Déjame ver la risa enamorada
que entre tus rojos labios juguetea
mientras que libre y caprichosa ondea
tu cabellera al aire destrenzada.
Dame esa rosa pura y matizada
que viviendo en tu seno se recrea;
deja que toda mi ventana sea
abrasarme en la luz de tu mirada.
Eres para mi vida tan hermosa
y más que tan hermosa, tan querida,
que a tu alma vuela mi alma presurosa;
en tu seno una flor miro prendida,
cuando toquen mis labios esa rosa
entre sus hojas dejaré mi vida.