La recién aprobada Constitución del Estado Zulia revive la vieja discusión sobre la autonomía de las distintas regiones del país. Pero ahora tenemos un ingrediente que antes no se había presentado: el renovado interés estadounidense por controlar los territorios productores de petróleo.
En el siglo XIX, cuando el Zulia se declaró varias veces independiente, no existía potencia alguna que tuviera interés en apoderarse de este territorio. En 1902, en ocasión del bloqueo impuesto por Inglaterra y Alemania para cobrar por la fuerza la deuda externa, dichas potencias intentaron establecer mediante la invasión militar una cabeza de playa colonial en nuestro territorio. En esa misma época (1903), los Estados Unidos promovieron un movimiento separatista en la provincia colombiana de Panamá, y apoyaron militarmente la conformación de la nueva República. La razón de fondo era su interés por construir el canal interoceánico, el cual había sido rechazado por el Congreso colombiano.
La experiencia de Panamá es algo que todo venezolano debe considerar al valorar la cuestión de la autonomía de las regiones. Más aún en el actual contexto político de polarización extrema y conspiración para sacar del poder al presidente Chávez.
La eventual independencia del Zulia es evidentemente algo más que una hipótesis dentro de la agenda del gobierno de los Estados Unidos. Eso dependerá de la evolución de los acontecimientos políticos. En los recientes discursos del gobernador del estado y del presidente del Consejo Legislativo, realizan un énfasis inusual en la valoración del gentilicio zuliano y en las pretendidas bondades de la autonomía regional. Si a eso agregamos la campaña mediática, que incluye declaraciones y artículos de intelectuales que alaban la autonomía y sugieren el separatismo, y hasta páginas en internet que proclaman al Zulia como país ("El Zulia es una nación", dice una de ellas), tenemos entonces la punta del iceberg que intereses criollos y extranjeros cocinan entre bastidores.
Si tenemos claro que a los Estados Unidos se les están agotando sus reservas de petróleo. Que por esa razón han establecido como prioridad imperial el control de los territorios en los cuales se produce petróleo, y cuyos primeros actos han sido las invasiones a Afganistán y a Irak. Que el estado Zulia contiene importantes reservas petroleras y ha sido históricamente el corazón de la industria en Venezuela. Que el Zulia tiene una historia llena de intentos separatistas en el siglo XIX y sentimiento regionalista (justificado en gran parte) en el siglo XX. Que los Estados Unidos están explícitamente interesados en la salida de Chávez del poder (de allí su interés por el referéndum). Que el mantenimiento en el poder de Chávez pudiera abrir campo a otras estrategias como el desmembramiento del país mediante la separación de territorios como el Zulia.
Si comprendemos todo esto, podremos reaccionar a tiempo para que no ocurra.
Panorama, 30 de agosto de 2003