rio, aludiendo a un pesado rodaje, pronunció "A hard day's night", bautizando película y canción casi sin proponérselo. "Cant buy me Love" fue un estupendo adelanto de todo esto, en Inglaterra y Estados. Unidos se catapultó al número uno instantáneamente, con pedidos anteriores de tres millones de copias. Mientras los Beatles esperaban el estreno de la película se embarcaron en una gira que les llevó por Europa, Hong Kong, Nueva Zelanda y Australia, donde la mayor multitud de su historia, 300.000 personas, los recibían en Adelaida. Después del debut de "A hard day's night", en agosto de 1964, emprendieron una nueva gira, esta vez por Norteamérica. 24 ciudades, 36.107 Km, 70 horas de viaje, se invirtieron en una interminable cadena de ruedas de prensa, actuaciones y por supuesto, histeria a punto límite. Era peligroso ser un Beatle por aquel entonces. Lennon empezaba a dar muestras de cierto hartazgo pero nada podía hacer. La recién estrenada película no hizo sino llevar la Beatlemanía a los cines, en donde se vociferaba, casi idénticamente que en sus presentaciones en directo. En octubre de 1964, después de 13 años de gobierno del Partido Conservador, éste era derrotado por el Partido Laborista bajo el liderazgo de Harold Wilson, político que enseguida tomó nota de lo ventajoso que podía ser comulgar con el mundo pop y los incluyó en la Lista de Honores de 1965, autoglorificándose. Los Beatles feron condecorados y hechos miembros de la Orden del Imperio Británico. La reacción por parte de antiguos participantes en guerras fue la devolución, en señal de protesta, de sus propias condecoraciones. La respuesta de John fue "... se supone que esto lo ganas por matar gente y cosas así, nosotros sólo divertimos a la gente, creo que nos la merecemos más... ". Aunque George opinaba desconfiado: "... no creo que se obtenga este tipo de cosa sólo por tocar Rock and Roll", Paul preguntó con ambigüedad "¿esto hace Lord a mi papá?", y Ringo dijo que él "... le limpiaría el polvo cuando fuera mayor". El 4 de diciembre fue editado su cuarto LP, "Beatles for sale". El enorme éxito de estos últimos años se reflejó inmediatamente en su riqueza, coches lujosos y casas. Y su afición a la marihuana dio enseguida paso a otras drogas más complicadas y visionarias. El LSD estaba a la vuelta de la esquina, pero los Beatles aún se divertían lo suficiente con hierba, y de paso les ayudaba a combatir el pesado trajín de ser Beatle 24 horas al día. "Beatles for sale", fue un disco tibio en comparación con "A hard day's night" y denotaba el cansancio de tanta gira y atención. Mientras "A hard..." nos mostraba a los Beatles dominando su estilo beat-armonías a la perfección, con canciones banales pero imposibles de sacar de nuestra mente por la pericia de su estructura e inspiración, "Beatles for sale", en cambio, no tenía esa chispa inescapable, canciones correctas sí, pero no obras maestras como las del disco que le precedía. Esto fue motivado en gran parte por la prisa que mostró su compañía por editar un disco para Navidad. Los Beatles se vieron obligados a echar mano de versiones de sus siempre favoritos Chuck Berry o Buddy Holly (recursos que siempre mostraron a lo largo de su carrera: el volver siempre a sus raíles en el rock y el rythm and blues americano cuando la inspiración propia menguaba) y a componer a toda prisa, mientras realizaban su gira americana. Estos contratiempos no fueron, sin embargo, tomados en cuenta por sus fans y el disco desbancó a "A hard day's night" de la cabeza de las listas. 1965, mitad exacta de la década, los Beatles son dioses, millonarios y en gran medida anunciadores de lo que ese año tomó forma: El Swinging London. El mundo de la moda, el arte, el cine, estaban articulados y respaldados por un importante trasfondo pop, convertido ya no en música solamente, sino en toda una nueva manera de sentir y vivir el mundo; la revolución juvenil había tomado las calles de las capitales del mundo vía Londres. Chicas en minifalda, chicas con melenas cada vez más largas, colorines, ruido, pop art. Resultado de todo esto es su nueva película y por consiguiente su nuevo soundtrack, quinto LP del grupo: "Help!", que salió al mercado en agosto de 1965. Los temas fueron compuestos antes de su gira americana de mediados de año, y la película, dirigida otra vez por Richard Lester, era esta vez en color y se filmó en Inglaterra, Austria y Bahamas, con aventuras al borde del surrealismo en las que Ringo es cl protagonista. Originalmente titulada "Eight arms to hold you" se le cambió el nombre para potenciar el éxito de la excelente canción que llevaba el mismo nombre. "Help!" es un LP de clara transición, su grabación les llevó a experimentar el uso de cambio de roles, con Paul tocando la guitarra solista en "Another Girl", y John el piano eléctrico a lo largo del disco, pero por supuesto la novedad más importante era la incursión de George Harrison como compositor de "I need you" y "You like me too much". Lo demás era la cada vez mayor sofisticación compositiva de las canciones y la incursión en temas no amorosos, paso notable que se expresaba claramente en una de las cimas compositivas del grupo: "Yesterday", a cargo de Paul, canción que les hizo abandonar la perfección alcanzada en el uso de estribillos plagados de "yeah", para expresarnos sentimientos más bien introspectivos y mucho más íntimos sobre el pasado, el mañana y el descontento: una melodía gentil y un piano. El éxito de "Yesterday" no fue sólo las listas y las ventas y toda la adoración, de la que ya gozaban, sino el asombro de los críticos que se apresuraron a encumbrar a los Beatles junto a genios de la música clásica, como Mozart. Se convirtió en la canción más versionada de compositor alguno, se cuentan casi 5.000. De todas maneras hay que tomar la música de "Help!" como antesala del enorme paso que darían los Beatles en su muy próximo sexto LP, que sería publicado en diciembre de 1965. "Rubber soul", compuesto a su regreso de Estados Unidos con la tranquilidad suficiente y con la fructífera experiencia de haber conocido a fondo la obra de Bob Dylan y a los Byrds, ambos importantísimos en la evolución de la música del grupo. Los Beatles, durante su estancia en la Costa Oeste, se sintieron seducidos por los logros alcanzados por el grupo más importante nacido a la sombra de la Beatlemanía: el primer LP de los Byrds mostraba un camino mágico que los Beatles no tardarían en seguir, ayudados ahora sí, por el consumo del LSD y los hallazgos de los Byrds, melodías a medio camino entre el folk y el pop, historias profundas llenas de poesía heredada de Bob Dylan, y quizás un acercamiento sin miramientos a formas más libres y algo intelectuales que en la costa Oeste de Estados Unidos se estaba gestando, al tener los grupos, los Birds, una clara procedencia universitaria. El resultado, pues, es uno de los mejores discos en la carrera de los Beatles, y eco perfecto de lo que se cocinaba culturalmente en el Swinging London y en la Costa Oeste americana. Temas buenísimos, como "Norwegian Wood", repleto de figuras herméticas pero dispuestas a cualquier significación posible, temas de amor, más bien desamor, como "Run for your life" o "Think for yourself", esta última composición de George, opiniones teñidas de ironía como "Drive my car" y la confesión existencial de "Nowhere Man", en las que Lennon muestra las cualidades literarias que nunca se atrevió a incluir en la música de los Beatles, y que quedaban perfectamente reflejadas en sus dos libros de poesía "In his own write" (1964) y "A spaniard in the works" (1965). Por su parte Paul McCartney repetía el éxito de "Yesterday" con "Michelle", aunque esta última sea la clásica balada de amor en vez del influjo existencial de la primera. Es importante apuntar la inclusión de instrumentos exóticos como el sitar, sustituyendo a la guitarra en "Norwegian Wood", como claro resultado de las conclusiones de su paseo por la costa Oeste de la mano de de Roger Mc Guinn y David Crosby de los Birds, y también, por qué negarlo, el sonido de la guitarra de George Harrison en "If I needed someone". Bob Dylan por su parte devolvió el favor del que influencia, haciendo una extraña versión de "Norwegian Waod" en su posterior LP "Blonde on blonde", transformando toda la estructura original y la letra, aspecto que disgustó a John. Lejos de negar influencia alguna, los Beatles se abrieron a todo lo que en esos momentos flotaba en el ambiente cultural de la época. Todos los domingos "The Sunday Times Magazine", era el manifiesto del ambiente de Kings Road y Carnaby Street. Páginas que la juventud de vanguardia esperaba ansiosa cada domingo, llenas de pop art y op art, fotógrafos famosos como David Hockney y Peter Blake, en suma, el momento hecho escaparate de libertad e imaginación en Inglaterra. Los únicos que podían competir con tal despliegue de glamour y color eran los Beatles. Porque ellos fueron los responsables, junto quizás a los Rolling Stones, de que Inglaterra se llenara de grupos de rock y pop buenísimos, que más tarde se conocerían a escala mundial como "La Invasión Británica": los Yardbirds, los Animals, Them, The Who, los Zombies, Manfred Mann, etc. Hordas, casi todas abanderadas del Rythm and blues pero que al intercambio de múltiples influencias se convertirían en un fenómeno irrepetible en la historia del rock, combinando innovación, notable en el caso de los Zombies y los Yardbirds, con revolucionaria diversión. Pero ninguno de estos grupos pudo competir con la fuerza y originalidad de nuestros chicos de Liverpool; todos estos grupos realizaron una notable obra pero se limitaron a una breve o más amplia explosión, no pudiendo trascender la coyuntural de la época. Los Beatles en cambio marcaron las pautas de tal coyuntura y podemos asegurar que, sin duda, nada de esto hubiera sido como fue si ellos no hubieran estado monopolizando el mercado y la opinión publica durante estos años previos. Los Beatles fueron necesarios, como la luz del sol de un día nuevo, superando cada paso anteriormente dado y sobre todo mostrando una manera de felicidad juvenil que antes de ellos era imposible, con cada gesto y opinión, y sobre todo con cada canción. Así, siendo indiscutibles dueños del mundo pop, nuestros Beatles se aprestaban a dar los pasos definitivos de esta su primera era. 1966 arranca con el éxito de "Rubber soul", ya usual en la carrera desarrollada durante estos últimos años, pero algo ha cambiado el interior del grupo, ya habían dejado de ser los cuatro chicos uniformados con cuellos altos y sano humor. Ahora no tenían reparo en sus declaraciones, sea porque su enorme fama les infundía el valor necesario para no callarse nada que quisieran decir, o sea porque el ácido les había iluminado. Repentinamente escuchábamos declaraciones en las que por ejemplo, aceptaban abiertamente su frustración como artistas: "... antes usábamos clichés, acordes que en verdad no queríamos usar, palabras que no queríamos decir, ahora ya han pasado esos días..." (John), lo cual dejaba atónita a la inmensa masa de seguidores. Pero lo más importante fue quizás la celebre profecía de, otra vez, John: "El cristianismo desaparecerá. Se desvanecerá. No tengo necesidad de discutirla, estoy en lo cierto, y se demostrará que tengo razón. Ahora somos más populares que Jesucristo... ". Se desataron a lo largo de América manifestaciones contra los Beatles, se quemaban sus discos en plazas públicas, y se prohibió su emisión radial en algunas zonas de Estados Unidos. Era lógica que la siguiente gira fuera algo peligrosa. Se embarcan para una extensa gira por lejano oriente que los llevará a Japón y Filipinas, durante la última semana de junio y la primera de julio. En Filipinas les esperaba otro desagradable incidente. En medio de una inexplicable confusión, los Beatles se convenían en el enemigo público número uno del gobierno de Ferdinand Marcos. Antes de los conciertos que darían por la tarde, los Beatles habían sido invitados por la casa presidencial a una recepción a las 11 de la mañana de ese 4 de julio. Dicha invitación no llegó a los Beatles, y ellos ignorantes de lo que supondría una negativa, decidieron no ir a la recepción cuando el coche presidencial fue a recogerlos, puesto que estaban ¡durmiendo! Enseguida el gobierno y la prensa local se aliaron para vengar la afrenta. Al día siguiente, después de las actuaciones, empezó una pesadilla. Brian Epstein tuvo que desembolsar una gran cantidad de dinero en impuestos inventados a última hora, y así y todo su salida seguía siendo complicada. En el aeropuerto una multitud de fanáticos del gobierno quería lincharlos. John, George, Ringo y Brian Epstein soportaron golpes y patadas, pensaron que los matarían, pero lograron llegar al avión milagrosamente. Paul les esperaba ileso, porque había logrado escabullirse a tiempo de la violenta situación. Repentinamente su fama se había vuelto en su contra, estaban como obligados a complacer a todo el mundo, aún a costa de ellos mismos, y esto pronto determinó la futura etapa del grupo. Entretanto, los Beatles continuaban su discografía, con un par de singles, "Paperback Writer/Rain" publicado en junio de 1966, y antecedido por "Day Tripper/We Can Work lt Out" publicado unos meses antes, en Diciembre de 1965. Ambos discos eran el cabo que uniría su anterior LP "Rubber Soul", con el nuevo larga duración que estaban preparando. Aunque en "Day Tripper" todavía se nota su dependencia de las estructuras pop clásicas Beatles, podemos ver índices de que ya nada es tan simple ni inocente. Si, era una canción de amor chico-chica pero había una carga de ironía y hasta de reproche, palpable también en "We can work it out", que más o menos nos remite a la creciente incomodidad del grupo con la fama y las fans "Paperback Writer/Rain" son un cambio totalmente ajenos a esos pequeños líos amorosos, el primero es un homenaje a Edward Lear, ídolo literario de Lennon, y una metáfora de las ambiciones literarias que ya no se preocupaba en ocultar; mientras tanto "Rain" es más libre y amorfa, jugando con las palabras y la melodía, para crear simplemente un estado de ánimo, entre melancólico y feliz, y si se permite, psicodélico, con esas guitarras subidas de volumen, y estructuras libres para la composición, algo presente en toda, o casi toda, su obra desde "Rubber Soul". En este punto, en el que la creatividad en estado más puro caminaba de lado del cada vez más urgente deseo de dejar el ajetreo de tantas giras, los Beatles empezaron a darle vida a su nueva obra, y a abrazar en secreto su decisión de dejar los conciertos, algo que no se les había ocurrido comentar ni a George Martin, ni a Brian Epstein, porque sabían que era una alternativa de muchísimo riesgo, pero que con las constantes amenazas de muerte por fanáticos de la religión, en Estados Unidos, a causa de la famosa declaración de Lennon, y ahora últimamente con los sucesos de Filipinas, era una salida lógica. Entre el 14 y el 31 de agosto de 1966 los Beatles dan la última gira de la Beatlemanía, protegidos por toda clase de medidas, viajan por Estados Unidos por última vez, con el terror de ser tiroteados en cualquiera de sus presentaciones, con el desencanto del cansancio, de las sonrisas obligadas, y de la presión de los promotores, pero con la determinación de crear algo que nadie nunca antes se había propuesto en el mundo pop. Su última actuación tuvo lugar en el Candlestick Park, San Francisco, el 29 de agosto de 1966, como presagiando el futuro de la ciudad que años más tarde se convertiría en el centro del mundo juvenil, como dando muestra de que el mañana empezaba aquí, como reafirmando, sin querer, tantas suposiciones de poderes sobrenaturales por paree de los Beatles, y en fin, despidiendo con los alzados unos años intensos y cruciales pata la cultura del planeta, años en que los jóvenes aprendieron a soñar sus propios sueños y a probar el poder de las masas, no necesariamente con fines políticos, aunque algo de eso hay por algún lado, sino el poder del sueño común, que era el corazón del movimiento juvenil del futuro, los hippies, de los que los Beatles serían más o menos padres y guías, en un constante viaje hasta el mañana. 1966 - 1968 En septiembre de 1966 sale a la venta el siguiente álbum de los Beatles, "Revolver", un trabajo ciclópeo de producción arropando melodías y ritmos novísimos, frescos y vanguardistas. George Martin se había hecho perfecto cómplice de las inquietudes del cuarteto y se acopló maravillosamente a los nuevos paisajes que ofrecía la música de "Revolver", paisajes que iban de lo clasicista a lo iconoclasta, de lo simple a lo intrincado, demostrándonos a lo largo de sus múltiples transformaciones la presencia de un amigo poderoso y diferente a todo lo que antes había sido materia prima para la inspiración del grupo: el LSD, viejo conocido y souvenir de sus recientes giras por América, y presente ya, aunque de manera tímida en algunos pasajes de "Rubber soul", era aquí en "Revolver" el protagonista. El disco se hizo dueño del futuro, su llamativa portada era un psicodélico collage de fotografías y caricaturas de John, Paul, George y Ringo, hecha por Klaus Voornan, antiguo amigo del grupo desde su época de Hamburgo. Trabajo que desplazó las propuestas del excelente fotógrafa Roben Freeman, encargado oficial de la imagen del cuarteto en la época de la Beartemanía. Freeman había realizado también un collage, pero el de Klaus Voorman fue elegido, tal vez, porque estaba lleno de sentido del humor y frescura juvenil y en definitiva era mucho más pop que el de su competidor. Robert Freeman se sintió desairado y abandonó su trabajo con los Beatles. En esta marea de cambios y metamorfosis, Brian Epstein había dejado de tener la importancia que tuvo, porque ya no había giras, ni presentaciones a la vista, aunque seguía siendo un sólido pilar y amigo, que mantenia al grupo unido a pesar de las individualidades cada vez más contrapuestas de Lennon y McCartney. Diferencias que se hicieron patentes a lo largo del disco, pero en vez de imprimir una disonancia de inspiración, le daba riqueza de horizonte. Los convencionalismos de las estructuras pop antiguas volaron por los aires, así como las historias de amor adolescente y obvio, ahora las maquinaciones y los procesos mentales y sensoriales pasaban a ser protagonistas, y si se hablaba de amor era desde otro punto de vista más profundo universal, también la existencia, la fe, y la política eran objeto de preguntas en las canciones. La libertad total de la mente se tradujo en libertad total de estructuras. El disco se abre novedosamente, con una canción de Harrison, "Taxman", gloriosamente pop, con un poderoso ritmo sincopado y un ataque directo al sistema tributario del Reino Unido, otra novedad. Era obvio que los Beatles estaban admirados de cuanta riqueza generaban para el Estado y sin quererlo, en cierta forma se sentían utilizados y comprendían muy bien el porqué de esa pomposa condecoración que se les otorgó tiempo atrás. En cambio "Eleanor Rigby" es un jardín de melancolía al cuidado de Paul, un tema profundo y eterno, clásico, con secciones de cuerda realizando barrocos ejercicios, las voces de John y Paul plenas de armonías misteriosas y la letra abriendo las puertas a recuerdos irreales y reflexiones oníricas, que poco a poco irían ganando más espacio en los temas del grupo. La cosa se reafirma con "I'm only sleeping" a carga de John, pero esta vez con un sentimiento de cansancio existencial dando forma a una canción básica, guitarra, bajo, batería, pero con una melodía poderosa e inspirada, que era la marca de Lennon, dando clima perfecto a las cavilaciones del texto. Esquema efectivo que se repetiría en "And your bird can sing", otra de Lennon, donde la melodía se nos graba en la mente sin contemplaciones, sin necesidad de arreglos excesivos ni producción extra. "Love you to" de Harrison, es un viaje a la India, con su sitar y tablas respaldando una voz espectral en obsesiva repetición. Era eco perfecto de la progresiva penetración de la música oriental, el budismo, en el mundo pop, vía Beatnicks y embrionarios Hippies de California, como alternativa a la religión occidental rígida y cucufata. "Here, there and everywhere" es un tema prístino, por parte de Paul, con una melodía dulce y acariciante que se igualaba a los bohemios trabajos vocales de grupos californianos como Turtles y Mamas and The Papas, todo color y luz y frescura, que también en cierto modo son los ingredientes de "Yellow submarine", canción cantada por Ringo y que luego se convirtió en lo que Paul y John querían que fuese, una canción para párvulos, ingenua, pero no tanto puesto quc "Yellow submarine" es el nombre de una pastilla alucinógena que circulaba par entonces. La letra está muy trabajada al estilo de los cuentos de Lewis Carroll, el autor de Alicia en el País de las Maravillas, constante en la inspiración de Lennon, llena de imágenes descabelladas y llenas de ludismo infantil. La cara A termina con la primera referencia clara al LSD, "She said She said" de Lennon, pop caleidoscópico, pleno de guitarras serpentinas y efluvios lisérgicos, compuesta, según dijo John después, en medio de un viaje de LSD, con Peter Fonda como compañero, que no paraba de repetir "Se lo que significa estar muerto" y cosas por el estilo, de ahí vienen las frases iniciales de la canción. El lado B se abría con un saludo de esperanza "Good day sunshine" en el que Paul da otra vez muestra de su eclecticismo y audacia para unir géneros, muy en la onda de San Francisco y la Costa Oeste americana, esta vez uniendo su admirado Rythm and blues con otros más. En cambio "For no one" es inconfundiblemente británica, con sus calmos y gentiles solos de viento clásico acompañando a un piano y a la voz de Paul. "Dr Robert", de Lennon, y "I want to tell you" de Harrison, son de nuevo experimentos coa el Rythm and blues, el primero combinado con juegos vocales casi corales es un homenaje al doctor que en Nueva York facilitó a los Beatles sus primeras recetas mágicas. "Got to get you in my life" es una visita al mejor Soul de la Tamla Motown, teñido de blanco por la composición de John y Paul, aunque sería Paul quien retomaría más continuamente esta vena "negra" en sus posteriores trabajos como solista. El hechizo del disco no sería el misma si no hubiera sido cerrado por "Tomorrow never knows", una advertencia, una profecía que nos mostraba lo desconocido. Nunca antes en el pop se había dado tina canción tan directamente relacionada con las drogas, ya no en la letra sino en toda la estructura, "Tomorrow never knows" y "Elcanor Rigby" eran los dos caminos diferentes por los que transcurriría el futuro de la música de los Beatles y de todo el pop en general. "Tomorrow never knows" era un saltó hacia los sentidos más ocultos, sin estructura aparente, con un ritmo casi marcial, y ráfagas de ruido y arreglos orquestales entrando y saliendo del remolino de la canción, Lennon con voz distorsionada nos invita al vacío, a los ángulos más profundos de la mente, a la muerte, al comienzo, y al amor en LSD. Atrás quedaban los años de su uniformidad inocente, de chicos modernos pero domesticados, ahora se presentaban como seres individuales, personalidades diferentes traducidas a un amplísimo panorama creativo. Era obvio que "Revolver" presentaba una riqueza imposible de ejecutar con solvencia en directo, pasaron a ser alquimistas buscando convertir sus sentimientos en el oro puro de canciones bellas y originales de cabo a rabo, completas, premonitorias. Dejaron para siempre su papel de ídolos de la histeria, además peligroso, dada la exageración de su fama hasta puntos insoportables, no eran dueños ni de sus palabras, ahí quedan como muestra las amenazas de muerte por las declaraciones honestas de John, pero sobre todo la incapacidad de plasmar sus inquietudes artísticas a su gusto desde que el ritmo nómada de sus años de constantes giras les impedía darse el tiempo y la calma necesarios para planear algo como "Revolver". Era lógico que la compañía de discos aceptase y se resignase a esa decisión dado el nivel de ventas que habían alcanzado. Ahora los Beatles se habían ganado la libertad para hacer lo que quisieran, y la iban a aprovechar. "Revolver" fue turnado coma una biblia por la nueva juventud. Ahora más comprometida consigo misma, consciente de su nuevo mundo, esta vanguardia de la juventud estaba representada por las nacientes comunidades hippies de California. "Revolver" era la perfecta música para esos días, en los que se construía el clima apropiado para la última gran contracultura. Pronto el Swinging London y su vanguardia colorista se iban a trasladar poco a poco a San Francisca, de ahí tantas referencias expresas en "Revolver" hacia California, pero no debemos olvidar nunca que los Beatles jamás intentaron renunciar a su condición de grupo eminentemente británico, y es más, hacían gala de ello en sus canciones, en sus letras, en su enfoque de la realidad, aunque sus resultados fueron al final tan universales como los amaneceres, sus paseos recién iniciados por la vanguardia musical partían y terminaban en el pop, en el ser joven en este planeta y en una determinada época, por eso nunca necesitaron travestirse, siempre fueron ellos, cuatro chicos de clase media trabajadora de una ciudad trabajadora también. Cantaban sobre lo que les gustaba y les disgustaba del mundo, y esa honestidad, ayudada y mantenida en buena parte por Lennon, y su sarcástico humor y sus ambiciones artístico literarias, fue al final lo que llevó a los Beatles a estar siempre un paso más adelante de sus colegas a ambos |
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