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Amor Real

Capitulo 6º

Matilde da el SI

Por: Maria Elena Venant

Matilde horrorizada le cuenta a su madre lo que le dijo el Sr. Cordero y como le advirtió que ya había ido en busca del Dr. Fuentes Guerra para que e pagara la deuda de Humberto. Matilde no tiene cara para enfrentar a Manuel. Su madre muy suelta de cuerpo le dice que se haga la desentendida. Total, conociéndola, se imagina que Matilde puede hacerlo (Augusta no desaprovecha ocasión para zaherir a su hija recordándole su comportamiento con Adolfo)

Matilde con un vestido precioso blanco con aplicaciones de tul en la falda y entresacado en el escote, está jardineando cuando se le aparece el Sr. Cordero quien le insiste que alguien de la familia Peñalvert, sea el padre, la madre, o la abuela tendrá que pagarle la deuda. Llega Manuel, al ver a Matilde afligida, se lleva a Cordero a un lado y le dice que le pagará, pero que se deje de fastidiar. Cordero se va. Matilde se muere de vergüenza, pero Manuel la tranquiliza. Humberto no mintió al decir que él era “su futuro cuñado”, puesto que es lo que le desea. Le cuenta abiertamente sus intenciones. La ama desde el día en que la vio, hace tres meses, en la plaza. Le pide permiso para cortejarla. Matilde se lo da. Por sorpresa, Manuel la besa en la mejilla. Matilde pone ojos de Bambi y casi se desmaya. ¿Vaya y no se pegaba sus buenos fajes con Adolfito?

Manuel se queda a merendar y le cuenta al General Peñalvert, que el General Bermúdez Cañero le pidió ganado para alimentar a la tropa. Hilario le pregunta que respuesta dio. Manuel cohibido le dice que no sabe que hacer y por eso no asistió a la reunión de hacendados y gente principal en casa del lic. Márquez. Hilario lo interroga sobre su postura política y ara ayudarlo confiesa que se retiró del ejercito no solo por motivos de salud sino como protesta del derrocamiento de “Juan Álvarez”. Manuel confiesa estar de tener la misma postura que el General. Matilde esta muy damita, sentada calladita y su padre la interroga ¿Qué opina de lo que hablan? Mati tímida dice que poco sabe de política ¡Pero tienes cerebro! Dice el General ¿alguna opinión tendrás? Matilde dice haber oído que a Juan Álvarez lo eligió el pueblo, y este por ignorante no sabe decidir, pero que ella no es ciega a la pobreza y la ignorancia del pueblo. Cree que algo debe hacerse para educarlo y sacarlo de su miseria. Por lo tanto apoya a Álvarez. Mal esta que haya quien le sobre y que haya quien le falte. El General complacido le pregunta a Manuel que opina de lo dicho por su hija. Manuel dice que es la opinión más sensata que haya oído en mucho tiempo-

(Nota aparte. Para los adictos a la historia y nos quejamos de las licencias y faltas que se han tomado en AR respecto a la historia mexicana, he descubierto que “Juan Álvarez” no se refiere al político de Guerrero sino a dos personajes históricos. Cuando hablan del Álvarez derrocado se refieren al General Ignacio Comonfort, cuando se refieren a Álvarez como residente del pueblo y agitador, se refieren a Don Benito Juárez. El famoso General Baranda es un compendió de los Generales Zuloaga y Miramón que reemplazaron a Comonfort. El porque Carla Estrada y Maria Zarattini decidieron hacer estos compuestos y no conservar nombres reales sólo lo sabe D-s)

Esa noche, Augusta espera a Humberto y le lee la cartilla diciéndole que como se le ocurre pedir plata a Manuel tan descaradamente. Muerto de risa mi incorregible Greñaldo le promete que en el futuro pedirá dinero, pero no tan “descaradamente”. Baja la Tía Pru y le da un tremendo sermón. Humberto solo le responde con un “¡Tía, usted siempre tan dramática!” y se va. Pru le dice a Augusta que su hijo le ha faltado el respeto. Augusta le dice que se lo merece por meterse donde no la llaman. Furiosa, Prudencia le grita que se mete porque ahora es cómplice en la trampa que le han tendido a Mati para que se case sin amor.. Despectiva Augusta pregunta si acaso Prudencia quería verla casada con un muerto de hambre como el difunto esposo de su hermana. Orgullosa Prudencia dice que es mejor haberse casado enamorada con un hombre pobre, que casarse por interés como hizo Augusta.

En casa de Pilar esta habla con Ramón sobre el pronto matrimonio de Matilde y Manuel. Ramón confiesa no gustarle Manuel. Su ausencia en la reunión en casa del Lic. Márquez se le hizo sospecha. Cree que Manuel milita en las filas del Partido del Pueblo (se refiere a los juaristas) como muchos terratenientes mal aconsejados y traidores a su clase. Además de dónde ha salido este Manuel a quien nadie conocía. Ramón es interrumpido por la súbita llegada de su cuñado Renato (Mario Iván Martínez) quien acaba de regresar de París. Renato es un viva la vida tan irresponsable como su amigocho del alma Humbertito Peñalvert. Ambos están felices de encontrarse de nuevo y se van de juerga.

Manuel y Matilde pasean vigilados de lejos por la Tía Pru. Matilde le cuenta a Manuel que aparte de jardinería, pinta y borda, se ocupa de la cocina y hace obras de caridad en un orfanato cercano. Manuel se admira por ese trabajo caritativo Su conversación comienza a girar en torno a obras sociales e higiene. Manuel esta empeñado en sacar al pueblo de Barranquillas (cercano a su hacienda) de su miseria, quiere construir escuelas y hospitales. El no olvida, a pesar de su fortuna, que antes que todo es médico. Ante la mención de la medicina, Matilde se abochorna. Manuel adivina el motivo, le ha recordado su examen cuando la vio desnuda. Intenta tranquilizarla diciendo que para un médico el cuerpo humano es un hermoso estuche, y que para un hombre es un placer ver un cuerpo tan bien formado como el de ella. Esto es demasiado para Matilde quien huye despavorida. ¡Manuel alcanza a sujetarla para decirle que lo trae loco!!

Sixto le dice a Manuel que comprenda que para quien fue criada como Matilde la sola mención del cuerpo humano es pecado. Manuel insiste en que el quiere hablar con toda franqueza con su futura esposa. Esa noche, Augusta alertada por Pru, interroga su hija por lo ocurrido con Manuel. Mati le cuenta lo que le dijo. Augusta le dice que hay hombres más impulsivos que otros y que debería sentirse halagada por inspirar tanta pasión en Manuel. Mati insiste, ese hombre la asusta y no se casará con él. Augusta da el golpe de gracia, y le cuenta lo de la hipoteca. Le dice que Manuel no quiere que ella se entere. Mati desesperada, se ve atrapada ahora si tendrá que casarse. Augusta burlona le dice que se deje de mojigaterías que ella esta segura que Mati llegó muy lejos con Adolfo y ahora no se venga a hacer la santa.

En San Juan de Ulua, Adolfo ha hecho amistad con un guardia que le consigue unas yerbas para bajarle la fiebre y también le trae papel para que le escriba a Matilde.

Sixto se despide de Manuel, debe regresar a la capital. Llegan alarmantes noticias de la Hacienda, unos bandidos han robado ganado. Manuel sospecha del corrupto alcalde de Barranquillas.

Manuel visita a Mati y le pide disculpas por lo ocurrido el otro día. Le dice que entre la gente del pueblo existe menos formalidad y mas espontaneidad en las relaciones de pareja. Le cuenta lo ocurrido en su hacienda y le anuncia que tendrá que viajar hasta allá. Cree que no le ha dado suficiente tiempo para pensar en su propuesta de matrimonio. Mati dice que si “Me casaré con usted”. Manuel loco de felicidad le dice que no se arrepentirá. Mati lo mira con tristeza y piensa “¿Y tu Manuel? ¿Te arrepentirás algún día?”

Los Peñalver testan gozosos con la noticia. Don Hilario entrega a su futuro yerno las escrituras de la Mansión Peñalvert como prenda por su préstamo. La Tía Pru le da un daguerrotipo de Matilde. Tras la partida de Manuel, Augusta esta planeando la boda que aunque estén arruinados debe ser suntuosa, tienen poco tiempo para preparar el ajuar y Matilde debe convencer a Manuel que deben vivir en Ciudad Trinidad cerca de sus parientes por si estos lo necesitan. Cuando sale su madre del cuarto, enfurecida Mati le dice a su tía que sólo se alegra de casarse para poder irse lejos de Augusta y Humberto. Prudencia aprovecha de suplicarle si puede irse a vivir con ellos. Mati esta feliz. Va a sentirse muy sola cuando se case y quiere llevarse a su tía.

Manuel llega a Barranquillas y vista su padrino el cura. Le trae un mantel para el altar. El sacerdote le recuerda que la pobreza de los feligreses amerita más que manteles. Manuel promete seguir con sus planes y le anuncia que va a casarse.