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JOSÉ LÓPEZ RUIZ.
(1906)
MUJER DE ESPALDAS
No te vuelvas, que quiero, que no quiero
ceder a mi impaciencia y si te miro,
topacio inmenso, sé que un leve giro
descubrirá el misterio por entero.
Oh columna de trigo, alto granero,
metal fundido, pálido zafiro,
no te vuelvas, que aspiro, que no aspiro
de tu caliente plata a ser platero.
Te viertes, manantial que se divide
por alfanje de sombra traspasado
y en dos grandes magnolias te conviertes,
doble acequia de luna que me impide
cruzar, para mirar del otro lado,
el carámbano doble en que te viertes.
La Palestra de Euterpe.
