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Paroxismo

 

 

 

Ramiro Rodríguez

 

Por ésta, por ésta que yo no fui quien destruyó su aliento, por ésta que cuando me di cuenta de su muerte, ya ella estaba inconsciente en el suelo, por ésta que no sé quién pudo hacerlo, así como así, por ésta que si lo supiera, yo mismo te diría la realidad de los hechos, por ésta que fue una acción cruel y despiadada, por ésta que fue un procedimiento que deja ver qué poca madre tienen y qué poco cerebro. Yo mismo hablé con ella esta mañana, cuando anunciaban la noticia de los policías ejecutados por la mafia en Nuevo Laredo, por ésta que algo presentía, como que una luz se iluminaba de pronto, por ésta que nunca imaginé que pudiera presentirlo, ¿cómo pude presentirlo, cómo? Por ésta que me miró a los ojos con rarísima expresión, con palabras detenidas por algún temor, indecisas por alguna duda, por ésta que no entendí lo que había detrás de su misterio, por ésta que había cierto brillo distinto al brillo de sus ojos. Y hace apenas cinco o seis minutos, por ésta que la encontré dispersa en el suelo, como si una descarga eléctrica la hubiera dejado muda, por ésta que la encontré como se encuentra a una de tantas muertas de Juárez, con esas horribles rosas rojas brotando de su boca, por ésta que la vi con esa liquidez llena de ira, por ésta que cómo iba yo a saberlo, aunque ya lo presentía esta mañana, por ésta que lo presentí cuando escuchaba la noticia sobre estafas y desfalcos en la administración de la Ciudad de México. Por ésta que el asesino se pudrirá en las llamas del infierno, por ésta que se pudrirá, se pudrirá, se pudrirá en el fuego del infierno, por ésta que aún sin conocer su rostro despiadado, algún día tocará las puertas del infierno. Y el gobierno del país queriendo, a como dé lugar, como quien dice a huevo, encontrarle un delito que hunda tras las rejas al Jefe de Gobierno, por ésta que cómo pierden el tiempo con sus pendejadas. Pero ella a quien tanto amo, por ésta que todavía no lo creo, todavía no lo creo, todavía no lo creo, aun en mil pedazos rota en la frialdad del suelo, por ésta que todavía no lo creo. Lo que creo es que un día se marchará mi asombro ante el perfecto desmadre que asfixia a mi país, por ésta que es una lentitud terrible, como si las manecillas del reloj se hubieran detenido para siempre, por ésta que me jode el silencio, por ésta que algún día sanará el padecimiento ante tanta desventura. Mira cómo sangra, pobrecita, sobre la fría dureza del suelo, por ésta que cómo fluye su miseria, su tormentosa despedida, por ésta que le daré cristiana sepultura, por ésta que lloraré su muerte y lloraré su ausencia y lloraré mi pena, aunque tenga que olvidarme del recuerdo, por ésta que, aunque no lo creas, el duelo encumbra la desgracia del momento, por ésta que tengo que vestirme de negro, porque de negro me siento por dentro. Y aunque quiera olvidarme, por ésta que no se olvida, no se olvida, no se olvida este silencio que me muerde los huesos, por ésta que el silencio me tortura, me arroja a un torbellino inédito, por ésta que me resisto a admitirlo, por ésta que me niego a creerlo. Pero qué mejor constancia quiero que verla inerte en la frialdad del suelo, como si sus ojos se hubieran ido para esconderse detrás de algún espejo, por ésta que pobrecita, mira, cómo fluye su silencio, por ésta que me duele, que me duele sin solución ni remedio ni compostura, por ésta que casi siento desmayarme, por ésta que se me escapa de mis miedos como escapan los momentos memorables, por ésta que lo lamento al vestirme de negro, pobrecita mi esperanza, mi esperanza bien querida, mi esperanza acribillada por las balas de la indolencia popular, ya sin cuerpo ni voz ni conciencia, en la fría solidez del suelo.

 

 

 

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Ramiro Rodríguez (Nuevo Laredo, 1966). Escribe poesía, cuento y ensayo. Editor. Coordina desde 2002 el Congreso Binacional “Letras en el Estuario”. Miembro del consejo editorial de la revista literaria Novosantanderino. Obtuvo el Premio Estatal de Poesía 2008 (ITCA) y el Premio Estatal de Poesía “Altaír Tejeda de Tamez” 2008 (SET). Su obra se incluye en revistas como Fronteras, Revista de la UAT y Catarsis, así como en las antologías Voces desde el Casamata (ALJA, 2010), Sueños al viento (C.C., 2010), Donde la piel canta (C.C., 2011), Me narraré hasta encontrarme (ITCA, 2012), Cuentos tamaulipecos (ITCA, 2012). Compilador de Letras en el estuario (ALJA, 2008), Río Bravo / Río Grande (ALJA, 2012), Palabra de poeta Antología de poesía sobre poesía (ALJA, 2012), Brevedad urbana Antología de microrrelato en la ciudad (ALJA, 2012) y Confusión de cuerpos Antología de poesía erótica (ALJA, 2013). En poesía, autor de Defragmentación poética (ITCA, 2007), Cosmogonía de la palabra (ALJA, 2008), Íngrima la ciudad (ITCA, 2011), Ritual de la tierra (ALJA, 2012), Tierra de sed perpetua (ALJA, 2012), Moros en la costa (Obra selecta 1992-2002) (ALJA, 2012), Poemas a propósito (ALJA, 2012), Destiempo (ALJA, 2012), Pasión de Eneas (ALJA, 2012), Minitatuajes (ALJA, 2012), Claustros (ALJA, 2012), Bagdad (ALJA, 2012), Perros nocturnos (Obra selecta 2003-2012) (ALJA, 2012) y Rosas de Castilla (ALJA, 2012). En relato, Sin oficio ni beneficio (ALJA, 2012) e Inminencia del ayer (ALJA, 2012). En teatro, Maridos maltratados (ALJA, 2013). Ventanas siderales (ALJA, 2013) es una compilación de textos publicados en diversos medios.

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Este registro se añadió el 28 de octubre 2009

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