Fray Betto
Hace política incluso el que dice que no quiere saber nada de ella. Éste, pasa un cheque en blanco a los dueños de la política vigente. No hay pues neutralidad política. Apoyar, discordar, o abstenerse, son sólo diferentes monedas políticas.
Los medios de comunicación ejercen un papel preponderante en la formación de nuestra conciencia política. Son como un ojo que mira en vez de nosotros. Y cada punto de vista es siempre la vista a partir de un punto.
Pongamos algunos ejemplos: si preguntamos a un brasileño, ¿cuál es el país que produce más films?, seguro que dirá: «Estados Unidos». Eso se debe a que las distribuidoras estadounidenses dominan el mercado cinematográfico en Brasil. Pocos saben que es la India el mayor productor mundial de films.
El 24 de febrero de 1996, dos aviones procedentes de Miami violaron el espacio aéreo de Cuba. Habiendo recibido una advertencia, se habían negado a retirarse. Inmediatamente la Casa Blanca inició una orquestación mundial encaminada a castigar a Cuba por la osadía de derribar los aviones. Ahora bien, como Cuba no dispone de una hegemonía semejante en los medios, la versión estadounidense es aceptada por muchos como «la verdad».
Intente el lector, sin embargo, invertir su mirada del hecho. Tú estás en tu casa y, de repente, dos bandidos la invaden. En una justa reacción de autodefensa, tú los abates. ¿De quién es la culpa? ¿Quién es el criminal? Por lo demás, intenta imaginar lo que ocurriría si dos aviones procedentes de la Habana invadiesen el espacio aéreo de Estados Unidos.
Más aún: imaginemos a Cuba manteniendo una base naval en un área de California. ¿Impensable, no? Sin embargo, Estados Unidos mantiene en territorio cubano la base naval de Guantánamo. ¿Y quién se indigna?
En su acción política, hoy los medios de comunicación son aparentemente menos ideológicos. Ya no buscan movilizar la opinión pública a favor de la «derecha» y contra la «izquierda». Ahora consigue hacerlo por otros métodos. Lo más habitual es la progresiva sustitución de la cultura y de la información por los programas (radio y televisión) y textos (periódicos y revistas) de mero entretenimiento. Uno pasa el domingo delante de la tele y, al final se da cuenta de que fue un simple (tele)espectador de la imbecilización ajena. En cierta forma uno también se prestó al papel de imbécil. O, al leer una entrevista, se da cuenta uno de con quién está el entrevistador, donde se viste, de cuáles son sus platos preferidos... menos de lo que piensa (si es que piensa).
Sutil, la comunicación hace política ridiculizando lo que no agrada a sus intereses y enalteciendo lo que le favorece. Ambrose Pierce definía la polémica monitoreada por las élites como «el trato de la cosa pública para provecho particular».
Conviene estar atento a lo que decía el físico de Werner Heisenberg: «El valor de una política no se mide por sus propósitos, sino por sus medios». De ahí la importancia de la democratización de los medios de comunicación posibilitando el acceso de los movimientos sociales, de modo que cada hecho pueda ser conocido en sus diferentes (y divergentes) versiones.
AveMaria (abril 96)16, São Paulo