
Antonia se va a la cocina y les lee la cartilla a los sirvientes
que están chismeando
“Últimamente todos aquí se han dedicado a flojear” dice y
procede a enumerar todas las cosas que están sucias, en mal
estado o desatendidas en la casa “La Sra. Matilde era demasiado
considerada con ustedes. Yo no” les dice que si no trabaja los
corre.
Sale y Silvano suelta un
“¡Ahí va la patrona!” Todos se ponen a reír.
CASA DE JOSEFINA Los hermanos de Icaza cenan. José María comenta
el apuro de Humberto por casarse
“Le arden las manos por tocar tu dinero. Vaya sorpresa que se va
a llevar”
Nerviosa Finita e dice a su hermano que desea cancelar el poder
que le dio para administrar su dinero
“¿Para qué dilapide tu dinero?” pregunta José María
“Es mi dinero” insiste su hermana
“Lo van a disfrutar tus hijos”
“¿Cuáles hijos?” grita la pobre Fea “¿Tu crees que Humberto me
va a tocar cuando sepa?”
Su hermano se preocupa, pero le encuentra rápida solución
“Tienes razón. Se lo diré cuando vuelvan del viaje de bodas” La
aconseja “Come. A ningún hombre le gusta abrazar un costal de
huesos (Mentira. Miren a Manuel como sufre por la pérdida de su
calaca)
MANSIÖN PEÑALVER. Ha pasado el tiempo. Matilde viste bata
maternal, aunque todas siguen de luto. Su madre le dice que
mejor no asista al matrimonio de Humberto puesto que al ir sin
su marido provocará habladurías. Le reitera la necesidad de
escribirle a Manuel
“Ya lo hice” dice tímida su hija
“¿Cuándo?
“Hace una semana”
“Nosotras también le escribimos al Padre Urbano” interrumpe Pru
“¿Nosotras?” Pregunta su hermana
“Bueno, yo..” dice Prudencia “A lo mejor se ablanda”
“A lo mejor” dice Mati sin muchas esperanzas
SAN CAYETANO El cartero entrega la carta en manos de la Urraca
Mayor que se la lleva a su Urraquita
“No se la vas a entregar Espero que no serás tan tonta para
hacerlo”dice la Nana.
Antonia rompe el sello y lee la carta. En ella Matilde le
recuerda a Manuel sus momentos de pasión. Le dice que como
hombre inteligente sabrá que ella no pudo fingirle ese amor.
Esto enfurece a Toñita
“¡Hasta asco me da leerla!” grita “Es una zorra”
“Es una carta muy sentida” comenta Damiana
“Llena de Mentiras” dice la administradora”
“No debe leerla” es el dictamen final de la Urraca
Toñita quema la carta con una vela.
CIUDAD SANTIAGO Boda de Catita y Adolfo. Ella en el altar le
canta el Ave María a su marido. El Capitán Solís (con la cabeza
bien planchada) llora de emoción
SAN CAYETANO El Padre Urbano visita a Manuel. Silvano le cuenta
que el Dr. Fuentes Guerra se ha refugiado en su trabajo tanto en
el hospital como en la hacienda
“¿Y no te habla de su esposa?”
“Ni el habla, ni yo pregunto”
Llega Manuel. Su padrino le anuncia que ha recibido carta de
Rosario El se niega escucharlo. El sacerdote se sorprende del
rencor que existe en el corazón de su ahijado
“No insista” gruñe Manuel “Nada de lo que dicen es verdad” Lo
único que pregunta es si sabe por qué su esposa no acudió a la
cita. Por supuesto ni las tontas de Rosario y Pru se les ocurrió
poner eso en la carta. Manuel se va enojado y Urbano se pregunta
cómo podrán componer este asunto
“Véalo” dice Silvano “Está muy ardido. A lo mejor cuando nazca
el chamaco..”
MANSION PEÑALVER. Recepción, o algo que pasa como tal, de los
esposos Peñalver. Augusta le explica a José María que Matilde
no pudo asistir por su embarazo y que tanto ella como Manuel
están en la hacienda Renato felicita a la novia que viste de
satén blanco con mantilla de encaje cruzada sobre el pecho y
lleva cofia de monja.
Rosario y su nuera preparan la canastilla del bebé. Llega una
carta para Rosario es del Padre Urbano. Matilde se la lee
“Manuel ya no es el mismo” dice la carta “Se ha vuelto duro e
intransigente Ni siquiera me ha querido oír. Dice que no le
interesa”
Yo sabía que era inútil” solloza Mati “No contestó a mi carta.
Dice que no le intereso”
Sigue la carta “Su rencor es tan grande como el amor que le tuvo
a Matilde. La decepción ha sido demasiado fuerte. Tu hijo está
sufriendo”
Mati llora “No me va a perdonar nunca”
“Si la va a perdonar” le dice Rosario “La quiere demasiado”
“Me QUISO demasiado” la corrige su nuera. Yo maté ese cariño”
En el campo, Manuel galopa velozmente seguido por un asustado
Silvano que le pide que se detenga. El Dr. Fuentes Guerra se
detiene al borde de un acantilado
“Estás como endemoniado” le dice su amigo
“Se ha de sentir muy liberada lejos de mi” dice con amargura el
médico
“¡Haz lo mismo!” le aconseja Silvano “¡Libérate!”
MANSION DE DOÑA JUANA El Capitán Solís espera a su esposa.
Comenta con Doña Juana lo linda y contenta que se veía Catalina.
La Viuda de Palafox quiere darle su regalo de bodas
“Perdone, me tengo que rehusar” le dice el esposo de su ahijada
“Bastante le debo ya”
“No sea orgulloso”
“No insista”
“Vaya, si que es terco. Acéptelo por la comodidad de Catalina”
“Se lo ruego. No me humille forzándome a aceptar” suplica Adolfo
quien promete que su esposa no sufrirá incomodidades
Baja una Catalina radiante. Su madrina la abraza y le desea que
sea muy feliz
Ay como contrasta esa felicidad con la de los esposos Peñalver.
En la puerta de su nueva casa, Betito besa la mano de su madre y
se despide de su Tía quien intenta bendecirlo, pero él la
detiene (¿Por qué hizo eso?)
Adentro hay una novia con cara de funeral
“Quite esa cara” le dice su nana “Lo peor ya pasó”
“Lo peor todavía no viene” suspira Finita
Entra su esposo y la nana se retira.
Humberto comenta lo frustrante que es que el luto les haya
impedido irse de luna de miel
Su esposa llora
“Deja de llorar. Vamos a intentar llevarnos bien” Le ofrece una
copa que ella rechaza
“¡Me vas a odiar!” gime la Fea
“Por supuesto que no te voy a odiar. La culpa es mía”
Es que no tengo dinero” solloza la Sra. Peñalver “José María me
hizo firmarle un poder. Dice que esto será nuestro castigo”
Humberto la empuja violentamente y acusa a los Icaza de haberle
tendido una sucia trampa
Su esposa llora
“Estoy harto de ti” le grita tirándola en un sillón. Sale
furioso derribando una silla.
MANSION PEÑALVER. Matilde le anuncia su madre que llegó carta
del Padre Urbano.
“Manuel no tiene intención de perdonarme. Tendremos que
acostumbrarnos a los chismes y al escándalo”
Sube la escalera sin escuchar las protestas de Augusta
“Sólo nos queda resignarnos” dice Prudencia
Augusta esta digiriendo este golpe, cuando aparece su hijo
“¿Qué haces aquí?
“Me tendieron una trampa. No voy ver ni un centavo del dinero de
Josefina”
Augusta se desmaya
Más tarde, Matilde le dice a su tía que Dios los esta
castigando. Todos, incluyéndola a ella, se han portado mal. Solo
lamenta que por su culpa sufra su hijo
Augusta en cama habla con Humberto. No puede soportar otro
escándalo
“Tienes que volver con ella”
“¿Para verle su carota todos los días?” pregunta Greñaldo “Me
muero de rabia. Yo contaba con ese dinero para mantenerlas a
ustedes”
“Estando cerca de ella puedes convencerla que revoque ese poder”
le aconseja su madre
SAN CAYETANO Sentados en la escalera están Silvano y un amargado
Manuel
“Vamos a buscarnos unas viejas” le dice su amigo “Me duele verte
así”
“Me enamoré demasiado” se lamenta Fuentes Guerra “Hubiera puesto
las manos al fuego por ella. Creí que me quería”
“Un consejo de amigo” le da Silvano “Buscate otra mujer. Un
clavo saca otro clavo
MANSION PEÑALVER: Prudencia le da una buena noticia a su
sobrina. Humberto ha aceptado regresar con Josefina. Matilde
tiene otra. Pondrán un negocio de costura. Pru se horroriza.
¿Trabajar ellas? Mati le explica que la fachada será Rosario. A
solas, Pru le hace ver a Mati que no tendrán clientes. Las
señoras están acostumbradas a vestirse con modistas finas con
nombres franceses y Rosario con esa facha..
Los Solís llegan a su nueva casa. Adolfo presenta a su mujer con
Margarita, la criada. Catalina está encantada con la casa.
Adolfo se retira al cuartel, pero promete regresar. Regresa para
la cena. El Capitán Solís en bata escocesa manda a dormir a la
criada y sube. Su esposa en camisón blanco se mira al espejo
Cuando lo siente llegar, corre a meterse en la cama y se tapa
hasta el cuello
“Creí que ya estabas dormida” dice el Capitán Solís
Le cuenta que su amigo Santiago López desea conocerla. Muy en su
papel de dueña de casa, Catalina le dice que lo traiga cuando
quiera. Adolfo se quita la bata queda en ropa interior, camiseta
y calzoncillos largos. Se mete en la cama. Su esposa se encoge
“¿Tienes miedo?” le pregunta
“Miedo, no” dice ella tímida
“Si estás muy cansada..”
Un rotundo “no” es la respuesta
“Eres tan linda. Tan dulce” la besa en la frente y las manos
mientras piensa “¡Dios, haz que me enamore de ella!”Comienza a
besarle el cuello. Como si le leyera el pensamiento, Catalina
pregunta
“¿Me quieres Adolfo? Igual que a...?”
“No hables le dice su marido besándole el cuello “Te quiero
mucho”
La besa en la boca. Ella responde a su beso
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