Site hosted by Angelfire.com: Build your free website today!

Parte VI: Todos en Formación, Equipo Listo

Capítulo 27 - El Club 100

Mientras la Navidad se acercaba, los miembros del Sand Pebble recibieron una placentera y bien merecida sorpresa. Después de otra aburrida misión BARCAP se nos ordeno reportarnos en los cuarteles del Tte. Plog.

"Felicidades," dijo. "Sgto. Green, Sgto. Kauffman, acabo de recibir noticias de que les ha sido otorgada la Medalla de Titanio al Valor por su prominente valentía al enfrentar fuerzas enemigas superiores. Felicidades," dijo, estrechando sus manos. "La ceremonia oficial será algún día de la próxima semana, o algo así me dijeron. Por lo que respecta a usted, Sr. Framton," dijo, dirigiéndose a mí. "Le acaba de ser otorgada la Cruz del RDF por su intento de salvar al Tte. Carr, a pesar del extremo riesgo personal involucrado. Felicidades," sonrió, estrechando mi mano.

El anuncio de Plog me tomo fuera de guardia. La Cruz del RDF era la segunda medalla al valor otorgada por el RDF, y ser considerado merecedor de ella, era un tremendo honor. Después de recibir mi condecoración en una ceremonia mas tarde en la semana, estaba vencido ante el tremendo sentimiento de culpa. Había fallado al salvar la vida de Carr, y ante esta falla, la medalla la veía sin sentido... vacía. Yo hubiera cambiado mil Cruces y toda la autoridad que representaban por tener al Tte. Carr de regreso. Mientras me paraba enfrente de mi espejo en las barracas, me maldije a mí mismo por no tratar mas duro. "Tu bastardo cobarde," le decía a mi reflejo. "No trataste lo suficiente..." Me quite la medalla y la guarde en su estuche. Nunca jamas la volvería a usar. Jure, en lugar de eso, es dársela a uno de los miembros de la familia de Carr -sí y cuando regresara a la Tierra- ya que él era más merecedor de una medalla, no yo.


Waylan, Josh y yo habíamos planeado cenar juntos esta noche, pero los planes cambiaron. Waylan dijo que tenia unas cosas que hacer. Extrañamente, esta se había convertido en un evento común últimamente. No importaba que tan cuidadosamente dispusiéramos nuestros planes, no importando que tan anticipadamente una actividad era acordada, siempre había algo que causaba a Don a retirarse. Me desconcertaba, pero sentía que no era mi parte preguntarle el por que. Solo le deseaba que estuviera bien y me reuní con Josh para una noche tranquila en el restaurante italiano local.

Nos sentamos y comimos nuestra cena bajo los suaves tenores de música Paparazzi. "Sabes, creo que he conocido a la mujer perfecta, Jake," dijo durante el postre.

"¿De veras?" dije, inclinándome con un gran interés.

"Sí. Ella es grandiosa. Estoy completamente loco por ella, pero no se como ir y pedirle una cita," él indicó.

"Diablos, solo pregúntale. Cómprale unas flores o algo. Dile que ella es hermosa. Ese tipo de cosas."

"Ya pense sobre eso, pero no estaba seguro si seria demasiado anticipado," replico.

"Las chicas aman las flores, hombre," sonreí. "Funcionara. Confía en mi."

Se rió, "Esta bien. Voy a intentarlo." Después, viendo su reloj, "¡Mira! Ya es hora de irnos. Tenemos que arrancar las maquinas a las 0400."

"¡Jesús! ¿Terminara algún día esta guerra?" Me lamente mirando a mi reloj.

"Bueno, si ella dice que si, personalmente terminare la guerra en dos días. Máximo," alardeo, levantándose de la mesa.

"¡Ja! Entonces me asegurare que diga si, entonces," conteste, colocando una propina sobre la mesa para nuestra mesera.

"Solo que no se te olvide pagar la cuenta, niño medalla."

"Jesús," dije, mientras tomaba la cuenta de la mesa y me dirigía a la caja registradora. "Esto esta empezando a ser caro."


En vísperas de Navidad, 2010, Josh paso la mágica marca del 100, anotando un par de muertes durante una patrulla de rutina. Mientras aterrizábamos sobre el Prometeus y descendíamos hacia el hangar, estaba claro que el moledor de números ya había corrido la noticia. La bahía del hangar estaba llena de animados y jóvenes pilotos de combate. Mientras Josh abría su cabina, una sonora porra rugió a lo largo del hangar. El saludo a los pilotos, estrechando las manos con los jóvenes aviadores que se habían congregado alrededor de su avión. Yo me apresure para estrechar su mano mientras el capitán de vuelo pintaba una marca de muertes por un esténcil de cartón. El rápidamente saco un pincel y pulcramente escribió el número "100" y la fecha debajo de él. Un fotógrafo tomó una fotografía del sonriente Kauffman, parado con el Tte. Plog junto al Veritech azul medianoche.

Era un gran día, y un excelente día para celebrar el periodo de fiestas. Con sus dos marcas, Husky se convirtió en el 15avo. piloto de combate, a borde al SDF-1 en llegar al mágico 100, y su nombre estaba colocado en una placa, junto con la de los otros miembros del prestigioso "Club 100". Esto parecía una increíble hazaña para alguien como Joshua. Siempre rápido para sonreír, nunca para ofender a otro con palabras crueles, él era un guerrero singular, y el no tenía el mismo respeto como un Roy Fokker. Aun así, él era un grandioso piloto de combate.

No se puede destacar lo suficiente el hecho de que Waylan y Joshua eran ambos grandes guerreros. Los pilotos que no eran Lideres de Equipo, general mente tenían totales de muertes que estaban alrededor de la mitad de sus lideres. El que ellos dos tuvieran totales mayores que el mío, no era una indicación de mi generosidad, sino, mas bien, un testimonio de su habilidad y tenacidad en la cabina.

En los anales de los grandes ases de combate, uno seria negligente en su deber al no incluir los nombres de Joshua Kauffman y Waylan Green.


Navidad fue una época solitaria para mí, aunque la pase con mi familia ampliada. Los Casey hicieron lo mejor para poner una cara feliz a la situación, pero fue algo difícil de hacer. Fotografías de Rebeca todavía cubrían las paredes y repisas, su calcetín colgado del árbol y su cuarto no fue cambiado, como cuando ella se mudó a nuestro departamento. Mientras las familias Casey y Framton se sentaron alrededor del árbol, discutiendo las cosas que la gente habla en Navidad, Yo me escabullí al cuarto de Rebeca. Era como un santuario. Mire su cama, un grueso edredón rosa, doblado pulcramente sobre la almohada. Su armario, aun lleno de ropa, acomodada sobre ganchos, permanecía abierta, como para hacer creer que ella había pasado por ahí a tomar algo. Su tocador, acomodado pulcramente con maquillaje, fotografías de los dos, pegadas alrededor de su espejo, me trajo recuerdos de los felices días que pasamos juntos, y no pude hacer mas que enjugar una lagrima.

Me preguntaba si no me había soltado del gancho muy fácilmente. ¿Me había engañado a mí mismo en pensar que no tenía que estar, por mas tiempo, acongojado por su perdida? ¿Fue esa noche sobre el océano, mi imaginación corriendo locamente? Había un repentino sentimiento de duda que me cogido. Me di cuenta de cuanto la echaba de menos y que, convenientemente había ignorado la magnitud de mi pesar. Me senté en el cuarto por casi una hora, viendo sus cosas, oliendo la escénica de todo lo que tocaba. Esa Navidad fue una de las mas duras de mi vida. Ahí estaba, rodeado por mis seres amados y aun así me sentía totalmente solo.

Extrañaba a mi esposa.


Waylan se unió al "Club 100" el 9 de Enero, con seis muertes durante la primera acción de combate mayor, desde Septiembre. El estado de ánimo fue el mismo que cuando Josh alcanzo la prestigiosa marca del 100 -o quizás fue más. Nuestras perdidas fueron casi cero, y esto solo agrego mas animo a la atmósfera de celebración. El "Gigante Gentil" se veía más jovial de lo que había estado en los últimos meses y estaba contento de verlo salir de su frustración. Las fotografías, porras y felicitaciones, hubieran calentado la cabeza de muchos pilotos, pero no él. El tomo la ovación dirigida hacia él con una gratitud casual y una sonrisa desinteresada que era lo opuesto a la actitud de macho que uno pudiera esperar.

Ahora mis dos hombres ala eran llamados el "Dúo Dinámico." Solo había dos equipos, abordo de la nave, con un par de ases de 100: El de Rick Hunter y ahora el mío. Esto se convirtió en una pluma para mi sombrero y fui recomendado a Tercer Teniente. Yo no sentía que lo merecía y le pedí al Tte. , Plog que retirara la recomendación. Él es rehuso y mi nominación fue llevada a la cadena de mando, para la aprobación final. Con Waylan y Joshua en la marca del 100, solo quedaba esperar que si nuestro equipo seria el primero en tener tres miembros en el "Club 100"


"¡Jefe! ¡Jefe, adivine que!"

Mire desde mí maquina de pesas para ver a un excitado Josh Kauffman dirigiéndose a mí.

"¿Que?" Le pregunte, levantándome de la banca.

"Esa chica, de la que te hable. ¿Te acuerdas de ella?" Me pregunto.

"Si, ¿Qué hay sobre ella?"

"Tengo una cita con ella, esta noche. Ella dijo que sí." Exclamo, agitando sus puños en el aire.

"Eso es grandioso," conteste, golpeándolo en el brazo. "Bien hecho. ¿Cuándo la voy a conocer?"

Él llevó su mano a su mentón, en pensamiento burlón, "Bueno, ¿Qué tal la noche del Viernes?"

"Por mí, esta bien."

"Perfecto. Tengo que irme capitán. Necesito prepararme. Esas flores realmente funcionaron, aprovechando. Gracias."

"Ya sabes. Buena suerte."

"Gracias. Nos vemos pronto," él dijo, regresando por donde vino, saliendo del cuarto de pesas.

"¡¡Espero que la guerra termine en dos días, máximo!!" le grité, con una risa.

"¡Ya dijo jefe!" gritó sobre su hombro. "¡¡Dos días...!!"


El Viernes conocí la nueva chica de Josh, una alta cosmetóloga llamada Kristy Harris. Con altos pómulos, labios rojo cereza y cabello rojo castaño que pasaba su cintura, era una increíblemente hermosa dama. Su personalidad demostró ser igualmente encantadora y cuando ella hablaba, sus ojos verdes brillaban intermitentemente. Ella encantaba a todos con los que hablaba y estaba realmente feliz por mi amigo, de hecho, él había hallado una mina de oro con esta maravillosa chica.


El 11 de Febrero de 2011, mi nombre se unió al de Josh y de Waylan en la placa del "Club 100". Estabamos regresando de una misión de escolta RATA cuando un grupo de cazas enemigos intentaron cortar nuestro regreso a la nave. Enviando a Josh y a Waylan de regreso con el Ojo de Gato, yo me coloque y luche contra un grupo de Regults, destruyendo siete. Una vez que el Ojo de Gato estaba lejos, me retire a la nave, destruyendo dos más. Con nueve muertes, mi total llego a 105, y el Sand Pebble se convirtió en el primer equipo, abordo del SDF-1, en tener tres pilotos de 100 marcas.

La marca del ciento, llegó con una estrella para mi RDFC y una promociona Tercer Teniente para marcar el aniversario de mi debut a la acción de combate. Desde entonces, había sumado un total de 1,137 horas de vuelo de combate en 295 misiones, durante 43 semanas de servicio activo (sin contar las nueve semanas que no intervine por heridas a mi mandíbula y clavícula) para un promedio de casi cuatro horas por día en la cabina.

El rendimiento de mi equipo se reflejo positivamente en mi, y las cosas no podían verse mejor. Desgraciadamente, yo no era de los que celebraban prematuramente, y los eventos siguientes demostrarían la prudencia de esta política.


Capítulo 28 - Hack Sack

"¿Teniente?"

Voltee sobre las paginas del libro que estaba leyendo, un tomo clásico de Saburo Sakai, "¡Samurai!" En mi puerta estaba un joven Cabo de la Marina

"¿Que pasa, Cabo?"

"Señor, es requerido por el CAG. Él dice que venga inmediatamente."

"¿Dijo lo que él quería?" pregunte.

"No señor. Solo dijo que lo llevara con el ahora mismo."

Gruñí. Estaba disfrutando mi primera oportunidad de sentarme y ver un mundo diferente a través de las palabras de otro. Mi promoción me había otorgado un mejor cuarto en los cuarteles de los oficiales y estaba haciendo lo posible para disfrutar las nuevas comodidades que me habían sido otorgadas -especialmente el sofá afelpado. De malas ganas, guarde mi libro y me preguntaba cuál era el problema, era muy inusual enviar a un miembro del Destacamento de la Marina para llamar a alguien ante el Comandante de la Ala Aérea.

Me coloque mis botas, me abroche mi traje de vuelo y me dirigí hacia la puerta, dos pasos detrás del joven Marino. Mientras nos dirigíamos por los corredores grises y blancos hacia los cuarteles del CAG, me preguntaba que había hecho. Claramente tenia que estar en algún tipo de problema o podía ser una de las bromas practicas de Max. Uno nunca podía saber con ese agitador de cabello azul y me relaje por un momento ante la posibilidad de que algo gracioso estaba inminente.

Llegue a la puerta del CAG y la toque.

"¡Adelante!" una voz chilló desde el interior. Rick Hunter no era conocido por tener una voz tronante, como la de Fokker, lo cual solo le ayudo a ganarse el casi burlón sobrenombre de "Ratón".

Entre y me reporte al desgarbado Primer Teniente, su cabello negro, en su acostumbrada rebeldía.

"Descanse Teniente. ¿Puedo traerle algo de beber?" Negué con la cabeza y me di cuenta que el Tte. Plog estaba parado sobre mi hombro derecho. "Tenemos un problema, Framton. Sus muchachos están ocasionando problemas," dijo, con una expresión de completa frustración grabada indeleblemente en su cara.

"¿Problemas, señor? ¿Exactamente, que clases de problema?" pregunté.

"Ellos fueron transferidos de su equipo esta mañana, y nosotros..."

"¡¿Transferidos?! ¡¿Fuera de mi equipo?! ¡¿Bajo que autoridad?!" demandé.

"Descanse Teniente," él dijo, con un gesto imperativo de su mano derecha. "Esta es una bajo la autoridad de Maistroff. Como de costumbre, los genios en el alto mando son extremadamente evidentes. Los moledores de números probablemente creen que aumentara al radio de muertes por misión si separan a su equipo..."

"¡Maldita sea, CAG, yo no voy a tolerar esto!"

"Aparentemente tampoco ellos, es por eso que ellos están en el calabozo," dijo el Tte. Plog.

"¡¡¿EN EL CALABOZO?!!" me voltee a ver al Tte. Plog. "¿Castigados por que? ¿Por qué diablos...?"

"Objeción no es una palabra lo suficientemente fuerte, pero creo que funcionara," continuo el Tte. Hunter. "Ellos se rehusan a volar sin usted, y usted va hacer que ellos acepten o Maistroff los hundirá tan profundamente en el calabozo que jamas los volverán a ver otra vez."

Mi mente estaba girando. Me preguntaba que endemoniada clase de militar separaría a una unidad de combate altamente efectiva y cohesiva, como la mía. "No puedo hacerlo CAG. Si ellos no quieren volar conmigo, yo no volare tampoco, y si quiere tratar este tema con eso... bueno, también debería hundirme en el calabozo, también," insistí.

"Yo no quiero hacer eso, Sr. Framton, pero si me acorrala en esto, no voy a tener otra opción. Mire, si usted habla con ellos y hace que vuelvan a jugar, yo veré lo que puedo hacer sobre esto. Iré a hablar con Gloval si es necesario. O cuando menos podemos darle a Maistroff lo que quiere en papel y hacer las cosas de nuestro modo cuando estemos en vuelo. ¿Que dice? ¿Haría esto por mí, Teniente?"

Estaba mas que molesto en este punto, pero la palabra de Hunter era buena y decidí darle una oportunidad.

"Muy bien, CAG. ¿Dónde están?"

"En el salón de al lado, con Max. Lo llevare para allá," dijo levantándose de su asiento en la mesa.

Me gire para seguir a los dos tenientes, hirviendo de cólera. No podía entender cuál era el problema de Maistroff. Parecía que tuviera un rencor personal hacia mí y no podía encontrar una razón de porque. Caminamos dentro del cuarto de Max y estreche su mano. Josh y Waylan estaban sentados en la mesa de la cocina de Max, con los brazos cruzados desafiantes.

"Hola capitán," dijo Waylan.

"Hola chicos. Muy bien... ¿De qué diablos se trata? ¿Cuándo se dieron cuenta de que estaban siendo sacados de mi equipo?" les pregunte.

"Esta mañana. Fuimos llamados para ver al CAG y él nos dijo que estaba pasando. Nosotros no lo haremos, Jake," indico Josh, con una feroz mirada en sus ojos. "Tu sabes que hemos tenido muchas oportunidades para movernos a cualquier lado y bajo mejores circunstancias para una carrera -promociones y todo lo demás- pero preferimos estar contigo."

"Eso es cierto, Jake. No queremos volar con nadie más. Punto," agregó Waylan.

Puse mi cabeza en mis manos. Rehusar a volar era una evidente insubordinación -un motín, prácticamente- y venia con algunas espantosas consecuencias. Si no los convencía a ellos, se encontrarían en serios problemas. "Chicos... aprecio el gesto y su lealtad, pero esta no es la manera de hacer las cosas. Ustedes van a eliminar cualquier futuro que pudieran tener en esta loca Naval de nosotros. Vamos afrontarlo, esta guerra no puede durar para siempre y ustedes van a necesitar pensar que van a hacer mas adelante."

"Déjanos en paz, Jake. Tu sabes que pienso sobre eso," insistió Waylan.

"Si, y volar con alguien mas si que nos haría pensar en un futuro académico. Nuestra mejor oportunidad de salir de esta es si lo hacemos juntos," continuo Josh.

"Maistroff los va a mandar al calabozo."

Josh rió. "Déjalo. Al menos evitara que seamos asesinados por esos idiotas, allá afuera," dijo sacudiendo su pulgar izquierdo sobre su hombro.

"Miren, el CAG dice que nos va a ayudar. ¿Por qué no le dan una oportunidad? Denle a los genios políticos su sonada victoria y nosotros haremos algo para seguir juntos." Ahora estaba implorándoles.

"No va a pasar Jake."

"Ni lo pienses."

Baje mis manos en desesperación. "¿No hay algo que pueda hacer para hacer cambiarlos de idea?" Ellos agitaron sus cabezas. "Bueno... Entonces yo no voy a volar con nadie mas, tampoco, así que parece que vamos a colocar nuestros traseros en una catapulta colectiva. Podrían colgarnos por esto, lo saben."

"Gran cosa. Si volamos con alguien mas, nos van a matar de todos modos. ¿Por qué jorobar con esto? Vamos terminando con esto y ahorrémosle la molestia a los Zentraedi," insistió Waylan.

Mis palabras fueron de hecho una declaración diplomática. Las consecuencias del curso de nuestras acciones mostrarían ser espantosas y si eran interpretadas liberalmente, nuestras acciones podrían ser consideradas como deserción al enfrentar al enemigo, una ofensa de pena capital. Aun así, ya sabia lo que tenia que hacer y con un suspiro nervioso, me levante y me dirigí para enfrentar al Tte. Hunter.

"Teniente, lo siento. Si ellos no pueden volar conmigo ellos no volaran y si yo no puedo volar con ellos... yo tampoco volare." Mi voz y mis manos temblaron mientras los ojos del Teniente se contraían.

"Muy bien, Framton. Si es así como lo desea."

"Si señor, así es como lo deseo," confirme, alzándome y acercándome a Hunter.

"Muy bien. ¡Cabo!" voceo sobre su hombro.

El joven marino entró en el cuarto. "¿Señor?"

"Mande a un equipo de seguridad en el acto. Confine a estos hombres en sus cuarteles hasta la próxima noticia."

"A la orden, señor."

"Lo siento muchachos. No tenía otra opción. Pueden considerarse oficialmente arrestados. Haré lo que pueda, pero ustedes se enterraron a sí mismos en un profundo agujero," dijo Hunter. "Nos han cavado a todos en un agujero," dijo, echando un vistazo al Tte. Plog.

"Lo siento señores, pero estoy seguro que ustedes comprenden de donde venimos," dije, parado nariz con nariz con el alto y delgado Comandante de Ala Aérea

"Por supuesto."

El despliegue de seguridad, completo con rifles y armados, se presentaron para escoltarnos a los tres a nuestros respectivos cuartos. Mientras estabamos parados en el corredor antes de salir, me dirigí a mis dos hombres ala y murmure, "Saben, ustedes dos son un dolor de cabeza."

"Gracias, Jake," dijo Josh con una sonrisa.

"Sí, gracias. Maneen la fe, Yah-Yah," indico Waylan, antes de ser escoltado por el pasillo.

"¡UN DOLOR DE CABEZA!" grité sobre mi hombro, mientras me dirigía hacia mi cuartel, rodeado por Marinos armados.



por Jason W. Smith
Julio 1995

traducción Gerardo Campos De León
Julio 1998

Copyright © 1995-98 by Jason W. Smith

(Nota del autor: Este es un trabajo de ficción. Cualquier similaridad a eventos, personas, etc. actuales es pura coincidencia --aun si fue intencional)

Basado en los personajes y situaciones de
Robotech, © 1985 Harmony Gold, USA, Inc.

Robotech ® es propiedad de Harmony Gold. Este documento de ninguna manera tiene la intención de violar sus derechos

Última Fecha de Revisión: 30 de Junio de 1999