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      Desde temprana edad estuve familiarizado con el concepto
   de "platillo volante", probablemente por los cómics y dibujos,
   pero no sería hasta 1960, aproximadamente, cuando leí un artículo
   de fondo sobre el tema. Me pareció perfectamente admisible que
   vinieran a visitarnos seres de otro planeta, a pesar de que no
   tuvieran el detalle de presentarse a cara descubierta.
   
      También crecí entre abundantes estampitas de la Virgen, según
   moda de la época, y algún que otro relato de apariciones marianas,
   como el de Lourdes, temas que se estudiaban normalmente en clase
   de religión. Recuerdo las preguntas que hacíamos en clase, como
   querer saber porqué era cosa de "privilegiados" y no de demostración
   pública y abierta. También preguntábamos porqué la Divinidad se
   dirigía al ser humano para darle buenas palabras al oído y no para
   actuar en defensa de los desfavorecidos por la pobreza, la enfermedad,
   las catástrofes, etc. Por falta de medios no debía ser.
   
      Obviamente las respuestas de los profesores eran simples excusas
   de su ignorancia. En todo caso, la Iglesia mimaba y daba apoyo a casi
   toda aparición que no resultara demasiado dudosa. Se hacían (y hacen)
   templos y peregrinaciones. Libros, charlas, márketing, en suma.
   Dicen que el Vaticano tiene registrados 20.000 casos de apariciones
   marianas.
   
      Era la razón de la fuerza (moral) la que mantenía en pie tal creencia,
   pero, salvo beatos, la opinión más amplia era que debería tratarse de
   alucinaciones, cuando no de montajes para reanimar la parroquia.
   
      Hasta hace pocos años yo también me inclinaba a pensar que no había
   fundamento, pero un día supe del caso de un político poco destacado pero
   del yo había oído hablar como persona seria, que afirmaba haber visto a
   la Virgen. No es que me convenciera por ser político, sino que vi su
   actitud (en TV) fugazmente y el menosprecio de los que le rodeaban.
   Algo había. Tenía que replantearme el tema. Quizá los ovnis tenían algo
   que ver, pero no entendía cómo, en realidad por falta de información.
   
      En el verano de 1998, navegando por la Red, por páginas de Croacia,
   encontré una de una gazeta religiosa (le he perdido la pista) de la que
   recuerdo el único párrafo de interés:
   "Mirko opina que las apariciones marianas las hacen los extraterrestres."

      Pero fue algún tiempo después cuando di con algo mejor en TV. Era un 
   programa sobre apariciones que pude ver parcialmente y de contenido poco
   sustancioso, excepto esta "perla":
   
      En cierta ocasión un grupo de personas de un pueblo vieron sobre el
   tronco de un árbol de un bosque cercano una imagen de la Virgen. Alguien
   quiso verla más de cerca y se aproximó, pero ocurría que él dejaba de
   verla mientras los demás seguían viéndola.
   
      A un niño del grupo se le ocurrió entrar en su casa y volver con unos
   prismáticos para verla mejor. Resultado: no se la veía.
   
      Conclusión: Los testigos no forman la imagen en su mente, sino que la
   perciben a través de los ojos. Lo que llega a su retina es luz, pero no
   procede de un punto emisor de luz directa. En algunos otros casos algunos
   testigos podían ver la imagen y otros no, encontrándose en el mismo sitio,
   lo que indica que la óptica particular de cada ojo también influye.
   
      Además, es típico de las apariciones marianas que uno o pocos testigos
   oigan lo que les dice la Virgen, mientras los demás, aunque estén cerca, ni
   se enteran, lo cual da más morbo a la cosa, porque nuestra experiencia
   cotidiana nos dice que si alguien oye algo con claridad, tiene que oírlo
   también el que está a su lado.

      Bien, aquí es donde interviene la técnica. No hace mucho (1998) se publicó en
   la prensa un amplio artículo sobre un nuevo invento: el altavoz direccional.
   Como su nombre indica, es un dispositivo que emite el sonido en una
   dirección única. Había sido realizado por un joven inventor del M.I.T.
   (Frank Joseph Pompei) que había tenido la paciencia de montar
   cientos de laminillas piezoeléctricas sobre un disco plano
   de unos 30 cm de diámetro. La idea no era realmente nueva,
   sino que ya había habido otros intentos fracasados.
   
      Las laminillas piezoeléctricas, alimentadas por un dispositivo
   electrónico adecuado, emiten un ultrasonido, cada una el suyo. El sonido
   audible se dispersa en todas direcciones, por ejemplo cuando sale de
   un altavoz normal, por lo que toda la audiencia oye lo mismo. Por el
   contrario, los ultrasonidos se propagan como la luz, en un estrecho
   pincel en línea recta.
   
      Ahora bien, nosotros no percibimos los ultrasonidos, por lo que no
   parece que el invento pueda funcionar. En realidad la suma de los cientos
   de ultrasonidos individuales tampoco debería ser audible, porque el oído
   no suma ni resta. Pero sí que funciona. El truco está en que el aire
   no se deforma "homogéneamente" bajo la energía sonora, sino que lo hace
   de forma "no proporcional". Se conoce como "acústica no lineal". Este
   fenómeno estaba previsto teóricamente pero no comprobado.

      Se ha comprobado que es posible enviar al oído de una persona dentro
   de un grupo un mensaje sonoro y los próximos no lo oyen. El producto no
   está aún en el mercado, pero tampoco es fácil que lo esté, porque para
   el sonido, tal como lo entendemos normalmente, ya se dispone de medios
   para lo que se desea.

      En cuanto a la imagen, sólo sabemos proyectar películas (o TV) o hacer
   hologramas, para limitadas aplicaciones. No hay, que yo sepa, en los
   libros de óptica nada que permita proyectar volúmenes o generar imágenes
   tridimensionales, aunque se investiga. (TV 3D)

      Pero cabría imaginar, al igual que el altavoz direccional, que unos
   haces de luz ultravioleta adecuados produzcan luz visible por el
   comportamiento no-proporcional del aire (óptica no lineal), pero ese
   efecto es muy débil. Además, la luz resultante sí se vería a través
   de prismáticos.

      Cabe pues pensar que la imagen de la aparición se forme por proyección
   de luz ultravioleta sobre la propia córnea de los ojos de los testigos,
   en cuyo caso, los prismáticos o unas simples gafas impedirían ver el
   fenómeno. Sería un haz de luz ultravioleta complejo, en frecuencias,
   fases y direcciones. En todo caso, una tecnología óptica que desconocemos.

       Podría tratarse de una técnica tipo holografía: un emisor de luz colimada
   y coherente (laser), un espejo semitransparente y el resto espejos y lentes
   a conveniencia. El espejo semitransparente daría un haz directo apuntando
   al lugar donde se sitúa aparentemente la aparición (árbol). El otro semihaz
   pasaría por un holograma previamente elaborado, para proyectarse luego
   sobre los espectadores. En la córnea se produciría la conversión de luz
   ultravioleta a visible (blanca fluorescente) de forma adecuada para ser
   interpretada como imagen en el espacio.

       También pudiera ser que no conociéramos aún toda la fisiología del ojo humano.
   Hay efectos, como el de Purkinje, que están aún por explicar. Cualquiera
   lo puede experimentar: cuando se mira a un punto luminoso rojo en una habitación
   oscura se ve un halo celeste que varía de forma y tamaño según nos fijemos
   más o menos cerca del punto rojo. No se sabe porqué una luz roja produce
   una sensación azul. Probablemente alguna interacción entre neuronas en
   nuestra retina.

      Mi conclusión es que los extraterrestres montan su numerito y nos
   observan desde un lugar próximo. El motivo no lo puedo imaginar. Tal
   vez simple diversión, o mantener una fe religiosa para una intervención
   futura, o un show turístico para habitantes de otros planetas.

      Fíjense, en vez de explicarnos su tecnología nos llenan la cabeza
   de pajaritos para que estemos ocupados en cosas improductivas. En vez
   de ayudarnos nos mantienen atrasados. Deben ser buenos amigos.

      Pero el asunto no termina aquí. Si observamos la iconografía
   católica se encuentran otros tipos de apariciones. Por ejemplo, el
   Sagrado Corazón. No sé mucho del tema, pero según parece no es una
   imagen, sino que se le ve con presencia física.

      Siempre pensé que era una figura poética que mostraba el gran corazón
   de Cristo, hasta que llegué a oir, a una señora de buena presencia
   y saludable, de abierta personalidad, que ella misma había visto dos
   veces a esa persona. Al pronto me pareció que estaba fabulando, quizá
   con el propósito de captar adeptos para alguna secta, y le comenté que
   le podía interesar el tema a otra persona, como así fue. Yo me desentendí
   pero recuerdo la situación.

      Dándole vueltas al tema, he llegado a la conclusión de que puede que
   tal persona exista realmente. Se trataría de un humano que habría nacido en
   "cautividad". Hay niños que nacen con el corazón fuera del pecho. Se les
   opera inmediatamente poniéndoselo en su sitio y luego quedan bien.
   Son personas normales. Pero en otro lugar, quizá sin gravedad o sin medios
   médicos adecuados, podría ocurrir que esa persona creciera tal como nació
   y ser viable en unas condiciones adecuadas. Incluso ser longevo y haber
   visitado la Tierra en varias ocasiones a lo largo de los siglos.

      En resumen, son muchas las cosas extrañas que no nos son contadas como
   debieran serlo. Hay ignorancia, intereses y menosprecio, entre nosotros
   mismos y de "ellos" hacia nosotros. No podemos esperar sinceridad ni
   generosidad ni nada de nada. No podemos esperar de "ellos" ni más ni menos
   que las mismas cosas despreciables que nos hacemos a nosotros mismos:
   engaño, abuso, prepotencia y oscurantismo.

      En cualquier caso, creo que debemos una disculpa a aquellos que
   nos han participado honestamente sus visiones y no les hemos sabido
   comprender.
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