Estamos ad portas pues del logro de lo que Martín Luther King llamaría "un sueño" y que nosotros hemos calificado como un "propósito regional", sobre el cual ya hoy no existen discrepancias, para unificar la búsqueda de nuestro desarrollo.

Desde luego, y tal como lo hemos advertido, la carretera por si sola no es la solución, sin que se construya más adelante el Puerto de Tribugá –alternativo del de Buenaventura– desde donde se posibilite el comercio de Colombia con todos los países del Pacífico. La culminación de tan magna obra, generará la necesidad del puerto, porque no se trata solo de una intercomunicación regional, sino de abrirle horizontes promisorios a la economía del país con el resto del mundo.

Empero, el encuentro con el presidente y su equipo de gobierno, si bien no agotó la agenda de nuestras expectativas –muchas de ellas incluidas como igualmente prioritarias en los acuerdos suscritos a raíz del último paro cívico–, sí arrojó resultados positivos de diverso orden, algunos de los cuales merecen destacarse: interconexión eléctrica entre Chigorodó y Riosucio, financiación para infraestructura de la UTCh y para el problema de sus bonos pensionales, dineros para inversión en proyectos de infraestructura educativa y de cultura, nuevos cupos al régimen subsidiado, etc. El catálogo es amplio, no tanto para el marco de nuestras necesidades, pero en todo caso positivo.

Para lamentar que pese a lo prometido en el anterior gobierno nacional persista indefinición gubernamental sobre la suerte del acueducto por gravedad de Quibdó. Faltó –a nuestro juicio– una mayor presión de las autoridades y de la comunidad en un asunto que es vital para la capital del departamento, aposento y refugio de su mayor población.

El presidente sin embargo expresó: "No tomemos decisiones hoy, debemos buscar los recursos, podrían ser por pignoración de la ley 715 o un crédito de Findeter. El Minambiente acompañará al municipio en el proceso de reestructuración".

Todo lo cual nos llega a preguntarnos: ¿qué sigue?

A nuestro juicio están abiertas unas compuertas dejadas así por el presidente de la república en el consejo comunitario. Unas claras y precisas y otras con interrogantes pero posibles.

Todas susceptibles de aprovechamiento si una vez clausurado el evento de la visita, las autoridades regionales y locales y nuestros voceros en el congreso no se adormezcan, sino que perseveren en el seguimiento de estas promesas y expectativas, y en el trabajo de escudriñar las soluciones que el mismo primer mandatario dejó entrever, así no consten en compromisos concretos.