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Amor Real

Capitulo 35º

Capitulo 35.  Si el cap de ayer estuvo dedicado al sufrimiento de las madres, este se dedicó al dolor de las madres substitutas.

Por: Maria Elena Venant

SAN CAYETANO La entrada de la patrona al despacho tranquiliza a su suegra. Matilde maneja la situación con firmeza y discreción. Su esposo se queja de que no ve la razón por la que la sirvienta ha mentido.
“Viví tanto tiempo en el Norte que ya me considero de allá” responde la que el ignora es su madre.
“Todos tienen derecho a su privacidad” le recuerda Matilde a su esposo “Y aquí no hubo engaño, puesto que siempre supiste que Rosario era de Barraquillas”
Manuel insiste. Rosario engañó a los demás Matilde le replica que si Rosario no quiere contar su vida, sus razones tendrá. Quizás hayan episodios dolorosos que no deseé recordar. “Rosario es atenta y solicita” recalca Madame Fuentes Guerra “cumple con un trabajo por el que se le paga, pero nadie es dueño de su vida”
Convencido o vencido, el Dr. Fuentes Guerra da por terminada la entrevista y permite que Rosario se retire
A solas, Manuel reprocha suavemente a su esposa
“¿Te das cuenta que me has llamado la atención delante de un sirviente?”
“Perdóname” dice Matilde sin sonar muy culpable
“¿No se te ha ocurrido que esta mujer pueda estar ocultando algún delito?”
“¿No confías en mi intuición femenina?”
“Soy un títere den tus manos”
“¿Eso es malo?”
“A veces”
Se besan

En la terraza Damiana y Antonia hablan de Rosario. Toñita se queja de que Manuel es muy blando con los sirvientes. Damiana le recuerda que es porque Manuel también proviene de un estrato humilde. ¿Era así su padre?”
Antonia recuerda que Don Joaquín tenía un carácter de los mil demonios. Vuelve a repetir como todos ignoraban la existencia de Manuel hasta días antes de la muerte de Joaquín. La Nana comenta que Joaquín no había de ser tan malo puesto que reconoció a Matilde. Antonia revela un significativo detalle
“Entre nos, no sabía lo que hacía. El Padre Urbano le llevó la mano”
“¿Entonces no lo hizo conciente?
“Creo que no”

Silvano encuentra a Rosario hecha un mar de lágrimas. La madre de Manuel llora de emoción
“Mi hijo se ha casado con la mujer más buena del mundo”
Cuenta como Matilde la defendió y como Manuel, por amor a su esposa, olvidó sus sospechas

Parece que todo este lió les dio calor a los Fuentes Guerra. Están en su cuarto y Matilde ya está semi desnuda
“¡Manuel no es hora!”
“Eres mi mujer .Podemos estar juntos a la hora que queramos”
Se besan
“Júrame que nunca dejaras de quererme” suplica Mati

UNA FONDA EN EL CAMINO A C: SANTIAGO. Adolfo y Catalina cenan. Ella le cuenta que debido a su enfermedad su padre siempre la ha consentido y que ella se ha aprovechado un poco de ese cariño
“Mi madrina se va a poner contenta de verme”
“No lo creo” dice Adolfo
Catalina está pensando en la muerte de Quintero
“Mi madrina conoce gente importante. Quizás lo pueda ayudar

SAN CAYETANO El amor le da valor a Manuel para llegar a una decisión respecto a Antonia. Ella llega su oficina contenta.
“Antonia es inútil fingir” La enemistad que existe entre ella y Matilde es evidente
“No se los reprocho. Es mi culpa. Y hay que ponerle un remedio”
Toñita lo mira horrorizada “¿Me va a correr?”
Manuel le explica que jamás la privará de su apoyo moral y económico, y que sigue en el puesto de administradora, pero que él le buscará un acomodo en Barranquillas.
Antonia desperada se arroja a sus pies
“¡No me eche, se lo suplico!”
“Lo siento mucho”le dice su gran amor

Llega el padre Urbano de visita y nota la cara de felicidad de Rosario. Ella le habla con cariño de Matilde y le dice que es muy buena. Este cura esquizofrénico hoy amaneció con el ánimo atravesado porque esta enojado con Mati y la culpa de la desgracia de los Heredia. “Ese sinvergüenza (Adolfo) huyó con Catalina Heredia”

Antonia esta fuera de si, llora desperada en su cuarto. Damiana intenta calmarla sin resultados. Entretanto Mati le cuenta a su tía sobre lo bien que se lleva con Manuel. Como el le explicó lo que hubo entre Antonia y él y como le pidió perdón. Prudencia es como Urbano, debían apellidarse Contreras, siempre juegan al abogado del diablo. Viendo feliz a Mati se pone a echar cizaña en contra de Manuel
“Por eso se metió a la cama con Antonia”
“Sólo la beso” le dice Mati. Su tía pega un respingo de incredulidad
“Lo mío fue peor” reconoce Mati
Prudencia le pregunta si se entregó a Solís
“No sólo nos besamos. Pero mi traición fue del corazón. Ahora que quiero a Manuel quisiera contarle todo”
La tía le dice que no piense locuras. UN hombre puede ser infiel, pero una mujer no y le aconseja que corran a Antonia “Que se vaya y así acabamos con las tentaciones”
Ayuda a su sobrina a ponerse un vestido precioso blanco con lunarcitos oscuros y moños negros.

Silvano y Manuel pasean por el campo. Este último le cuenta sus planes para Antonia. Silvano le dice que es lo que se hace con las queridas
“Nunca fue mi querida”
Silvano dice que lo pensó al verla tan mandona Manuel cambia el tema y habla de Rosario
“¿Qué pasa con esa mujer?” ¿Qué misterio se trae? Silvano dice que no hay misterio. Manuel lo interroga sobre la vida de Rosario en Barranquillas “¿Por qué se fue?” Recuerda que su madre se llamaba Rosario. ¿Había muchas Rosarios en el pueblo?”
“Hartas”
“¿Cuántas?”
“Si mi mamá apareciera de repente ¿Tu y mi padrino me lo dirían?”
“Ella misma te lo diría”

En su cuarto Antonia le encuentra una utilidad al veneno. Mira el frasquito se sirve un vaso de agua y mezcla el tóxico en él y luego se lo bebe. Le tiemblan las manos. Se mira al espejo. Comienza a boquear. Se ahoga. Trata de llegar a la cama, pero se marea y cae al suelo. Tose, tiene arcadas. Se lleva la mano a la garganta y se desmaya.

Abajo Urbano interroga a Matilde sobre el posible paradero de los fugitivos
“Urge encontrarlos”
“¿Qué puedo hacer?” pregunta Mati
“Pensar en dónde pudo ir”
La Tía Pru recuerda la finca, pero Mati le recuerda que la vendió
Pasa Damiana. Les anuncia que Antonia está indispuesta y que le lleva un te de azahar Sube

Cuarto de Antonia. Entra la nana, al verla en el suelo de la impresión deja caer el té.
“Mi Reina” grita y corre a su lado. La alza en los brazos
“Responde. ¿Qué te pasa? ¡Háblame! Virgen del Cielo” Se levanta y grita pidiendo auxilio. Al principio, como ocurre en una crisis de nervios, la voz no le sale. Corre al pasillo gritando “Auxilio ¡Socorro!” Matilde y Urbano se alarman. Llega Manuel. Damiana grita desperada “Rápido. Alguien..No se que le pasa a Antonia”

Manuel y su esposa suben al cuarto (Matilde esta magnifica en esta escena)
Manuel sacude a Antonia que parece muerta “¿Esta viva?” pregunta la nana
“Si”
“Nunca le pasó antes. Es muy sana”
Matilde nota la botella y atrae la atención de su esposo que la huele
“¿Qué es?” pregunta Mati
“Natura y nuez vomica” dice Manuel “Levántela” ordena el médico “Y traigan agua y sal”
Damiana, Manuel y Mati alzan a Antonia. Matilde sale a ordenar la solución salina.
Manuel comienza a arrastrar a Toñita por el cuarto “Tienes que caminar” Pregunta donde consiguió el veneno. Asustada Damiana le dice que no sabe. Mati baja y anuncia que Antonia se envenenó

Afuera Rosario le cuenta a Silvano la hazaña de Adolfo
“Se fue, llevándose a la hijita de los Heredia”
“Ese fulano siempre me cayó en el hígado” dice Silvano agregando que no cree que haya matado a Quintero por salva a Manuel. Mira a Rosario
“¿No cree que ya es hora que le diga que es su madre?”
Rosario se niega. Así les evita vergüenzas a su hijo y a la “niña”
Si Manuel fuera mi hijo” dice Silvano “Me gustaría que lo supiera” Emocionado habla de las cosas que le gustaría decirle a “Manuelito” si fuera su padre. Se nota que le gustaría serlo y que en el fondo está enamorado de Rosario. Esta lo interrumpe ¿y la vergüenza que pasaría Manuel con sus amistades?
“Los encopetados no me asustan” dice el músico “Soy igual que ellos.”
“Ellos son señores, y nosotros pobres y eso se ve luego” dice Rosario” así estoy a gusto. Estoy junto a mi hijo”
“Muy a gusto siendo la criada de su hijo”

Matilde baja y anuncia que ya le lavaron el estomago a Antonia. Según Manuel se va a salvar
“Que pena que no lo logró” dice Prudencia. El cura le reprocha “Después me confieso dice Pru displicente.

Antonia en camisón esta medio inconsciente
“Ya mi reina ya pasó todo” le dice su atribulada nana
Manuel dice que debe beber mucha leche para contrarrestar el efecto del veneno Se retira Damiana se acerca a su reinita “Anda mi reinita, tomate esta lechita. Abre tu piquito” Ya se que se van a reír de mi, pero me conmovió la preocupación y ternura de esta mujer por una niña que ve como suya.

Manuel compaña al Padre Urbano hasta su coche. Este le pregunta porque Antonia atentó contra su vida. Su ahijado le dice que fue porque decidió enviarla a Barranquillas para evitar más discusiones entre la administradora y su esposa
“Discuten por tu culpa” le dice Urbano Manuel cambia el tema
“¿Padrino hace cuantos años desde que vio a mi madre por ultima vez?”
“Los mismos que tienes tu”
“¿La reconocería si la volviera a ver?”
Turbado el sacerdote se apresura por partir
“No sé. Tal vez”
“¿Cuantas Rosario había en Barranquillas en esa época?”
“No me acuerdo” dice el sacerdote escabulléndose.

CIUDAD SANTIAGO. Majestuosa mansión de la madrina de Catalina. Llega el cochecito de el descienden la Srta. Heredia vestida de gris verdoso con su capita y Adolfo con levita beige color café con leche y chistera negra. Se ve guapísimo. Ya parece Rhett Butler. Le da el brazo a su compañerita quien dispone como se harán las cosas
“Déjeme hablar a solas con ella”
“Como guste”
Un criado negro los recibe
“Buenas tardes Melchor” le dice Cati
“Dichoso los ojos que la ven” Ella presenta a su acompañante “El Señor Felipe Santamaría” El criado se sorprende al saber que han viajado solos.

Adentro, Doña Juana (Yolanda Merida) le lee el Don Juan de Zorrilla a su pekinés y a su criada. Entra Catalina que es recibida con mucho cariño por su madrina, quien alaba su buen aspecto. La madrina se asusta al saber que ha venido sin sus padres y con “un caballero”
“No piense mal” dice la niña, pero le confiesa que está enamorada. Le cuenta como se entero de su cercano fin
“Me dio tanta tristeza. La vida ha sido tan cruel” (Contrastan estas escenas con las de Damiana explicándole a Manuel que Antonia sintió que el mundo se le venia encima y por eso quiso morir)
“N m cielo. No pienses así” dice la madrina
“Quiero casarme con Felipe. Por primera vez sé que estoy enamorada. Que Dios me quiso hacer un regalo. ¡Ayúdeme! Tengo derecho a un poquito de felicidad”
Este caballero no es lo que tú crees. Mató a un hombre”
“Felpe es bueno, respetuoso. ¿Hable con él!”

SAN CAYETANO Matilde se siente responsable por el intento de suicidio de su rival
“La culpa es mía” dice Manuel
“No me molesta si se queda. Ya se resignó” (¡Ay Matilde! No creo que Antonia esté a la altura de tu generosidad)
Manuel no lo cree así (y tiene razón. El acto de Antonia le deja claro la inmensidad de la pasión que siente por él) “Es mejor que se vaya”
“Me sentiría muy mal. Es difícil desprenderse de algo”

MANSION DE DOÑA JUANA. Melchor hace pasar a Adolfo quien le entrega un paquete con la ropa de Catalina Curioso, ahora Adolfo lleva puesta una levita negra
Entra y saluda como militar a Doña Juana.
“Soy el Teniente Adolfo Solís”
Doña Juana se sorprende. Catalina le dijo que se llamaba Felipe Santamaría
“Mi verdadero nombre es Adolfo Solís” da el nombre de su regimiento. Le cuenta de su arresto y fuga “He suplantado la personalidad de un hombre asesinado por bandidos”
“Buen historial” dice irónica Doña Juana “también mató al Alcalde de Barranquillas”
“Era mi vida o la de él”
“¿Por qué me cuenta? ¿No tiene miedo de que llame a las autoridades?”
“Ya me cansé de huir, de vivir una vida ajena. Quise ser sincero. Siento mucho lo ocurrido con su ahijada. Si hubiese sospechado que planeaba huir conmigo, me hubiese entregado”

SAN CAYETANO. Antonia consciente recibe reproches cariñosos de su nana
“¿Manuel, qué dijo?
“Estaba preocupado”
Entra Manuel. Quiere saber por que Antonia tenía el veneno
“Me imagine que usted me diría que me fuera” Por eso tenia el veneno
“No te puedes quedar”
“Me asusta vivir sola. Usted prometió ampararme. Déjeme vivir en la casa del administrador. Le prometo, en nombre de mi padre, que no tendré mas problemas”
“Está bien

MANSION DE DOÑA JUANA Adolfo sigue con su historia
“Si algún delito cometí fue amar a una mujer de alcurnia”
Doña Juana se sorprende “Usted es un militar, un hombre instruido”
“Pero sin dinero. La familia de ella estaba arruinada y la vendieron a un hacendado rico”
“¿Ese hacendado es el dueño de San Cayetano?”
“Si”
“¿Por eso se fue allá?”
“Creí que se iba a ir conmigo, pero me equivoque”

SAN CAYETANO: Matilde acepta que Antonia se quede en la casita del administrador. “Eres un sol” le dice su marido quien le ofrece un viaje a ver a su familia. Ella está feliz.

MANSION DE DOÑA JUANA
“De ser cierta su historia es trágica” le dice a Adolfo Le pregunta el nombre del general que lo encerró. Adolfo responde, El General Domínguez Cañero
“¿No sabe cómo me llamo?” pregunta alterada Doña Juana “Soy Juana Domínguez Viuda de Palafox. Prisco es mi sobrino”
“Si lo que está pensando es que enamoré a su ahijada para conseguir su ayuda está equivocada. Ignoraba ese parentesco”
“O es usted muy honesto o un embustero consumado. No me será difícil averiguar la verdad, Mi ahijada está enamorada de usted”
“también me lo dijo. Pienso que la angustia de saberse cerca de la muerte la tiene confundida. Está en un error. No soy el compañero ideal para ella, pero nunca pensé que se escaparía conmigo. Me causa mucha tristeza”
“A todos nos apena su enfermedad” dice Doña Juana
“Por mi culpa, su nombre se verá en entredicho”
“¿Qué haría usted en mi lugar?” Pregunta la madrina de Catalina
“Consignarme las autoridades” dice seguro Adolfo

Más tarde. Catalina y su madrina. La niña se desespera al saber que Felipe se ha marchado
“No volverá más” La madrina trata de hacerla entrar en razón
“No niego que es bien parecido y muy gallardo”
“No es eso lo que me atrae de él. Es lo que hay dentro de su alma. La seguridad que siento a su lado. Me da paz” Catalina reprocha a su madrina. Entiendo que los prejuicios de su clase cuentan más que mi felicidad. ¿Qué desea para mí? ¿Qué reniegue de Dios por esta vida tan corta? ¿O que viva feliz estos meses que me quedan?
Su madrina llora “Tienes razón. Estas en tu derecho de ser feliz”