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Amor Real

Capitulo 8º

Un capítulo de Fingimientos

Por: Maria Elena Venant

El General le pregunta a Mati si ama a Manuel. Esta pone cara de boba.
(Nota. No puedo evitarlo, pero me molesta este personaje. No siento ni simpatía ni empatia por ella. Por meses ocultó a su familia de sus amores clandestinos y ahora es incapaz de ocultar algo que le causaría dolor a su padre. Su comportamiento pasivo agresivo me revienta)
Don Hilario se da cuenta que Mati no ama su prometido. Le dice que le daría mucha lástima que se case por interés ya que Manuel no lo merece.

Humberto se lamenta con su madre (que viste un traje precioso de terciopelo verde hoja con aplicaciones de satén verde manzana y corsage de encaje) sobre la imposición del General. Le miente a Augusta diciéndole que fue a ver al Gobernador y este no estaba. Ya antes le dijo a Renato que había roto la carta y ni pensaba visitar al Gobernador. Augusta esta preocupada por la carta de Adolfo. Llega Renato con la carta. Mientras Augusta la quema. Humberto le cuenta sus cuitas a su amigocho que le da una solución. El va a poner un negocio de importación de telas y quiere que Greñaldo lo ayude. Augusta se lo cuenta al General que no esta muy convencido. En el club, Renato le dice a H. que todo era mentira, pero que si tiene un negocio que proponerle. H. debe casarse con Finita y Renato y el le quitaran su dinero. ¡Que par de facinerosos!

Mati toda de blanco recibe la visita del banquero que viene a saber si necesitan mas dinero. Ella se entera de que es Manuel quien ha costeado su ajuar. En la calle Augusta vestida con un dos piezas rojo ribeteado de encaje negro escucha de labios de Pru la conmovedora carta que Manuel le escribió a Matilde. Augusta dice que Mati debe escribirle y si no que Pru le escriba. Total Manuel no conoce su letra.

Al llegar a la casa, Augusta es recibida por una furiosa Mati que la acusa de mentirosa y aprovechadora. Augusta enojada dice que el dinero para el ajuar era parte de un trato que hizo con el DR. Fuentes Guerra. Mati horrorizada grita que la vendieron y Manuel la compró. Augusta le dice que todo lo hace para que “Vivas como una reina. ¡Algo que no te mereces!”. Llorando Mati dice que Manuel no la ama. Exasperada su madre le dice que el se ha enamorado de ella “¡Algo que tampoco te mereces!” Y se marcha. Matilde sigue gimoteando y acusando a Manuel de haberla comprado (¡Que pesada es esta mujercita!)

En San Cayetano, el padre Urbano celebra misa ante Manuel, Antonia y Don Gervasio, padre de esta. Hay una escena hermosa en que los campesinos ejecutan danzas delante de ellos. Gervasio le dice al almuerzo a su patrón que ya tiene vista la casa donde Manuel instalara su hospital. Este complacido dice que la institución llevara el nombre de su esposa. A Antonia se le cae el tenedor.

A solas Gervasio le dice a su hija que es instruida y que el ha ahorrado para dotarla bien, que cualquier hombre estaría feliz de casarse con ella. Antonia pegunta molesta ¿Qué hombre? ¿Un peón, un capataz?” Gervasio le nombra a una tal Sra. Amescua que la ayudaría a encontrar un buen marido. El quiere que su hija se aleje de la Hacienda antes que Manuel descubra que lo ama. Antonia le dice que ya esta olvidando ese amor.

En Ciudad Trinidad, Matilde finalmente decide responder la carta de su prometido. Comienza con “Querido” rompe la carta y comienza otra con “Estimado”. Finalmente le pone “Apreciado Manuel”. Esta carta es recibida por Antonia vestida con un traje precioso falda azul cielo, y corpiño azul marino. Ella se la entrega a Manuel. Antonia va al cuarto de su amo y mira con odio la fotografía de Mati. Antonia comienza a acariciar las sabanas de Manuel, se tiende en el lecho y besa y abraza las almohadas (¡Pobrecita!)

El General le dice a Greñaldo que tiene que cortarse las greñas y que no le cree lo del negocio de importación. Le da dos meses si no trae dinero lo echa de la casa. Desesperado, H. acepta la propuesta de Renato. Están en la calle y un hombre pasa gritando “Ladrón, Ladrón” Al parecer lo han asaltado. H. comenta despectivo “peladaje”. Renato sarcástico dice “Tenemos espectáculo callejero”.

Renato visita a Finita que l recibe de luto. Sus padres han muerto recientemente. La pobrecita esta feliz de tener un visitante. Renato le recuerda al joven que le presentó en la Plaza y le dice que H. quedó flechado” con ella. Finita no lo puede creer (soberbia actuación de Mariana Levy. Su humanidad triunfa sobre su aspecto caricaturesco) Le recuerda que ella es mayor que Greñaldo. Renato dice que eso no importa y que su amigo desea visitarla.

El General interroga a su cuñada. ¿Sabe su hija que Manuel pagó las hipotecas? Ella lo niega, pero el no le cree. Sabe que no quiere molestar a Augusta. Llega Augusta y Mati vestida de blusa de algodón blanco y falda color mantequilla. Pru les cuenta de las preocupaciones de Hilario. Augusta le dice a su hija que vaya a tranquilizar a su padre y que no le diga la verdad. La babosa de Matilde por supuesto pone tantas caras de mártir cuando su padre la interroga descubre inmediatamente la verdad. Don Hilario esta anonadado al descubrir que esa boda es un sacrificio. Mati intenta convencerlo, muy mal, de que Manuel es el hombre para ella. que la hace reír (¿Cuándo?), que tienen intereses en común como construir una escuela y hospital, que ella desea una familia, que Pilar se caso sin amor y es muy feliz. Pero claro, a cada rato lanza suspiros y dice cosas como “En la vida hay cosas que no se pueden tener”.

El pobre Greñaldo se dispone a visitar a finita. No tiene ninguna gana y Renato lo tiene que traer a rastras. Le muestra un espectáculo de teatro callejero enfrente de la casa de Josefina y le dice que ahí lo esperara. Renato lo lleva a empujones hasta la puerta. H. le dice que no lo ande jaloneando. Renato le hace entrega de una caja de bombones para Finita.

(Nota. Yo sé que esta novela, y estas escenas, las escribió CB Adams hace casi 40 años, pero a cualquiera que las ve hoy en día, inmediatamente trae a la memoria a Calderón, el Dr. Armando y Betty la Fea)

La visita es relámpago. Finita recibe muy amable al joven Peñalvert, pero mi Greñaldo no la aguanta. Después de lanzarle un par de rebuscado piropos “Ud. Es tan delicada” “Usted es tan distinguida” se levanta y se va prometiendo regresar a día siguiente.

Nazario llega a casa de los Peñalvert trayendo una planta de Orquídeas y una carta para Mati. En la carta Manuel le cuenta que su madre desapareció poco después de su nacimiento y que Joaquín fue siempre un extraño para el. He ahí su necesidad de forma una familia. No se comoa Mati no se le ablanda el corazón

En la Hacienda, el astuto Manuel tiene un plan para detener los robos de ganado. Sigue sospechando de Benigno. Le pregunta a Gervasio quien es amigo de Maligno. El administrador le dice que Nazario. Manuel dice que hay una manera de descubrirlos. Siguiendo sus órdenes, Gervasio sube el sueldo de Nazario y le nombra jefe de las cuadrillas que vigilan el ganado. Nazario no cabe en si de contento. El padre de Antonia le recuerda que si se pierden las reses, el perderá su paga y empleo. Nazario jura que ni muerto le roban una vaca, pero se pone nervioso cuando el administrador comenta que a maligno no ha de gustarle este ascenso

Ha pasado una semana y no hay forma de convencer a Greñaldo que vuelva a pisar la casa de Josefina de Icaza. Renato finalmente visita a la solterona. Finita la Fea lo recibe muy triste por el abandono de H. Renato le cuenta de los reveses económicos de los Peñalvert que traen muy atribulado a Greñaldo. La generosa Josefina ofrece prestarle a H. los 3.000 pesos que el necesita. El enredoso Renato dice que se los preste al puesto que Humberto es muy delicado y lo ofendería un préstamo de una dama. Renato corre al club con el oro extraído de la bondadosa Fea. Greñaldo besa las monedas ¡Ah patán, eso si no te da asco! ¿No?

Han pasado los tres meses. Matilde deja que le prueben su vestido de Novia. En la hacienda, Manuel sigue los preparativos ara recibir a su nueva esposa. Siempre seguido por la sombra fiel que es Antonia. Una noche, mientras Manuel toma un baño de tina, accidentalmente Antonia entra en el baño. Como el medico esta de espaldas a la puerta no la nota. Ella ve que la espada del Dr. Fuentes Guerra tiene marcas de latigazos. Impagable la expresión del rostro de Chantal donde se mezcla el amor, el horror y la piedad. Se retira sin decir palabra.

En San Juan de Ulua, Adolfo escucha de labios del comandante que están a la espera de los papeles que describan su delito para comenzar su sumario. Desalentado, el Teniente Solis le dice a Delfino, que esos papeles no han de llegar puesto que no existen. Adolfo toma una decisión, huirá o morirá en el intento.

Mati vestida de rosa pálido se pasea melancólica por el jardín cuando llega un excitado Manuel. Con tono ardiente le dice que no ha soportado estos días de ausencia la besa en las manos e impulsivamente la besa en la boca.

Los Peñalvert reciben amablemente A Manuel. En la merienda, Mati se esmera en parecer distante, y triste. Hilario y Manuel hablan de la inminente guerra entre los partidarios de Juan Álvarez (Benito Juárez) y el Gen. Baranda (Gen. Miramón). Tanto Manuel como Peñalvert apoyan la acción bélica que restaurara al poder al verdadero Presidente de la nación. A Pru le parece mal la muerte de jóvenes inocentes. A Augusta le parece mal que por la terquedad de ambos partidos, el país caiga en caos. Don Hilario las hace callar “Uds. No saben nada”. ¿Qué es eso? ¿No que era tan liberal con la opinión de las mujeres? ¿No saben nada porque están en desacuerdo con él?

Manuel y Mati salen al patio. El le pide que se tengan confianza. Ella le dice que le tiene miedo, puesto que es muy vehemente. Se refiere a sus besos. Ay hipocritona quien te conoce que te compre.