Un buen capitán para orientar un barco en medio de una terrible tormenta

Por Luis Gilberto Murillo U.

Los tres candidatos que se disputan el cargo de gobernador del Chocó tienen cualidades que los habilita para pretender obtener una correspondiente victoria transparente en los próximos comicios electorales.

Higinio Mosquera Lozano es una persona audaz, perseverante y con capacidad de convencimiento, algo muy importante en la política moderna. Pero se vería atrapado en una gobernación con una situación poco familiar para él, dado su corto recorrido administrativo. Además, su visión del Chocó todavía tiene muchos elementos que son más del mundo del deseo y la fantasía que del mundo de la realidad posible. Adicionalmente, creo que tendría dificultades en generar amplios consensos políticos requeridos en el Chocó de hoy, debido a su estilo mordaz y polarizante.

Tengo una relación muy cordial con Carlos Escobar Córdoba, de quien puedo decir que, estará en el cuadro de liderazgo regional por largo rato, al igual que Higinio Mosquera. Claro está que creería que en este momento Carlos Escobar pudiese contribuir al Chocó mucho más desde el Senado de la República. Su visión del Chocó parecer ser no muy clara, o al menos no la ha explicitado lo suficiente, o de pronto no la conozco muy bien. En la gobernación, Carlos Escobar tendría que soportar fuertes presiones regionales que limitarían su capacidad de generación de consensos, por la transición política y de reposicionamiento de poderes por la cual atraviesa el cordobismo en este momento. Tanto Higinio Mosquera, como Carlos Escobar hacen parte de las dinastías políticas que han controlado al Chocó por los últimos treinta años casi de manera monárquica.

Del otro lado está Julio Ibargüen Mosquera a quien conozco y con quien recorrí todo el departamento en proselitismo político, presentando tesis e ideas realistas y posibles para el Chocó. Algunas de esas tesis todavía tienen vigencia, Julio representa esa parte de la población chocoana, y que es la gran mayoría, que se ha hecho palmo a palmo con el sudor y sacrificio de la lucha diaria.

De allí que me atrevo a decir que su recorrido, su visión y conocimiento del Chocó, con base en su experiencia de vida, lo hace la persona más indicada para ser gobernador en la actual coyuntura departamental. Su capacidad de liderazgo, construcción de difíciles consensos y negociación política, son incuestionables y han sido probadas en su lucha por reivindicaciones sociales departamentales y nacionales desde la organización política y sindical del magisterio departamental necesario para salvar al Chocó. Consenso este que no se limita únicamente a las fuerzas políticas tradicionales, sino que debe incluir a las expresiones emergentes de los movimientos de base de mujeres, indígenas, comunidades afrocolombianas, sindicatos, ONGs, intelectuales e independientes.

Los tres candidatos a la gobernación tienen cualidades y fortalezas que les habilitan para ejercer tan visible cargo. Sin embargo, la escogencia del titular debería estar basada en el tipo de líder que se necesita para este complejo momento

político por el cual atraviesa el Chocó. La experiencia, recorrido y creatividad del capitán y su capacidad de trabajo en equipo son clave para navegar y no naufragar en medio de la tormenta. Tratando de ser lo más objetivo posible, creo que el tipo de liderazgo ejercido por Julio Ibargüen se acomoda mejor a lo que el Chocó necesita en este momento.