65.12.03 Norwegian Wood |
Norwegian Wood (Lennon/Mc Cartney) Lead vocal: Lennon I once had a girl, or should I say, she once had me. She showed me her room, isn't it good, norwegian wood? She asked me to stay and she told me to sit anywhere, So I looked around and I noticed there wasn't a chair. I sat on the rug, drinking her wine. biding my time, We talked until two and then she said, "It's time for bed". She told me she worked in the morning and started to laugh. I told her I didn't and crawled off to sleep in the bath. And when I awoke I was alone, this bird had flown. So I lit a fire, isn't it good, norwegian wood. |
Asimismo, su transición al puente de la canción: «She told me she worked in the morning» [me dijo que trabajaba por las mañanas] es tan fácil como poco ortodoxa; John se limita a deslizarse de re mayor a re menor, un pecado contra la teoría musical que él convierte en una virtud acabando el puente en sol y en la mayor, los compañeros «naturales» del re mayor original. En concordancia con el resto de la cara A de Rubber Soul, el puente de «Norwegian Wood» también resulta realzado por algunos de los contrapuntos más hermosos jamás cantados por Lennon y McCartney en conjunto y, con otro toque característico, la canción se eleva más allá de lo común por medio de un nuevo y exótico instrumento: el sitar de Harrison, sonoro y curiosamente alegre. Tal vez lo más impresionante del uso que hicieron del sitar es lo inteligente de su despliegue; los Beatles se cuidan de exagerar. En efecto, la diferencia más llamativa entre la primera toma de «Norwegian Wood» y la versión estrenada se refiere al sitar. En la toma uno (que también es ligeramente más lenta), el sitar aparece por todas partes, abrumando la guitarra durante la introducción, llenando todos los huecos no ocupados por las voces, por ejemplo, después del verso «and she told me to sit an- ywhere» [y me dijo que me sentara en cualquier parte], y en general apareciendo en exceso. Este sigue siendo el caso en la toma dos, aunque para ser justos con Harrison, a estas alturas comenzaba a tocar el instrumento. En la toma tres, alguien se había dado cuenta del problema y el sitar queda de lado durante un momento (junto a todos los instrumentos de percusión) a favor de un arreglo en el que sólo aparecen dos guitarras acústicas y el bajo de McCartney. Esta toma proporciona la perspectiva necesaria para volver a introducir el sitar en la toma cuarta y final, en la que la interpretación de Harrison ilustra admirablemente que menos es más." Desde un punto de vista poético, «Norwegian Wood» es una canción sentida, ingeniosa y, en el mejor sentido de la palabra, enigmática. La letra, que a veces es perspicaz, malvada y cómica, ofrece consideraciones acerca del cantante y del mundo. Basada aproximadamente en una aventura extramarital de Lennon, habla de una seducción mutua que no llega a ninguna parte y de paso ilumina hábilmente algunos de los cambios en las relaciones masculinas-femeninas que acompañaron la liberación sexual de los sesenta. Como burlándose de su propio machismo, a partir de los versos iniciales Lennon deja claro que el burlado es él. Después de comenzar con el casi tópico «I once had a girl» [una vez tuve una chica], se devuelve la pelota a sí mismo con la corrección brillante de «or should I say she once had me?» [< o debería decir que ella una vez me tuvo a mí?].'" Continúa con la descripción de una escena de sofisticación urbana fríamente consciente: dos jóvenes solteros se dirigen al piso de ella, aparentemente amueblado con almohadones en el suelo («I noticed there masn't a chair» [noté que no había una silla]) y maderas de Noruega: la última moda de mediados de los sesenta en Londres. Y sin embargo, debajo del barniz sofisticado, tanto él como ella vacilan en cuanto a la manera de jugar este juego nuevo. Él supone que se acostarán - después de todo, ella le pidió que se quedara - a condición de que sea lo bastante moderno como para tener paciencia conque, en lugar de tirarle los tejos de inmediato, se queda sentado, «biding my time, drinking her wine» [esperando la hora propicia, bebiendo su vino]. El momento de la verdad llega a las dos, cuando ella anuncia que «it's time for bed» [ha llegado la hora de irse a dormir]. Es ahora o nunca, y los Beatles realzan la incertidumbre de un modo exquisito llevando el sitar hacia la parte delantera, donde toca un solo mientras ella se decide. Las voces de John y Paul regresan al puente para revelar que la mujer, o bien ha interpretado la pasividad de su invitado de manera errónea, o bien se ha amilanado, porque se retrae, explicando con una risa nerviosa que por la mañana tiene que trabajar. Después de pasar la noche en la bañera, el cantante se despierta y descubre que ha cumplido con su palabra: «this bird had flozvn» [este pájaro - jerga inglesa por chica - ha volado]. Él se venga incendiando su piso, pero esto se insinúa de un modo tan oblicuo que nunca se hubiera adivinado si no fuera porque McCartney lo reveló más adelante, durante una entrevista. Al contrario, la impresión duradera provocada por «Norwegian Wood» no es la animosidad sino un remordimiento melancólico frente a las oportunidades perdidas y la falta de comunicación que impiden el contacto humano. Se trata de un tema tan atemporal como los campos de trigo en primavera y los Beatles lo evocan con una facilidad que recuerda el lamento moribundo de Van Gogh a Gauguin. Efectivamente, es difícil ser sencillo, pero la satisfacción que provoca es insuperable. Al comienzo de la toma cuarta, y final, de «Norwegian Wood», Lennon trastabilla dos veces en el rasgueo inicial de la guitarra. «Mal», se reconviene a sí mismo con suavidad después del segundo fallo, antes de lanzarse inmediatamente a un segundo intento. Esta vez hay perfección a lo largo de toda la canción y John lo sabe. Apenas ha tocado el último acorde declara, como si se dirigiera al mismísimo universo: «¡Te lo dije!. |
En «Norwegian Wood (This Bird Has Flown)», obra maestra del pop que más que cualquier otra resume los logros de Rubber Soul, se expresa un cúmulo de emociones aún más matizadas. Lo que hace que «Norwegian Wood» sea tan representativa es, en primer lugar, su notable sencillez musical. Se trata de una canción «canta conmigo» clásica y su melodía deriva de otro caso más de John Lennon «taking the easy way out» [optando por la solución más fácil, juego de palabras relacionado con la letra de «Day Tripper»], en esta instancia apoyando la mano sobre la cuerda de re y después desplazando el meñique y el índice para rasguear la melodía. (Los Beatles grabaron «Norwegian Wood» en mi mayor, pero Lennon tocó su guitarra en re mayor y alcanzó un mi mayor con una repetición.) |