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Celebración por la otra realidad Eduardo Langagne |
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Una mujer asoma su rostro a una realidad distinta es otra realidad donde podemos ver su rostro fingiendo que se asoma la luz atrapa los objetos o es el ojo quien atrapa la luz en un instante un único momento de la vida que ya no volverá como el río y sus aguas como el fluir de la luz y sus colores que no regresan nunca la palabra luz ha sido escrita y ha de escribirse algunas veces más la luz pero sólo una vez escribiremos esa luz exactamente El único momento del ojo y de la luz la coincidencia el momento atrapado en la mujer que asoma la realidad ahora es la que vemos ya no sabemos en qué momento se asomó la miramos en negro en blanco y negro en blanco ahí están sumados reunidos y mezclados todos los colores posibles de existir del universo y los colores imposibles de existir del universo y los que ya no existen y los que luego existirán .-no quiero ver colores nuevos- si aparecerán destruyendo el mundo El ángel es un ave no mujer ni hombre aunque debe perseguir nuestros malignos sueños El ángel es un ave o Eva primigenio fruto primera invitación a lo que no merece explicaciones los jóvenes se unen se juntan se reúnen en una mesa como espejo se duplican se volverán mayores y su mundo también les será inexplicable el mundo nuevo si no siguen con él en él inmersos sin ninguna distracción que los diluya en él Los instrumentos musicales viven también en esa realidad que es otra o la misma donde habita una mujer que asoma si las guitarras saben estar junto a los tristes conocen la manera también de ser alegres son finalmente como quien las tañe una misma puede ser otra con otro otra puede ser la misma La impresión de la luz en un instante del tiempo la hace estar por siempre aguardando a ese otro que la haga feliz Al final todos dicen decimos que lo único deseado es ser feliz las palabras no quieren decir nada o quieren trasmitir los sentires del hombre los pobres sólo tienen unas cuantas letras y el hombre les exige contener y expandir sus propios sentimientos y como el hombre no tiene nada más sino palabras cuando los gestos son incomprensibles rebusca en las palabras su mejor condición Sin embargo la luz no es lo único feliz de la existencia aunque puedes ver gracias a ella En las paredes escribieron la historia los profetas las palabras quedaron en los muros sus sentencias proclamas consignas y deseos en las paredes fueron expresando la historia con mayúsculas Ahora son oscuras manchas crípticas crecen nocturnamente en las ciudades ¿cuál es el tiempo en que la luz se hizo? ¿y cuál la realidad que ha quedado resaltada? entre trazos y líneas que inventan una imagen la luz y el ojo dibujaron su mundo líneas son solamente que establecen linderos marcan su territorio ferozmente con impulso animal primitivo y fecundo Porque los hombres han hecho otras historias atmósferas menos enrarecidas que el mundo que habitamos debate interminable entre la luz y la sombra y prolongaron la sombra rectificaron la luz atraparon instantes de la luz y dibujaron sombras acorralaron sombras y detuvieron los momentos luminosos que enfrente de sus ojos se movían igual que mundos nuevos y realidades otras y verdades distintas en las que también confiamos otras realidades que podemos vivir junto con ellos ya vivimos con ellos compartimos y miramos confiando en que la luz el ojo y el instante entrañablemente nos perteneces como otra realidad de nuestros sueños
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Este registro se añadió el 28 de octubre 2009
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Es Premio Nacional de Letras Ramón López Velarde, 1979, Gobierno del Estado de Zacatecas; Premio Casa de las Américas, 1980, La Habana, Cuba; Premio Nacional de Letras Gilberto Owen, 1990, Gobierno del Estado de Sinaloa; Premio de Poesía Aguascalientes, 1994. Autor entre otros libros de Donde habita el cangrejo, La Habana, Casa de las Américas, Premio 1980; Práctica de Vuelo, 1981; Para leer sobre un tambor, México, Boldó i Climent, 1986; Navegar es preciso, México, FCE, 1987; Como calles estrechas, México, UAM, Margen de Poesía, 1994; Al otro lado del mar (antología), México, Nuevo León, 1994; Cantos para una exposición, México, Joaquín Mortiz, 1995; Donde habita el cangrejo, México, UNAM, Col. El Ala del Tigre, 1996; Cebolla de cristal (narrativa), México, Castillo, 1997; XXX Sonetos, México, Ediciones Monte Carmelo, 1998; Romances anónimos (con ilustraciones de José Luis Cuevas), México, La Mano de Dios, 1999; La manzana en la cabeza, México, Verdehalago, 2000. Es director de la Fundación para las Letras Mexicanas. Otro poema del autor Una nueva canción para Juancito Caminador
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