Capitulo 47. Dos hombres empecinados y muchas
mujeres llorando
Por: Maria
Elena Venant
AFUERA DE LA CASA SOLIS Manuel y Adolfo parecen dos perros
bulldogs
“Si mi mujer está adentro, ya sabrá para que vengo” ladra
Fuentes Guerra
“Estoy a su disposición” es el ladrido de Solís
Se decide que el duelo se llevará a cabo en el Parque de San
Agustín, el arma será pistola y el desenlace la muerte de uno de
los duelistas.
“Ahora dígale a mi mujer que salga” dice el médico. El oficial
entra y da la mitad del recado
“Manuel está afuera”
Mati se asusta “¿Se van a enfrentar? No debiste aceptar. Sólo
piensan en su orgullo. ¿No importa la angustia de Catalina y la
mía?”
“Tu marido me ofendió y yo lo ofendí a él”
Manuel afuera se está aburriendo de la demora de su mujer
“¡Ven acá!” le grita a Ignacia. Esta lo mira asustada, pero no
se mueve “¡Ven acá!” la agarra de un brazo “Anda y dile a
Matilde que si no sale, voy por ella”
Ignacia entra gritando
“Niña Mati, si no sale, el entra” Adolfo se indigna, pero
Matilde se dispone a salir
“Adolfo. Por favor Haz algo” (se refiere al duelo)
“No puedo hacer nada”
Mati sale y comienza a suplicarle a su esposo
“Desiste. Yo no valgo la pena. Tu vida vale más”
“No seas hipócrita” gruñe Manuel
Matilde persiste “Te amo. Por favor, olvidemos el pasado.
Perdóname”
“No puedo. Te has burlado de mi amor. No estoy seguro de que tu
hijo sea mío”
Manuel ofrece acompañar a su esposa a su casa
Adentro, Delfino exuda confianza en su campeón
“Te lo vas a echar y a la primera” Por Delfino, nos enteramos
que Adolfo lo fue a buscar a su pueblo. Solís le dice que lo va
a tomar como ayudante, que con toda la confusión que hay por el
cambio de gobierno, nadie buscará a un desertor llamado Delfino
Pérez, y en último caso dirán que es un homónimo
Adolfo sube a tranquilizar a su mujer. Le dice que hablo con
Manuel, le ofreció disculpas y no habrá duelo
“¿De verdad? ¿No me estas mintiendo?”
Catita agradece al cielo y dice que hay que avisarle a Mati
“El se lo dirá”
AFUERA DE LA MANSION PEÑALVER. Fuentes Guerra escolta a su mujer
hasta la puerta. Ella le lanza una última mirada de suplica y se
dispone a entrar. El la llama
“Matilde, si muero no quedarás desprotegida”
Matilde lo abraza llorando
“No Manuel. Eres mi vida. No lo hagas”
El le toma el rostro entre las manos y la besa violentamente. Se
va seguido por los gritos de su esposa que lo llama
“¡Manueeeeel!” Mati cae al suelo llorando. Ignacia la abraza
CASERON FUENTES GUERRA Llegan las Urracas
“¿La Sra. Matilde no ha vuelto?” pregunta Damiana
“Una buena noticia” le dice a Toñita cuando le dan una respuesta
negativa. Manuel no la ha perdonado. Escuchan el llanto de
Rosario que está con Silvano en el comedor y se acercan a
escuchar. Ahí se enteran del duelo. Silvano sale. Antonia le
pregunta con quien será el duelo.
“¿Para que quiere saber?”
“Silvano, yo sé que no le caigo bien, pero lo quiero” Antonia
baja el tono de voz
“Pregúnteselo a él y si quiere él se lo va a decir”
MANSION PEÑALVERT Matilde anuncia a su familia que el duelo será
al día siguiente. Humberto pregunta si Manuel sabe de armas.
Augusta está preocupada por el escándalo
“¿Estás segura de que lo has intentado todo?” le pregunta a su
hija. Prudencia la interrumpe
“Mati ha hecho lo imposible”
Augusta se levanta enojada
“Espero que ese terco no haya hecho testamento a favor de su
madre. Si fuera así no te quedaría ni el consuelo de su dinero”
CASERON FUENTES GUERRA. A Damiana le parece raro que Rosario esté
ahí y no junto a Mati. Entra Rosario y Damiana la acorrala
“¿Qué hace aquí mujer?” Y Toñita se le tira encima exigiendo
saber con quien se batirá Manuel
Antonia y Rosario no pueden verse sin irse a las manos y así las
sorprende Manuel. La Urraquita comete la desubicación de ponerse
a acusar a Rosario de faltarle el respeto
“¡Pídele perdón!” le grita Manuel lívido a su querida. Antonia
lo mira sin entender
“¡Pídele perdón a mi madre!”
“¿Tu madre?” Antonia quisiera que la tierra la tragase. Se queda
petrificada
“Estoy esperando” dice impaciente su amante
“Por favor perdóneme” dice Antonia
Manuel exige que le diga “Señora”, Antonia obedece.
“Si me permite madre” le dice Manuel a Rosario “Quiero hablar
con Antonia. Luego hablo con UD.”
Rosario sale Antonia se disculpa, le pregunta si está seguro de
que es su madre
Manuel le dice que Silvano le contó y que está seguro. Ahora no
podrán vivir juntos
“¿Me echas?”
“Por respeto a mi madre no podemos seguir viviendo bajo el mismo
techo” Le promete no desampararla, pero da a entender que su
relación ha terminando.
Antonia lo abraza y le interroga sobre el duelo. El le dice que
es con Adolfo
“¿El amante de tu mujer?”
Manuel le reitera que no la desamparara económicamente aunque
muera
Toñita desesperada se le abraza
“No me importa. ME importas tú”
Manuel le pide que se retiren y se va al despacho Antonia sigue
llorando desplomada en un sillón
MANSION PEÑALVERT Matilde le dice a su tía que siempre conservó
la esperanza que Manuel volviera con ella, pero que si él muere
se acabará todo
“Me dan ganas de interponerme entre los dos para impedir el
duelo”
“Antes que esos tercos, esta tu hijo” dice Pru escandalizada
HOTEL Damiana se le ocurre ofrecerle dinero a Adolfo Solís para
que desista del duelo. La desperada Toñita le cuenta que Adolfo
es Felipe.
“¿Cómo lo sabes?” Toñita lo dedujo de las acusaciones que Manuel
hizo ante el General Peñalvert
“Es un orgulloso. Un alzado. Ningún dinero lo va a detener
CASERON FUENTES GUERRA Silvano encuentra a Rosario muy sentadita
en el comedor esperando que Manuel la llame. El sigue encerrado
en su despacho
“¿Por qué no lo busca? UD es su mamá”
Rosario se lamenta “Nada salió como me lo había imaginado. Mi
hijo sigue lejos”
“¡Búsquelo Rosarito! Le dolió mucho lo de su mujer Necesita que
lo consuelen y quien mejor que UD”
Rosario va y tímida golea la puerta del despacho. Manuel la mira
y la abraza llorando
“Mamá”
IGLESIA Matilde y su tía han ido a rogar por un milagro
“Antes de mi boda te pedí un milagro” reza Mati “No me
escuchaste. Tú sabías mejor que yo lo que me convenía. Te doy
las gracias. Pero ahora si cúmpleme lo que te pido. Que Manuel
no muera. Hazme un milagro” En su desesperación, Matilde hace un
juramento terrible. Promete entregarle su hijo a Manuel
CASERON FUENTES GUERRA. En el despacho Rosario convence a Manuel
de que el niño es su hijo
“¿Cómo no voy a saber que la criatura es tuya? Si es igualito a
ti”
“Te creo” le dice su hijo. Rosario quiere hablar de Matilde,
pero Manuel no transige
“No mamá, no interceda por ella”
“Te quiere, sufre”
Manuel se refiere al amor de Mati como “cariño interesado”
“Puse mi alma a sus pies. Me mintió”
Rosario le suplica que haga un esfuerzo para olvidar. Su hijo le
dice que no puede
“¿Entonces que vas a hacer?”
“Nada. Le daré mi nombre al niño”
“¿No se lo vas a quitar?
“Ahora no, porque está muy chiquito, ero cuando esté más
grande…. Tengo derecho a mi hijo”
Su madre alude al duelo. Manuel se enoja. Todos están muy
seguros que él no tiene chance, pero si cree que la suerte lo
acompañará
CASA SOLIS El médico le dice a Adolfo que el mal de Catalina
está muy avanzado
“¿Qué se puede hacer?
Nada, sólo aliviar sus molestias"
“¿Cuánto tiempo le queda?
“Depende. Puede ocurrir pronto”
CASERON FUENTES Guerra Sixto acepta ser padrino de Manuel,
aunque no le parece que el duelo deba ser a muerte. Manuel le
dicta su última voluntad
“Si algo me pasa, quiero que el hijo de Matilde lleve mi nombre”
Divide sus bienes entre su hijo y Rosario. También dispone de
una pensión para Antonia hasta que ella se case.
“¿Y tu esposa?”
“Catalina Heredia no va a vivir mucho. Solís se casara con
Matilde y nada le faltará”
“No pienses esas cosas” Entonces Manuel le dice que lo deja al
criterio de Sixto, como albacea el dispondrá que ha de recibir
Matilde.
CLUB Renato y Humberto comentan lo de Adolfo
“¡Que suerte la de Solís!” dice el hermano de Pilar. Lo
perdonan, lo ascienden, se casa con mujer rica y además
tuberculosa
“Si ella muere, el será el Viudo Alegre. A menos que Manuel
tenga suerte”
Detrás de ellos entra Yves Santibáñez que les anuncia a sus
amigos militares
“Tenemos duelo” Les cuenta que Fuentes Guerra y Adolfo Solís se
batirán. No se sabe la causa, pero se rumora que es un lió de
faldas Greñaldo pone cara de desesperación. Ya comenzaron los
chismes.
CASA DEL LICENCIADO MARQUEZ Ramón contrata a un tal Abelardo
Benítez para que investigue si Manuel en realidad vendió su
ganado en Cuba.
Esa noche, nadie duerme. Rosario llora con Silvano. Haber
encontrado a su hijo sólo para volverlo a perder. Abrazado a su
esposa dormida, Adolfo cavila. Manuel insomne se levanta y mira
por la ventana, en un sillón en su casa Matilde se desvela.
Al amanecer, Adolfo se levanta, se viste y le anuncia su esposa
que hay maniobras y debe estar temprano en el cuartel. La besa.
“Te quiero mucho nunca lo olvides”.
Al bajar se despide de Delfino quien trata de darle ánimos
“Le diré a Margarita que te prepare unos chilaquiles para cuando
regreses”
Delfino quiere acompañarlo
“Prefiero que te quedes al pendiente de Catalina. Me la cuidas
Delfino”
Se dirige a la Mansión Peñalvert donde se despide de Matilde
“No te culpes” le dice “Nada de esto es por tu causa. Solo has
sido una víctima de mi terquedad” Le da la dirección de Doña
Juana para que le mande un telegrama
“En caso que muera. Ella sabrá consolarla (a Catalina)” Le besa
la mano
“Pase lo que pase, quiero que sepas que eres y serás el gran
amor de mi vida”
CASERON FUENTES GUERRA. Manuel se desayuna. Se despide de su
madre
“Quiero que sepas que estoy orgulloso de ser tu hijo”
Rosario se arrepiente de no haberle dicho antes
“Lo que cuenta es que pudimos conocernos” dice él “Hasta pronto
mamá”
“Hijo. Por favor vuelve” Lo bendice
PARQUE DE SAN AGUSTIN Manuel y sus padrinos llegan antes que
Adolfo, pero los padrinos de Solís están ahí. Revisan las armas
Sixto intenta por última vez disuadir a su amigo
“¿Por qué no te conformas con una disculpa? Unos besos robados
no valen tu vida”
“Unos besos dados con mucho gusto” lo corrige Manuel
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