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Parte V: Girando

Capítulo 23 - Héroes y Leyendas

Las siguientes semanas a bordo de la nave fueron algo tumultuosas. Durante una batalla el 8 de Agosto de 2010, Max Sterling añadió otro capítulo a una historia que ya era leyenda. Aunque seria difícil superar una hazaña como la que realizo cuando estaba atrapado como un huésped no deseado a bordo del crucero Zentraedi (durante su corta estancia en la lista de "Perdido, probablemente muerto" en Junio)- escondido bajo un uniforme Zentraedi junto a su Veritech- nada de lo que hiciera Max nos podía sorprender, y este día no era la excepción.

Durante un ataque a la fortaleza, Max Sterling y Ben Dixon salieron como parte del comité de bienvenida en defensa de la gigantesca nave. Dirigidos por el gran Roy Fokker, los adversarios de ese día estaban compuestos casi en su totalidad por el mortal Queadlann Rau. Mientras la batalla hacia erupción, mi escuadrón se mantuvo en alerta sobre la cubierta de vuelo, preparados para salir al primer aviso.

Zentraedi Quaedlann-Rau Powered Armor Suit

El ataque del enemigo era preciso y seguro, y nuestras perdidas eran tremendas. Nunca antes habíamos visto una fuerza tan poderosa como esta, y en cuestión de minutos, cuatro de los pilotos mas experimentados del SDF-1 estaban muertos o heridos, incluyendo a Roy Fokker. Mientras Max los perseguía, uno de los Queadlann Raus se dirigió al SDF-1. El Tte. Carr, Plog y Sprabary, junto a mi equipo, salimos para interceptar al caza enemigo. Les tomo doce segundos a las catapultas para lanzarnos a los seis en el aire, pero el intento fue en vano -ni tuvimos tiempo de levantar el tren de aterrizaje antes de que la nave Zentraedi volara dentro de una de las escotillas de suministro del SDF-1. Aunque el Cap. Gloval había ordenado sellar las escotillas, la orden no se realizo a tiempo para prevenir que la nave enemiga entrara. Peor aun, la decisión de cerrar las escotillas casi previno que alguno de nosotros pudiéramos entrar para detenerlos.

Aquí entra el inimitable Max Sterling. Mientras las puertas se cerraban, Max entro por la escotilla sin espacio de margen. (Inspección a su caza mostraría que el margen de error era, de hecho, cero -la pintura de las partes superiores de sus estabilizadores las había rayado por las compuertas). Mientras el Queadlann Rau hacia destrozos por toda la ciudad, Max lo perseguía. El caza enemigo voló hasta el centro de Ciudad Macross, derrumbando edificios, acribillando señales y postes, y generalmente causando un gran desastre. Con la precisión, que era su marca, Max tranquilamente se alineo con su enemigo y bajo su mira descargo su GU-11. Una docena de disparos bien colocados golpearon la nave acorazada y la pusieron fuera de balance, golpeando contra las calles, torciendo el pavimento. El caza alienígena absorbió una tremenda carga de daño, y el que no haya explotado deja un gran testamento de la dureza de su diseño.

Plagado de agujeros, el Queadlann Rau se levanto lentamente y se encaro al Battloid de Max, cañón a su lado, como un pistolero del Viejo Oeste. Una escotilla superior se abrió, y el alienígena, sin deseos de continuar el combate, hizo un brinco salvaje hacia el techo, dejando una gran cantidad de misiles en su huida. Max lo persiguió hasta que se le ordeno regresar a la base, y la fuerza de ataque alienígena se retiro tan rápidamente como había aparecido.

Para nosotros, la batalla no fue mas que una gran victoria. Dos de cada siete cazas que habían salido, fallaron al regresar a la nave, y una buena parte de los que regresaron estaban en malas condiciones. Roy Fokker estaba seriamente herido y fallecería como consecuencia de las heridas sufridas en el combate de hoy. Otros dos pilotos de alta jerarquía habían muerto y un tercero -Oficial Ejecutivo de la Ala Prometeus- gravemente herido, convirtiendo al Tte. Carr el piloto de en jefe a bordo de la nave. Con la perdida de tantos de nuestros aviadores de alta jerarquía, Carr fue promovido a Teniente Comandante y se le dio el comando del Grupo Aéreo del Prometeus -y como aviador senior, se convirtió en el Comandante del Grupo Aéreo Senior (SCAG), al mando de los Grupos Aéreos Prometeus y SDF-1. Nuestro escuadrón repentinamente brincó a ser prominente y nuestra carga de trabajo se duplico mientras tomábamos las misiones más importantes.

Aunque el LCDR Carr todavía podía volar con nuestro escuadrón, el Tte. Plog se convirtió en nuestro Comandante de Escuadrón. El 2Tte. Ray se convirtió en el nuevo Oficial Ejecutivo y el "Ogro" Sprabary se convirtió en nuestro oficial de Enlace. Waylan, Josh y yo fuimos promovidos a Sargento y yo fui colocado en la posición de Oficial de Operaciones. "Notso" Wise también fue promovido a Sargento, colocado como Oficial de Seguridad -un trabajo que Waylan Y Josh declinaron, habiendo escogido quedarse conmigo. De haber aceptado la oportunidad, hubiera sido un gran avance en su carrera, y estaba profundamente conmovido por sus gestos desinteresados -sin mencionar que estaba extremadamente agradecido por mantener a los dos. Ellos habían protegido mi cola intachablemente misión tras misión, y la sinergia que se había formado entre nosotros era de un segundo a ninguno. Volar con nuevos hombres ala hubiera sido altamente desconcertante

Como se veía, las cosas se redujeron a la velocidad de un caracol. Excepto por la ocasional intromisión aérea por parte de una fuerza de reconocimiento enemiga, los siguientes diez días pasaron casi sin novedades. Todo eso cambio el 19 de Agosto de 2010, aunque, cuando los eventos eran de una naturaleza mas seria, tomaban el escenario principal.

Habia despegado junto con el LCDR Carr como escolta para una misión RATA Ojo de Gato. Nuestro objetivo era sondear los limites superiores de nuestra atmósfera, en un intento de medir la fuerza y localización de las fueras Zentraedi que se encontraban orbitando el planeta. El sistema de radar del SDF-1 una vez mas estaba caído, y los Ojos de Gato estaban realizando misiones RATA regularmente.

La misión paso sin ninguna novedad. El Ojo de Gato reunió una fortuna de información valiosa y nos dirigíamos de regreso a la nave con la satisfacción que sigue a un trabajo bien hecho. Mientras descendíamos del cielo oscuro, la curvatura de la Tierra se distinguía desde nuestra altitud, todo parecía estar en orden. Mientras pasábamos de los 35,000 pies, el cielo estaba en calma, claro y azul y los rayos del sol proporcionaban una calidez confortante que trajo a mi mente los despreocupados días de verano de mi juventud. Había nacido para hacer esto y disfrutaba de la maravilla del momento. Pense en Beki y el saber que me convertiría en padre. Una sonrisa surgió en mi cara. Era un maravilloso día para estar vivo.

Mi GAPS me mostró que faltaban 700 millas y acababa de acomodarme para la ultima parte de nuestra misión cuando el Tte. Carr hizo una llamada que ocasiono que el pelo en mi nuca se pusiera de puntas.

"Pantera Dos desde Pantera Líder, tengo un problema aquí. Tengo un problema de ventilación de plasma en el reactor. Mejor bajen y revísenme." Pantera Líder era el nombre clave del Comandante del Grupo Aéreo Prometeus y su hombre ala era conocido como Pantera Dos. Cualquiera que escuchara el nombre clave Pantera Líder, instantáneamente sabia que era el LCDR Carr.

Mi sangre corrió fría. "Líder desde Pantera Dos, recibido," dije, deslizando mi caza debajo del de Carr. Recorriendo lentamente de derecha a izquierda, forcé la vista para vislumbrar cualquier cosa en la nave del Comandante. Alcance a ver un rayo de liquido verde fosforescente saliendo de la turbina, pero todo lo demás parecía estar en orden. "Líder desde Dos, veo una fuga de anticongelante de tu turbina numero uno. La fuga parece ser moderada, cambio."

"Correcto Dos. El nivel de anticongelante parece estar bien. Temperatura, bien. Cambio uno."

"Correcto."

Regrese a la ala de babor de Carr y escuche su siguiente llamada. Volamos por el aire inmóvil durante varios minutos antes de que actualizara su situación.

"Dos desde Uno, es una fuga de Anticongelante. El nivel esta critico. La temperatura del Reactor esta en el límite superior del arco amarillo. Esto perdiendo los contenedores magnéticos, también. Creo que se va a partir en pedazos."

"Mejor apágala, SCAG."

"Ya lo hice," dijo.

"Diablos," maldije. Con el reactor apagado la temperatura debió de dejar de subir. Esto no mostraba que las cosas estuvieran, de hecho, seriamente mal -El reactor de Carr estaba en escape. "Correcto, SCAG. Mejor haga la llamada, señor," dije.

Hizo una pausa por un momento, después contesto, "Correcto. Botón Tres."

Cambie mi radio principal al Botón Tres y escuche la comunicación del Tte. Carr con el controlador de aproximación del SDF-1.

"Aproximacion Ojo de Toro, Pantera Líder. Distancia del Ojo de Toro uno- cuatro-cero por seis-cuatro-cinco. Tengo un problema de reactor que rápidamente sé esta convirtiendo en critico. Requiero un helicóptero de rescate, cambio."

"Correcto Pantera Líder, este es Aproximación Ojo de Toro. Helicóptero de rescate, Angel Siete Tres Tres, ahora saliendo. ¿Desea declarar una emergencia, cambio?"

"Uh, Pantera Líder, negativo, ah... Cambio uno."

Observe la cabeza del Teniente agacharse dentro de la cabina, sus manos moviéndose frenéticamente.

"Dos desde Uno, Tengo un serio problema aquí," dio antes de continuar. "Mayday... Mayday... Mayday... Este es Pantera Líder, a uno-cuatro-cero del Ojo de Toro por seis-uno-uno. Tengo una falla severa, repito, falla severa del reactor. Requiero que envíes ese helicóptero, cambio."

"Pantera Líder desde Ojo de Toro, cambio. Ese Helicóptero esta en camino, Tiempo aproximado de llegada en noventa minutos, cambio."

"Ojo de toro, repita por favor."

"Pantera Líder desde Ojo de Toro, El tiempo de llegada del Angel Siete Tres Tres es noventa, repito nueve cero minutos, cambio."

"Correcto Ojo de Toro, entiendo. Nueve Cero minutos."

"Jesús," musite. Era bueno que ahora era verano y no invierno, de otra manera Carr hubiera muerto de exposición. Como estaba, noventa minutos no era un pedazo de pastel, pero asumiendo una contingencia radioactiva, era un periodo de tiempo pasable para estar en una balsa o en un chaleco salvavidas bajo estas condiciones.

"Capitan, creo que debería salir de ahí, ahora," dije.

"Negativo, Yah-Yah. Tengo que llevarla abajo."

Me preguntaba que tipo de problema lo obligaba a permanecer en su caza, en vez de hacer eyección.. No podía imaginarme nada y simplemente conteste con un confundido, "Correcto."

El comandante bajo la nariz de su caza y empezó a descender hacia el océano. Me mantuve pegado junto a su ala de babor y descendí con él. Actualizo su posición a la nave mientras leía la lista de emergencia, elemento por elemento. A los 200 pies nivelo la nave y empezó a frenar, esperando golpear el agua a la menor velocidad posible. Mientras observaba su domo salió volando, azotando hacia atrás por el flujo de aire haciendo un violento impacto con el mar. Moviendo mi Valkyrie hacia estribor, reduje mi velocidad junto con la nave de mi líder, el cual estaba por debajo y a la izquierda de mí. Con una gigantesco penacho de espuma blanca del océano, el Valkyrie de Carr golpeo el agua, partiéndose a la mitad, justo arriba de las entradas de las turbinas. Se hundió instantáneamente en un anillo de espuma blanca y restos.

"Pantera Dos a Ojo de Toro. Pantera Líder acaba de caer. La nave se hundió inmediatamente," dije, mi voz temblando mientras giraba mi caza en una violenta vuelta a la izquierda, buscando por una señal de una balsa o de una marca. Orbitando sobre la posición de Carr, busque vanamente por cualquier señal de él. Después de dos vueltas, decidí que tenia que hacer algo más drástico.

"Pantera Dos a Ojo de Toro. Voy a bajar para buscar al SCAG. Cambio."

Jale la palanca de configuración a "B" y transforme mi Veritech en modo Battloid. Seleccione "Hostil" en el panel de control ambiental, revertí a reacción en masa interna y soporte, entonces descendí hacia el agua. Haciéndolo con la mejor intención, flote momentáneamente sobre las olas del océano. El calor de mis escapes hizo hervir el agua y cubrió mi Battloid en una gigantesca nube de vapor. Colocando el acelerador en punto muerto, descendí en el agua y encendí mis luces de alta intensidad, montadas sobre los hombros.

Usando mis impulsores vernier, me sumergí más profundo en el océano, maniobré alrededor lo mejor que pude en busca de mi CAG. Él tenía suficiente oxigeno en su asiento de expulsión como para aguantar cinco minutos, pero no mas, y si no lo alcanzaba, pronto sería un ejercicio académico. Algo sencillo, mientras más profundo se sumergía el caza, mayor presión le seria aplicada. Si el caza se hundía lo suficiente, Carr seria aplastado como una uva, y tenia que encontrarlo antes de que eso pasara.

Descendi mas en el océano, haciendo lo posible para localizar la sección de la cabina. La cavidad ocasionada por los escapes de mis turbinas, hacían el control casi imposible. La luz disminuía rápidamente mientras mi Veritech se sumergía mas profundo en el océano y me di cuenta, a mi pesar, que el caza de Carr se había sumergido demasiado para alcanzarlo. Un par de luces rojas en el panel de instrumentos me mostraban amenazadoramente la palabra "TEMP", mientras las turbinas empezaban a sobrecalentarse. Para agregar, a una situación ya peligrosa, mi Valkyrie empezó a acumular aceite, mientras la presión de la profundidad la empezaba a empujar ahí, y ahí vi que tenia que abandonar mi intento de rescate. Si la presionaba a seguir adelante, mi Veritech empezaría a partirse en pedazos. Mientras mi caza empezó a chillar y a quejarse, resignadamente decidí abandonar mis esfuerzos y dirigirme a la superficie.

Con precisión quirúrgica, moví el acelerador lentamente hasta el 100% de potencia, haciendo lo posible para mantener mi Battloid cabeza arriba. Estaba luchando y requería el máximo control en los instrumentos para evitar salirme incontrolablemente en un vector cualquiera. El agua que me rodeaba empezó a iluminarse rápidamente y con mi regreso al cielo, salí del océano en un ángulo de 45 grados, como un misil balístico ICBM disparado por un submarino. Cambiando a Guardián, acelere a 120 nudos, después cambie a modo Guardián y regrese a la ubicación de Carr.

Orbite el área por otra hora, esperando en vano que el Teniente saliera a la superficie. El helicóptero llegó justo antes de la puesta de sol, pero claramente era un esfuerzo desperdiciado. Mientras el sol empezaba a hundirse en el horizonte, decidí que era hora de regresar a la nave. Con una vuelta final sobre el punto donde el Veritech del Tte. Carr se había hundido, me volví a escoltar el regreso del helicóptero al portaaviones.

No había ninguna duda... LCDR Jacien G. Carr había fallecido.


Despues de aterrizar a bordo del Prometeus, reporte los eventos del día al Oficial en turno. Sentí horrible ante la falla de salvar a mi capitán y me maldije viciosamente. Aun hoy, todavía siento la culpa que viene cuando saber que hubieras podido salvarlo de haber actuado más rápido, o haber buscado un poco más. Casi inmediatamente, empece a imaginarme cada aspecto de los eventos que acababa de transpirar. Estaba confundido por la negativa del comandante de salir de su nave. Seguramente la eyección hubiera incrementado astronómicamente sus oportunidades de sobrevivir. Solo que no hacia sentido. Decidí buscar al Tte. Plog para ver si él tenia la respuesta y su revelación en el tema fue impactante.

"El comandante tenia mala la espalda -una herida desde ese vuelo sobre el puerto de Macross. Él fue capaz de engañar al medico de vuelo y llegar hasta las cabinas, pero su espalda era un completo desastre. Una eyección lo hubiera dejado lisiado -diablos... incluso lo pudo haber matado. Él lo sabia. Si quieres mi opinión, creo que el impacto con el agua lo mato, Yah Yah," dijo, colocando una mano sobre mi hombro. "Tu no hubieras podido hacer nada para salvarlo."

Todo lo que pude hacer era asentir mientras hablaba. Cuando termino, agite mi cabeza para limpiar las telarañas creadas por lo que me había dicho Plog, incapaz de creer el coraje que había mostrado el LCDR por tanto tiempo. Cada vez que él volaba, el bienestar de Carr dependía completamente de la condición de su caza. Si cualquier cosa salía mal con su Veritech, existía la oportunidad de que terminara muerto o en una silla de ruedas, y él salía a cada misión sabiendo eso. Él era, en efecto, un Kamikaze en cada misión que él volaba, y el pensamiento era amargo.

A menudo, hablábamos acerca del servicio, autosacrificio, guerreros y héroes. De hecho, usábamos esas palabras tan frecuentemente que rápidamente perdían todo significado. Jacien George Carr hizo mas que dar a esas palabras algún significado -él era su definición. Carr era una clase especial de héroe. Él resumía todas las cualidades que uno quisiera en un guerrero, líder y ser humano y como muchos otros, él murió antes de tiempo. Él era una persona sobresaliente, noble y su perdida no era solamente una perdida para los hombres que servían junto a él, si no para la humanidad entera.

William Brubaker, Roy Fokker, Jacien Carr... Sus muertes nos perturbaron y la humanidad perdió una gran parte de lo poco brillante que le quedaba.


Capítulo 24 - Sobrecarga

Con la perdida del LCDR Carr, el comandante del escuadrón de Max, Tte. Rick Hunter, se convirtió en el Comandante Senior del Grupo Aéreo del SDF-1. La promoción de Hunter ocasiono algo de conmoción a bordo de la nave, porque fue escogido de entre varios otros pilotos Senior, incluyendo al Tte. Plog. La mayoría de los pilotos de la RDFN -incluyéndome a mí- sentimos que el movimiento era mas bien político hecho por el alto mando a costa del contingente naval. Algunos cínicos aun llegaron a sugerir que la muerte de Carr fue debido al sabotaje. Aunque yo no lo veía desde este punto de vista, una cosa era segura, el camino rápido para las promociones ahora descansaba firmemente en estar con la ESPACIAL.

No tenía nada en contra de Rick Hunter, y tenia pocas dudas de que era un líder capaz. Él fue un as varias veces y su escuadrón Bermellón era uno de los más famosos sobre la nave. Aunque esto era en gran parte a costa de Max Sterling, El Tte. Hunter recibía el crédito y su cercanía con Roy Fokker solamente le dio mas oportunidades para la promoción. Estaba preocupado por la decisión del alto mando de promover a un piloto junior sobre tantos pilotos senior, pero mi trabajo no era hacer preguntas -mí trabajo era cumplir ordenes.


La grieta entre los pilotos de la Naval y la Espacial no tuvo mucho tiempo para crecer. La conferencia del Cap. Gloval con la UEG fue todo menos un éxito, y para colocar un sello sobre ella, el Consejo de Gobernación sé rehuso a permitir que los civiles abandonaran la nave. Para no atemorizar a la gente en la Tierra, la historia detrás de la desaparición del SDF-1 fue atribuida a un ataque de la Liga Anti-Unificación. Se dijo que la Isla Macross había sido destruida y que todos sus habitantes habían sido declarados muertos. Las ramificaciones políticas -sin mencionar el pánico- que hubiera resultado cuando 50,000 personas muertas repentinamente regresen a sus casas, y luego explicar a sus amigos y familiares que la Tierra estaba bajo ataque por fuerzas alienígenas, hubiera sido tremendo. En orden de proteger su credibilidad, la UEG fue inflexible al mandar que el SDF-1 mantuviera a los civiles a bordo por tiempo indefinido.

Esto no le cayo bien al Cap. Gloval. Un hombre comprensivo hasta la medula, estaba verdaderamente consternado con el bienestar de los ciudadanos de Ciudad Macross. Cuando recibió la orden de que no se les permitiría salir a los civiles, Gloval se puso furioso -algo que no hacia muy a menudo- y ordeno a la fortaleza de combate a emprender el vuelo. Una reunión de emergencia para los pilotos de combate nos reveló algunos de los detalles del plan de Gloval para permitir a los civiles que abandonaran el SDF-2 y regresaran con sus familias - una vez nos encontramos unidos, juntos por una causa común.

Colocando el curso hacia el Cuadrante Norteamericano y hacia los Estados Unidos, Gloval esperaba obligar a la UEG que le permitieran desalojar a los civiles. Inseguro de sí enfrentaría resistencia o no por parte de la UEG, todos los pilotos de combate, a bordo de la nave, nos mantuvimos en un estado de alerta de emergencia. Una vez las misiones BARCAP empezaron en forma, con la única diferencia al ser añadidas ala "Regla de Tres Horas," en la que se indica que ningún aviador pasara mas de tres horas en la cabina sin descanso. Esto, significativamente liberó los nervios de los pilotos de combate y ayudaba a asegurar que no disparáramos accidentalmente contra una nave amiga -una nave amiga siendo una del Grupo Aéreo compuesto del SDF-1.

Vole siete misiones en tres días, y aun con la Regla de Tres Horas, estaba exhausto. Era extremadamente estresante sentir que no éramos enemigos con los Zentraedi únicamente, sino que también lo éramos con nuestro propio planeta. Afortunadamente, encontramos simpatía entre los lideres del Sub-Comando del Cuadrante de Ontario. Ellos aceptaron recibir a los civiles, y con los Veritechs formando una barrera de 300 millas, Gloval dirigió la nave en la dirección de Ottawa, Ontario.


Llegamos al Cuadrante de Ontario el 28 de Agosto y parecía que el plan del Cap. Gloval había funcionado perfectamente. Desgraciadamente, Khyron Kravshera, cansado de sus derrotas en Marte y en la Isla Bird, no estaba listo para ceder a sus esfuerzos de tomar el SDF-2 y nos encontramos bajo ataque una vez mas, esta vez por un grupo de cruceros de batalla Zentraedi bajo su mando directo. Cada caza a bordo de la nave salió para interceptar las naves agresoras, pero nuestros esfuerzos tuvieron un poco efecto.

Afortunadamente para el SDF-1, los genios de la robotecnologia habían diseñado un nuevo sistema de defensa -El Sistema de Barrera Defensiva Omni- Direccional- para reemplazar al viejo y pequeño Sistema Punta de Alfiler que había sido usado hasta entonces -el cual solo cubría un 8% de la nave y tenia que ser movido manualmente con juego de controles esféricos- la nueva barrera rodeaba a toda la nave. La nueva barrera salvaría al SDF-1 de la destrucción, pero esto llegaría a un alto costo.

Mientras hacíamos lo poco que podíamos para detener el ataque enemigo, los cruceros Zentraedi disparaban contra la fortaleza de batalla una y otra vez. La tremenda cantidad de energía que la barrera absorbió, fue demasiada para poderla contener y el sistema rápidamente se sobrecargo. Con un relámpago de luz más brillante que el sol de mediodía, la energía absorbida por la barrera hizo una reacción en cadena con la atmósfera, ocasionando una tremenda explosión -el poder de ella fue mas de cuatro veces más grande que la mayor ojiva termonuclear jamas construida. La superficie del suelo fue completamente arrasada mientras la explosión continuaba, hasta un radio de 25 millas y excavó un cráter de 1,500 por 2,300 pies en el suelo. Las naves agresoras Zentraedi fueron destruidas o severamente dañadas por la explosión, aquellas que sobrevivieron rápidamente se retiraron.

Desafortunadamente, la orden indicando la retirada de la Ala Aérea a algún lugar seguro llegó muy tarde, y varios pilotos se perdieron -incluyendo el hombre ala de Max, el bullicioso Ben Dixon. El que mi propio escuadrón haya sobrevivido se debe al hecho de que estabamos peleando con uno de los cruceros que se encontraban mas retirados de la nave. Las tres millas adicionales que nos encontrábamos del centro de la explosión, nos dio el tiempo que necesitábamos para rayar en algún lugar seguro.

Como estabamos, solamente pudimos escapar de la explosión, pero no de la onda de choque. Nunca antes en mi carrera de piloto -ni después de este evento- había estado sujeto a una fuerza tan poderosa. La onda de choque me golpeo tan duro que me rompí la clavícula derecha con el arnés del asiento de eyección. Estaba tan impactado por los eventos que habían pasado que no me di cuenta de que me la había roto hasta esa misma noche. Mientras estaba bañándome en mi habitación, alce el brazo para ajustar la boquilla de la regadera, pero no pude levantar mi brazo derecho. Examinando la área blanda con mi brazo izquierdo, claramente podía sentir la fractura, y sin nada mas que una toalla y un par de sandalias me dirigí a la enfermería.

Estuve fuera de acción por tres semanas. Aun pero, la Ala Aérea del SDF-1 había recibido un tremendo golpe. Catres vacíos en las barracas, asientos vacantes en las salas de juntas y una repentina cantidad de espacio en el hangar solo sirvieron como un sombrío recuerdo de la cuota que había sido extraída otra vez de los pilotos a bordo de la nave. Repentinamente, las una vez vehementes, insistentes e indignantes acusaciones de favoritismo político se veían vergonzosamente mezquinas.

Los pilotos de combate no fueron los únicos que cambiaron de mentalidad en corto tiempo. El daño ocasionado por la barrera, barrio completamente la ciudad de Ottawa y los lideres del Cuadrante de Ontario retiraron su oferta de recibir a los 50,000 civiles del SDF-1. Con las noticias de que no se les permitiría salir a los civiles una gran ola de desesperación recorrió toda la nave y estabamos impotentes de hacer cualquier cosa para evitarlo.

Sin poder permanecer en el cuadrante, nos forzaron a llegar a la costa donde las operaciones de reabastecimiento serian dirigidas. Era un sentimiento extraño. A diferencia del esfuerzo de reabastecimiento después de nuestro regreso inicial a la Tierra, este era más intenso y prolongado. Por tres días completos un torrente constante de helicópteros y aviones de carga entregaron materiales vitales -comida, municiones, armas, etc. En las cubiertas de despegue del Prometeus y del Dedalos. Las operaciones de vuelo llegaron a un alto total para nosotros mientras los transportes hacían sus entregas sin interrupción y nos dimos cuenta de que era un indulto temporal. Inevitablemente llegarían ordenes de despegar, lo sabíamos.

De hecho, la UEG nos había mandado su ultimátum -cuando las operaciones de reabastecimiento terminaran, deberíamos dejar la tierra sin ningún retraso y los civiles irían con nosotros. Gloval estaba furioso y sin ninguna duda había contemplado en arrojar sus ordenes por la ventana. Me preguntaba que habría hecho la UEG su Gloval hubiera rehusado partir- Aunque nos sobrepasaran de un millón a uno, a la UEG le tomaría un buen rato en derrotar a los escuadrones, endurecidos por las batallas, del SDF-1. También, y más importante, uno no puede olvidar a la batería principal del SDF-1. Un disparo, teóricamente, hubiera borrado cada pedazo de equipo militar que estuviera a disposición de la UEG, si ellos decidieran atacarnos -lo que no era muy factible. Después de todo, ¿Podrían los miembros de la RDF disparar contra su propia nave insignia? Lo dudaba.

Mientras el último helicóptero despegaba de la cubierta del Prometeus el 14 de Septiembre, los miembros de cada equipo esperaba ver cual sería la respuesta del Cap. Gloval. ¿Permanecería y pelearía o sucumbiría a los caprichos del Consejo de Gobernación? Una llamada salió por los altavoces indicando a todo el personal que se reportaran a sus estaciones y la pregunta fue contestada. Gloval había escogido obedecer sus ordenes, tan ridículas como parecieran estar y nuestra postura demostró que no lo eran. Habiendo terminado las operaciones de abastecimiento del SDF-1, la fortaleza de batalla, una vez mas, partió hacia la fría y amenazadora oscuridad del espacio y hacia un futuro incierto. Me encontré preguntándome su alguna vez volvería a colocar el pie sobre la Tierra, otra vez y parecía que mis oportunidades se habían convertido infinitamente pequeñas



por Jason W. Smith
Julio 1995

traducción Gerardo Campos De León
Julio 1998

Copyright © 1995-98 by Jason W. Smith

(Nota del autor: Este es un trabajo de ficción. Cualquier similaridad a eventos, personas, etc. actuales es pura coincidencia --aun si fue intencional)

Basado en los personajes y situaciones de
Robotech, © 1985 Harmony Gold, USA, Inc.

Robotech ® es propiedad de Harmony Gold. Este documento de ninguna manera tiene la intención de violar sus derechos

Última Fecha de Revisión: 31 de Marzo de 1999