No a la propuesta de Gelvez, el Zulia es seguirá siendo parte de Venezuela, porque nos concebimos como integrantes de ese todo nacional. El asunto de ser venezolanos fue decidido por nustra generación emancipadora, cuando el 28 de enero de 1821, bajo la guía conductora del General Rafael Urdaneta, el más grande de los zulianos, decidió incorporarse a la emancipación dentro del Departamento de Venezuela, que en aquel
momento formaba parte de Colombia la grande. Luego en 1830, cuando se aprueba la muerte de Colombia la grande, nuevamente los representantes zulianos ratificaron nuestra voluntad de ser parte de Venezuela y así lo asumimos. Por lo tanto hoy no debemos meternos en una discusión sobre ese tema que nos va a quitar mucho tiempo que podemos dedicar a actuar, a participar en esta coyuntura larga de transición que vive el país en los momentos actuales.
La República del Zulia es una propuesta que ha buscado audiencia y voluntad política dentro del contexto zuliano desde hace mucho
tiempo. Precisamente a mediados del siglo XIX, otro colombiano el General Vicente Herrera, también santanderiano, propuso la conformación de una República independiente, que estaría integrada prácticamente por los mismos espacios geográficos que son asomados
por la propuesta actual. Es de hacer notar que cada vez que ocurren situaciones de alta conflictividad económica y política, esta propuesta vuelve a emerger de sus cenizas, trata de introducirse en la vida de los venezolanos y especialmente en los zulianos, como elemento de discusión política. Venancio Pulgar también intentó algo similar hacia finales de los sesenta del siglo pasado, aún cuando se circunscribía solo al Zulia.
Siempre el argumento es el mismo, el abandono oficial por parte de Caracas y Bogotá nos autorizan a crear una nueva nación para poder alcanzar el progreso y la prosperidad que nos niegan las ciudades capitales. Significa que frente a un problema de centralismo perverso la solución que proponen es la más difícil: la creación de una nación. Fácil, muy fácil. Como si los restantes miembros de las comunidades nacionales fuesen a aceptar sin ningún problema la escisión.
Realmente hay factores históricos muy importantes que nos permiten entender que la comunidad de intereses funciona en este caso. Funciona
fundamentalmente fundamentalmente en lo económico y especialmente en el circuito comercial, asunto que viene desde la Colonia, que funcionó con cierta intensidad en el siglo XIX y que hoy por acuerdos bilaterales y políticas de integración que se vienen desarrollando desde ambas naciones, se vienen restaurando esos factores históricos y económicos que realmente son comunidades de intereses. Pero hasta allí porque si nos guiamos por las afirmaciones de Gelvez, tendríamos que crear varias naciones en las fronteras comunes, aparte de las que pudieran nacer de las recien nacidas. Además tendriamos entonces pescadores en aguas revueltas.
De lo que se trata en estos momentos es de adelantar políticas de integración nacional que coincidan con las políticas de autonomía regional. Sobre este tema hemos escrito en anteriores oportunidades y en la actualidad es asunto de fundamental importancia, lo cual esperamos que se apruebe y discuta en la Constituyente, lo que nos permitiría llegar a consolidar la República Federal, garantía de Autonomía dentro de la unidad Nacional......
La Verdad, 10 de julio de 1999