Luego de conocer, vía coordinadora democrática, el estimado del balance de firmas recogidas en el reafirmazo, hoy día debería ya ser claro para el resto de Venezuela que el Zulia es el único lugar de este país, tan confundido en los últimos diez años, que llegó a este atolladero en la historia bién vacunado contra todo contagio de esa enfermedad crónica que mantiene sumido en el atraso a tantos pueblos de este lado del mundo, esa enfermedad que convierte a quienes la sufren en lo que Plinio Apuleyo, Carlos Alberto Montaner, y Alvaro Vargas Llosa bién denominaron el "Perfecto Idiota Latinoamericano", esa enfermedad causada por un virus mutante que convierte en cantos de sirena, en los oídos de quienes la padecen, el discurso irresponsable, incompetente y tan lleno de resentimientos y odios de alguna izquierda pre-histórica que aún existe por estas latitudes.
El contagio masivo, no así en el Zulia, se hace evidente en 1998 cuando se elige como presidente a un Rafael Caldera no apoyado tanto en un chiripero como en un cultivo mortífero del virus en cuestión, un encabezado lapidario de la época decía algo así como que Venezuela daba la espalda a tres hijos de la descentralización y elegía a un octogenario como presidente.
La enfermedad hace estragos en los noventa y arrecia su poder destructor en 1998 llegando el inefable chavez al poder. En aquel momento su capacidad mutante lo disfrazó de vacuna y enfermó aún a más gente, no así a los Zulianos. Los estragos causados por esta segunda fase de la epidemia son harto conocidos.
El Zulia le ha mostrado a este país un camino a seguir en los tiempos tumultuosos que se han vivido. La mente colectiva del Zulia ha sido consecuente con el sentido común y la lógica, el alma Zuliana ha defendido, con cada voto y con cada firma, los valores más altos de la Venezolanidad y el accionar de los Zulianos en el revocatorio contribuirá como ningún otro grupo social en este país a rescatar el camino hacia el país que siempre hemos querido.
En los tiempos por venir, el Zulia tiene que exigir; de derecho y de hecho tiene que convertirse en centro de poder alterno y convivir de tú a tú con un poder central que en la cuarta y en la quinta por temor o por arrogancia lo ha ignorado.
El tiempo del Zulia está por venir.
Enviado por E-Mail, 10 de diciembre de 2003
