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Un cubano dice que el KGB intentó matar a Castro



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Publicado el sábado, 27 de junio de 1998 en El Nuevo Herald

Un periodista cubano afirma que el KGB quería matar a Castro

Una investigación realizada en Cuba por un equipo de inteligencia de la KGB entre 1987 y 1989 formaba parte de una acción encubierta de la ex Unión Soviética para derrocar al gobernante cubano Fidel Castro, dijo a El Nuevo Herald en Miami Raúl Martín, periodista que trabajó durante más de 10 años en la agencia Prensa Latina.

Martín, que aseguró haber participado en el Plan a través de la agencia periodística Nóvosti, dijo que el sondeo permitió evaluar la opinión y el estado de ánimo de los principales mandos militares en la isla.

``Ese trabajo fue parte de una acción encubierta de la KGB a instancias de las aperturas lidereadas por Mijail Gorbachev'', enfatizó Martín durante una entrevista en El Nuevo Herald. ``Estaba destinado a promover urgentes cambios en Cuba bajo un equipo de oficiales de la KGB, probados en la lucha por la perestroika''.

Según el periodista, el estudio se realizó bajo la cobertura de un proyecto de ``recopilación histórica'' sobre la colaboración militar soviético-cubana, que posibilitó visitar unidades y escuelas militares, y casas de recreación para oficiales del Ministerio de las Fuerzas Armadas (MINFAR) y el Ministerio del Interior (MININT).

``Fui reclutado por la dirección de Nóvosti, después de que la embajada soviética en La Habana reconoció que yo era uno de los periodistas más allegados a los militares cubanos, y que había demostrado mis simpatías por el proceso de apertura de la perestroika y el glasnot'', puntualizó Martín.

A finales de 1987, Martín escribió una carta Gorbachev. En la misiva, enviada a través de la antigua embajada soviética en La Habana, pidió ``esfuerzos para cambiar el rumbo del desastre cubano'', y acusó a Castro de ser el factor desestabilizador de los principios del socialismo democrático.

``La carta tuvo su repercusión'', aseveró. ``El 10 de diciembre de 1987 me entrevisté con el oficial de la KGB Igor, que dominaba cuatro idiomas y era el nuevo director de Tass-Nóvosti''.

También se entrevistó con representantes de la sección de prensa de la Embajada de la Unión Soviética.

Un ex militar cubano en la disidencia declaró desde La Habana que Martín era colaborador de la sección de prensa y cultura de la Casa de Oficiales del Ejército Occidental, situada en un antiguo convento católico del reparto El Calvario, en las afueras de La Habana.

Aseguró que Martín mantenía buenas relaciones con altos oficiales del ejército occidental, y que probablemente brindó a los soviéticos ``análisis valiosos de sus contactos'', entre ellos informes sobre los militares procesados en el caso del general Arnaldo Ochoa.

``Fue uno de los tantos cubanos que quedaron profundamente impactados por el proceso de renovación que trajo la perestroika'', manifestó la fuente.

En Miami, Domingo Amuchástegui, ex oficial de la inteligencia cubana y antiguo instructor político del Estado Mayor Nacional, aseguró que el proyecto era imposible de ejecutar dentro del contexto de las relaciones soviético-cubanas de esa etapa.

``Las relaciones estaban en un estado de crisis absoluta'', argumentó Amuchástegui. ``Estaban tan polarizadas las tensiones, que inclusive se dañaron los vínculos del gobierno cubano con la KGB y hasta con las fuerzas armadas soviéticas''.

El militar, que arribó al exilio en 1994, manifestó que nunca tuvo acceso a informes sobre el estudio de marras, y señaló que la contrainteligencia cubana estaba ``superinstruida'' sobre cómo debían ser vigilados los asesores y militares soviéticos.

Expertos en el exilio han cuestionado la necesidad de una acción encubierta de la KGB, debido a que en esa fecha existían experimentados asesores en las principales bases militares de la isla, que estarían en una posición estratégica para brindar informes más técnicos y precisos.

Sin embargo, Amuchástegui rechazó esa tesis y alegó que debido a las tensiones los asesores soviéticos eran férreamente supervisados por los servicios de contrainteligencia de Cuba.

``En ese período Fidel Castro estaba frenético con todo lo que viniera de allá'', apuntó. ``Por esa fecha él [Castro] había roto los acuerdos tripartitos que existían respecto a la guerra de Angola, y había realizado declaraciones contra los reformistas rusos encabezados por Gorbachev''.

Durante esa etapa, la oposición al poder del Partido Comunista en la antigua URSS se había propagado a través de importantes medios electrónicos e impresos. También comenzaron a tolerarse los intercambios académicos y culturales con sus vecinos europeos.

Martín, que escribió artículos para la revista cubana Prisma Internacional, destacó que entre los datos que le fueron revelados, llamaba la atención que alrededor del 80 por ciento de los militares de la FAR ansiaban estar en alguna misión dentro de la isla, bajo las órdenes del general Ochoa, y que más del 50 por ciento de los militares activos en Cuba estaban descontentos con el rumbo que llevaba el país.

Ochoa fue fusilado en la madrugada del 13 de julio de 1989 junto a su ayudante personal, el capitán Jorge Martínez; el coronel de la inteligencia, Antonio de la Guardia, y el mayor Amado Padrón, condenados en la Causa no.1 de ese año.

El periodista señaló que recibió los datos en el verano de 1980, a través de un presunto corresponsal de Nóvosti que nunca se identificó.

Agregó que desde entonces optó por callar, hasta exiliarse en 1996 para escribir el libro Yo conspiré con la perestroika contra Castro.

Según las fuentes consultadas, a finales de la década pasada los militares en Cuba estaban descontentos por el alza de la corrupción entre los altos mandos de gobierno y las quejas de una red de narcotráfico montada con el visto bueno de las autoridades. También existía disgusto por el atraso tecnológico del país y la muerte de cientos de cubanos en guerras internacionalistas en Centroamérica y Africa.
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Por Eleone:

A Vladimir Kruskov(exdirector del KGB durante el golpe de estado y uno de los que lo protagonizaron), le preguntaron sobre ese "rumor" que decía que la KGB quería extender la perectroika de Gorvachov. Kruskov afirmó tajante -"eso es un mito, no era en absoluto nuestra función". Yo recalcaría lo de "en absoluto"
Creo que en Occidente no tenemos una noción muy clara, por no decir nula, de los sentimientos que tienen los rusos con respecto de Gorvachov. Para ellos es la persona que les vendió falsas ilusiones de libertad y felicidad, con el comenzó la ruina del país(la crisis económica), después se puso a reforzar el poder a quien los dejó en la más absoluta vergüenza pública: Boris Yeltsin.
Cuando Gorvahov se presentó a las elecciones tras el desprestigio de Yeltsin, sólo obtubo el 1% de los votos.

A este tonto cubano no le reclutó la KGB sino la CIA. ¿cómo va a matar el KGB alguien que les ha sido tan útil, que ha chuleado y sigue chuleandoa los EEUU?.

Otra teoría: que las declaraciones de este hombre formen parte de la "guerra psicológica" de la Agencia Central de Inteligencia tan típica de la guerra fría: hacer creer a los demás que otro no tiene apoyos y levilitar la fe en el sistema.






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