Honda es la herida de mi amor al verte
en mis ojos mortales reflejada;
pero la daga más apasionada
la hunde el recuerdo, España: poseerte
es mirarte en el alma, hecha ya suerte
entrañada y total frente a la nada;
pues en tí está mi vida sustentada,
y en ti mi sangre ha de vencer la muerte.
En el recuerdo y en el pensamiento
cumpliendo voy mi vida y tu memoria.
¡Roca inmortal, límite al mar y al viento!
Hecha mi sangre verbo de tu gloria,
arrástreme tu cauce violento
hasta fundir mi sino con tu historia.