Matilde da el SI
Por: Maria Elena Venant
Matilde horrorizada le cuenta a su madre lo que le dijo el Sr.
Cordero y como le advirtió que ya había ido en busca del Dr.
Fuentes Guerra para que e pagara la deuda de Humberto. Matilde
no tiene cara para enfrentar a Manuel. Su madre muy suelta de
cuerpo le dice que se haga la desentendida. Total,
conociéndola, se imagina que Matilde puede hacerlo (Augusta no
desaprovecha ocasión para zaherir a su hija recordándole su
comportamiento con Adolfo)
Matilde con un vestido precioso blanco con aplicaciones de tul
en la falda y entresacado en el escote, está jardineando
cuando se le aparece el Sr. Cordero quien le insiste que
alguien de la familia Peñalvert, sea el padre, la madre, o la
abuela tendrá que pagarle la deuda. Llega Manuel, al ver a
Matilde afligida, se lleva a Cordero a un lado y le dice que
le pagará, pero que se deje de fastidiar. Cordero se va.
Matilde se muere de vergüenza, pero Manuel la tranquiliza.
Humberto no mintió al decir que él era “su futuro cuñado”,
puesto que es lo que le desea. Le cuenta abiertamente sus
intenciones. La ama desde el día en que la vio, hace tres
meses, en la plaza. Le pide permiso para cortejarla. Matilde
se lo da. Por sorpresa, Manuel la besa en la mejilla. Matilde
pone ojos de Bambi y casi se desmaya. ¿Vaya y no se pegaba sus
buenos fajes con Adolfito?
Manuel se queda a merendar y le cuenta al General Peñalvert,
que el General Bermúdez Cañero le pidió ganado para alimentar
a la tropa. Hilario le pregunta que respuesta dio. Manuel
cohibido le dice que no sabe que hacer y por eso no asistió a
la reunión de hacendados y gente principal en casa del lic.
Márquez. Hilario lo interroga sobre su postura política y ara
ayudarlo confiesa que se retiró del ejercito no solo por
motivos de salud sino como protesta del derrocamiento de “Juan
Álvarez”. Manuel confiesa estar de tener la misma postura que
el General. Matilde esta muy damita, sentada calladita y su
padre la interroga ¿Qué opina de lo que hablan? Mati tímida
dice que poco sabe de política ¡Pero tienes cerebro! Dice el
General ¿alguna opinión tendrás? Matilde dice haber oído que a
Juan Álvarez lo eligió el pueblo, y este por ignorante no sabe
decidir, pero que ella no es ciega a la pobreza y la
ignorancia del pueblo. Cree que algo debe hacerse para
educarlo y sacarlo de su miseria. Por lo tanto apoya a
Álvarez. Mal esta que haya quien le sobre y que haya quien le
falte. El General complacido le pregunta a Manuel que opina de
lo dicho por su hija. Manuel dice que es la opinión más
sensata que haya oído en mucho tiempo-
(Nota aparte. Para los adictos a la historia y nos quejamos de
las licencias y faltas que se han tomado en AR respecto a la
historia mexicana, he descubierto que “Juan Álvarez” no se
refiere al político de Guerrero sino a dos personajes
históricos. Cuando hablan del Álvarez derrocado se refieren al
General Ignacio Comonfort, cuando se refieren a Álvarez como
residente del pueblo y agitador, se refieren a Don Benito
Juárez. El famoso General Baranda es un compendió de los
Generales Zuloaga y Miramón que reemplazaron a Comonfort. El
porque Carla Estrada y Maria Zarattini decidieron hacer estos
compuestos y no conservar nombres reales sólo lo sabe D-s)
Esa noche, Augusta espera a Humberto y le lee la cartilla
diciéndole que como se le ocurre pedir plata a Manuel tan
descaradamente. Muerto de risa mi incorregible Greñaldo le
promete que en el futuro pedirá dinero, pero no tan
“descaradamente”. Baja la Tía Pru y le da un tremendo sermón.
Humberto solo le responde con un “¡Tía, usted siempre tan
dramática!” y se va. Pru le dice a Augusta que su hijo le ha
faltado el respeto. Augusta le dice que se lo merece por
meterse donde no la llaman. Furiosa, Prudencia le grita que se
mete porque ahora es cómplice en la trampa que le han tendido
a Mati para que se case sin amor.. Despectiva Augusta pregunta
si acaso Prudencia quería verla casada con un muerto de hambre
como el difunto esposo de su hermana. Orgullosa Prudencia dice
que es mejor haberse casado enamorada con un hombre pobre, que
casarse por interés como hizo Augusta.
En casa de Pilar esta habla con Ramón sobre el pronto
matrimonio de Matilde y Manuel. Ramón confiesa no gustarle
Manuel. Su ausencia en la reunión en casa del Lic. Márquez se
le hizo sospecha. Cree que Manuel milita en las filas del
Partido del Pueblo (se refiere a los juaristas) como muchos
terratenientes mal aconsejados y traidores a su clase. Además
de dónde ha salido este Manuel a quien nadie conocía. Ramón es
interrumpido por la súbita llegada de su cuñado Renato (Mario
Iván Martínez) quien acaba de regresar de París. Renato es un
viva la vida tan irresponsable como su amigocho del alma
Humbertito Peñalvert. Ambos están felices de encontrarse de
nuevo y se van de juerga.
Manuel y Matilde pasean vigilados de lejos por la Tía Pru.
Matilde le cuenta a Manuel que aparte de jardinería, pinta y
borda, se ocupa de la cocina y hace obras de caridad en un
orfanato cercano. Manuel se admira por ese trabajo caritativo
Su conversación comienza a girar en torno a obras sociales e
higiene. Manuel esta empeñado en sacar al pueblo de
Barranquillas (cercano a su hacienda) de su miseria, quiere
construir escuelas y hospitales. El no olvida, a pesar de su
fortuna, que antes que todo es médico. Ante la mención de la
medicina, Matilde se abochorna. Manuel adivina el motivo, le
ha recordado su examen cuando la vio desnuda. Intenta
tranquilizarla diciendo que para un médico el cuerpo humano es
un hermoso estuche, y que para un hombre es un placer ver un
cuerpo tan bien formado como el de ella. Esto es demasiado
para Matilde quien huye despavorida. ¡Manuel alcanza a
sujetarla para decirle que lo trae loco!!
Sixto le dice a Manuel que comprenda que para quien fue criada
como Matilde la sola mención del cuerpo humano es pecado.
Manuel insiste en que el quiere hablar con toda franqueza con
su futura esposa. Esa noche, Augusta alertada por Pru,
interroga su hija por lo ocurrido con Manuel. Mati le cuenta
lo que le dijo. Augusta le dice que hay hombres más impulsivos
que otros y que debería sentirse halagada por inspirar tanta
pasión en Manuel. Mati insiste, ese hombre la asusta y no se
casará con él. Augusta da el golpe de gracia, y le cuenta lo
de la hipoteca. Le dice que Manuel no quiere que ella se
entere. Mati desesperada, se ve atrapada ahora si tendrá que
casarse. Augusta burlona le dice que se deje de mojigaterías
que ella esta segura que Mati llegó muy lejos con Adolfo y
ahora no se venga a hacer la santa.
En San Juan de Ulua, Adolfo ha hecho amistad con un guardia
que le consigue unas yerbas para bajarle la fiebre y también
le trae papel para que le escriba a Matilde.
Sixto se despide de Manuel, debe regresar a la capital. Llegan
alarmantes noticias de la Hacienda, unos bandidos han robado
ganado. Manuel sospecha del corrupto alcalde de Barranquillas.
Manuel visita a Mati y le pide disculpas por lo ocurrido el
otro día. Le dice que entre la gente del pueblo existe menos
formalidad y mas espontaneidad en las relaciones de pareja. Le
cuenta lo ocurrido en su hacienda y le anuncia que tendrá que
viajar hasta allá. Cree que no le ha dado suficiente tiempo
para pensar en su propuesta de matrimonio. Mati dice que si
“Me casaré con usted”. Manuel loco de felicidad le dice que no
se arrepentirá. Mati lo mira con tristeza y piensa “¿Y tu
Manuel? ¿Te arrepentirás algún día?”
Los Peñalver testan gozosos con la noticia. Don Hilario
entrega a su futuro yerno las escrituras de la Mansión
Peñalvert como prenda por su préstamo. La Tía Pru le da un
daguerrotipo de Matilde. Tras la partida de Manuel, Augusta
esta planeando la boda que aunque estén arruinados debe ser
suntuosa, tienen poco tiempo para preparar el ajuar y Matilde
debe convencer a Manuel que deben vivir en Ciudad Trinidad
cerca de sus parientes por si estos lo necesitan. Cuando sale
su madre del cuarto, enfurecida Mati le dice a su tía que sólo
se alegra de casarse para poder irse lejos de Augusta y
Humberto. Prudencia aprovecha de suplicarle si puede irse a
vivir con ellos. Mati esta feliz. Va a sentirse muy sola
cuando se case y quiere llevarse a su tía.
Manuel llega a Barranquillas y vista su padrino el cura. Le
trae un mantel para el altar. El sacerdote le recuerda que la
pobreza de los feligreses amerita más que manteles. Manuel
promete seguir con sus planes y le anuncia que va a casarse.
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