Mapa | ||
---|---|---|
Sumario | Introducción | Lógica y Falacias |
Argumentos Comunes | Ateísmo y sociedad | Organizaciones |
Medios | Recursos electrónicos | Miscelánea |
[ Original English version / Versión original en inglés ]
Hay varios famosos que son ateos, por ejemplo Marlon Brando (actor), George Carlin (comediante), Arthur C. Clarke (escritor), Michael Crichton (escritor), Richard Dawkins (escritor y biólogo), Dr. Dean Edell (conductor de programa médico de radio), Paul Edwards (filósofo), Antony Flew (filósofo), Billy Joel (músico), Michael Kinsley (editor, columnista y comentarista), Paul Kurtz (filósofo), Richard Leakey (paleontólogo y escritor), Michael Martin (filósofo), Kai Nielsen (escritor), James "The Amazing" Randi (escritor e investigador), Ron Reagan Jr. (anfitrión de programa de charlas), J. Michael Straczinski (productor ejecutivo de Babylon 5), y Teller (mago).
Para más información, visite esta dirección:
<URL: http://www.primenet.com/~lippard/atheistcelebs/>
(en inglés)
Muchos ateos no consideran que su falta de creencia en Dios o dioses sea más importante que su falta de creencia en los unicornios rosados invisibles (URI). Sin embargo, muchos de ellos son apasionados y expresivos cuando se trata de su ateísmo. Sus sentimientos son fuertes quizás por alguna o algunas de estas razones:
Un dilema común entre los ateos, especialmente para aquellos que han sido teístas, es el de mostrarse o no como ateos, o fingir ser teístas en presencia de amigos y familiares.
Algunos de los argumentos a favor de mostrarse son:
Fingir puede ser una experiencia emocionalmente desgastadora. La mayoría de nosotros nos sentimos mal al mentir deliberadamente, y muy mal al mentir deliberadamente a nuestros amigos cercanos, familia y seres queridos. Pero fingir requiere de eso precisamente. Esto genera mucha culpa y acarrear ese tipo de culpa es bastante insalubre desde el punto de vista emocional. Para empeorar las cosas, Ud. debe emplear mucho esfuerzo mental para mantener el disfraz, una tarea aún más complicada si se considera que está tratando de mentir a aquellos que mejor le conocen, que son por lo tanto, los más difíciles de engañar.
No mostrarse significa aislarse de la comunidad atea, e interactuar con la comunidad teística más de lo que Ud. quisiera. La gente gravita naturalmente hacia la gente que es como ellos mismos. Tendemos a elegir amigos que tienen los mismos intereses, valores y creencias. Pero si todos creen que Ud. es un teísta, Los ateos tenderán a evitarle, mientras que los teístas se acercarán. Esto es exactamente lo opuesto a lo que Ud. quiere. Revelándose, aquellos ateos de su entorno serán más propensos a hacer migas con Ud., dándole un apoyo emocional muy necesario. Y en una sociedad que es en un 90% teísta, necesitamos todo el apoyo emocional que podamos tener.
No revelarse le quita tiempo. Si Ud. finge ser un teísta, es inevitable participar en eventos teísticos como ir al templo, asistir a reuniones de oración, asociaciones y otros. Esto le quita tiempo que podría ser aprovechado trabajando, estudiando, divirtiéndose o simplemente durmiendo. Los ateos saben mejor que nadie que nuestro tiempo es limitado, así que ¿Por qué malgastarlo practicando rituales supersticiosos primitivos?
Corre el riesgo de ser descubierto. Si esto ocurre, las personas a las cuales intenta engañar serán menos propensos a darle el beneficio de la duda. Si su cónyuge le confiesa haber tenido una aventura, será más probable que le perdone que si lo hubiera descubierto Ud. mismo o se hubiera enterado por terceros. De la misma manera, es más probable que sus amigos y seres queridos toleren su ateísmo si Ud. lo admite, que si le encuentran un libro como "Ateísmo: Una justificación filosófica" en ausencia suya.
Intente este simple experimento: Imagínese confesando su ateísmo a sus amigos y seres queridos. Imagine sus reacciones. Hágase de cuenta el peor escenario. Es probablemente desagradable, ¿No? Pero si es descubierto, sus reacciones serán probablemente peores de lo que se imagina. No solo se enojarán con Ud. por ser un ateo, sino que también por que les mintió (y a diferencia del ateísmo, la mentira es una buena razón para enojarse).
Otra cosa es que, a no ser que le queden solamente uno o dos años de vida, le descubrirán. Nadie puede sostener un disfraz por mucho tiempo. En el largo plazo, manifestarse será mucho menos pesado que fingir.
Manifestarse es una forma efectiva de promover la tolerancia hacia los ateos. Recuerde que sus amigos teístas y su familia tienen la cabeza llena de estereotipos sobre los ateos, alentados por sus líderes religiosos y sus iguales teístas. Manifestándose, Ud. puede mostrarle que esos estereotipos son disparates. De hecho, Ud. probablemente sea el (la) único(a) ateo(a) que conozcan, y por lo tanto, la única persona que puede invalidar estos estereotipos. Y si alguna vez se interesan en el ateísmo, sabrán a quien recurrir para hacer preguntas.
Hay personas que no se manifiestan porque revelarse significaría para ellos perder su trabajo, o ser echados de sus casas; o inclusive, ser agredidos físicamente o asesinados. Tales personas deberían probablemente permanecer en el anonimato al menos hasta poder conseguir un nuevo trabajo, o tener casa propia, o mudarse a algún lugar más tolerante. Pero hasta este tipo de gente debería manifestarse en algún momento, luego de haber arreglado las cosas como para hacerlo en una forma segura. Aquellos que fingen solamente para no ofender a sus familiares y amigos estarían mejor revelándose ahora mismo. En el corto plazo, será difícil; pero en el largo plazo es el único camino a seguir. La alternativa es toda una vida de hipocresía, descontento consigo mismo y miedo.
Intentando desacreditar el ateísmo, los teístas dirán de vez en cuando que "no hay ateos en las trincheras", o "no hay ateos entre la espada y la pared". El propósito de este argumento parece ser similar al de las historias sobre ateos ficticios que se convierten en su lecho de muerte (historias inventadas por los teístas acerca de famosos ateos que repentinamente confesaron creer en Dios antes de morir). Estos argumentos parecen implicar que cuando los ateos se enfrentan con la muerte inminente, muchos deciden que no les gusta las consecuencias de un punto de vista global ateo, y por lo tanto, se convertirán en creyentes justo antes de morir.
De todos modos, como las desacreditadas historias de conversión en el lecho de muerte, este argumento también es incorrecto. Joseph McCabe, en su Diccionario biográfico de librepensadores antigüos, medievales y modernos, nos da una lista de varios ateos que vivieron la experiencia de las trincheras: Edmundo de Amicis, Sir Richard Francis Burton, Giuseppe Garibaldi, el General Victoriano Huerta, el Coronel Robert G. Ingersoll, el Marqués Marie Jean Paul Roch Yves Gilbert Marie de Lafayette, el General Sir Charles James Napier, el General Arthur Condorcer O'Connor, el General Bernardo O'Higgins, el Mayor General Sir Henry Creswickm Bart Rawlinson y Edward John Trelawny. También, filósofos ateos contemporaneos como Paul Kurtz (Ejército de los EEUU), Anthony Flew (Real Fuerza Aérea inglesa) y Michael Martin (Infantería de Marina de los EEUU), fueron parte de las fuerzas armadas.
Este puede ser un tema muy delicado para el cual no hay solamente una respuesta correcta. Sin embargo, cualquiera que se encuentre en esta situación debe tomar en cuenta lo siguiente:
Mucha gente (ateos y teístas por igual) concuerdan en que el éxito de una relación depende principalmente de cuan aproximadas sean las opiniones sobre los asuntos que ambos piensan que son importantes. Si ninguno de los dos tiene un fuerte sentimiento religioso, no se preocupe. Si hay diferencias fundamentales, trate de solucionarlas primero.
Original en inglés © Jeff Lowder <jlowder@infidels.org> 1995-1997. Todos los derechos reservados
Última modificación: Lunes 30 de junio de 1997
Traducido al castellano por Sergio <ateismored@yahoo.com>.
Traducción revisada en febrero de 2001.